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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Version
Éxodo 40

Moisés erige el Tabernáculo

40 Luego Jehová habló a Moisés y le dijo:

«En el primer día del mes primero harás levantar el Tabernáculo, el Tabernáculo de reunión; pondrás en él el Arca del testimonio y la cubrirás con el velo. Meterás la mesa y la pondrás en orden; meterás también el candelabro y encenderás sus lámparas. Pondrás el altar de oro para el incienso delante del Arca del testimonio y colgarás la cortina a la entrada, delante del Tabernáculo. Después pondrás el altar del holocausto ante la entrada del Tabernáculo, del Tabernáculo de reunión. Luego pondrás la fuente entre el Tabernáculo de reunión y el altar, y la llenarás de agua. Finalmente, alrededor levantarás el atrio y colgarás la cortina a la entrada del atrio.

»Después tomarás el aceite de la unción, ungirás el Tabernáculo y todo lo que está en él; lo santificarás con todos sus utensilios, y será santo. 10 Ungirás también el altar del holocausto y todos sus utensilios; santificarás el altar, y será un altar santísimo. 11 Asimismo ungirás la fuente y su base, y la santificarás.

12 »Luego llevarás a Aarón y a sus hijos a la puerta del Tabernáculo de reunión, y los lavarás con agua. 13 Harás vestir a Aarón las vestiduras sagradas, lo ungirás y lo consagrarás, para que sea mi sacerdote. 14 Después harás que se acerquen sus hijos, y los vestirás con túnicas; 15 los ungirás como ungiste a su padre, y serán mis sacerdotes. Su unción les conferirá un sacerdocio perpetuo a lo largo de sus generaciones.»

16 Moisés hizo conforme a todo lo que Jehová le mandó. Así lo hizo. 17 En el primer mes del año segundo, el día primero del mes, fue erigido el Tabernáculo. 18 Moisés hizo levantar el Tabernáculo, asentó sus basas, colocó sus tablas, puso sus barras e hizo alzar sus columnas. 19 Levantó la tienda sobre el Tabernáculo y puso la sobrecubierta encima del mismo, como Jehová había mandado a Moisés.

20 Después tomó el Testimonio y lo puso dentro del Arca; colocó las varas en el Arca, y encima, sobre el Arca, el propiciatorio. 21 Luego metió el Arca en el Tabernáculo, puso el velo extendido y ocultó el Arca del testimonio, como Jehová había mandado a Moisés. 22 Puso la mesa en el Tabernáculo de reunión, al lado norte de la cortina, fuera del velo, 23 y sobre ella puso por orden los panes delante de Jehová, como Jehová había mandado a Moisés.

24 Puso el candelabro en el Tabernáculo de reunión, enfrente de la mesa, al lado sur de la cortina, 25 y encendió las lámparas delante de Jehová, como Jehová había mandado a Moisés.

26 Puso también el altar de oro en el Tabernáculo de reunión, delante del velo, 27 y quemó sobre él incienso aromático, como Jehová había mandado a Moisés.

28 Puso asimismo la cortina a la entrada del Tabernáculo. 29 Y colocó el altar del holocausto a la entrada del Tabernáculo, del Tabernáculo de reunión, y sacrificó sobre él el holocausto y la ofrenda, como Jehová había mandado a Moisés.

30 Puso la fuente entre el Tabernáculo de reunión y el altar, y la llenó de agua para lavarse. 31 Moisés, Aarón y sus hijos se lavaban en ella las manos y los pies. 32 Cuando entraban en el Tabernáculo de reunión, y cuando se acercaban al altar, se lavaban, como Jehová había mandado a Moisés.

33 Finalmente erigió el atrio alrededor del Tabernáculo y del altar, y puso la cortina a la entrada del atrio. Así acabó Moisés la obra.

La gloria de Jehová llena el Tabernáculo(A)

34 Entonces una nube cubrió el Tabernáculo de reunión, y la gloria de Jehová llenó el Tabernáculo. 35 Moisés no podía entrar en el Tabernáculo de reunión, porque la nube estaba sobre él, y la gloria de Jehová lo llenaba.

36 En todas sus jornadas, cuando la nube se alzaba de encima del Tabernáculo, los hijos de Israel se ponían en marcha; 37 pero si la nube no se alzaba, no se movían hasta el día en que ella se alzaba, 38 porque la nube de Jehová estaba de día sobre el Tabernáculo, y el fuego estaba de noche sobre él, a la vista de toda la casa de Israel. Así ocurría en todas sus jornadas.

Juan 19

19 Así que tomó entonces Pilato a Jesús y lo azotó. Los soldados entretejieron una corona de espinas y la pusieron sobre su cabeza, y lo vistieron con un manto de púrpura, y le decían:

—¡Salve, Rey de los judíos! —y le daban bofetadas.

Entonces Pilato salió otra vez, y les dijo:

—Mirad, os lo traigo fuera para que entendáis que ningún delito hallo en él.

Y salió Jesús llevando la corona de espinas y el manto de púrpura. Pilato les dijo:

—¡Éste es el hombre!

Cuando lo vieron los principales sacerdotes y los guardias, dieron voces diciendo:

—¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!

Pilato les dijo:

—Tomadlo vosotros y crucificadlo, porque yo no hallo delito en él.

Los judíos le respondieron:

—Nosotros tenemos una ley y, según nuestra ley, debe morir, porque se hizo a sí mismo Hijo de Dios.

Cuando Pilato oyó decir esto, tuvo más miedo. Entró otra vez en el pretorio, y dijo a Jesús:

—¿De dónde eres tú?

Pero Jesús no le respondió. 10 Entonces le dijo Pilato:

—¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para crucificarte y autoridad para soltarte?

11 Respondió Jesús:

—Ninguna autoridad tendrías contra mí si no te fuera dada de arriba; por tanto, el que a ti me ha entregado, mayor pecado tiene.

12 Desde entonces procuraba Pilato soltarlo, pero los judíos daban voces diciendo:

—Si a éste sueltas, no eres amigo de César; todo el que se hace rey, a César se opone.

13 Entonces Pilato, oyendo esto, llevó fuera a Jesús, y se sentó en el tribunal, en el lugar llamado El Enlosado, en hebreo, Gábata. 14 Era la preparación de la Pascua y como la hora sexta. Entonces dijo a los judíos:

—¡Aquí tenéis a vuestro Rey!

15 Pero ellos gritaron:

—¡Fuera! ¡Fuera! ¡Crucifícalo!

Pilato les dijo:

—¿A vuestro Rey he de crucificar?

Respondieron los principales sacerdotes:

—¡No tenemos más rey que César!

16 Así que entonces lo entregó a ellos para que fuera crucificado. Tomaron, pues, a Jesús y se lo llevaron.

Crucifixión y muerte de Jesús(A)

17 Él, cargando su cruz, salió al lugar llamado de la Calavera, en hebreo, Gólgota. 18 Allí lo crucificaron con otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio. 19 Escribió también Pilato un título, que puso sobre la cruz, el cual decía: «Jesús Nazareno, Rey de los judíos.» 20 Muchos de los judíos leyeron este título, porque el lugar donde Jesús fue crucificado estaba cerca de la ciudad, y el título estaba escrito en hebreo, en griego y en latín. 21 Dijeron a Pilato los principales sacerdotes de los judíos:

—No escribas: “Rey de los judíos”, sino: “Éste dijo: Soy rey de los judíos.”

22 Respondió Pilato:

—Lo que he escrito, he escrito.

23 Cuando los soldados crucificaron a Jesús, tomaron sus vestidos e hicieron cuatro partes, una para cada soldado. Tomaron también su túnica, la cual era sin costura, de un solo tejido de arriba abajo. 24 Entonces dijeron entre sí:

—No la partamos, sino echemos suertes sobre ella, a ver de quién será.

Esto sucedió para que se cumpliera la Escritura, que dice:

«Repartieron entre sí mis vestidos,
y sobre mi ropa echaron suertes.»

Y así lo hicieron los soldados. 25 Estaban junto a la cruz de Jesús su madre y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María Magdalena. 26 Cuando vio Jesús a su madre y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre:

—Mujer, he ahí tu hijo.

27 Después dijo al discípulo:

—He ahí tu madre.

Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa.

28 Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliera:

—¡Tengo sed!

29 Había allí una vasija llena de vinagre; entonces ellos empaparon en vinagre una esponja y, poniéndola en un hisopo, se la acercaron a la boca. 30 Cuando Jesús tomó el vinagre, dijo:

—¡Consumado es!

E inclinando la cabeza, entregó el espíritu.

El costado de Jesús traspasado

31 Entonces los judíos, por cuanto era la preparación de la Pascua, a fin de que los cuerpos no quedaran en la cruz el sábado (pues aquel sábado era de gran solemnidad), rogaron a Pilato que se les quebraran las piernas y fueran quitados de allí. 32 Fueron, pues, los soldados y quebraron las piernas al primero y asimismo al otro que había sido crucificado con él. 33 Pero cuando llegaron a Jesús, como lo vieron ya muerto, no le quebraron las piernas. 34 Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua. 35 Y el que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice verdad, para que vosotros también creáis, 36 pues estas cosas sucedieron para que se cumpliera la Escritura: «No será quebrado hueso suyo.» 37 Y también otra Escritura dice: «Mirarán al que traspasaron.»

Jesús es sepultado(B)

38 Después de todo esto, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, pero secretamente por miedo de los judíos, rogó a Pilato que le permitiera llevarse el cuerpo de Jesús; y Pilato se lo concedió. Entonces fue y se llevó el cuerpo de Jesús. 39 Vino también Nicodemo, el que antes había visitado a Jesús de noche, trayendo un compuesto de mirra y de áloes, como cien libras. 40 Tomaron, pues, el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en lienzos con especias aromáticas, según la costumbre judía de sepultar. 41 En el lugar donde fue crucificado había un huerto, y en el huerto un sepulcro nuevo, en el cual aún no se había puesto a nadie. 42 Allí, pues, por causa de la preparación de la Pascua de los judíos, y porque aquel sepulcro estaba cerca, pusieron a Jesús.

Proverbios 16

Proverbios relativos a la vida y la conducta

16 Del hombre es hacer planes en el corazón;
de Jehová es poner la respuesta en la lengua.
Todos los caminos del hombre son limpios en su propia opinión,
pero Jehová es quien pesa los espíritus.
Encomienda a Jehová tus obras
y tus pensamientos serán afirmados.
Todas las cosas ha hecho Jehová para sus propios fines,
incluso al malvado, para el día malo.
Abominable es para Jehová todo altivo de corazón;
ciertamente no quedará impune.
Con misericordia y verdad se corrige el pecado;
con el temor de Jehová los hombres se apartan del mal.
Cuando los caminos del hombre son agradables a Jehová,
aun a sus enemigos los pone en paz con él.
Mejor es lo poco con justicia
que las muchas ganancias sin derecho.
El corazón del hombre se propone un camino,
pero Jehová endereza sus pasos.
10 Oráculo hay en los labios del rey
y su boca no prevarica en el juicio.
11 Las balanzas y el peso justos son de Jehová;
obra suya son todas las pesas de la bolsa.
12 Abominable es que los reyes cometan maldad,
porque con la justicia se afirma el trono.
13 Los labios justos complacen a los reyes;
estos aman al que habla con rectitud.
14 La ira del rey es mensajero de muerte,
pero el hombre sabio la evita.
15 En la alegría del rostro del rey está la vida,
y su favor es como nube de lluvia tardía.
16 Mejor es adquirir sabiduría que oro fino,
y adquirir inteligencia vale más que la plata.
17 El camino de los rectos se aparta del mal;
su vida protege el que guarda su camino.
18 Antes del quebranto está la soberbia,
y antes de la caída, la altivez de espíritu.
19 Mejor es humillar el espíritu con los humildes
que repartir el botín con los soberbios.
20 El entendido en la palabra hallará el bien;
el que confía en Jehová es bienaventurado.
21 El sabio de corazón es llamado prudente,
y la dulzura de labios aumenta el saber.
22 Manantial de vida es el entendimiento para el que lo posee,
pero la erudición de los necios es pura necedad.
23 El corazón del sabio hace prudente su boca
y añade gracia a sus labios.
24 Panal de miel son los dichos suaves,
suavidad para el alma y medicina para los huesos.
25 Hay camino que al hombre le parece derecho,
pero es camino que lleva a la muerte.
26 El ansia del que trabaja, trabaja para él:
su boca lo estimula.
27 El hombre perverso cava en busca del mal;
en sus labios hay como una llama de fuego.
28 El hombre perverso promueve contienda,
y el chismoso separa a los mejores amigos.
29 El hombre malo lisonjea a su prójimo
y lo hace andar por mal camino;
30 cierra los ojos para pensar perversidades,
mueve los labios, comete el mal.
31 Corona de honra es la vejez
que se encuentra en el camino de la justicia.
32 Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte,
el que domina su espíritu que el conquistador de una ciudad.
33 Las suertes se echan en el regazo,
pero la decisión es de Jehová.

Filipenses 3

Prosigo a la meta

Por lo demás, hermanos, gozaos en el Señor. Para mí no es molestia el escribiros las mismas cosas, y para vosotros es útil.

Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros, guardaos de los que mutilan el cuerpo. Nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne, aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más: circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la Ley, fariseo; en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que se basa en la Ley, irreprochable.

Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor. Por amor a él lo he perdido todo y lo tengo por basura, para ganar a Cristo y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que se basa en la Ley, sino la que se adquiere por la fe en Cristo, la justicia que procede de Dios y se basa en la fe. 10 Quiero conocerlo a él y el poder de su resurrección, y participar de sus padecimientos hasta llegar a ser semejante a él en su muerte, 11 si es que en alguna manera logro llegar a la resurrección de entre los muertos.

12 No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. 13 Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, 14 prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.

15 Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios. 16 Pero en aquello a que hemos llegado, sigamos una misma regla, sintamos una misma cosa.

17 Hermanos, sed imitadores de mí y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros, 18 porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo. 19 El fin de ellos será la perdición. Su dios es el vientre, su gloria es aquello que debería avergonzarlos, y sólo piensan en lo terrenal. 20 Pero nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo. 21 Él transformará nuestro cuerpo mortal en un cuerpo glorioso semejante al suyo, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.

Reina-Valera 1995 (RVR1995)

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