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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Josué 1-3

Josué asume el mando

Aconteció después de la muerte de Moisés[a], siervo del SEÑOR, que el SEÑOR habló a Josué hijo de Nun, ayudante de Moisés, diciendo:

—Mi siervo Moisés ha muerto. Ahora, levántate, pasa el Jordán tú con todo este pueblo a la tierra que yo doy a los hijos de Israel. Yo les he dado, como lo había prometido a Moisés, todo lugar que pise la planta de su pie[b]. El territorio de ustedes será desde el desierto y el Líbano hasta el gran río, el río Éufrates, toda la tierra de los heteos hasta el mar Grande, donde se pone el sol. Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida. Como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni te desampararé. Esfuérzate y sé valiente, porque tú harás que este pueblo tome posesión de la tierra que juré a sus padres que les daría. Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de cumplir toda la ley que mi siervo Moisés te mandó. No te apartes de ella ni a la derecha ni a la izquierda, para que tengas éxito en todo lo que emprendas. Nunca se aparte de tu boca este libro de la Ley; más bien, medita en él de día y de noche, para que guardes y cumplas todo lo que está escrito en él. Así tendrás éxito y todo te saldrá bien. ¿No te he mandado que te esfuerces y seas valiente? No temas ni desmayes, porque el SEÑOR tu Dios estará contigo dondequiera que vayas.

10 Entonces Josué mandó a los oficiales del pueblo, diciendo:

11 —Pasen por en medio del campamento y manden al pueblo diciendo: “Preparen alimentos, porque dentro de tres días cruzarán el Jordán para entrar a tomar posesión de la tierra que el SEÑOR su Dios les da para que la posean”.

12 Josué también habló a los rubenitas, a los gaditas y a la media tribu de Manasés, diciendo:

13 —Acuérdense de lo que les mandó Moisés, siervo del SEÑOR, diciendo: “El SEÑOR su Dios les ha dado reposo y les ha dado esta tierra. 14 Sus mujeres, sus niños y sus ganados se quedarán en la tierra que Moisés les ha dado a este lado del Jordán. Pero ustedes, todos los guerreros valientes, cruzarán armados al frente de sus hermanos y les ayudarán, 15 hasta que el SEÑOR haya dado reposo a sus hermanos como a ustedes, y ellos también tomen posesión de la tierra que les da el SEÑOR su Dios. Después volverán a la tierra que tienen como posesión, que les ha dado Moisés, siervo del SEÑOR, a este lado del Jordán, donde se levanta el sol”[c].

16 Y ellos respondieron a Josué diciendo:

—Nosotros haremos todas las cosas que nos has mandado, e iremos a dondequiera que nos envíes. 17 De la manera que hemos obedecido a Moisés en todas las cosas, así te obedeceremos a ti. Solo que el SEÑOR tu Dios esté contigo, como estuvo con Moisés. 18 Cualquiera que sea rebelde a tu mandato y que no obedezca tus palabras en todo lo que le mandes, que muera. ¡Solamente esfuérzate y sé valiente!

Josué envía espías a Jericó

Josué hijo de Nun envió secretamente dos espías desde Sitim, diciéndoles:

—Vayan y reconozcan la tierra y Jericó.

Ellos fueron y entraron en la casa de una mujer prostituta que se llamaba Rajab, y pasaron la noche allí. Entonces avisaron al rey de Jericó, diciendo:

—Unos hombres de los hijos de Israel han venido aquí esta noche para explorar la tierra.

Entonces el rey de Jericó mandó decir a Rajab:

—Saca a los hombres que han venido a ti y han entrado en tu casa, porque han venido para explorar todo el país.

Pero la mujer, que había tomado a los dos hombres y los había escondido, dijo:

—Es verdad que vinieron a mí unos hombres, pero yo no sabía de dónde eran. Cuando iba a ser cerrada la puerta de la ciudad, siendo ya oscuro, esos hombres salieron y no sé a dónde se han ido. Persíganlos aprisa y los alcanzarán.

Pero ella los había hecho subir a la azotea y los había escondido entre unos manojos de lino que tenía ordenados sobre la azotea. Entonces los hombres los persiguieron por el camino del Jordán, hasta los vados. Y después que salieron los que los perseguían, cerraron las puertas de la ciudad.

Antes de que ellos se acostaran, ella subió a la azotea, donde estaban, y les dijo:

—Sé que el SEÑOR les ha dado esta tierra, porque el miedo a ustedes ha caído sobre nosotros. Todos los habitantes de esta tierra se han desmoralizado a causa de ustedes. 10 Porque hemos oído que el SEÑOR hizo que las aguas del mar Rojo se secaran delante de ustedes cuando salieron de Egipto, y lo que han hecho a los dos reyes de los amorreos al otro lado del Jordán: a Sejón y a Og, a los cuales han destruido por completo. 11 Al oír esto, nuestro corazón desfalleció. No ha quedado más aliento en ninguno a causa de ustedes, porque el SEÑOR su Dios es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra. 12 Y ahora, por favor, júrenme por el SEÑOR que como he mostrado misericordia para con ustedes, así harán ustedes con la familia de mi padre, de lo cual me darán una señal segura. 13 Dejarán vivir a mi padre, a mi madre, a mis hermanos, a mis hermanas y a todos los suyos, y librarán nuestras vidas de la muerte.

14 Los hombres le respondieron:

—Nuestra vida sea por la de ustedes hasta la muerte, si tú no hablas[d] de este asunto nuestro. Entonces, cuando el SEÑOR nos haya dado la tierra, mostraremos para contigo misericordia y verdad.

15 Luego ella los hizo descender con una cuerda por la ventana, porque su casa estaba sobre la muralla de la ciudad, y ella vivía en la muralla. 16 Luego les dijo:

—Márchense hacia la región montañosa, para que no los encuentren los que fueron tras ustedes. Escóndanse allí tres días, hasta que hayan regresado los que los persiguen. Después seguirán su camino.

17 Los hombres le dijeron:

—Nosotros quedaremos libres de este juramento que nos has hecho jurar, 18 a menos que, cuando entremos en la tierra, ates este cordón rojo a la ventana por la cual nos has descolgado. Reunirás junto a ti en la casa a tu padre, a tu madre, a tus hermanos y a toda la familia de tu padre. 19 Cualquiera que salga fuera de las puertas de tu casa, su sangre caerá sobre su propia cabeza, y nosotros quedaremos libres. Pero si alguien pone su mano sobre cualquiera que esté en la casa contigo, su sangre caerá sobre nuestra cabeza. 20 También si hablas de este asunto nuestro, nosotros quedaremos libres del juramento que nos has hecho jurar.

21 Ella respondió:

—Como han dicho, así sea.

Luego los despidió, y se fueron. Y ella ató el cordón rojo a la ventana.

22 Caminando ellos, llegaron a la región montañosa y estuvieron allí tres días, hasta que los que los perseguían regresaron. Quienes los perseguían los buscaron por todo el camino, pero no los hallaron. 23 Después, los dos hombres se volvieron, descendieron de la región montañosa y cruzaron el Jordán. Fueron a Josué hijo de Nun y le contaron todas las cosas que les habían acontecido. 24 Ellos dijeron a Josué:

—¡El SEÑOR ha entregado toda la tierra en nuestras manos! Todos los habitantes de esta tierra tiemblan ante nosotros.

Los israelitas cruzan el Jordán

Josué se levantó muy de mañana y partió de Sitim con todos los hijos de Israel. Llegaron hasta el Jordán y pasaron allí la noche antes de cruzarlo. Después de tres días, los oficiales pasaron por en medio del campamento y mandaron al pueblo diciendo:

—Cuando vean que el arca del pacto del SEÑOR su Dios es llevada por los sacerdotes y levitas, ustedes partirán de su lugar y marcharán en pos de ella, para que sepan el camino por donde han de ir; porque ustedes no han pasado antes por este camino. Pero entre ustedes y el arca habrá una distancia de unos novecientos metros. No se acerquen a ella.

Y Josué dijo al pueblo:

—Purifíquense, porque mañana el SEÑOR hará maravillas entre ustedes.

Luego Josué habló a los sacerdotes diciendo:

—Tomen el arca del pacto y pasen delante del pueblo.

Entonces tomaron el arca del pacto y fueron delante del pueblo. Y el SEÑOR dijo a Josué:

—Desde este día comenzaré a engrandecerte ante los ojos de todo Israel, para que sepan que como estuve con Moisés, así estaré contigo. Tú mandarás a los sacerdotes que llevan el arca del pacto, diciendo: “Cuando hayan llegado hasta la orilla de las aguas del Jordán, se detendrán en el Jordán”.

Y Josué dijo a los hijos de Israel:

—Acérquense acá y escuchen las palabras del SEÑOR su Dios. 10 —Y añadió Josué—: En esto conocerán que el Dios vivo está en medio de ustedes y que él ciertamente echará de delante de ustedes a los cananeos, los heteos, los heveos, los ferezeos, los gergeseos, los amorreos y los jebuseos: 11 He aquí, el arca del pacto del Soberano de toda la tierra cruzará el Jordán delante de ustedes. 12 Tomen, pues, ahora doce hombres de las tribus de Israel, uno de cada tribu. 13 Y cuando las plantas de los pies de los sacerdotes que llevan el arca del SEÑOR, Soberano de toda la tierra, se posen en las aguas del Jordán, las aguas del Jordán se cortarán, porque las aguas que descienden de arriba se detendrán como en un embalse.

14 Sucedió que cuando el pueblo partió de sus tiendas para cruzar el Jordán, y los sacerdotes iban delante del pueblo llevando el arca del pacto; 15 y cuando los que llevaban el arca entraron en el Jordán, en cuanto los pies de los sacerdotes se mojaron en la orilla del agua (el Jordán se llena hasta sus bordes todo el tiempo de la siega), 16 las aguas que venían de arriba se detuvieron como en un embalse, muy lejos de Adam, ciudad contigua a Saretán. Entonces las aguas que descendían al mar del Arabá, es decir, al mar Salado, se cortaron por completo. De este modo el pueblo cruzó frente a Jericó. 17 Y los sacerdotes que llevaban el arca del pacto del SEÑOR estuvieron en seco, firmes en medio del Jordán, mientras todo Israel pasaba en seco, y hasta que todo el pueblo terminó de cruzar el Jordán.

Marcos 16

La resurrección de Jesús

16 Cuando pasó el sábado, María Magdalena, María madre de Jacobo y Salomé compraron especias aromáticas para ir a ungirle. Muy de mañana, el primer día de la semana, fueron al sepulcro apenas salido el sol, y se decían una a la otra:

—¿Quién nos removerá la piedra de la entrada del sepulcro?

Pero cuando miraron, vieron que la piedra ya había sido removida, a pesar de que era muy grande. Y cuando entraron en el sepulcro, vieron a un joven sentado al lado derecho, vestido de una larga ropa blanca, y se asustaron. Pero él les dijo:

—No se asusten. Ustedes buscan a Jesús de Nazaret, quien fue crucificado. ¡Ha resucitado! No está aquí. He aquí el lugar donde lo pusieron. Pero vayan, digan a sus discípulos, y a Pedro, que él va delante de ustedes a Galilea. Allí lo verán, como les dijo.

Ellas salieron y huyeron del sepulcro, porque temblaban y estaban presas de espanto. Y no dijeron nada a nadie, porque tenían miedo[a].

Una conclusión del Evangelio

[Una vez resucitado Jesús, muy de mañana en el primer día de la semana, apareció primeramente a María Magdalena de la cual había echado siete demonios. 10 Ella fue y lo anunció a los que habían estado con él, que estaban tristes y lloraban. 11 Pero cuando ellos oyeron que estaba vivo y que había sido visto por ella, no lo creyeron.

12 Después apareció en otra forma a dos de ellos que iban caminando hacia el campo. 13 Ellos fueron y lo anunciaron a los demás, pero tampoco a ellos les creyeron.

14 Luego apareció a los once cuando estaban sentados a la mesa, y les reprendió por su incredulidad y dureza de corazón porque no habían creído a los que lo habían visto resucitado.

15 Y les dijo: “Vayan por todo el mundo y prediquen el evangelio a toda criatura. 16 El que cree y es bautizado será salvo; pero el que no cree será condenado. 17 Estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios, hablarán nuevas lenguas, 18 tomarán serpientes en las manos[b], y si llegan a beber cosa venenosa no les dañará. Sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán”.

19 Después que les habló, el Señor Jesús fue recibido arriba en el cielo y se sentó a la diestra de Dios. 20 Y ellos salieron y predicaron en todas partes, actuando con ellos el Señor y confirmando la palabra con las señales que seguían[c]][d].

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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