Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
8 calma el fragor de los mares,
serena el fragor de sus olas
y el estruendo de los pueblos.
9 Cuantos viven en el confín del mundo
te veneran por tus prodigios,
tú alegras a oriente y occidente.
10 Cuidas la tierra y la riegas,
la colmas de bienes sin fin;
la acequia de Dios rebosa de agua,
pones a punto la tierra para el grano:
11 inundas los surcos, deshaces los terrones,
con lluvia la ablandas, bendices su semilla.
12 Tú coronas el año con tus bienes,
y tus decisiones son fuente de abundancia.
13 Los pastos del desierto rezuman,
tú ciñes de alegría los montes,
2 Esa noche Dios habló a Israel en una visión:
— ¡Jacob! ¡Jacob!
Él respondió:
— Aquí me tienes.
[Dios le] dijo:
3 — Yo soy Dios, el Dios de tu padre. No temas bajar a Egipto, porque allí haré de ti una gran nación. 4 Bajaré contigo a Egipto y yo mismo te haré subir de allí. Y cuando mueras, José te cerrará los ojos.
5 Cuando Jacob partió de Berseba, los hijos de Israel montaron a su padre Jacob junto con sus niños y mujeres en los carros que el faraón había enviado para transportarlos. 6 Así pues, Jacob y todos los suyos se marcharon a Egipto llevando consigo el ganado y todos los bienes que habían adquirido en la tierra de Canaán. 7 Todos sus hijos, hijas, nietos y nietas se fueron con Jacob.
8 Estos son los nombres de los israelitas que fueron a Egipto; es decir, Jacob y sus hijos:
Rubén, el primogénito de Jacob. 9 Los hijos de Rubén: Janoc, Falú, Jesrón y Carmí.
10 Los hijos de Simeón: Jemuel, Jamín, Oab, Jaquín, Sojar y Saúl, el hijo de la cananea.
11 Los hijos de Leví: Guersón, Queat y Merarí.
12 Los hijos de Judá: Er, Onán, Selá, Fares y Záraj (Er y Onán habían muerto en Canaán). Los hijos de Fares: Jesrón y Jamul.
13 Los hijos de Isacar: Tolá, Fúa, Job y Simrón.
14 Los hijos de Zabulón: Sered, Elón y Jajlel.
15 Estos fueron los hijos que Jacob tuvo con Lía en Parán Aram, además de su hija Dina. En total, entre hombres y mujeres eran treinta y tres personas.
16 Los hijos de Gad: Sifión, Jaguí, Esbón, Suní, Erí, Arodí y Arelí.
17 Los hijos de Aser: Jimná, Jisvá, Jisví, Beriá y la hermana de ellos que se llamaba Seraj. Los hijos de Beriá: Jéber y Malquiel.
18 Estos fueron los hijos que Jacob tuvo con Zilpá, la esclava que Labán dio a su hija Lía. En total sus descendientes fueron dieciséis personas.
19 Los hijos de Raquel, la mujer de Jacob: José y Benjamín.
20 Los hijos que José tuvo con Asenet, hija de Potifera, sacerdote de On, fueron Manasés y Efraín.
21 Los hijos de Benjamín: Belá, Bejer, Asbel, Guerá, Naamán, Ejí, Ros, Mufín, Jufín y Ared.
22 Esta fue la descendencia que Jacob tuvo con Raquel; en total catorce personas.
23 El hijo de Dan: Jusín.
24 Los hijos de Neftalí: Jajsel, Guní, Jéser y Silén.
25 Estos fueron los hijos que Jacob tuvo con Bilhá, la esclava que Labán dio a su hija Raquel. En total sus descendientes fueron siete personas.
26 Todos los miembros de la familia de Jacob que llegaron a Egipto —es decir, sus descendientes directos— sumaban en total sesenta y seis personas, sin contar a las mujeres de sus hijos. 27 Con los dos hijos de José que le nacieron en Egipto, el total de miembros de la familia de Jacob que emigró a Egipto ascendió a setenta personas.
Encuentro de Jacob y José
28 Israel envió por delante a Judá para que anunciara a José su llegada y acudiera a su encuentro en Gosen. Cuando estaban llegando a la región de Gosen, 29 José ordenó que preparasen su carro y salió al encuentro de su padre Israel. Al encontrarse, José se fundió en un abrazo con su padre, y lloró largo rato sobre su hombro. 30 Entonces Israel dijo a José:
— Ahora ya puedo morir. Te he visto y sé que estás vivo.
31 José dijo a sus hermanos y a la familia de su padre:
— Voy a ver al faraón, para darle la noticia de que mis hermanos y la familia de mi padre, que vivían en Canaán, han venido a estar conmigo; 32 y que han traído consigo cuanto tenían, sus ovejas y sus vacas, porque son pastores y su trabajo es cuidar ganado. 33 Por eso, cuando el faraón les llame y les pregunte a qué se dedican, 34 díganle: “Nosotros, tus siervos, nos hemos dedicado a cuidar ganado desde nuestra juventud hasta ahora, y lo mismo hicieron nuestros antepasados”. Así les permitirá establecerse en la región de Gosen, porque los egipcios consideran impuros a los pastores de ovejas.
47 José fue a dar la noticia al faraón, y le dijo:
— Mi padre y mis hermanos han venido desde Canaán con sus ovejas, sus vacas y con todo cuanto tienen; en este momento ya se encuentran en la región de Gosen.
2 José había llevado consigo a cinco de sus hermanos y se los presentó al faraón 3 que les preguntó:
— ¿A qué se dedican ustedes?
Ellos respondieron:
— Nosotros, tus siervos, somos pastores de ovejas, igual que lo fueron nuestros antepasados.
4 Y añadieron:
— Hemos venido a vivir en este país porque en Canaán aprieta el hambre y ya no hay pastos para los rebaños de tus siervos. Por eso te rogamos que permitas a tus siervos establecerse en la región de Gosen.
5 Entonces el faraón dijo a José:
— Tu padre y tus hermanos han venido a reunirse contigo. 6 El país de Egipto está a tu disposición. Haz que tu padre y tus hermanos se asienten en la mejor zona del país; que se queden en la región de Gosen. Y si sabes que entre ellos hay algunos con experiencia, ponlos a cargo de mi ganado.
7 Después José presentó a su padre Jacob al faraón. Jacob saludó al faraón con reverencia 8 y este le preguntó:
— ¿Cuántos años tienes?
9 Jacob respondió:
— Ciento treinta años llevo de aquí para allá. Pocos y desgraciados han sido los años de mi vida, y no llegan a sumar los años que mis antepasados vivieron como inmigrantes.
10 Jacob volvió a saludar al faraón, y se retiró de su presencia.
11 José instaló a su padre y a sus hermanos dándoles terrenos en la mejor región de Egipto, en el distrito de Ramsés, tal como lo había ordenado el faraón. 12 José proporcionó alimentos a su padre, a sus hermanos y a toda su familia, según las necesidades de cada uno.
Parábola de la semilla de mostaza (Mt 13,31-32; Lc 13,18-19)
30 También dijo:
— ¿A qué compararemos el reino de Dios? ¿Con qué parábola lo representaremos? 31 Es como el grano de mostaza, que, cuando se siembra, es la más pequeña de todas las semillas de la tierra; 32 pero una vez sembrado, crece más que todas las otras plantas y echa ramas tan grandes que a su sombra anidan los pájaros.
Conclusión de la enseñanza en parábolas (Mt 13,34)
33 Con estas y otras muchas parábolas les anunciaba Jesús el mensaje, en la medida en que podían comprenderlo. 34 Y sin parábolas no les decía nada. Luego, a solas, se lo explicaba todo a sus discípulos.
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España