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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
2 Crónicas 8

Otras obras de Salomón

Aconteció al cabo de veinte años, durante los cuales Salomón había edificado la casa del SEÑOR y su propia casa, que Salomón reedificó las ciudades que le había dado Hiram, y estableció allí a los hijos de Israel.

Después Salomón fue a Hamat de Soba y se apoderó de ella. También reedificó Tadmor en el desierto, y todas las ciudades almacenes que había edificado en Hamat.

Después reedificó Bet-jorón Alta y Bet-jorón Baja, ciudades fortificadas con murallas, puertas y cerrojos; Baalat y todas las ciudades almacenes que tenía Salomón, todas las ciudades para los carros y las ciudades para los jinetes; todo lo que Salomón se propuso edificar en Jerusalén, en el Líbano y en toda la tierra bajo su dominio.

A todo el pueblo que había quedado de los heteos, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos (que no eran de Israel, sino sus descendientes que habían quedado después de ellos en la tierra, a quienes los hijos de Israel no destruyeron), Salomón los sometió a tributo laboral, hasta el día de hoy.

Pero a ninguno de los hijos de Israel sometió a servidumbre para sus obras; porque ellos eran hombres de guerra, jefes de sus comandantes, jefes de sus carros y sus jinetes. 10 Estos jefes de los oficiales que tenía el rey Salomón eran doscientos cincuenta, los cuales mandaban sobre aquella gente.

11 Salomón también trasladó a la hija del faraón de la Ciudad de David a la casa que le había edificado, porque dijo: “Ninguna mujer mía ha de vivir en la casa de David, rey de Israel, pues aquellas habitaciones donde ha entrado el arca del SEÑOR son sagradas”.

12 Entonces Salomón ofreció holocaustos al SEÑOR sobre el altar del SEÑOR que había edificado delante del pórtico, 13 para que se ofreciera cada cosa en su día, conforme al mandamiento de Moisés, en los sábados, en las lunas nuevas y en las tres festividades anuales: en la fiesta de los Panes sin levadura, en la fiesta de Pentecostés y en la fiesta de los Tabernáculos.

14 También constituyó los grupos de los sacerdotes en sus oficios, conforme a lo establecido por su padre David. Constituyó a los levitas según sus turnos, para alabar y servir frente a los sacerdotes, haciendo cada cosa en su día. Lo mismo a los porteros según sus grupos, en cada puerta, porque así lo había mandado David, hombre de Dios. 15 No se apartaron del mandato del rey con relación a los sacerdotes y a los levitas en ningún asunto, incluyendo el de los tesoros. 16 Así fue ejecutada toda la obra de Salomón desde[a] el día en que fueron puestos los cimientos de la casa del SEÑOR, hasta acabarla. Así quedó terminada la casa del SEÑOR.

17 Entonces Salomón fue a Ezión-geber y a Eilat, a orillas del mar, en la tierra de Edom. 18 E Hiram le envió, por medio de sus servidores, barcos y siervos conocedores del mar. Estos fueron con los siervos de Salomón a Ofir y tomaron de allí quince mil kilos de oro, y los llevaron al rey Salomón.

3 Juan

El anciano al muy amado Gayo, a quien amo en verdad.

Amado, mi oración es que seas prosperado en todas las cosas y que tengas salud, así como prospera tu alma. Pues me gocé mucho cuando venían hermanos y daban testimonio de tu verdad, es decir, de cómo andas en la verdad. No tengo mayor gozo que el de oír que mis hijos andan en la verdad.

Amado, fielmente procedes en todo lo que haces a favor de los hermanos, y más aún cuando son forasteros. En presencia de la iglesia ellos han dado testimonio de tu amor. Si los encaminas como es digno de Dios, harás bien; porque partieron por amor del Nombre sin tomar nada de los gentiles. Por lo tanto, nosotros debemos sostener a los tales para que seamos colaboradores en la verdad.

He escrito a la iglesia; pero Diótrefes, quien ambiciona ser el primero entre ellos, no nos admite. 10 Por esta causa, si voy allá, haré recordar las obras que hace y cómo nos denigra con palabras maliciosas. No satisfecho con esto, él mismo no admite a los hermanos; además, impide a los que los quieren recibir y los expulsa de la iglesia.

11 Amado, no imites lo que es malo sino lo que es bueno. El que hace lo bueno procede de Dios, pero el que hace lo malo no ha visto a Dios.

12 Se ha dado buen testimonio acerca de Demetrio de parte de todos y aun por la misma verdad. También nosotros damos testimonio, y ustedes saben que nuestro testimonio es veraz.

13 Tenía muchas cosas que escribirte, pero no quiero hacerlo por medio de tinta y pluma. 14 Más bien, espero verte dentro de poco, y hablaremos cara a cara.

15 La paz sea contigo. Los amigos te saludan. Saluda tú a los amigos, a cada uno por nombre.

Habacuc 3

Alabanza al Dios de la salvación

Oración del profeta Habacuc. Sobre Sigionot.

Oh SEÑOR, he oído tu fama;

he considerado[a] tu obra, oh SEÑOR. ¡Avívala en medio de los tiempos;

en medio de los tiempos hazla conocer! En medio de la ira

acuérdate de tener misericordia.

Dios viene desde Temán;

y el Santo, de los montes de Parán.

Selah[b]Su esplendor cubre los cielos

y la tierra se llena de su alabanza.

Tiene un resplandor como de luz; rayos brillantes salen de sus manos

y allí se oculta su poderío.

La mortandad va delante de él

y de sus pies salen llamaradas.

Se detiene y hace temblar la tierra; mira y estremece a las naciones.

Se desmoronan los montes sempiternos; las antiguas colinas se postran ante él. ¡Sus caminos son eternos!

He visto en aflicción

las tiendas de Cusán;

temblaban las moradas

de la tierra de Madián.

¿Es que te has airado,

oh SEÑOR, contra los ríos?

¿Se ha encendido contra los ríos tu enojo? ¿Fue dirigida tu ira contra el mar,cuando subiste sobre tus caballos

y sobre tus carros de victoria?

Has desnudado completamente tu arco; has provisto en abundancia

las flechas de tu palabra[c]. Selah[d]

Hendiste la tierra con ríos.

10 Te vieron las montañas y temblaron; pasó la inundación de las aguas[e].

El abismo dio su voz;

levantó en alto sus manos.

11 El sol y la luna

se detuvieron en su cenit.

Anduvieron a la luz de tus flechas

y al resplandor del brillo de tu lanza.

12 Con ira pisoteaste la tierra;

con furor trillaste las naciones.

13 Saliste para librar a tu pueblo, para salvar a tu ungido.

Destrozaste el techo de la casa del impío; desnudaste el cimiento hasta la roca.

Selah[f]

14 Horadaste con tus flechas la cabeza

de los que me dispersaron,

de los que acometieron

para dispersarme,

de los que se regocijan en devorar encubiertamente al pobre.

15 Marchaste en el mar con tus caballos,

en medio de la espuma de muchas aguas.

16 Oí, y se estremecieron mis entrañas. Ante esa voz titubearon mis labios; penetró podredumbre en mis huesos

y se estremecieron mis piernas. Gimo por el día de la angustia, cuando suba contra el pueblo

el que nos invadirá con sus tropas.

17 Aunque la higuera no florezca

ni en las vides haya fruto,

aunque falle el producto del olivo

y los campos no produzcan alimento, aunque se acaben las ovejas del redil

y no haya vacas en los establos;

18 con todo, yo me alegraré en el SEÑOR

y me gozaré en el Dios de mi salvación.

19 ¡El SEÑOR Dios[g] es mi fortaleza!

Él hará mis pies como de venados

y me hace andar sobre las alturas.

Al director del coro, con mis instrumentos de cuerda.

Lucas 22

Acuerdo para matar a Jesús

22 Estaba próximo el día de la fiesta de los Panes sin levadura que se llama la Pascua.

Los principales sacerdotes y los escribas estaban buscando cómo eliminarle, pues temían al pueblo. Entonces Satanás entró en Judas, llamado Iscariote, el cual era uno del número de los doce. Él fue y habló con los principales sacerdotes y con los magistrados acerca de cómo entregarle. Estos se alegraron y acordaron darle dinero. Él estuvo de acuerdo y buscaba la oportunidad para entregarlo sin que la gente lo advirtiera.

Preparativos para la Pascua

Llegó el día de los Panes sin levadura, en el cual era necesario sacrificar la víctima pascual. Jesús envió a Pedro y a Juan, diciendo:

—Vayan, prepárennos la Pascua para que comamos.

Ellos le preguntaron:

—¿Dónde quieres que la preparemos?

10 Él les dijo:

—He aquí, cuando entren en la ciudad, les saldrá al encuentro un hombre llevando un cántaro de agua. Síganlo hasta la casa a donde entre. 11 Díganle al dueño de la casa: “El Maestro te dice: ‘¿Dónde está la habitación en la que he de comer la Pascua con mis discípulos?’”. 12 Y él les mostrará un gran aposento alto ya dispuesto. Preparen allí.

13 Fueron, pues, y hallaron como les había dicho; y prepararon la Pascua.

La Cena del Señor

14 Cuando llegó la hora, se sentó a la mesa, y con él los apóstoles. 15 Y les dijo:

—¡Cuánto he deseado comer con ustedes esta Pascua antes de padecer! 16 Porque les digo que no comeré más de ella hasta que se cumpla en el reino de Dios.

17 Luego tomó una copa y, habiendo dado gracias, dijo:

—Tomen esto y repártanlo entre ustedes 18 porque les digo que desde ahora[a] no beberé más del fruto de la vid hasta que venga el reino de Dios.

19 Entonces tomó pan y, habiendo dado gracias, lo partió y les dio diciendo:

—Esto es mi cuerpo[b] que por ustedes es dado. Hagan esto en memoria de mí.

20 Asimismo, después de haber cenado, tomó también la copa y dijo:

—Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre que por ustedes se derrama.

Jesús anuncia la traición de Judas

21 »No obstante, he aquí la mano del que me entrega está conmigo en la mesa. 22 A la verdad, el Hijo del Hombre va según lo que está determinado, pero ¡ay de aquel hombre por quien es entregado!

23 Entonces ellos comenzaron a preguntarse entre sí cuál de ellos sería el que habría de hacer esto.

Sobre la primacía y el servicio

24 Hubo entre ellos una disputa acerca de quién de ellos parecía ser el más importante. 25 Entonces él les dijo:

—Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que tienen autoridad sobre ellas son llamados bienhechores. 26 Pero entre ustedes no será así. Más bien, el que entre ustedes sea el importante, sea como el más nuevo; y el que es dirigente, como el que sirve. 27 Porque, ¿cuál es el más importante: el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Sin embargo, yo estoy en medio de ustedes como el que sirve.

28 »Y ustedes son los que han permanecido conmigo en mis pruebas. 29 Yo, pues, dispongo para ustedes un reino, como mi Padre lo dispuso para mí, 30 para que coman y beban en mi mesa en mi reino, y se sienten sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.

Jesús predice la negación de Pedro

31 »Simón, Simón, he aquí Satanás me ha pedido para zarandearte como a trigo. 32 Pero yo he rogado por ti, que tu fe no falle. Y tú, cuando hayas vuelto, confirma a tus hermanos.

33 Él le dijo:

—Señor, estoy listo para ir contigo aun a la cárcel y a la muerte.

34 Pero él dijo:

—Pedro, te digo que el gallo no cantará hoy antes de que tú hayas negado tres veces que me conoces.

La hora del conflicto espiritual

35 Y les dijo a ellos:

—Cuando los envié sin bolsa, sin alforja y sin calzado, ¿les faltó algo?

Ellos dijeron:

—Nada.

36 Entonces les dijo:

—Pues ahora, el que tiene bolsa, tómela; y también la alforja. Y el que no tiene espada, venda su manto y compre una.

37 Porque les digo que es necesario que se cumpla en mí aquello que está escrito: Y fue contado con los malhechores[c]. Porque lo que está escrito de mí tiene cumplimiento.

38 Entonces ellos dijeron:

—Señor, he aquí dos espadas.

Y él dijo:

—Basta.

Angustia de Jesús en Getsemaní

39 Después de salir, se fue, como solía, al monte de los Olivos; y sus discípulos también lo siguieron. 40 Cuando llegó al lugar, les dijo:

—Oren que no entren en tentación.

41 Y él se apartó de ellos a una distancia considerable[d] y, puesto de rodillas, oraba 42 diciendo:

—Padre, si quieres, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad sino la tuya.

43 [Entonces le apareció un ángel del cielo para fortalecerle. 44 Y angustiado, oraba con mayor intensidad, de modo que su sudor era como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra][e].

45 Cuando se levantó de orar y volvió a sus discípulos, los halló dormidos por causa de la tristeza. 46 Y les dijo:

—¿Por qué duermen? Levántense y oren para que no entren en tentación.

Jesús es arrestado

47 Mientras él aún hablaba, he aquí vino una multitud. El que se llamaba Judas, uno de los doce, venía delante de ellos y se acercó a Jesús para besarle. 48 Entonces Jesús le dijo:

—Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre?

49 Al ver los que estaban con él lo que había de ocurrir, le dijeron:

—Señor, ¿heriremos a espada?

50 Y uno de ellos hirió a un siervo del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha. 51 Entonces respondiendo Jesús, dijo:

—¡Basta de esto!

Y tocando su oreja, lo sanó. 52 Entonces Jesús dijo a los principales sacerdotes, a los magistrados del templo y a los ancianos que habían venido contra él:

—¿Como contra un asaltante han salido con espadas y palos? 53 Habiendo estado con ustedes cada día en el templo, no extendieron la mano contra mí. Pero esta es la hora de ustedes y la del poder de las tinieblas.

Pedro niega a Jesús

54 Lo prendieron, lo llevaron y le hicieron entrar en la casa del sumo sacerdote. Y Pedro lo seguía de lejos. 55 Cuando encendieron fuego en medio del patio y se sentaron alrededor, Pedro también se sentó entre ellos. 56 Entonces una criada, al verlo sentado junto a la lumbre, lo miró fijamente y dijo:

—¡Este estaba con él!

57 Pero él negó diciendo:

—Mujer, no lo conozco.

58 Un poco después, al verlo otro, le dijo:

—¡Tú también eres de ellos!

Y Pedro dijo:

—Hombre, no lo soy.

59 Como una hora después, otro insistía diciendo:

—Verdaderamente, también este estaba con él porque es galileo.

60 Y Pedro dijo:

—¡Hombre, no sé lo que dices!

Y de inmediato, estando él aún hablando, el gallo cantó. 61 Entonces el Señor se volvió y miró a Pedro, y Pedro se acordó de la palabra del Señor como le había dicho: “Antes que el gallo cante hoy, me negarás tres veces”. 62 Y saliendo fuera, Pedro lloró amargamente.

Jesús ante el Sanedrín

63 Los hombres que tenían bajo custodia a Jesús se burlaban de él y lo golpeaban. 64 Y cubriéndole[f] le preguntaban diciendo:

—¡Profetiza! ¿Quién es el que te golpeó?

65 Y le decían otras muchas cosas injuriándole.

66 Cuando amaneció, se juntaron los ancianos del pueblo, los principales sacerdotes y los escribas, y lo llevaron al Sanedrín de ellos. 67 Y le dijeron:

—Si tú eres el Cristo, ¡dínoslo!

Pero él les dijo:

—Si se lo dijera, no lo creerían. 68 Además, si yo les preguntara, no me responderían. 69 Pero, de ahora en adelante, el Hijo del Hombre estará sentado a la diestra del poder de Dios[g].

70 Le dijeron todos:

—Entonces, ¿eres tú Hijo de Dios?

Y él les dijo:

—Ustedes dicen que Yo Soy.

71 Entonces ellos dijeron:

—¿Qué más necesidad tenemos de testimonio? Porque nosotros mismos lo hemos oído de su boca.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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