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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Version
Levítico 2-3

Las ofrendas

»Cuando alguna persona ofrezca una oblación a Jehová, su ofrenda será flor de harina, sobre la que echará aceite y pondrá incienso. La llevará luego a los hijos de Aarón, a los sacerdotes; de ello tomará el sacerdote un puñado de la flor de harina con aceite, junto con todo el incienso, y lo hará arder sobre el altar, como memorial. Ofrenda quemada es, de olor grato a Jehová. Lo que resta de la ofrenda, cosa santísima de las ofrendas que se queman para Jehová, será de Aarón y de sus hijos.

»Cuando presentes una ofrenda cocida al horno, será de tortas de flor de harina sin levadura, amasadas con aceite, y de hojaldres sin levadura, untadas con aceite.

»Pero si presentas una ofrenda de sartén, será de flor de harina sin levadura, amasada con aceite. La partirás en trozos y echarás aceite sobre ella. Es una ofrenda.

»Si presentas una ofrenda cocida en cazuela, se hará de flor de harina con aceite. La ofrenda preparada con estas cosas se la llevarás a Jehová y la presentarás al sacerdote, el cual la llevará hasta el altar. El sacerdote tomará de aquella ofrenda lo que sea para memorial y lo hará arder sobre el altar, como ofrenda quemada de olor grato a Jehová. 10 Y lo que resta de la ofrenda, cosa santísima de las ofrendas que se queman para Jehová, será de Aarón y de sus hijos.

11 »Ninguna ofrenda que presentéis a Jehová será preparada con levadura, pues ninguna cosa leudada, ni ninguna de miel, se ha de quemar como ofrenda para Jehová. 12 Como ofrenda de primicias las ofreceréis a Jehová, pero no subirán al altar como ofrenda de olor grato.

13 »Sazonarás con sal toda ofrenda que presentes, y no permitirás que falte jamás en tu ofrenda la sal del pacto de tu Dios. En todas tus ofrendas ofrecerás sal.

14 »Si presentas a Jehová una ofrenda de primicias, tostarás al fuego las espigas verdes y ofrecerás el grano desmenuzado como ofrenda de tus primicias. 15 Pondrás sobre ella aceite, y le echarás además incienso. Es una ofrenda. 16 Como memorial, el sacerdote hará arder parte del grano desmenuzado y del aceite, junto con todo el incienso. Es una ofrenda quemada para Jehová.

Ofrendas de paz

»Si su ofrenda es un sacrificio de paz, y lo que ha de ofrecer es de ganado vacuno, ofrecerá delante de Jehová un macho y una hembra sin defecto. Pondrá su mano sobre la cabeza de su ofrenda, la degollará a la puerta del Tabernáculo de reunión, y después los hijos de Aarón, los sacerdotes, rociarán su sangre en el altar, por todos sus lados.

»Luego ofrecerá del sacrificio de paz, como ofrenda quemada a Jehová, la grasa que cubre los intestinos, y toda la que está sobre las entrañas, y los dos riñones y la grasa que está sobre ellos y sobre los ijares; con los riñones quitará la grasa de los intestinos que está sobre el hígado. Los hijos de Aarón harán arder todo esto en el altar, sobre el holocausto que estará sobre la leña que habrá encima del fuego. Es una ofrenda de olor grato para Jehová.

»Pero si su ofrenda para el sacrificio de paz a Jehová es de ovejas, ofrecerá un macho y una hembra sin defecto. Si presenta un cordero como su ofrenda, lo presentará delante de Jehová. Pondrá la mano sobre la cabeza de su ofrenda, y después la degollará delante del Tabernáculo de reunión. Luego los hijos de Aarón rociarán su sangre en el altar, por todos sus lados.

»Del sacrificio de paz presentará como ofrenda quemada a Jehová la grasa, la cola entera, que cortará desde la raíz del espinazo, la grasa que cubre todos los intestinos, y toda la que está sobre las entrañas. 10 Asimismo los dos riñones y la grasa que está sobre ellos y sobre los ijares; con los riñones quitará la grasa que cubre el hígado. 11 El sacerdote hará arder todo esto sobre el altar. Es manjar de ofrenda quemada para Jehová.

12 »Si es una cabra su ofrenda, la presentará delante de Jehová. 13 Pondrá la mano sobre su cabeza y la degollará delante del Tabernáculo de reunión. Los hijos de Aarón rociarán su sangre en el altar, por todos sus lados.

14 »Después presentará de ella, como su ofrenda quemada a Jehová, la grasa que cubre los intestinos y toda la que está sobre las entrañas, 15 los dos riñones, la grasa que está sobre ellos y sobre los ijares; con los riñones quitará la grasa que cubre el hígado. 16 Luego el sacerdote hará arder todo esto sobre el altar. Es manjar de ofrenda de olor grato que se quema a Jehová. Toda la grasa es de Jehová.

17 »Estatuto perpetuo será para vuestros descendientes, dondequiera que habitéis: ninguna grasa ni ninguna sangre comeréis.»

Juan 21

Jesús se aparece a siete de sus discípulos

21 Después de esto, Jesús se manifestó otra vez a sus discípulos junto al Mar de Tiberias; y se manifestó de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Dídimo, Natanael, el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos de sus discípulos. Simón Pedro les dijo:

—Voy a pescar.

Ellos le dijeron:

—Vamos nosotros también contigo.

Salieron, pues, y entraron en una barca; pero aquella noche no pescaron nada.

Cuando ya iba amaneciendo, se presentó Jesús en la playa, pero los discípulos no sabían que era Jesús. Y les dijo:

—Hijitos, ¿tenéis algo de comer?

Le respondieron:

—¡No!

Él les dijo:

—Echad la red a la derecha de la barca y hallaréis.

Entonces la echaron, y ya no la podían sacar, por la gran cantidad de peces. Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba dijo a Pedro:

—¡Es el Señor!

Simón Pedro, cuando oyó que era el Señor, se ciñó la ropa (porque se había despojado de ella) y se tiró al mar. Los otros discípulos fueron con la barca, arrastrando la red llena de peces, pues no distaban de tierra sino como doscientos codos.

Al descender a tierra, vieron brasas puestas y un pescado encima de ellas, y pan. 10 Jesús les dijo:

—Traed de los peces que acabáis de sacar.

11 Subió Simón Pedro y sacó la red a tierra, llena de grandes peces, ciento cincuenta y tres; y aun siendo tantos, la red no se rompió. 12 Les dijo Jesús:

—Venid, comed.

Y ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle: «¿Tú, quién eres?», sabiendo que era el Señor. 13 Vino, pues, Jesús, y tomó el pan y les dio, y asimismo del pescado. 14 Ésta era ya la tercera vez que Jesús se manifestaba a sus discípulos, después de haber resucitado de los muertos.

Apacienta mis ovejas

15 Después de comer, Jesús dijo a Simón Pedro:

—Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que estos?

Le respondió:

—Sí, Señor; tú sabes que te quiero.

Él le dijo:

—Apacienta mis corderos.

16 Volvió a decirle la segunda vez:

—Simón, hijo de Jonás, ¿me amas?

Pedro le respondió:

—Sí, Señor; tú sabes que te quiero.

Le dijo:

—Pastorea mis ovejas.

17 Le dijo la tercera vez:

—Simón, hijo de Jonás, ¿me quieres?

Pedro se entristeció de que le dijera por tercera vez: «¿Me quieres?», y le respondió:

—Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero.

Jesús le dijo:

—Apacienta mis ovejas. 18 De cierto, de cierto te digo: Cuando eras más joven, te ceñías e ibas a donde querías; pero cuando ya seas viejo, extenderás tus manos y te ceñirá otro, y te llevará a donde no quieras.

19 Esto dijo dando a entender con qué muerte había de glorificar a Dios. Y dicho esto, añadió:

—Sígueme.

El discípulo amado

20 Volviéndose Pedro, vio que los seguía el discípulo a quien amaba Jesús, el mismo que en la cena se había recostado al lado de él y le había dicho: «Señor, ¿quién es el que te ha de entregar?» 21 Cuando Pedro lo vio, dijo a Jesús:

—Señor, ¿y qué de éste?

22 Jesús le dijo:

—Si quiero que él quede hasta que yo vuelva, ¿qué a ti? Sígueme tú.

23 Se extendió entonces entre los hermanos el rumor de que aquel discípulo no moriría. Pero Jesús no le dijo que no moriría, sino: «Si quiero que él quede hasta que yo vuelva, ¿qué a ti?»

24 Éste es el discípulo que da testimonio de estas cosas, y escribió estas cosas; y sabemos que su testimonio es verdadero.

25 Hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, las cuales, si se escribieran una por una, pienso que ni aun en el mundo cabrían los libros que se habrían de escribir. Amén.

Proverbios 18

18 Su propio deseo busca el que se aparta
y se entremete en todo negocio.
No se complace el necio en la inteligencia,
sino en manifestar su propia opinión.
Con el malvado viene también el menosprecio,
y con el que deshonra, la afrenta.
Aguas profundas son las palabras de la boca del hombre;
y arroyo que rebosa es la fuente de la sabiduría.
Tener respeto a la persona del malvado
para pervertir el derecho del justo, no es bueno.
Los labios del necio provocan contienda;
su boca, a los azotes llama.
La boca del necio le acarrea quebranto;
sus labios son trampas para su propia vida.
Las palabras del chismoso son como bocados suaves
que penetran hasta las entrañas.
El que es negligente en su trabajo
es hermano del hombre destructor.
10 Fuerte torre es el nombre de Jehová;
a ella corre el justo y se siente seguro.
11 Las riquezas del rico son su ciudad fortificada;
como un muro defensivo se las imagina.
12 Antes del quebranto se engríe el corazón del hombre,
pero antes de los honores está la humildad.
13 Al que responde sin haber escuchado,
la palabra le es fatuidad y vergüenza.
14 El ánimo del hombre le sostendrá en su enfermedad,
pero ¿quién sostendrá a un ánimo angustiado?
15 El corazón del inteligente adquiere sabiduría,
y el oído de los sabios busca la ciencia.
16 Los regalos de un hombre le abren el camino
que lleva a la presencia de los grandes.
17 Justo parece el primero que aboga por su causa,
pero viene su adversario y le rebate.
18 Las suertes ponen fin a los pleitos
y deciden entre los poderosos.
19 El hermano ofendido es más tenaz que una ciudad fuerte,
y las contiendas entre hermanos son como cerrojos de alcázar.
20 Del fruto de la boca del hombre se llena su vientre;
se sacia del producto de sus labios.
21 La muerte y la vida están en poder de la lengua;
el que la ama, comerá de sus frutos.
22 El que encuentra esposa encuentra el bien
y alcanza la benevolencia de Jehová.
23 El pobre habla con ruegos;
el rico responde con dureza.
24 El hombre que tiene amigos debe ser amistoso,
y amigos hay más unidos que un hermano.

Colosenses 1

Salutación

Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo, a los santos y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas: Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.

Pablo pide que Dios les conceda sabiduría espiritual

Siempre que oramos por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, pues hemos oído de vuestra fe en Cristo Jesús y del amor que tenéis a todos los santos, a causa de la esperanza que os está guardada en los cielos. De esta esperanza ya habéis oído por la palabra verdadera del evangelio, que ha llegado hasta vosotros, así como a todo el mundo, y lleva fruto y crece también en vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en verdad. Así lo aprendisteis de Epafras, nuestro consiervo amado, que es un fiel ministro de Cristo para vosotros, quien también nos ha declarado vuestro amor en el Espíritu.

Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual. 10 Así podréis andar como es digno del Señor, agradándolo en todo, llevando fruto en toda buena obra y creciendo en el conocimiento de Dios. 11 Fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, obtendréis fortaleza y paciencia, 12 y, con gozo, daréis gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz. 13 Él nos ha librado del poder de las tinieblas y nos ha trasladado al reino de su amado Hijo, 14 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.

Reconciliación por medio de la muerte de Cristo

15 Cristo es la imagen del Dios invisible,
el primogénito de toda creación,
16 porque en él fueron creadas todas las cosas,
las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles;
sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades;
todo fue creado por medio de él y para él.
17 Y él es antes que todas las cosas,
y todas las cosas en él subsisten.
18 Él es también la cabeza del cuerpo que es la iglesia,
y es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia,
19 porque al Padre agradó que en él habitara toda la plenitud,
20 y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas,
así las que están en la tierra como las que están en los cielos,
haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.

21 También a vosotros, que erais en otro tiempo extraños y enemigos por vuestros pensamientos y por vuestras malas obras, ahora os ha reconciliado 22 en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprochables delante de él. 23 Pero es necesario que permanezcáis fundados y firmes en la fe, sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo y del cual yo, Pablo, fui hecho ministro.

24 Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia. 25 De ella fui hecho ministro, según la administración de Dios que me fue dada para con vosotros, para que anuncie cumplidamente la palabra de Dios, 26 el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos. 27 A ellos, Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo en vosotros, esperanza de gloria.

28 Nosotros anunciamos a Cristo, amonestando a todo hombre y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre. 29 Para esto también trabajo, luchando según la fuerza de él, la cual actúa poderosamente en mí.

Reina-Valera 1995 (RVR1995)

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