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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Traducción en lenguaje actual (TLA)
Version
Levítico 19

Leyes morales, sociales y religiosas

19 Dios ordenó a Moisés que le diera este mensaje a la comunidad de Israel:

«Yo soy el Dios de Israel, y soy diferente de los demás dioses. Por eso ustedes deben ser diferentes de las demás naciones.

»Respeten a su madre y a su padre, y respeten también el día de descanso. Yo soy el Dios de Israel.

»No adoren a dioses falsos, ni se fabriquen ídolos de metal fundido. Yo soy el Dios de Israel.

»Cuando me presenten una ofrenda para pedirme salud y bienestar, háganlo de tal manera que esa ofrenda me resulte agradable.

»La carne del animal que me ofrezcan deberán comerla ese mismo día, o al día siguiente. Si al tercer día aún queda algo, deberán quemarlo. Quien no me obedezca en esto comete pecado y yo lo expulsaré del país.

»Cuando recojan sus cosechas, no corten las espigas que crecieron en los bordes del campo, ni levanten las espigas que queden en el suelo. 10 Tampoco corten hasta el último racimo de uvas, ni levanten la fruta que se les caiga. Dejen todo eso para los pobres, sean israelitas o refugiados en el país. Yo soy el Dios de Israel.

11 »No roben. No mientan. No se engañen unos a otros, 12 ni usen mi nombre para prometer algo que no van a cumplir. Yo soy el Dios de Israel.

13 »No maltraten a su prójimo, ni le quiten lo que le pertenece.

»No dejen de pagarle a sus trabajadores al final de cada día.

14 »No se burlen de los sordos, ni hagan tropezar a los ciegos. Muéstrenme respeto. Yo soy el Dios de Israel.

15 »Si tienen que resolver algún asunto legal, no sean injustos. No favorezcan a nadie, sea pobre o sea rico.

16 »No hagan chismes de nadie, pero digan la verdad si así pueden salvar la vida de otra persona. Yo soy el Dios de Israel.

17-19 »No sean rencorosos ni vengativos. Cuando deban reprender a alguien, repréndanlo. No participen de la maldad de nadie.

»Recuerden que cada uno debe amar a su prójimo, como se ama a sí mismo.

»Obedezcan mis mandamientos. Yo soy el Dios de Israel.

»No crucen sus ganados con animales de otras especies. No siembren en un mismo campo distintas clases de semillas. No se pongan ropa tejida con distintas clases de hilo.

20 »Si alguien tiene relaciones sexuales con una esclava que está por casarse con otro hombre, pero que aún no ha sido puesta en libertad, tendrá que pagarle a ese hombre por el daño causado. Pero ni él ni ella serán condenados a muerte, porque ella no era libre. 21 Además, para que yo le perdone su pecado, el hombre llevará un carnero al santuario 22 para que el sacerdote me lo ofrezca.

23 »Cuando ustedes ya estén en su territorio y planten árboles frutales, no deberán comer sus frutos durante tres años. 24 Al cuarto año, harán una fiesta y consagrarán a Dios todos sus frutos. 25 Sólo en el quinto año podrán comer de sus frutos, que serán muy abundantes. Yo soy el Dios de Israel.

26 »No coman nada que tenga sangre.

»No practiquen ninguna clase de brujería.

27-28 »No recorten las patillas de su cabello ni se afeiten la barba completamente, ni se hagan heridas ni tatuajes, como una manera de rendir culto a los muertos. Yo soy el Dios de Israel.

29 »No obliguen a sus hijas a servir como prostitutas. Eso traerá una maldición sobre ellas y sobre el país.

30 »Respeten el día de descanso, y respeten también mi santuario. Yo soy el Dios de Israel.

31 »No consulten a los que dicen que hablan con los muertos. Si lo hacen, se volverán impuros. Yo soy el Dios de Israel.

32 »Cuando estén ante un anciano o alguien mayor de edad, muestren respeto y pónganse de pie.

33 »No molesten a los refugiados que vivan entre ustedes. 34 Trátenlos como si fueran israelitas, y ámenlos como si fueran ustedes mismos, pues también ustedes fueron extranjeros en Egipto. Yo soy el Dios de Israel.

35-37 »No hagan trampa con las pesas y medidas. Las balanzas, pesas y medidas que usen deben ser exactas. Yo soy su Dios, quien los sacó de Egipto. Por lo tanto, cumplan fielmente todos mis mandamientos. Yo soy el Dios de Israel.»

Salmos 23-24

Dios cuida de mí

SALMO 23 (22)

Himno de David.

23 Tú, Dios mío, eres mi pastor;
contigo nada me falta.
Me haces descansar en verdes pastos,
y para calmar mi sed
me llevas a tranquilas aguas.
Me das nuevas fuerzas
y me guías por el mejor camino,
porque así eres tú.

Puedo cruzar lugares peligrosos
y no tener miedo de nada,
porque tú eres mi pastor
y siempre estás a mi lado;
me guías por el buen camino
y me llenas de confianza.

Aunque se enojen mis enemigos,
tú me ofreces un banquete
y me llenas de felicidad;
¡me das un trato especial!

Estoy completamente seguro
de que tu bondad y tu amor
me acompañarán mientras yo viva,
y de que para siempre
viviré donde tú vives.

El Rey del universo

SALMO 24 (23)

Himno de David.

24 Dios es dueño de toda la tierra
y de todo lo que hay en ella;
también es dueño del mundo
y de todos sus habitantes.
Dios afirmó la tierra
sobre el agua de los mares;
Dios afirmó este mundo
sobre el agua de los ríos.

Sólo puede subir al monte de Dios
y entrar en su santo templo
el que siempre hace lo bueno
y jamás piensa hacer lo malo;
el que no adora a dioses falsos
ni hace juramentos en su nombre.
Al que es así,
Dios lo llena de bendiciones;
¡Dios, su Salvador, le da la victoria!

Dios de Israel,
así son todos los que te buscan;
así son los que a ti acuden.

«¡Abran los portones de Jerusalén!
¡Dejen abiertas sus antiguas entradas!
¡Está pasando el Rey poderoso!»

«¿Y quién es este Rey poderoso?»

«¡Es el Dios de Israel;
Dios fuerte y valiente!
¡Es nuestro Dios,
el valiente guerrero!»

«¡Abran los portones de Jerusalén!
¡Dejen abiertas sus antiguas entradas!
¡Está pasando el Rey poderoso!»

10 «¿Y quién es este Rey poderoso?»

«¡Es el Dios de Israel,
el Rey poderoso!
¡Él es el Dios del universo!»

Eclesiastés 2

Entonces decidí ver qué de bueno ofrecen los placeres, ¡pero tampoco a esto le encontré sentido! Y concluí que las diversiones son una locura, y que los placeres no sirven para nada.

Hice luego la prueba de beber mucho vino y de cometer las más grandes tonterías. Quería ver qué de bueno le encuentra la gente a sus pocos años de vida en este mundo. Pero hice esto sabiendo lo que hacía. Nunca perdí el control de la situación. Todo lo hice en grande: construí mis propias casas, planté mis propios viñedos, cultivé mis propios jardines, y en mis huertos planté toda clase de árboles frutales. También mandé construir represas de agua para regar los árboles que allí crecían. Llegué a tener muchos esclavos y esclavas, y también tuve más vacas y ovejas que todos los que reinaron en Jerusalén antes que yo. Llegué a tener montones de oro y plata, y me quedé con las riquezas de otros reyes y de otras naciones. Tuve a mi servicio hombres y mujeres que cantaban para mí, y gocé de todos los placeres humanos, pues tuve muchas mujeres.

Entre los que reinaron en Jerusalén antes que yo, nunca nadie fue tan importante ni tan sabio. 10 Hice todo lo que quise, todo lo que se me ocurrió. Disfruté plenamente de todos mis trabajos, pues bien ganado me lo tenía.

11 Luego me puse a pensar en todo lo que había hecho, y en todo el trabajo que me había costado hacerlo, y me di cuenta de que nada de esto tenía sentido; todo había sido como querer atrapar el viento. ¡En esta vida nadie saca ningún provecho!

Nada nos llevamos de este mundo

12 Como yo era el nuevo rey, y no podía hacer más de lo que ya estaba hecho, me puse a pensar en lo que significa ser sabio y ser tonto. 13 Entonces me di cuenta de que ser sabio es como andar en la luz, y que ser tonto es como andar a oscuras, 14 pues el sabio sabe lo que hace, pero el tonto no sabe nada de nada.

Pero también me di cuenta de que todos tenemos un mismo final, 15 así que me puse a pensar: «¿Qué gano yo con ser tan sabio, si al fin de cuentas moriré igual que los tontos? ¡Esto no tiene ningún sentido!» 16 Como los sabios mueren igual que los tontos, y como todo se olvida con el tiempo, después nadie vuelve a acordarse ni de unos ni de otros.

17 Como nada en este mundo me causaba alegría, terminé por aborrecer la vida. Lo cierto es que nada tiene sentido; ¡todo es como querer atrapar el viento!

18 También terminé por aborrecer el haber trabajado tanto en esta vida, pues el fruto de todo mi trabajo tendría que dejárselo a quien reinara después de mí, 19 sin importar que ese nuevo rey fuera sabio o tonto. ¡Realmente no tiene sentido que alguien venga y se quede con todo lo que tanto trabajo nos ha costado llegar a tener!

20 Una vez más me desanimó el haber trabajado tanto en esta vida. 21 Resulta que algunos ponemos a trabajar nuestra sabiduría, nuestros conocimientos y experiencia, ¡tan sólo para dejarle todos nuestros bienes a quien nunca hizo nada para ganárselos! ¡Eso está muy mal, y no tiene ningún sentido! 22 Después de tantos trabajos, esfuerzos y preocupaciones, ¿qué nos llevamos de este mundo? ¡Nada! 23 Nuestra vida está llena de dolor y sufrimiento; ni de noche logramos descansar. ¡Eso no tiene sentido!

24 Lo mejor que podemos hacer es comer y beber, y disfrutar de nuestro trabajo. He podido darme cuenta de que eso es un regalo de Dios, 25 pues si no fuera por él, ¿quién podría comer y estar alegre? 26 Cuando Dios quiere a alguien, le da sabiduría y conocimientos, y lo hace estar alegre; en cambio, al que desobedece lo hace trabajar y amontonar mucho dinero, para luego dárselo todo a quien él quiere. ¡Pero eso tampoco tiene sentido! ¡Es como querer atrapar el viento!

1 Timoteo 4

Las falsas enseñanzas

El Espíritu Santo ha dicho claramente que, en los últimos tiempos, algunas personas dejarán de confiar en Dios. Serán engañadas por espíritus mentirosos y obedecerán enseñanzas de demonios. Le harán caso a gente hipócrita y mentirosa, incapaz de sentir vergüenza de nada. Esa gente prohíbe casarse y comer ciertos alimentos. Pero Dios creó todos los alimentos para que nosotros los comamos y le demos las gracias por ellos. Los creó para todos los que confiamos en él y conocemos la verdad. Porque todo lo que Dios ha creado es bueno, y podemos comer de todo sin rechazar nada, si le damos las gracias. Por tanto, podemos comerlos porque Dios así lo ha dicho, y porque nosotros hemos orado por esos alimentos.

Instrucciones para Timoteo

Si enseñas la verdad a los miembros de la iglesia, serás un buen servidor de Jesucristo. Estudiar y obedecer las enseñanzas cristianas, como tú lo haces, es lo mismo que alimentarse bien. No prestes atención a historias falsas, que la gente inventa. Más bien, esfuérzate por ser un buen discípulo de Jesucristo. 8-9 Es verdad que el ejercicio físico ayuda a que todo el cuerpo esté sano, pero es mucho mejor esforzarse por confiar cada vez más en Dios, porque nos hace bien aquí en la tierra y también nos servirá cuando vivamos en el cielo. Esto es una verdad que podemos creer, y debemos creer. 10 Por eso nos esforzamos tanto, pues confiamos firmemente en Dios. Él vive para siempre y es el Salvador de todos, especialmente de los que confían en él.

11 Enseña estas cosas, y diles a todos que las obedezcan. 12 No permitas que nadie te desprecie por ser joven. Al contrario, trata de ser un ejemplo para los demás cristianos. Que cuando todos oigan tu modo de hablar, y vean cómo vives, traten de ser puros como tú. Que todos imiten tu carácter amoroso y tu confianza en Dios.

13 Mientras llego a visitarte, sigue leyéndoles la Biblia a los miembros de la iglesia, y no dejes de animarlos ni de enseñarles. 14 No dejes de usar las capacidades especiales que Dios te dio cuando los líderes de la iglesia pusieron sus manos sobre tu cabeza. El Espíritu Santo habló con ellos y les ordenó hacerlo. 15 Haz todo eso y dedica tiempo para ello, para que todos vean que cada día eres mejor.

16 Timoteo, compórtate como es debido, y ten cuidado de lo que enseñas. Sigue haciendo esto, y no sólo te salvarás a ti mismo, sino que también salvarás a los que te escuchen.