Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Salmo 100 (99)
Acudan con gozo a su presencia
100 Salmo de acción de gracias.
Aclama al Señor, tierra entera,
2 sirvan al Señor con alegría,
acudan con gozo a su presencia.
3 Sepan que el Señor es Dios:
él nos ha hecho y a él pertenecemos;
somos su pueblo, el rebaño que apacienta.
4 Crucen sus puertas dando gracias,
sus atrios con alabanzas;
denle gracias y bendigan su nombre,
5 porque el Señor es bueno,
su bondad perdura por siempre,
su fidelidad por generaciones.
15 Y bendijo a José con estas palabras:
Que el Dios en cuya presencia
caminaron mis padres, Abrahán e Isaac,
el Dios que ha sido mi pastor
desde el día en que nací hasta hoy,
16 el ángel que me ha librado de todo mal,
bendiga a estos muchachos;
que en ellos se perpetúe
mi nombre y el de mis padres, Abrahán e Isaac;
que crezcan y se multipliquen en medio de la tierra.
17 A José no le agradó ver que su padre pusiera la mano derecha sobre la cabeza de Efraín, por lo que tomó la mano de su padre para quitarla de la cabeza de Efraín y pasarla a la de Manasés, 18 mientras le decía:
— Así no, padre; el mayor es este y debes poner tu mano derecha sobre su cabeza.
19 Pero su padre se resistió y le contestó:
— Ya lo sé, hijo, ya lo sé. También él llegará a ser un pueblo que será igualmente grande; pero su hermano menor será aún más importante, y su descendencia dará origen a muchas naciones.
20 Aquel día los bendijo diciendo:
— El pueblo de Israel pronunciará el nombre de ustedes para bendecir, pues dirán: “Que Dios haga contigo como hizo con Efraín y Manasés”.
Y puso a Efraín delante de Manasés. 21 Después Israel dijo a José:
— Yo estoy a punto de morir, pero Dios estará con ustedes y los llevará otra vez a la tierra de sus antepasados. 22 Y a ti, te doy una franja de tierra mayor que a tus hermanos: la franja de Siquén que yo arrebaté a los amorreos con mi espada y mi arco.
El cortejo del Cordero y el cántico nuevo
14 Volví a mirar, y vi al Cordero de pie sobre el monte de Sión. Lo acompañaban los ciento cuarenta y cuatro mil que llevaban grabado en la frente el nombre del Cordero y el nombre de su Padre. 2 Y escuché un sonido como de aguas caudalosas y de truenos fragorosos que venía del cielo; era, sin embargo, el sonido de arpistas tañendo sus cítaras. 3 Entonaban un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro seres vivientes y de los ancianos; un cántico que nadie era capaz de cantar, fuera de los ciento cuarenta y cuatro mil rescatados de la tierra. 4 Estos son los que no se contaminaron con la idolatría manteniéndose vírgenes, los que forman el cortejo perenne del Cordero, los rescatados de entre la humanidad como primeros frutos para Dios y para el Cordero, 5 los de palabras sinceras y de conducta intachable.
El mensaje de los tres ángeles
6 Vi también otro ángel que volaba por lo más alto del cielo. Tenía un evangelio eterno que anunciar a los habitantes de la tierra; a todas las razas, naciones, lenguas y pueblos. 7 Decía con voz poderosa:
— Teman a Dios y dénle gloria, porque ha sonado la hora del juicio. Adoren al creador del cielo y de la tierra, del mar y de los manantiales de agua.
8 Un segundo ángel lo seguía, proclamando:
— ¡Por fin cayó la orgullosa Babilonia, la que emborrachó al mundo entero con el vino de su desenfrenada lujuria! 9 Y un tercer ángel seguía a los dos anteriores, clamando con voz poderosa:
— ¡Adoren, si ustedes lo quieren, a la bestia y a su imagen! ¡Déjense tatuar su marca, si les place, en la frente o en la mano! 10 Pero entonces, dispónganse a beber el vino de la ira de Dios que ha sido vertido sin mezcla alguna en la copa de su furor, dispónganse a ser torturados con fuego y azufre en presencia de los santos ángeles y del Cordero. 11 El tormento será eterno y no habrá descanso ni de día ni de noche para quienes adoren a la bestia y a su imagen, para quienes se hayan dejado tatuar su nombre.
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España