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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
Version
Salmos 75

Salmo 75 (74)

Es Dios quien juzga

75 Al maestro del coro. Según la melodía “No destruyas”. Salmo de Asaf. Canto.
Te damos gracias, oh Dios, te damos gracias,
invocando tu nombre, proclamando tus maravillas.
“Cuando yo lo decida, juzgaré con rectitud;
aunque tiemble la tierra y quienes la habitan,
soy yo quien sostiene sus columnas. [ Pausa]
Dije a los insolentes: ¡no se insolenten!
Y a los malvados: ¡no alcen la frente!
No alcen tanto su frente,
no hablen con el cuello erguido”.
No vendrá del este ni del oeste,
ni del desierto ni de las montañas;
es Dios quien juzga:
a este humilla, a aquel exalta.
Una copa hay en la mano del Señor,
un vino espumoso mezclado con especias;
de él escancia y los malvados de la tierra
lo beben, lo apuran hasta el fondo.
10 Pero yo siempre proclamaré
y cantaré al Dios de Jacob:
11 combatiré a los malvados,
el justo saldrá victorioso.

Job 41:12-26

12 de su hocico sale una humareda,
como caldero que hierve atizado;
13 su aliento enciende carbones,
arroja llamaradas por su boca.
14 Su fuerza está en su cuello,
ante él tiembla el espanto.
15 Son compactos los pliegues de su carne;
como pegados a su cuerpo, ni se mueven.
16 Su corazón es duro como la roca,
resistente como piedra de moler.
17 Su majestad asusta a los dioses;
cuando oyen su estrépito, retroceden.
18 De nada sirve la espada contra él,
tampoco dardo, lanza o jabalina.
19 El hierro es paja para él,
madera podrida el bronce.
20 No hay flecha que lo ponga en fuga,
las piedras de la honda son como paja.
21 Paja le parece el mazo,
se ríe del silbar de las saetas.
22 Su vientre son lastras afiladas,
que arrastra como trillo por el lodo.
23 Hace hervir las aguas profundas,
convierte el mar en pebetero.
24 Deja tras de sí un surco luminoso,
una blanca cabellera en el Abismo.
25 Nadie lo iguala en la tierra,
pues es criatura sin miedo.
26 Se enfrenta a los más altivos,
es el rey de todas las bestias.

Juan 13:1-17

II.— LIBRO DE LA PASIÓN Y DE LA GLORIA (13—20)

Jesús lava los pies a sus discípulos

13 Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que le había llegado la hora de dejar este mundo para ir al Padre y habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, llevó su amor hasta el fin. Se habían puesto a cenar y el diablo había metido ya en la cabeza de Judas Iscariote, hijo de Simón, la idea de traicionar a Jesús. Con plena conciencia de haber venido de Dios y de que ahora volvía a él, y perfecto conocedor de la plena autoridad que el Padre le había dado, Jesús interrumpió la cena, se quitó el manto, tomó una toalla y se la ciñó a la cintura. Después echó agua en una palangana y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba a la cintura. Cuando le llegó la vez a Simón Pedro, este le dijo:

— Señor, ¿vas a lavarme los pies tú a mí?

Jesús le contestó:

— Lo que estoy haciendo, no puedes comprenderlo ahora; llegará el tiempo en que lo entiendas.

Pedro insistió:

— Jamás permitiré que me laves los pies.

Jesús le respondió:

— Si no me dejas que te lave, no podrás seguir contándote entre los míos.

Le dijo entonces Simón Pedro:

— Señor, no sólo los pies; lávame también las manos y la cabeza.

10 Pero Jesús le replicó:

— El que se ha bañado y está completamente limpio, sólo necesita lavarse los pies. Y ustedes están limpios, aunque no todos.

11 Jesús sabía muy bien quién iba a traicionarlo; por eso añadió: “No todos están limpios.”

12 Una vez que terminó de lavarles los pies, se puso de nuevo el manto, volvió a sentarse a la mesa y les preguntó:

— ¿Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes? 13 Ustedes me llaman Maestro y Señor, y tienen razón, porque efectivamente lo soy. 14 Pues bien, si yo, el Maestro y Señor, les he lavado los pies, lo mismo deben hacer ustedes unos con otros. 15 Les he dado ejemplo para que se porten como yo me he portado con ustedes. 16 Les aseguro que el siervo no puede ser mayor que su amo; ni el enviado, superior a quien lo envió. 17 Si comprenden estas cosas y las ponen en práctica serán dichosos.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España