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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
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Josué 22-24

Rubén, Gad y Manasés vuelven a casa

22 Entonces Josué convocó a los rubenitas, a los gaditas y a la media tribu de Manasés, y les dijo:

—Ustedes han guardado todo lo que Moisés siervo del SEÑOR les mandó, y han obedecido mi voz en todo lo que yo les he mandado. No han abandonado a sus hermanos en este largo tiempo, hasta el día de hoy; sino que han guardado los mandamientos que el SEÑOR su Dios les ha encomendado. Ahora que el SEÑOR su Dios ha dado reposo a sus hermanos, como les había prometido, vuelvan y regresen a sus moradas, a la tierra de su posesión que Moisés siervo del SEÑOR les ha dado al otro lado del Jordán. Solamente tengan mucho cuidado de poner por obra el mandamiento y la ley que Moisés siervo del SEÑOR les mandó: que amen al SEÑOR su Dios, que anden en todos sus caminos, que guarden sus mandamientos, que le sean fieles y que le sirvan con todo su corazón y con toda su alma.

Luego Josué los bendijo y los despidió, y ellos se volvieron a sus moradas. Moisés había dado heredad en Basán a la media tribu de Manasés. Y a la otra media tribu Josué le dio heredad entre sus hermanos en el lado occidental del Jordán. Cuando Josué los envió a sus moradas, los bendijo, y les habló diciendo:

—Vuelvan a sus moradas con grandes posesiones: mucho ganado, plata, oro, bronce y muchos vestidos. Compartan con sus hermanos el botín de sus enemigos.

Entonces los hijos de Rubén, los hijos de Gad y la media tribu de Manasés regresaron y se apartaron de los hijos de Israel en Silo, que está en la tierra de Canaán, para ir a la tierra de Galaad, a la tierra de sus heredades, donde se habían establecido, según el mandato del SEÑOR por medio de Moisés.

El altar de testimonio junto al Jordán

10 Cuando llegaron a la región del Jordán, en la tierra de Canaán, los hijos de Rubén, los hijos de Gad y la media tribu de Manasés edificaron allí un altar junto al Jordán, un altar de aspecto imponente. 11 Entonces los hijos de Israel oyeron decir: “He aquí que los hijos de Rubén, los hijos de Gad y la media tribu de Manasés han edificado un altar frente a la tierra de Canaán, en la región del Jordán, en el lado de los hijos de Israel”. 12 Cuando los hijos de Israel oyeron esto, se reunió toda la congregación de los hijos de Israel en Silo, para subir a combatir contra ellos.

13 Fineas, hijo del sacerdote Eleazar, fue enviado por los hijos de Israel a los hijos de Rubén, a los hijos de Gad y a la media tribu de Manasés, en la tierra de Galaad. 14 También fueron con él diez jefes, un jefe por cada casa paterna de cada una de las tribus de Israel, cada uno de los cuales era jefe de su casa paterna entre los millares de Israel. 15 Estos fueron a los hijos de Rubén, a los hijos de Gad y a la media tribu de Manasés, en la tierra de Galaad, y les hablaron diciendo:

16 —Toda la congregación del SEÑOR dice así: “¿Qué infidelidad es esta que han cometido contra el Dios de Israel, apartándose hoy de seguir al SEÑOR al edificarse un altar y rebelarse hoy contra el SEÑOR? 17 ¿Nos ha sido poca la maldad de Peor[a], de la cual aún no estamos purificados hasta el día de hoy, y por la cual vino una plaga a la congregación del SEÑOR? 18 Ustedes se apartan hoy de seguir al SEÑOR; y sucederá que hoy ustedes se rebelan contra el SEÑOR, y mañana él se airará contra toda la congregación de Israel. 19 Si les parece que la tierra que poseen es inmunda, pásense a la tierra de la posesión del SEÑOR, en la cual está el tabernáculo del SEÑOR, y establézcanse entre nosotros. Pero no se rebelen contra el SEÑOR ni se rebelen contra nosotros, edificándose un altar aparte del altar del SEÑOR nuestro Dios. 20 Cuando Acán[b] hijo de Zéraj cometió transgresión con respecto al anatema, ¿no cayó la ira sobre toda la congregación de Israel? ¡Aquel hombre no pereció solo en su iniquidad!”.

21 Entonces los hijos de Rubén, los hijos de Gad y la media tribu de Manasés respondieron y dijeron a los jefes de los millares de Israel:

22 —El Dios de dioses, el SEÑOR, el Dios de dioses, el SEÑOR, él lo sabe. Y que lo sepa Israel. Si ha sido por rebelión o por infidelidad contra el SEÑOR, que no nos libre[c] en este día. 23 Si nos hemos edificado un altar para apartarnos de en pos del SEÑOR o para ofrecer sobre él holocausto u ofrenda vegetal o para ofrecer sobre él sacrificios de paz, que el SEÑOR mismo nos lo demande. 24 Pero en realidad lo hicimos así por temor de que en el futuro sus hijos digan a nuestros hijos: “¿Qué tienen que ver ustedes con el SEÑOR Dios de Israel? 25 Oh hijos de Rubén e hijos de Gad, ya que entre nosotros y ustedes el SEÑOR ha puesto por límite el Jordán, ustedes no tienen parte con el SEÑOR”. Así sus hijos harían que nuestros hijos dejaran de temer al SEÑOR.

26 »Por eso dijimos: “Preparémonos y edifiquémonos un altar, no para holocausto ni para sacrificio, 27 sino para que sirva de testimonio entre nosotros y ustedes, y entre las generaciones que nos sucederán, de que nosotros servimos al SEÑOR, en su presencia, con nuestros holocaustos, con nuestras ofrendas y con nuestros sacrificios de paz”. Entonces sus hijos no podrán decir a nuestros hijos en el futuro: “ustedes no tienen parte con el SEÑOR”. 28 Nosotros, pues, dijimos: “Si sucede que en el futuro ellos nos dicen esto a nosotros o a nuestros descendientes, responderemos: ‘Miren la réplica del altar del SEÑOR, la cual edificaron nuestros padres, no para holocaustos ni para sacrificios, sino para que fuera testimonio entre nosotros y ustedes’. 29 Lejos esté de nosotros el rebelarnos contra el SEÑOR, o el apartarnos hoy de seguir al SEÑOR, edificando un altar para holocaustos, para ofrendas vegetales o para sacrificios, aparte del altar del SEÑOR nuestro Dios que está delante de su tabernáculo”.

30 Cuando el sacerdote Fineas, los jefes de la congregación y los jefes de los millares de Israel que estaban con él oyeron las palabras que hablaron los hijos de Rubén, los hijos de Gad y los hijos de Manasés, les pareció bien. 31 Entonces Fineas, hijo del sacerdote Eleazar, dijo a los hijos de Rubén, a los hijos de Gad y a los hijos de Manasés:

—Hoy reconocemos que el SEÑOR está entre nosotros, pues no han cometido esta infidelidad contra el SEÑOR. Ahora han librado a los hijos de Israel de la mano del SEÑOR.

32 Fineas, hijo del sacerdote Eleazar, y los jefes se apartaron de los hijos de Rubén y de los hijos de Gad; se volvieron de la tierra de Galaad a la tierra de Canaán, a los hijos de Israel, y les informaron. 33 El informe agradó a los hijos de Israel, y los hijos de Israel bendijeron a Dios. No hablaron más de ir contra ellos en plan de guerra para destruir la tierra en que habitaban los hijos de Rubén y los hijos de Gad.

34 Los hijos de Rubén y los hijos de Gad llamaron al altar Ed[d], diciendo: “Porque es un testimonio entre nosotros de que el SEÑOR es Dios”.

Josué exhorta a los hijos de Israel

23 Mucho tiempo después que el SEÑOR diera reposo a Israel de todos sus enemigos de alrededor, aconteció que Josué, siendo ya viejo y de edad avanzada, convocó a todo Israel, a sus ancianos, a sus jefes, a sus jueces y a sus oficiales, y les dijo: “Yo ya soy viejo y de edad avanzada. Ustedes han visto todo lo que el SEÑOR su Dios ha hecho con todas estas naciones por causa de ustedes; porque el SEÑOR su Dios es el que ha combatido por ustedes. Miren, les he repartido por sorteo, como heredad para sus tribus, estas naciones que quedan, así como las que yo he exterminado, desde el Jordán hasta el mar Grande, hacia donde se pone el sol. El SEÑOR su Dios las arrojará de delante de ustedes y las echará de su presencia. Y ustedes tomarán posesión de sus tierras, como el SEÑOR su Dios les ha prometido.

“Por tanto, esfuércense mucho en guardar y hacer todo lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés, sin apartarse de ella ni a la derecha ni a la izquierda. No se mezclen con estas naciones que han quedado entre ustedes. No hagan mención del nombre de sus dioses ni juren por ellos. No les rindan culto ni se postren ante ellos.

“Solo al SEÑOR, su Dios, serán fieles como han sido hasta el día de hoy; porque el SEÑOR ha echado de delante de ustedes a naciones grandes y fuertes, y nadie ha podido resistir delante de ustedes hasta el día de hoy. 10 Uno de ustedes persigue a mil, porque el SEÑOR su Dios combate por ustedes, como él les ha prometido. 11 Por eso, tengan mucho cuidado, por sus propias vidas, de amar al SEÑOR su Dios. 12 Pero si se vuelven atrás y se adhieren a los sobrevivientes de estas naciones que han quedado entre ustedes, y se unen con ellas en matrimonio y se mezclan con ellas y ellas con ustedes, 13 estén seguros de que el SEÑOR su Dios no continuará echando a estas naciones de delante de ustedes. Antes bien, ellas serán para ustedes una trampa y un lazo, azotes en sus costados y espinas en sus ojos, hasta que perezcan en esta buena tierra que el SEÑOR su Dios les ha dado.

14 “He aquí que yo estoy para ir por el camino de todo el mundo. Reconozcan, pues, con todo su corazón y con toda su alma que no ha fallado ni una sola palabra de todas las buenas promesas que el SEÑOR su Dios les había hecho. Todas se han cumplido para ustedes; no ha fallado de ellas ni una sola palabra. 15 Pero sucederá que así como se ha cumplido para ustedes toda palabra buena que el SEÑOR su Dios les ha dicho, así también traerá el SEÑOR sobre ustedes toda palabra mala, hasta eliminarlos de esta buena tierra que el SEÑOR su Dios les ha dado. 16 Si violan el pacto que el SEÑOR su Dios les ha mandado, y se van y sirven a otros dioses, postrándose ante ellos, la ira del SEÑOR se encenderá contra ustedes, y rápidamente perecerán en esta buena tierra que él les ha dado”.

Despedida de Josué y pacto en Siquem

24 Josué reunió a todas las tribus de Israel en Siquem, y convocó a los ancianos de Israel, a sus jefes, a sus jueces y a sus oficiales. Ellos se presentaron delante de Dios, y Josué dijo a todo el pueblo:

—Así ha dicho el SEÑOR Dios de Israel: “Sus padres (Taré, padre de Abraham y de Nacor) habitaron antiguamente al otro lado del Río, y sirvieron a otros dioses. Pero yo tomé a su padre Abraham del otro lado del Río, lo traje por toda la tierra de Canaán, aumenté su descendencia y le di por hijo a Isaac. A Isaac le di por hijos a Jacob y Esaú. A Esaú le di la región montañosa de Seír, para que la poseyera mientras que Jacob y sus hijos descendieron a Egipto. Entonces envié a Moisés y a Aarón[e], y castigué a Egipto de la manera como lo hice allí y después los saqué. Saqué de Egipto a sus padres, y ustedes llegaron al mar. Los egipcios persiguieron a sus padres hasta el mar Rojo, con carros y jinetes. Entonces ellos clamaron al SEÑOR, y él puso oscuridad entre ustedes y los egipcios, e hizo venir sobre ellos el mar, el cual los cubrió. Sus ojos vieron lo que hice en Egipto. Después estuvieron muchos años en el desierto, y los introduje en la tierra de los amorreos que habitaban al otro lado del Jordán. Ellos combatieron contra ustedes, pero yo los entregué en su mano, y poseyeron su tierra, porque yo los destruí delante de ustedes. Después se levantó Balac hijo de Zipor, rey de los moabitas, y combatió contra Israel[f]. Él mandó llamar a Balaam hijo de Beor para que los maldijera 10 pero yo no quise escuchar a Balaam. Antes bien, él los bendijo repetidamente, y yo los libré de su mano. 11 Después cruzaron el Jordán y vinieron a Jericó. Los señores de Jericó combatieron contra ustedes, así como también los amorreos, los ferezeos, los cananeos, los heteos, los gergeseos, los heveos y los jebuseos; pero yo los entregué en la mano de ustedes. 12 Envié delante de ustedes la avispa, y ella echó de delante de ustedes a los dos reyes de los amorreos. Esto no fue con su espada ni con su arco. 13 Yo les he dado una tierra por la cual ustedes no trabajaron con dureza, unas ciudades que no edificaron y en las cuales habitan. Y comen de las viñas y de los olivares que no plantaron”.

14 »Ahora pues, teman al SEÑOR. Sírvanle con integridad y con fidelidad. Quiten de en medio los dioses a los cuales sirvieron sus padres al otro lado del Río y en Egipto, y sirvan al SEÑOR. 15 Pero si les parece mal servir al SEÑOR, escojan hoy a quién sirvan: si a los dioses a los cuales servían sus padres cuando estaban al otro lado del Río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitan. Pero yo y mi casa serviremos al SEÑOR.

16 Entonces el pueblo respondió diciendo:

—¡Lejos esté de nosotros el abandonar al SEÑOR para servir a otros dioses! 17 Porque el SEÑOR, nuestro Dios, es el que nos sacó a nosotros y a nuestros padres de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud. Delante de nuestros ojos él ha hecho estas grandes señales, y nos ha guardado en todo el camino por donde hemos andado y en todos los pueblos por los cuales hemos pasado. 18 El SEÑOR ha arrojado de delante de nosotros a todos los pueblos, y a los amorreos que habitaban en el país. Nosotros también serviremos al SEÑOR, porque él es nuestro Dios.

19 Entonces Josué dijo al pueblo:

—No podrán servir al SEÑOR, porque él es un Dios santo y un Dios celoso. Él no soportará sus rebeliones ni sus pecados. 20 Si ustedes dejan al SEÑOR y sirven a dioses extraños, él se volverá y los castigará, y los exterminará después de haberles hecho bien.

21 Entonces el pueblo dijo a Josué:

—¡No, sino que al SEÑOR serviremos!

22 Josué respondió al pueblo:

—Ustedes son testigos contra ustedes mismos, de que han escogido al SEÑOR para servirle.

Ellos respondieron:

—¡Sí, somos testigos!

23 Josué dijo:

—Quiten, pues, ahora los dioses extraños que están en medio de ustedes, e inclinen su corazón al SEÑOR Dios de Israel.

24 Y el pueblo respondió a Josué:

—¡Al SEÑOR nuestro Dios serviremos, y su voz obedeceremos!

25 Aquel mismo día Josué hizo un pacto con el pueblo, y les dio leyes y decretos en Siquem. 26 Josué escribió estas palabras en el libro de la Ley de Dios. Y tomando una gran piedra, la erigió allí debajo de la encina que estaba junto al santuario del SEÑOR. 27 Luego Josué dijo a todo el pueblo:

—He aquí, esta piedra será un testigo contra nosotros. Ella ha escuchado todas las palabras que el SEÑOR nos ha hablado. Será, pues, testigo contra ustedes, no sea que nieguen a su Dios.

28 Después Josué despidió al pueblo, cada uno a su heredad.

Muerte de Josué

29 Sucedió que después de estas cosas murió Josué hijo de Nun, siervo del SEÑOR, cuando tenía ciento diez años. 30 Y lo sepultaron en los terrenos de su heredad en Timnat-séraj, que está en la región montañosa de Efraín, al norte del monte Gaas.

31 Israel sirvió al SEÑOR todo el tiempo de Josué y todo el tiempo de los ancianos que sobrevivieron a Josué, quienes conocían todas las obras que el SEÑOR había hecho por Israel.

Sepultura de los restos de José

32 Y sepultaron en Siquem los restos de José, que los hijos de Israel habían traído de Egipto, en la parte del campo que Jacob compró a los hijos de Hamor, padre de Siquem, por cien piezas de dinero[g]. Y vino a ser heredad de los hijos de José.

Muerte del sacerdote Eleazar

33 También murió Eleazar hijo de Aarón, y lo sepultaron en la colina de su hijo Fineas, que le había sido dada en la región montañosa de Efraín.

Lucas 3

Ministerio de Juan el Bautista

En el año quince del gobierno de Tiberio César, siendo Poncio Pilato procurador de Judea, Herodes tetrarca de Galilea, su hermano Felipe tetrarca de las regiones de Iturea y de Traconite, y Lisanias tetrarca de Abilinia; en tiempo de los sumos sacerdotes Anás y Caifás, vino palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Entonces él anduvo por toda la región alrededor del Jordán predicando el bautismo del arrepentimiento para perdón de pecados, como está escrito en el libro de las palabras del profeta Isaías, que dice:

Voz del que proclama en el desierto: “Preparen el camino del Señor;

enderecen sus sendas.

Todo valle será rellenado,

y toda montaña y colina serán rebajadas. Los senderos torcidos serán enderezados;

y los caminos ásperos, allanados;

y toda carne verá la salvación de Dios”[a].

Juan, pues, decía a las multitudes que salían para ser bautizadas por él:

—¡Generación de víboras! ¿Quién les enseñó a huir de la ira venidera? Produzcan, pues, frutos dignos de arrepentimiento y no comiencen a decir dentro de ustedes mismos: “A Abraham tenemos por padre”. Porque les digo que aun de estas piedras Dios puede levantar hijos a Abraham. También, el hacha ya está puesta a la raíz de los árboles. Por lo tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado al fuego.

10 Las multitudes le preguntaban diciendo:

—Pues, ¿qué haremos?

11 Respondiendo les decía:

—El que tiene dos túnicas dé al que no tiene, y el que tiene comida haga lo mismo.

12 También fueron unos publicanos para ser bautizados y le preguntaron:

—Maestro, ¿qué haremos?

13 Él les decía:

—No cobren más de lo que les está ordenado.

14 También unos soldados le preguntaban diciendo:

—Y nosotros, ¿qué haremos?

Él les dijo:

—No hagan extorsión ni denuncien falsamente a nadie, y conténtense con sus salarios.

15 Como el pueblo estaba a la expectativa, y todos especulaban en su corazón si acaso Juan sería el Cristo, 16 Juan respondió a todos diciendo:

—Yo, a la verdad, les bautizo en agua. Pero viene el que es más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado. Él les bautizará en el Espíritu Santo y fuego. 17 Su aventador está en su mano para limpiar su era y juntar el trigo en su granero, pero quemará la paja en el fuego que nunca se apagará.

18 Así que, exhortando con estas y otras muchas cosas, anunciaba las buenas noticias al pueblo.

19 Pero el tetrarca Herodes, cuando fue reprendido por Juan respecto de Herodía, la mujer de su hermano[b], y de todas las maldades que Herodes había hecho, 20 añadió a todo también esto: Encerró a Juan en la cárcel.

El bautismo de Jesús

21 Aconteció que, en el tiempo en que todo el pueblo era bautizado, también Jesús fue bautizado. Y mientras oraba, el cielo fue abierto 22 y el Espíritu Santo descendió sobre él en forma corporal, como paloma. Luego vino una voz del cielo: “Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia”[c].

Genealogía de Jesús

23 Al comenzar su ministerio, Jesús tenía como treinta años. Él era (según se creía) hijo de José,

24 hijo de Elí, hijo de Matat,

hijo de Leví, hijo de Melqui,

hijo de Jana, hijo de José,

25 hijo de Matatías, hijo de Amós, hijo de Nahúm, hijo de Esli,

26 hijo de Nagai, hijo de Maat,

hijo de Matatías, hijo de Semei, hijo de José, hijo de Judá,

27 hijo de Joanán, hijo de Resa, hijo de Zorobabel, hijo de Salatiel,

28 hijo de Neri, hijo de Melqui,

hijo de Adi, hijo de Cosam,

hijo de Elmodam, hijo de Er,

29 hijo de Josué, hijo de Eliezer, hijo de Jorim, hijo de Matat,

30 hijo de Leví, hijo de Simeón, hijo de Judá, hijo de José,

hijo de Jonán, hijo de Eliaquim,

31 hijo de Melea, hijo de Mainán, hijo de Matata, hijo de Natán,

32 hijo de David, hijo de Isaí,

hijo de Obed, hijo de Boaz,

hijo de Salá[d], hijo de Najsón,

33 hijo de Aminadab, hijo de Admín[e], hijo de Arní, hijo de Hesrón, hijo de Fares, hijo de Judá,

34 hijo de Jacob, hijo de Isaac,

hijo de Abraham, hijo de Taré,

35 hijo de Nacor, hijo de Serug, hijo de Ragau, hijo de Peleg, hijo de Heber, hijo de Sélaj,

36 hijo de Cainán, hijo de Arfaxad, hijo de Sem, hijo de Noé,

37 hijo de Lamec, hijo de Matusalén, hijo de Enoc, hijo de Jared,

hijo de Mahalaleel, hijo de Cainán,

38 hijo de Enós, hijo de Set,

hijo de Adán, hijo de Dios.

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