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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
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Josué 13-15

La tierra por conquistar

13 Siendo Josué ya viejo y de edad avanzada, le dijo el SEÑOR: “Tú eres ya viejo y de edad avanzada, y queda todavía muchísima tierra por conquistar. Esta es la tierra que queda:

“Todos los distritos de los filisteos y todo el de Gesur: Desde Sijor, al oriente de Egipto, hasta el territorio de Ecrón, al norte, que se considera de los cananeos; los cinco distritos de los filisteos (Gaza, Asdod, Ascalón, Gat y Ecrón) y la tierra de losaveos, al sur; toda la tierra de los cananeos, y desde Ara, que pertenece a los sidonios, hasta Afec, hasta la frontera de los amorreos; la tierra de los de Biblos; todo el Líbano al oriente, desde Baal-gad al pie del monte Hermón, hasta Lebo-hamat; todos los que habitan en la región montañosa desde el Líbano hasta Misrefot-maim, y todos los habitantes de Sidón. A todos estos yo los arrojaré de delante de los hijos de Israel.

“Tú, pues, solo da la tierra por sorteo a Israel como heredad, como te he mandado. Reparte esta tierra como heredad entre las nueve tribus y la media tribu de Manasés; porque la otra mitad de esta tribu, los rubenitas y los gaditas ya recibieron su heredad, la cual les dio Moisés en el lado oriental del Jordán[a]. Moisés, siervo del SEÑOR, se la dio desde Aroer, que está en la ribera del río Arnón, y la ciudad que está en el centro del valle, toda la meseta de Medeba hasta Dibón; 10 todas las ciudades de Sejón, rey de los amorreos, que reinó en Hesbón hasta la frontera de los hijos de Amón; 11 Galaad y los territorios de Gesur y de Maaca; todo el monte Hermón, toda la tierra de Basán hasta Salca; 12 todo el reino de Og, el cual era sobreviviente de los refaítas, que reinó en Astarot y Edrei en Basán, y a quienes Moisés derrotó y echó”.

13 Sin embargo, los hijos de Israel no echaron a los de Gesur y de Maaca; antes bien, Gesur y Maaca han habitado en medio de Israel hasta el día de hoy.

14 Solo a la tribu de Leví no dio heredad: Las ofrendas quemadas del SEÑOR Dios de Israel son su heredad, como él le había prometido.

Territorios de Rubén, Gad y Manasés

15 Moisés había dado heredad a la tribu de los hijos de Rubén, según sus clanes, 16 y el territorio de ellos abarcaba desde Aroer, que está en la ribera del río Arnón, la ciudad que está en el centro del valle y toda la meseta hasta Medeba; 17 Hesbón con todas sus aldeas que están en la meseta, Dibón, Bamot-baal, Bet-baal-maón; 18 Jahaz, Cademot, Mefaat, 19 Quiriataim, Sibma, Zeret-hasájar en la colina del valle; 20 Bet-peor, las laderas del Pisga, Bet-jesimot; 21 todas las ciudades de la meseta; todo el reino de Sejón, rey de los amorreos, que reinó en Hesbón. (Moisés había derrotado a este y a los jefes de Madián; Evi, Requem, Zur, Hur y Reba, príncipes de Sejón que habitaban aquella tierra. 22 Los hijos de Israel también mataron a espada, entre otros, al adivino Balaam hijo de Beor)[b]. 23 Y el Jordán era el límite del territorio de los hijos de Rubén. Esta era la heredad de los hijos de Rubén, según sus clanes, con sus ciudades y sus aldeas.

24 También Moisés había dado heredad a la tribu de Gad, a los hijos de Gad, según sus clanes. 25 El territorio de ellos abarcaba Jazer, todas las ciudades de Galaad, la mitad del territorio de los hijos de Amón hasta Aroer, que está enfrente de Rabá; 26 desde Hesbón hasta Ramat-mizpa y Betonim; desde Majanaim hasta el territorio de Lo-debar; 27 y en el valle Bet-haram, Bet-nimra, Sucot, Zafón y el resto del reino de Sejón, rey de Hesbón; es decir, la ribera oriental del Jordán hasta el extremo sur del mar Quinéret. 28 Esta es la heredad de los hijos de Gad, según sus clanes, con sus ciudades y sus aldeas.

29 También Moisés había dado heredad a la media tribu de Manasés, esto es, a la media tribu de los hijos de Manasés, según sus clanes: 30 El territorio de ellos abarcaba desde Majanaim, todo Basán (todo el reino de Og, rey de Basán), y todas las aldeas de Jaír que están en Basán: sesenta ciudades. 31 Se dio, además, la mitad de Galaad, Astarot y Edrei, ciudades del reino de Og en Basán, a los hijos de Maquir hijo de Manasés, es decir, a la mitad de los hijos de Maquir, según sus clanes.

32 Esto es lo que Moisés había dado como heredad en las llanuras de Moab al otro lado del Jordán, al oriente de Jericó. 33 Pero Moisés no dio heredad a la tribu de Leví; el SEÑOR Dios de Israel es su heredad, como él les había dicho.

Sorteo de la tierra de Canaán

14 Esto es lo que los hijos de Israel tomaron como heredad en la tierra de Canaán, lo que les repartieron el sacerdote Eleazar, Josué hijo de Nun y los jefes de las casas paternas de las tribus de los hijos de Israel. Su heredad les fue dada por sorteo a las nueve tribus y a la media tribu, como el SEÑOR había mandado por medio de Moisés. Porque a las dos tribus y a la media tribu, Moisés les había dado heredad al otro lado del Jordán[c]; pero a los levitas no les había dado heredad entre ellos. Pues los hijos de José formaban dos tribus: Manasés y Efraín. A los levitas no se les dio ninguna porción en la tierra, sino solamente ciudades en que habitaran, con sus campos de alrededor para sus ganados y sus rebaños. Conforme el SEÑOR había mandado a Moisés, así hicieron los hijos de Israel en el reparto de la tierra.

Josué concede Hebrón a Caleb

Los hijos de Judá acudieron a Josué en Gilgal. Y Caleb hijo de Jefone el quenezeo le dijo:

—Tú sabes lo que el SEÑOR dijo a Moisés[d], hombre de Dios, en Cades-barnea tocante a mí y a ti. Yo tenía cuarenta años cuando Moisés, siervo del SEÑOR, me envió de Cades-barnea para espiar la tierra. Yo le traje el informe como lo sentía en mi corazón. Mis hermanos que habían ido conmigo descorazonaron al pueblo, pero yo seguí al SEÑOR mi Dios con integridad. Aquel día Moisés juró diciendo: “La tierra que pisó tu pie será para ti y para tus hijos como heredad perpetua, porque seguiste al SEÑOR mi Dios con integridad”. 10 Ahora bien, he aquí que el SEÑOR me ha conservado la vida, como él dijo, estos cuarenta y cinco años desde el día que el SEÑOR habló estas palabras a Moisés, cuando Israel caminaba por el desierto. Ahora, he aquí que tengo ochenta y cinco años; 11 pero aún estoy tan fuerte como el día en que Moisés me envió. Como era entonces mi fuerza, así es ahora mi fuerza para la guerra, tanto para salir como para entrar. 12 Dame, pues, ahora esta parte montañosa de la cual habló el SEÑOR aquel día, porque tú oíste aquel día que los anaquitas viven allí y que hay ciudades grandes y fortificadas. ¡Si el SEÑOR está conmigo, yo los echaré, como el SEÑOR ha dicho!

13 Entonces Josué bendijo a Caleb hijo de Jefone, y le dio Hebrón como heredad. 14 Por eso, Hebrón ha sido heredad de Caleb hijo de Jefone el quenezeo hasta el día de hoy, porque siguió con integridad al SEÑOR Dios de Israel. 15 Antes el nombre de Hebrón era Quiriat-arba[e], pues Arba había sido el hombre más grande entre los anaquitas.

Y la tierra reposó de la guerra.

Territorio de Judá

15 La parte que tocó en el sorteo a la tribu de los hijos de Judá, según sus clanes, se extendía hasta el territorio de Edom y hasta el desierto de Zin en el Néguev, su extremo sur. Su frontera sur era desde el extremo del mar Salado, desde la bahía que mira hacia el sur. Seguía en dirección sur hasta la cuesta de Acrabim y pasaba hasta Zin. Subía por el sur hasta Cades-barnea y pasaba por Hezrón. Luego subía hacia Adar, hasta rodear Carca. De allí la frontera pasaba a Asmón y continuaba por el arroyo de Egipto y terminaba en el mar. Esta será su frontera del sur.

La frontera oriental era el mar Salado hasta la desembocadura del Jordán.

Por el lado norte la frontera era desde la bahía del mar en la desembocadura del Jordán. Luego la frontera subía por Bet-jogla y pasaba por el norte de Bet-haarabá. Luego la frontera subía hacia la piedra de Bohan hijo de Rubén. Luego la frontera subía desde el valle de Acor hasta Debir, y se dirigía al norte, hacia Gilgal, que está frente a la cuesta de Adumim, al lado sur del valle. La frontera pasaba hasta las aguas de En-semes y llegaba hasta En-rogel. Luego la frontera subía por el valle de Ben-hinom a la ladera sur de Jebús (que es Jerusalén). Luego la frontera subía hacia la cumbre del monte que está frente al valle de Hinom, al occidente, en el extremo norte del valle de Refaím. Después doblaba desde la cumbre del monte hacia el manantial Aguas de Neftóaj y llegaba a las ciudades del monte Efrón, rodeando luego a Baala (que es Quiriat-jearim). 10 La frontera torcía después desde Baala hacia el occidente hasta el monte Seír, y pasaba al norte de Jearim (que es Quesalón); descendía a Bet-semes y seguía hacia Timna. 11 Luego la frontera salía hacia el lado norte de Ecrón. La frontera rodeaba Sicrón, pasaba por el monte Baala, llegaba a Jabneel, y el terminal de la frontera daba en el mar.

12 La frontera occidental era la costa del mar Grande.

Estas son las fronteras del territorio de los hijos de Judá, según sus clanes.

Otoniel conquista Debir

13 De acuerdo con el mandato del SEÑOR a Josué[f], este dio a Caleb hijo de Jefone una parte entre los hijos de Judá. Le dio Quiriat-arba, que es Hebrón (Arba fue el padre de Anac). 14 Y Caleb echó de allí a los tres hijos de Anac: a Sesai, a Ajimán y a Talmai, descendientes de Anac. 15 De allí subió contra los habitantes de Debir (Antes el nombre de Debir era Quiriat-séfer). 16 Entonces Caleb dijo:

—Al que ataque y tome Quiriat-séfer, yo le daré por mujer a mi hija Acsa.

17 Otoniel hijo de Quenaz, hermano de Caleb, fue quien la tomó. Y Caleb le dio por mujer a su hija Acsa. 18 Y aconteció que cuando ella llegó, lo persuadió[g] a que pidiera a su padre un campo. Entonces ella hizo señas desde encima del asno, y Caleb le preguntó:

—¿Qué quieres?

19 Ella respondió:

—Hazme un favor. Ya que me has dado tierra en el Néguev, dame también fuentes de aguas.

Entonces él le dio las fuentes de arriba y las fuentes de abajo.

Ciudades de Judá

20 Esta es la heredad de la tribu de los hijos de Judá, según sus clanes. 21 Las ciudades de la tribu de los hijos de Judá, en el extremo sur, hacia la frontera de Edom, fueron: Cabseel, Eder, Jagur, 22 Quina, Dimona, Adada, 23 Quedes, Hazor, Itnán, 24 Zif, Telem, Bealot, 25 Hazor-hadata, Queriot, Hezrón (que es Hazor), 26 Amam, Sema, Molada, 27 Hazar-gada, Hesmón, Bet-pélet, 28 Hazar-sual, Beerseba, Bizotia, 29 Baala, Iyim, Ezem, 30 Eltolad, Quesil, Horma, 31 Siclag, Madmana, Sansana, 32 Lebaot, Siljim, Ayin y Rimón. En total eran veintinueve ciudades con sus aldeas.

33 En la región de la Sefela: Estaol, Zora, Asena, 34 Zanóaj, En-ganim, Tapúaj, Enam, 35 Jarmut, Adulam, Soco, Azeca, 36 Saaraim, Aditaim, Gedera y Gederotaim; catorce ciudades con sus aldeas. 37 También Zenán, Hadasa, Migdal-gad, 38 Dileán, Mizpa, Jocteel, 39 Laquis, Boscat, Eglón, 40 Cabón, Lajmas, Quitlis, 41 Gederot, Bet-dagón, Naama y Maqueda; dieciséis ciudades con sus aldeas. 42 También Libna, Eter, Asán, 43 Jefté, Asena, Nezib, 44 Queila, Aczib, Maresa; nueve ciudades con sus aldeas.

45 Ecrón con sus villas y aldeas. 46 Desde Ecrón hasta el mar, todas las que están junto a Asdod, con sus aldeas. 47 También Asdod con sus villas y aldeas, y Gaza con sus villas y aldeas, hasta el arroyo de Egipto y las costas del mar Grande.

48 En la región montañosa: Samir, Jatir, Soco, 49 Dana, Quiriat-sana (que es Debir), 50 Anab, Estemoa, Anim, 51 Gosén, Holón y Gilo; once ciudades con sus aldeas. 52 También Arab, Duma, Esán, 53 Janum, Bet-tapúaj, Afeca, 54 Humta, Quiriat-arba (que es Hebrón) y Sior; nueve ciudades con sus aldeas. 55 También Maón, Carmel, Zif, Juta, 56 Jezreel, Jocdeam, Zanóaj, 57 Caín, Gabaa y Timna; diez ciudades con sus aldeas. 58 También Jaljul, Betsur, Gedor, 59 Maarat, Bet-anot y Eltecón; seis ciudades con sus aldeas. 60 También Quiriat-baal (que es Quiriat-jearim) y Rabá; dos ciudades con sus aldeas.

61 En el desierto: Bet-haarabá, Midín, Sejaja, 62 Nibsán, la Ciudad de la Sal y En-guedi; seis ciudades con sus aldeas.

63 Pero los hijos de Judá no pudieron echar a los jebuseos que habitaban en Jerusalén. Así que los jebuseos han habitado con los hijos de Judá en Jerusalén, hasta el día de hoy.

Lucas 1:57-80

El nacimiento de Juan el Bautista

57 Se cumplió para Elisabet el tiempo de su alumbramiento, y dio a luz un hijo. 58 Los vecinos y los parientes oyeron que Dios había engrandecido su misericordia hacia ella y se regocijaron con ella. 59 Aconteció que, al octavo día, vinieron para circuncidar al niño, y lo llamaban con el nombre de su padre, Zacarías. 60 Y su madre respondiendo, dijo:

—¡No! Más bien será llamado Juan.

61 Y le dijeron:

—No hay nadie en tu familia que se llame con este nombre.

62 Preguntaban por señas a su padre cómo quería llamarle. 63 Y, pidiendo una tablilla escribió diciendo: “Juan es su nombre”. Y todos se maravillaron. 64 Al instante su boca fue abierta, y se le soltó la lengua y comenzó a hablar bendiciendo a Dios. 65 Cayó temor sobre todos sus vecinos, y por toda la región montañosa de Judá se divulgaban todas estas cosas. 66 Y todos los que las oían las guardaban en su corazón, diciendo:

—Pues, ¿quién será este niño?

Porque ciertamente la mano del Señor estaba con él.

El cántico de Zacarías

67 Zacarías, su padre, fue lleno del Espíritu Santo y profetizó diciendo:

68 —Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido

a su pueblo.

69 Ha levantado para nosotros

un Salvador poderoso[a]

en la casa de su siervo David,

70 tal como habló por boca

de sus santos profetas

que fueron desde antiguo:

71 Salvación de nuestros enemigos

y de la mano de todos los

que nos aborrecen,

72 para hacer misericordia

con nuestros padres

y para acordarse de su santo pacto.

73 Este es el juramento

que juró a Abraham nuestro padre, para concedernos que,

74 una vez rescatados de las manos

de los enemigos[b],

le sirvamos sin temor,

75 en santidad y en justicia

delante de él todos nuestros días.

76 Y tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo

porque irás delante del Señor

para preparar sus caminos;

77 para dar a su pueblo conocimiento

de salvación

en el perdón de sus pecados

78 a causa de la entrañable misericordia de nuestro Dios,

con que la luz de la aurora nos visitará[c] de lo alto;

79 para alumbrar a los que habitan

en tinieblas y en sombra de muerte; para encaminar nuestros pies por caminos de paz.

80 Y el niño crecía y se fortalecía en espíritu, y estaba en el desierto hasta el día de su manifestación a Israel.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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