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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
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Jeremías 9-11

Un pueblo depravado

¡Ojalá encontrara refugio en el desierto
para abandonar y alejarme de mi pueblo,
pues todos son adúlteros, banda de traidores!
Tensan sus lenguas, su arco es la mentira,
se imponen en el país no con la verdad.
Van de maldad en maldad,
y no me conocen
—oráculo del Señor—.
Hasta del amigo hay que guardarse,
ni siquiera en el hermano se puede confiar,
pues los hermanos son suplantadores
y los amigos buscan calumniarlos;
cada cual estafa a su prójimo
y ninguno dice la verdad;
enseñan a sus lenguas a mentir,
están pervertidos sin remedio:
opresión y más opresión,
engaño y más engaño.
Y es que no quieren conocerme
—oráculo del Señor—.
Por eso, así dice el Señor del universo:
He pensado refinarlos y probarlos,
¿qué otra cosa puedo hacer con su maldad?
Su lengua es flecha afilada,
su boca profiere mentiras;
desean bienestar a su prójimo,
pero por dentro planean emboscadas.
¿Y no los castigaré por estas cosas?
—oráculo del Señor—.
De un pueblo que así se comporta,
¿no he de vengarme en persona?

Endecha por Jerusalén

Entonaré una endecha sobre los montes,
sobre los pastos de la estepa una elegía:
están quemados, sin nadie que transite,
no se escuchan los mugidos del ganado,
hasta aves y bestias se han marchado.
10 Haré de Jerusalén una ruina,
la convertiré en cueva de chacales;
arrasaré las ciudades de Judá,
sin nadie que pueda habitarlas.

La lógica del juicio

11 ¿Quién es el sabio que puede entender esto?
Que lo diga el que haya sido confidente del Señor.
¿Por qué está deshecho el país,
abrasado, como desierto intransitable?
12 Respondió el Señor:
Por abandonar la ley que yo les promulgué,
por no obedecerme ni seguir mis mandatos;
13 por haber rendido culto a los baales
como, llevados de su obstinación,
aprendieron de sus antepasados.
14 Por eso, así dice el Dios de Israel,
Señor del universo:
Daré a este pueblo ajenjo para comer,
les daré a beber agua emponzoñada.
15 Los dispersaré por países que no conocen,
y que tampoco conocieron sus padres;
mandaré a la espada que los persiga
hasta que acabe finalmente con ellos.

Ensayo de lamentación por Sión

16 Así dice el Señor del universo:
Hagan venir plañideras,
busquen a las más expertas;
que se den prisa en venir
17 y nos entonen una elegía;
que nuestros ojos derramen lágrimas,
que destilen llanto nuestros párpados.
18 Voces de duelo llegan desde Sión:
“¡Qué desolados estamos,
qué terrible decepción!
Hemos abandonado el país,
nos echaron de nuestras moradas”.
19 Oigan, mujeres, la palabra del Señor,
escuchen sus oídos la palabra de su boca.
Enseñen una endecha a sus hijas,
cada una a su amiga esta elegía:
20 “La muerte subió por nuestras ventanas,
se metió dentro de nuestros palacios;
exterminó a los niños en las calles,
a los jóvenes en medio de las plazas”.
21 Habla: Así dice el Señor:
Quedarán tendidos los cadáveres
como estiércol por todo el campo,
como espigas que deja el segador
y nadie se molesta en recoger.

Juicio generalizado

22 Así dice el Señor:
Que no alardee el sabio de sabiduría,
que no alardee el poderoso de poder,
que no alardee el rico de riqueza.
23 El que alardee, alardee de esto:
de tener entendimiento y conocerme,
de saber que yo soy el Señor,
que pongo en práctica la fidelidad,
la justicia y el derecho en el país.
Estas son las cosas que me agradan
—oráculo del Señor—.

24 Ya está llegando el tiempo —oráculo del Señor— en que voy a pedir cuentas a todos los circuncisos: 25 a Egipto, Judá, Edom, los amonitas y Moab, y a la gente del desierto que se afeita las sienes. Porque todos, también Israel en su totalidad, son incircuncisos de corazón.

Los ídolos y el Dios verdadero

10 Escuchen, israelitas, la palabra que les dirige el Señor. Así dice el Señor:

No aprendan las mañas de los paganos,
no los asusten los signos celestes;
que sean los paganos quienes se asusten.
Los ritos de esos pueblos son pura insensatez:
se tala un árbol en el bosque,
lo trabaja el artesano con la gubia;
lo recubren con oro y con plata,
lo asegura con clavos y martillo,
de modo que no se tambalee.
Igual que espantajos de melonar,
son incapaces de hablar;
tienen que ser transportados,
son incapaces de andar.
No los teman, pues no pueden hacer mal,
aunque tampoco aportan beneficios.
¡Nadie, Señor, tan grande como tú!
¡Qué grande y qué poderoso es tu nombre!
¿Quién no te respetará,
rey de las naciones?
Es algo que tú mereces,
pues entre todos los sabios
y todos los reyes paganos,
nadie hay como tú.
Son todos necios e insensatos,
educados por ídolos de madera
hechos con plata refinada de Tarsis,
con oro traído de Ofir;
ídolos hechos por orfebres y fundidores,
vestidos de púrpura y de grana;
todos son obra de artesanos.
10 Pero el Señor, Dios verdadero,
es un Dios vivo, rey eterno;
su cólera zarandea la tierra,
los paganos no aguantan su ira.

11 [Por eso ustedes les dirán: Los dioses que no han hecho cielo y tierra desaparecerán de la tierra y bajo el cielo].

12 Él hizo la tierra con su poder,
estableció el orbe con su sabiduría,
desplegó el cielo con su inteligencia.
13 Cuando él alza la voz
retumban las aguas del cielo,
hace subir las nubes
desde el confín de la tierra;
con los rayos provoca la lluvia
y saca de sus depósitos el viento.
14 Se embrutece quien se fía de su ciencia,
el orfebre se avergüenza del ídolo que ha hecho:
sus imágenes son mentira, sin espíritu;
15 son frustrantes, obras engañosas,
desaparecerán el día del castigo.
16 No es así la porción de Jacob,
pues él ha creado todo;
Israel es tribu de su propiedad,
se llama Señor del universo.

Sufrimiento vicario

17 Saca tus enseres de casa,
tú que vives asediada,
18 pues así dice el Señor:
Esta vez voy a expulsar con honda
a todos los habitantes del país;
voy a hostigarlos de tal modo
que no les permitiré escapar.
19 ¡Ay de mí, qué desastre,
es muy grave mi herida!
Y eso que yo me decía:
“Es un mal que puedo aguantar”.
20 Mi tienda destrozada,
las cuerdas arrancadas;
mis hijos se me han ido,
ya no los tengo conmigo.
Ya no hay quien monte mi tienda
ni quien levante las lonas.
21 Los pastores perdieron el juicio,
ya no consultan al Señor;
no son competentes
y se ha dispersado su rebaño.
22 Corre la noticia: “Ahí llega
un estruendo imponente desde el norte,
que convertirá a las ciudades de Judá
en desolación, en cueva de chacales”.
23 Ya sé, Señor, que la persona
no es dueña de su conducta;
que no es dueño el caminante
de ir regulando sus pasos.
24 Corrígeme, Señor, pero hazlo con medida,
si no tu cólera acabaría conmigo.
25 Derrama tu ira sobre las naciones
que no te reconocen;
derrámala también sobre los pueblos
que no invocan tu nombre.
Pues han devorado a Jacob,
lo han devorado y consumido,
y han asolado su morada.

Los términos de la alianza

11 Palabra que recibió Jeremías de parte del Señor:

— Escucha los términos de esta alianza y exponlos a la gente de Judá y a los habitantes de Jerusalén. Les dirás: Así dice el Señor, Dios de Israel: Maldito quien no escuche los términos de esta alianza, que yo establecí con sus antepasados cuando los saqué del país de Egipto, del horno de hierro, cuando les dije: Háganme caso y pongan en práctica todo lo que les ordeno; de ese modo serán mi pueblo y yo seré su Dios. Y así mantendré el juramento que hice a sus antepasados de darles una tierra que mana leche y miel, como sucede ahora.

Yo respondí:

— Amén, Señor.

El Señor me dijo:

— Proclama lo que voy a decirte en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén: Escuchen los términos de esta alianza y cúmplanlos. Pues ya se lo advertí solemnemente a sus antepasados cuando los hice subir del país de Egipto; y hasta el día de hoy no he dejado de repetir la advertencia: Háganme caso. Pero no escucharon ni prestaron atención, sino que todos siguieron la maldad de su mente retorcida. Por eso hice caer sobre ellos todas las amenazas de esta alianza que les ordené cumplir y no cumplieron.

El Señor me dijo:

— Se ha descubierto una conjura entre la gente de Judá y los habitantes de Jerusalén. 10 Han vuelto a los pecados de sus antepasados, que se negaron a escuchar mis palabras: van detrás de dioses extranjeros y les dan culto; tanto Israel como Judá han roto la alianza que hice con sus antepasados.

11 Por eso, así dice el Señor:

— Voy a traerles una desgracia de la que no podrán escapar; me llamarán a gritos, pero no pienso escucharlos. 12 Las ciudades de Judá y los habitantes de Jerusalén irán a invocar a los dioses a quienes quemaban incienso, pero no podrán auxiliarlos cuando llegue la desgracia.

Inutilidad de las mediaciones

13 Tenías tantos dioses como ciudades, Judá; y en cada una de las calles de Jerusalén construiste otros tantos altares para quemar incienso a Baal. 14 En cuanto a ti, no intercedas por este pueblo, ni eleves por ellos gritos ni súplicas, pues no pienso escucharlos cuando me invoquen en el momento de la desgracia.

15 ¿Qué hace mi amada en mi casa,
cuando ha cometido tantas vilezas?
¿Crees que promesas y sacrificios
podrán apartar de ti la desgracia?
¿Podrás entonces celebrarlo a gritos?
16 Olivo verde de hermoso fruto
te puso por nombre el Señor;
pero ahora te ha prendido fuego
y tus ramas serán consumidas.

17 El Señor del universo, que te plantó, ha decretado una desgracia contra ti, a causa de la maldad de Israel y de Judá, de todo lo que hicieron para irritarme, quemando incienso a Baal.

Primera confesión de Jeremías

18 El Señor me lo explicó y lo supe.
Señor, me hiciste ver lo que tramaban.
19 Yo era un cordero llevado al matadero;
no sabía que andaban maquinando mi muerte:
“Destruyamos el árbol en pleno verdor,
vamos a arrancarlo del mundo de los vivos,
que su nombre no vuelva a ser mencionado”.
20 Señor del universo, juez justo,
que sondeas lo que sentimos y pensamos,
quiero ver cómo te vengas de ellos,
pues a ti he encomendado mi causa.

21 Pues bien, el Señor se dirige a los de Anatot que tratan de matarte y andan diciendo: “No profetices en el nombre del Señor y no tendremos que darte muerte”. 22 Esto es lo que dice el Señor del universo: Voy a tomarles cuentas: los jóvenes morirán a espada; sus hijos e hijas morirán de hambre. 23 No les quedará ni un resto, pues pienso traer una desgracia a la gente de Anatot el año en que venga a pedir cuentas.

1 Timoteo 6

Los esclavos cristianos

Los que están bajo el yugo de la esclavitud deben considerar a sus amos como dignos del mayor respeto. Así, nadie podrá denigrar el nombre de Dios ni la enseñanza cristiana. Quienes tengan por amos a creyentes, no deben faltarles al respeto con la excusa de que son hermanos. Al contrario, deben servirlos con mayor esmero, pues los que se benefician de su servicio comparten con ellos una misma fe y un mismo amor.

El falso maestro

Esto es lo que debes enseñar y recomendar. Si alguno enseña otra cosa y no da crédito a las palabras salvadoras de nuestro Señor Jesucristo ni a la enseñanza que se ajusta a una vida auténticamente piadosa, es que está cegado por el orgullo y no sabe nada. Padece el mal de las disputas y de los inútiles juegos de palabras de donde proceden las envidias, los pleitos, las calumnias y las sospechas maliciosas. Y también los conflictos sin fin, propios de personas con la mente embotada, de personas que están lejos de la verdad y piensan que la religión es un negocio.

Contra el afán de riquezas

Y ciertamente la religión es un magnífico negocio cuando uno se contenta con lo que tiene. Porque nada trajimos al mundo y nada podremos llevarnos de él. Contentémonos, pues, con no carecer de comida y de vestido, pues los que se afanan por ser ricos se enredan en trampas y tentaciones y en un sinfín de insensatos y dañosos deseos que los hunden en la perdición y en la ruina. 10 La avaricia, en efecto, es la raíz de todos los males y, arrastrados por ella, algunos han perdido la fe y ahora son presa de múltiples remordimientos.

Nuevas recomendaciones a Timoteo

11 Pero tú, que eres hombre de Dios, huye de todo eso y busca con ahinco la rectitud, la piedad, la fe, el amor, la paciencia y la dulzura. 12 Mantén valerosamente el noble combate de la fe. Conquista la vida eterna a la que Dios te ha llamado y de la que has hecho tan noble profesión delante de muchos testigos. 13 En presencia de Dios, que infunde vida a todas las cosas, y de Cristo Jesús, que rindió ante Poncio Pilato el más bello testimonio, te pido solemnemente 14 que guardes limpio y sin reproche este mandato hasta el día en que nuestro Señor Jesucristo se manifieste. 15 Manifestación que:

al tiempo prefijado llevará a cabo Dios,
el bienaventurado y único soberano,
el Rey de reyes y Señor de señores;
16 el único que es inmortal,
que habita una luz inaccesible
y a quien nadie ha visto ni puede ver.
Suyos son por siempre el honor y el poder. Amén.

Consejos a los ricos

17 Inculca a los ricos de este mundo que no sean arrogantes y que no pongan su esperanza en algo tan inseguro como el dinero, sino que la pongan en Dios que nos concede disfrutar de todo en abundancia. 18 Incúlcales que practiquen la virtud, que atesoren buenas obras y que sean generosos y desprendidos. 19 Así se labrarán para el futuro un sólido capital de reserva y alcanzarán la vida verdadera.

Últimas recomendaciones

20 Querido Timoteo, conserva lo que te ha sido transmitido. Haz oídos sordos a toda estéril y profana palabrería, así como a las objeciones de esa pretendida ciencia 21 que algunos han seguido, apartándose, en consecuencia, de la fe. Que la gracia esté con ustedes.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España