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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
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Josué 10-12

Los amorreos suben contra Gabaón

10 Sucedió que cuando Adonisedec, rey de Jerusalén, oyó que Josué había tomado Hai y la había destruido, haciendo con Hai y su rey lo que había hecho con Jericó y su rey, y que los habitantes de Gabaón habían hecho la paz con los israelitas y estaban entre ellos, tuvo[a] gran temor porque Gabaón era una ciudad grande, como una de las ciudades reales, mayor que Hai, y porque todos sus hombres eran valientes. Entonces Adonisedec rey de Jerusalén mandó a decir a Hojam rey de Hebrón, a Piream rey de Jarmut, a Jafía rey de Laquis y a Debir rey de Eglón: “Suban y ayúdenme a combatir a Gabaón, porque ha hecho la paz con Josué y con los hijos de Israel”.

Entonces los cinco reyes de los amorreos (el rey de Jerusalén, el rey de Hebrón, el rey de Jarmut, el rey de Laquis y el rey de Eglón) se reunieron y subieron con todos sus ejércitos. Acamparon frente a Gabaón y combatieron contra ella. Entonces los habitantes de Gabaón mandaron a decir a Josué, al campamento en Gilgal: “No abandones a tus siervos. Sube rápidamente a nosotros para protegernos y ayudarnos, porque todos los reyes de los amorreos que habitan en la región montañosa se han agrupado contra nosotros”.

La derrota de los amorreos

Josué subió de Gilgal con toda la gente de guerra y todos los hombres valientes, y el SEÑOR dijo a Josué:

—No tengas temor de ellos, porque yo los he entregado en tu mano. Ninguno de ellos podrá resistir delante de ti.

Después de subir toda la noche desde Gilgal, Josué cayó sobre ellos de repente. 10 El SEÑOR los turbó delante de Israel y los hirió con gran mortandad en Gabaón. Los persiguió por el camino que sube a Bet-jorón y los hirió hasta Azeca y Maqueda. 11 Y sucedió que cuando iban huyendo de los israelitas por la bajada de Bet-jorón, el SEÑOR arrojó desde el cielo grandes piedras sobre ellos, hasta Azeca; y murieron. Fueron muchos más los que murieron a causa de las piedras del granizo, que aquellos a quienes los hijos de Israel mataron a espada.

12 Entonces Josué habló al SEÑOR el día en que el SEÑOR entregó a los amorreos ante los hijos de Israel, y dijo en presencia de los israelitas:

“¡Sol, detente sobre Gabaón;

y tú, luna, sobre el valle de Ajalón!”.

13 Y el sol se detuvo y la luna se paró, hasta que el pueblo se hubo vengado de sus enemigos. ¿No está escrito esto en el libro de Jaser? El sol se detuvo en medio del cielo, y no se apresuró a ponerse casi un día entero. 14 Nunca hubo un día semejante ni antes ni después de aquel día, cuando el SEÑOR escuchó la voz de un hombre; porque el SEÑOR combatía por Israel. 15 Luego Josué, y todo Israel con él, volvió al campamento en Gilgal.

16 Los cinco reyes huyeron y se escondieron en la cueva de Maqueda. 17 Y le fue dicho a Josué que los cinco reyes habían sido hallados escondidos en la cueva de Maqueda. 18 Entonces Josué dijo:

—Hagan rodar grandes piedras a la entrada de la cueva y pongan hombres junto a ella, para que los guarden. 19 Pero ustedes, no se detengan, sino persigan a sus enemigos y hiéranles la retaguardia. No los dejen entrar en sus ciudades, porque el SEÑOR su Dios los ha entregado en su mano.

20 Aconteció que cuando Josué y los hijos de Israel habían acabado de herirlos con gran mortandad hasta destruirlos, los que quedaron de ellos entraron en las ciudades fortificadas. 21 Después, todo el pueblo regresó ileso al campamento de Josué en Maqueda. No hubo quien dijera algo en contra de los hijos de Israel. 22 Entonces dijo Josué:

—Abran la entrada de la cueva y sáquenme de ella a esos cinco reyes.

23 Así lo hicieron y sacaron de la cueva a estos cinco reyes: el rey de Jerusalén, el rey de Hebrón, el rey de Jarmut, el rey de Laquis y el rey de Eglón. 24 Y sucedió que cuando sacaron a estos reyes ante Josué, este llamó a todos los hombres de Israel y dijo a los jefes de los hombres de guerra que habían ido con él:

—Acérquense y pongan sus pies sobre los cuellos de estos reyes.

Ellos se acercaron y pusieron sus pies sobre los cuellos de ellos. 25 Y Josué les dijo:

—No teman ni se atemoricen; esfuércense y sean valientes, porque así hará el SEÑOR a todos sus enemigos contra los cuales combaten.

26 Después de esto, Josué los hirió, los mató y los hizo colgar de cinco árboles; y estuvieron colgados de los árboles hasta el atardecer. 27 Y sucedió que cuando el sol se ponía, Josué mandó que los quitaran de los árboles y los echaran en la cueva donde se habían escondido. Después pusieron grandes piedras a la entrada de la cueva, las cuales están hasta este mismo día.

28 En aquel día Josué tomó Maqueda y la hirió a filo de espada juntamente con su rey. La[b] destruyó por completo con todo lo que en ella tenía vida, sin dejar sobrevivientes. E hizo con el rey de Maqueda como había hecho con el rey de Jericó.

Conquista del sur de Canaán

29 Josué, y todo Israel con él, pasó de Maqueda a Libna y combatió contra Libna. 30 El SEÑOR también entregó la ciudad y a su rey en mano de Israel, e hirieron a filo de espada a todo lo que en ella tenía vida, sin dejar sobrevivientes en ella. E hizo a su rey como había hecho con el rey de Jericó.

31 Josué, y todo Israel con él, pasó de Libna a Laquis. Acamparon contra ella y la combatieron. 32 El SEÑOR también entregó Laquis en mano de Israel, y la tomó al segundo día. Mató a espada todo lo que en ella tenía vida, como había hecho con Libna.

33 Entonces Horam, rey de Gezer, fue en ayuda de Laquis, pero Josué los mató a él y a su gente, hasta no dejarle ningún sobreviviente.

34 Josué, y todo Israel con él, pasó de Laquis a Eglón. Acamparon contra ella y la combatieron. 35 El mismo día la tomaron y la hirieron a filo de espada. Aquel día él destruyó a todo lo que en ella tenía vida, como había hecho con Laquis.

36 Luego Josué, y todo Israel con él, subió de Eglón a Hebrón, y la combatieron. 37 La tomó y mató a espada a su rey y a la gente de todas sus aldeas con todo lo que en ellas tenía vida, sin dejar sobrevivientes. Como había hecho con Eglón, así la destruyó con todo lo que en ella tenía vida.

38 Después Josué, y todo Israel con él, se volvió contra Debir y la combatió. 39 La tomó, y mataron a espada a su rey y a la gente de todas sus aldeas. Destruyeron todo lo que allí tenía vida, sin dejar sobrevivientes. Como había hecho con Hebrón y con Libna y con su rey, así hizo con Debir y con su rey.

40 Conquistó, pues, Josué toda la tierra: la región montañosa, el Néguev, la Sefela y las laderas, y a todos sus reyes, sin dejar sobrevivientes. Mató todo lo que tenía vida, como el SEÑOR Dios de Israel había mandado. 41 Josué los derrotó desde Cades-barnea hasta Gaza, y toda la tierra de Gosén hasta Gabaón. 42 Josué tomó a todos estos reyes y sus tierras, de una vez, porque el SEÑOR Dios de Israel combatía por Israel.

43 Después Josué, y todo Israel con él, volvió al campamento de Gilgal.

Conquista del norte de Canaán

11 Sucedió que cuando Jabín rey de Hazor oyó esto, envió un mensaje a Jobab rey de Madón, al rey de Simrón, al rey de Acsaf, a los reyes que habitaban en la región montañosa del norte, en la llanura del sur del mar Quinéret, en la Sefela y en Nafot-dor al occidente, a los cananeos que habitaban al oriente y al occidente, a los amorreos, a los heteos, a los ferezeos, a los jebuseos de la región montañosa y a los heveos de las faldas del Hermón, en la tierra de Mizpa. Entonces ellos, y todos sus ejércitos con ellos, un pueblo tan numeroso como la arena que está a la orilla del mar, salieron con gran cantidad de caballos y carros. Todos estos reyes se reunieron, y fueron y acamparon juntos al lado de las aguas de Merom, para combatir contra Israel. Pero el SEÑOR dijo a Josué:

—No tengas temor de ellos, porque mañana a esta hora yo entregaré muertos a todos ellos, delante de Israel. Dejarás cojos a sus caballos y quemarás sus carros.

Entonces Josué y toda la gente de guerra con él fueron y cayeron de repente sobre ellos al lado de las aguas de Merom. El SEÑOR los entregó en mano de los israelitas, quienes los derrotaron y los persiguieron hasta la gran Sidón, hasta Misrefot-maim y hasta el valle de Mizpa al oriente. Y los mató, hasta no dejarles sobrevivientes. Josué hizo con ellos como el SEÑOR le había mandado: Dejó cojos a sus caballos y quemó sus carros.

10 En aquel tiempo Josué volvió y tomó Hazor, y mató a espada a su rey. Hazor había sido antes la capital de todos estos reinos. 11 Mataron a espada a todo cuanto tenía vida en ella, destruyendo y no dejando nada vivo. E incendió a Hazor.

12 Asimismo, Josué tomó todas las ciudades de estos reyes, y a todos sus reyes. Los mató a espada y los destruyó, como lo había mandado Moisés, siervo del SEÑOR. 13 Pero Israel no incendió ninguna de las ciudades que estaban sobre sus montículos de ruinas, excepto Hazor, la cual Josué sí incendió. 14 Los hijos de Israel tomaron para sí todo el botín de estas ciudades junto con el ganado, pero mataron a espada a todos los hombres hasta destruirlos, sin dejar uno solo vivo.

Resumen de la conquista de Canaán

15 De la manera que el SEÑOR había mandado a su siervo Moisés, así mandó Moisés a Josué, y así lo hizo Josué, sin omitir nada de todo lo que el SEÑOR había mandado a Moisés. 16 Así tomó Josué toda esta tierra: la región montañosa, todo el Néguev, toda la tierra de Gosén, la Sefela, el Arabá, la región montañosa de Israel y sus laderas, 17 desde el monte Halac que sube hasta Seír, hasta Baal-gad, en el valle del Líbano, a las faldas del monte Hermón. Capturó a todos sus reyes, los hirió y los mató.

18 Por mucho tiempo Josué tuvo guerra con todos estos reyes. 19 No hubo ciudad que hiciera la paz con los hijos de Israel, excepto los heveos que moraban en Gabaón. Todo el resto lo tomaron en batalla. 20 Esto provenía del SEÑOR, quien endurecía el corazón de ellos, para que resistieran con la guerra a Israel, a fin de que fueran destruidos sin que se les tuviera misericordia; para que fuerasen desarraigados, como el SEÑOR había mandado a Moisés[c].

21 Por aquel tiempo Josué fue y destruyó a los anaquitas de la región montañosa de Hebrón, de Debir y de Anab, y de toda la región montañosa de Judá y de toda la de Israel. Josué los destruyó a ellos con sus ciudades. 22 Ninguno de los anaquitas quedó en la tierra de los hijos de Israel. Solo quedaron algunos en Gaza, en Gat y en Asdod.

23 Así tomó Josué toda la tierra, conforme a todo lo que el SEÑOR había dicho a Moisés. Josué la entregó como heredad a Israel, conforme a la distribución de sus tribus.

Y la tierra reposó de la guerra.

Reyes derrotados por Moisés

12 Estos son los reyes de la tierra a quienes derrotaron los hijos de Israel y cuyas tierras poseyeron al lado oriental del Jordán, desde el río Arnón hasta el monte Hermón y todo el Arabá oriental:

Sejón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón. Este reinaba desde Aroer, que está en la ribera del río Arnón y desde el centro del valle hasta el río Jaboc, que sirve de frontera con los hijos de Amón. Esta región incluía la mitad de Galaad y el Arabá, desde el mar Quinéret, al oriente, hasta el mar del Arabá, o mar Salado, al oriente en dirección a Bet-jesimot, y por el sur hasta más abajo de las faldas del Pisga.

Og[d], rey de Basán, sobreviviente de los refaítas, quien residía en Astarot y en Edrei. Este reinaba en el monte Hermón, en Salca y en todo Basán, hasta la frontera de Gesur y de Maaca y en la mitad de Galaad, hasta la frontera de Sejón, rey de Hesbón.

Moisés, siervo del SEÑOR, y los hijos de Israel los derrotaron. Y Moisés, siervo del SEÑOR, dio la tierra en posesión a los rubenitas, a los gaditas y a la media tribu de Manasés.

Reyes derrotados por Josué

Estos son los reyes de la tierra a quienes derrotaron Josué y los hijos de Israel en el lado occidental del Jordán, desde Baal-gad, en el valle del Líbano, hasta el monte Halac que sube a Seír, cuya tierra dio Josué en posesión a las tribus de Israel conforme a su distribución, en la región montañosa, en la Sefela, en el Arabá, en las laderas, en el desierto y en el Néguev, donde habitaban los heteos, los amorreos, los cananeos, los ferezeos, los heveos y los jebuseos:

El rey de Jericó, uno; el rey de Hai (que está junto a Betel), uno; 10 el rey de Jerusalén, uno; el rey de Hebrón, uno; 11 el rey de Jarmut, uno; el rey de Laquis, uno; 12 el rey de Eglón, uno; el rey de Gezer, uno; 13 el rey de Debir, uno; el rey de Geder, uno; 14 el rey de Horma, uno; el rey de Arad, uno; 15 el rey de Libna, uno; el rey de Adulam, uno; 16 el rey de Maqueda, uno; el rey de Betel, uno; 17 el rey de Tapúaj, uno; el rey de Hefer, uno; 18 el rey de Afec, uno; el rey de Sarón, uno; 19 el rey de Madón, uno; el rey de Hazor, uno; 20 el rey de Simron-merón, uno; el rey de Acsaf, uno; 21 el rey de Taanac, uno; el rey de Meguido, uno; 22 el rey de Quedes, uno; el rey de Jocneam del Carmelo, uno; 23 el rey de Dor en Nafot-dor, uno; el rey de Goím en Gilgal, uno; 24 el rey de Tirsa, uno. Treinta y un reyes en total.

Lucas 1:39-56

María visita a Elisabet

39 En esos días se levantó María y fue de prisa a una ciudad en la región montañosa de Judá. 40 Entró en casa de Zacarías y saludó a Elisabet. 41 Aconteció que, cuando Elisabet oyó el saludo de María, la criatura saltó en su vientre. Y Elisabet fue llena del Espíritu Santo, 42 y exclamó a gran voz y dijo:

—¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! 43 ¿De dónde se me concede esto, que la madre de mi Señor venga a mí? 44 Porque he aquí, cuando llegó a mis oídos la voz de tu saludo, la criatura saltó de alegría en mi vientre. 45 Bienaventurada la que creyó, porque se cumplirá lo que le ha sido dicho de parte del Señor.

El cántico de María

46 Y María dijo:

—Engrandece mi alma al Señor;

47 y mi espíritu se alegra

en Dios, mi Salvador,

48 porque ha mirado

la bajeza de su sierva.

He aquí, pues, desde ahora

me tendrán por bienaventurada todas las generaciones,

49 porque el Poderoso ha hecho grandes cosas conmigo.

Su nombre es santo,

50 y su misericordia es

de generación en generación, para con los que le temen.

51 Hizo proezas con su brazo;

esparció a los soberbios

en el pensamiento de sus corazones.

52 Quitó a los poderosos de sus tronos

y levantó a los humildes.

53 A los hambrientos sació de bienes

y a los ricos los despidió vacíos.

54 Ayudó a Israel, su siervo,

para acordarse de la misericordia,

55 tal como habló a nuestros padres;

a Abraham y a su descendencia para siempre.

56 Y María se quedó con ella como tres meses, y regresó a su casa.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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