Old/New Testament
Descripción del pecado del pueblo
59 No es tan corta la mano del Señor
que no pueda salvar;
tampoco su oído es tan duro
que no pueda oír;
2 son los pecados de ustedes los que crean un abismo
entre ustedes y su Dios;
son sus delitos los que hacen
que oculte su rostro y no los oiga,
por no verlos ni oírlos.
3 Están sus manos repletas de crímenes,
sus dedos tintos en sangre,
sus labios hablan en falso,
su lengua musita maldades.
4 Nadie recurre a la justicia,
nadie pleitea con lealtad;
se basan en naderías y dicen falsedades,
se preñan de injusticia y paren maldad.
5 Incuban huevos de serpiente,
tejen telas de araña;
quien come de sus huevos, muere;
si los abren, sale una víbora.
6 Lo que tejen no sirve de vestido,
con lo que fabrican, no te puedes cubrir;
sus acciones son todas criminales,
sus manos perpetran violencia.
7 Sus pies caminan deprisa hacia el mal,
se apresuran a derramar sangre inocente;
sus proyectos son proyectos inicuos,
en sus sendas abundan azote y destrucción.
8 No conocen el camino de la paz,
carecen de derecho sus senderos;
caminan por sendas tortuosas,
quien las pisa desconoce la paz.
El pueblo reconoce su pecado
9 Por eso tenemos lejos el derecho,
no ha llegado a nosotros la justicia;
esperábamos luz y estamos a oscuras,
claridad, y andamos en tinieblas.
10 Palpamos como ciegos la pared,
como invidentes andamos a tientas;
trompicamos a mediodía
como si fuera de noche;
rebosamos salud y parecemos muertos.
11 Todos gruñimos como osos,
zureamos igual que palomas.
Esperábamos derecho, ¡y nada!,
salvación, y la tenemos lejos.
12 Nuestros delitos contra ti son muchos,
nuestros pecados testifican contra nosotros;
nuestros crímenes siempre nos acompañan,
y conocemos bien nuestras culpas:
13 rebelarnos y renegar del Señor,
dejar de seguir a nuestro Dios;
hablar de opresiones y revueltas,
urdir palabras engañosas.
14 Y queda marginado el derecho,
la justicia permanece alejada,
pues tropieza en las calles la lealtad,
la honradez no sabe abrirse paso.
15 La lealtad brilla por su ausencia,
quien se aparta del mal es despojado.
Intervención liberadora del Señor
El Señor ha visto disgustado
que ya no existe el derecho;
16 ha visto asombrado
que nadie pone remedio.
Así que ha decidido poner en juego su poder,
apoyarse en su propia justicia:
17 como coraza se ha vestido la justicia,
como casco se ha puesto la salvación;
se ha vestido con ropas de venganza,
se ha ceñido el manto de la cólera.
18 Pagará a cada cual conforme a sus obras,
furia a sus adversarios, afrenta a sus enemigos;
las islas recibirán el pago de sus acciones.
19 Y temerán en occidente el nombre del Señor,
en oriente respetarán su gloria,
pues vendrá como torrente impetuoso,
impulsado por el aliento del Señor.
20 Pero vendrá como redentor a Sión,
a los arrepentidos de la casa de Jacob
—oráculo del Señor—.
21 Por mi parte, esta es mi alianza con ellos, dice el Señor: el espíritu que derramé sobre ti y las palabras que puse en tu boca, no desaparecerán de tu boca, ni de la boca de tus descendientes, ni de la boca de los descendientes de tus descendientes. Lo dice el Señor desde ahora y para siempre.
Futuro luminoso de Jerusalén
60 ¡Álzate radiante, que llega tu luz,
la gloria del Señor clarea sobre ti!
2 Mira: la tiniebla cubre la tierra,
negros nubarrones
se ciernen sobre los pueblos,
mas sobre ti clarea la luz del Señor,
su gloria se dejará ver sobre ti;
3 los pueblos caminarán a tu luz,
los reyes al resplandor de tu alborada.
4 Alza en torno tus ojos y mira,
todos vienen y se unen a ti;
tus hijos llegan de lejos,
a tus hijas las traen en brazos.
5 Entonces lo verás radiante,
tu corazón se ensanchará maravillado,
pues volcarán sobre ti las riquezas del mar,
te traerán el patrimonio de los pueblos.
6 Te cubrirá una multitud de camellos,
de dromedarios de Madián y de Efá.
Llegan todos de Sabá,
trayendo oro e incienso,
proclamando las gestas del Señor.
7 Traerán para ti rebaños de Quedar,
te regalarán carneros de Nebayot;
aceptaré que los inmolen sobre mi altar,
y así engrandeceré mi glorioso Templo.
8 ¿Quiénes son esos que vuelan como nubes,
que se dirigen como palomas a su palomar?
9 Navíos de las islas acuden a mí,
en primer lugar las naves de Tarsis,
para traer a tus hijos de lejos,
cargados con su plata y con su oro,
para glorificar al Señor, tu Dios,
al Santo de Israel que te honra.
10 Extranjeros levantarán tus muros,
sus reyes estarán a tu servicio;
cierto que te herí en mi cólera,
pero ahora te quiero complacido.
11 Tus puertas estarán siempre abiertas,
no se cerrarán ni de noche ni de día,
para traerte las riquezas de los pueblos,
que vendrán guiados por sus reyes.
12 El pueblo y el reino que no te sirvan
acabarán en ruinas, serán desolados.
13 A ti acudirá la pompa del Líbano,
cipreses, abetos y pinos juntos,
para dar prestancia a mi santa morada:
así honraré el estrado de mis pies.
14 Vendrán a ti, humillados,
los hijos de quienes te oprimían;
te honrarán postrados a tus plantas
todos los que te despreciaban;
te llamarán Ciudad del Señor,
la Sión del Santo de Israel.
15 En lugar de estar abandonada,
despreciada, sin habitantes,
te convertiré en orgullo de los siglos,
gozo de generaciones y generaciones.
16 Mamarás la leche de los pueblos,
mamarás de los pechos de reyes,
y sabrás que yo, el Señor, te salvo;
que tu redentor es el Fuerte de Jacob.
17 En lugar de bronce, te traeré oro,
en lugar de hierro, te traeré plata,
en lugar de madera, bronce,
y hierro en lugar de piedras.
Te pondré como gobernante la paz,
la justicia será quien te dirija.
18 Ya no habrá violencia en tu tierra,
ni exterminio ni destrucción
dentro de tus fronteras;
llamarás a tu muralla “Victoria”
y dirás a tus puertas “Alabanza”.
19 Ya no será el sol tu luz durante el día,
ni el resplandor de la luna te alumbrará,
pues será el Señor tu luz para siempre,
tu Dios te servirá de resplandor;
20 tu sol ya no se pondrá
y tu luna no menguará,
pues será el Señor tu luz para siempre
y se habrá cumplido tu tiempo de luto.
21 Todos los de tu pueblo serán justos,
poseerán la tierra a perpetuidad:
ellos son el brote que planté,
la obra que realicé para mi gloria.
22 El pequeño acabará siendo mil,
el más joven un pueblo potente.
Yo, el Señor, no tardaré
en cumplir todo esto a su tiempo.
El ungido, mensajero de liberación y de consuelo
61 El espíritu del Señor Dios me acompaña,
pues el propio Señor me ha ungido,
me ha enviado a dar la buena noticia a los pobres,
a vendar los corazones destrozados,
a proclamar la libertad a los cautivos,
a gritar la liberación a los prisioneros,
2 a proclamar un año de gracia del Señor
y un día de venganza de parte de nuestro Dios;
a dar consuelo a los que están de luto,
3 a cubrirlos de honor en lugar de polvo,
de perfume de fiesta en lugar de penas,
de traje festivo en lugar de abatimiento.
Los llamarán “robles fruto de la justicia”,
plantío para gloria del Señor.
4 Reconstruirán las ruinas antiguas,
reedificarán los escombros de antaño,
renovarán las ciudades devastadas,
los escombros abandonados por generaciones.
5 Se verán extraños pastoreando su ganado,
extranjeros trabajarán sus campos y viñas,
6 y a ustedes los proclamarán sacerdotes del Señor,
les llamarán servidores de nuestro Dios.
Los harán con la riqueza de las naciones,
sus posesiones pasarán a las manos de ustedes.
7 A cambio de su vergüenza doblada,
hecha de ultrajes y de oprobio,
poseerán doble recompensa en su tierra,
serán felices para siempre.
8 Yo, el Señor, amo la justicia,
detesto el pillaje y el crimen;
les daré cumplida recompensa,
haré con ellos una alianza eterna.
9 Sus hijos serán famosos entre las naciones,
sus vástagos entre todos los pueblos.
Todos los que los vean reconocerán
que son la estirpe bendita del Señor.
Himno de victoria
10 Reboso de dicha en el Señor,
me alegro animoso en mi Dios,
que me ha puesto un vestido de fiesta,
me ha envuelto en un manto de victoria,
como un novio que se pone la corona,
como novia que se viste sus atuendos.
11 Igual que la tierra produce sus renuevos,
lo mismo que germinan brotes en un jardín,
así hace germinar el Señor Dios la liberación
y el canto de triunfo ante todos los pueblos.
Fidelidad de Dios
3 Por lo demás, hermanos, rueguen por nosotros para que la palabra del Señor prosiga el avance glorioso que ha conocido en Tesalónica. 2 Rueguen también para que el Señor nos libre de la gente insolente y malvada, porque no todos aceptan la fe. 3 ¡Pero el Señor es fiel! Él los hará fuertes y los librará del maligno. 4 Gracias a él podemos confiar en que ustedes cumplen y cumplirán lo que les hemos inculcado. 5 Que el Señor, pues, encamine sus corazones para que amen a Dios y esperen a Cristo sin desfallecer.
La obligación del trabajo
6 Finalmente, hermanos, esto es lo que les mandamos en nombre de Jesucristo, el Señor: que se mantengan apartados de todo hermano que viva ociosamente y no siga la tradición que ha recibido de nosotros. 7 Conocen ustedes perfectamente cómo pueden imitarnos, pues no vivimos ociosamente entre ustedes 8 ni comimos de balde el pan de nadie. Al contrario, trabajamos día y noche hasta casi extenuarnos, con el fin de no ser gravosos a ninguno de ustedes. 9 ¡Y teníamos derecho a ello! Pero quisimos ofrecerles un ejemplo que imitar.
10 Estando entre ustedes les inculcamos ya esta norma: el que no quiera trabajar, que tampoco coma. 11 Y es que nos hemos enterado de que algunos viven ociosamente entre ustedes: en lugar de trabajar, se entrometen en todo. 12 De parte de Jesucristo, el Señor, los instamos y exhortamos a que trabajen y coman su propio pan sin perturbar a nadie. 13 En cuanto a ustedes, hermanos, no se canssen de hacer el bien. 14 Y si alguien no hace caso a lo que les decimos en esta carta, tomen nota de él y háganle el vacío, a ver si se avergüenza. 15 Pero no lo traten como enemigo; corríjanlo, más bien, como a un hermano.
Conclusión (3,16-17)
Bendición y saludo final
16 Que el Señor de la paz les conceda la paz siempre y en todas sus formas. El Señor esté con todos ustedes. 17 El saludo es de mi puño y letra. Así firmo yo, Pablo, en todas mis cartas; esta es mi letra. 18 La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con todos ustedes.
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España