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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
Version
Salmos 39

Salmo 39 (38)

Sólo vanidad es el ser humano

39 Al maestro del coro. De Yedutún. Salmo de David.
Me dije: “Mis pasos vigilaré
para no pecar con mi lengua;
en mi boca pondré una mordaza
cuando esté ante mí el malvado”.
Guardé un completo silencio,
quedé totalmente callado,
pero mi dolor crecía,
ardía mi corazón dentro de mí;
de tanta angustia me iba inflamando
hasta que mi lengua rompió a hablar:
“Señor, hazme saber mi fin
y cuánto va a durar mi vida,
hazme saber lo efímero que soy”.
Concedes a mi vida unos instantes,
mi existencia no es nada para ti.
Sólo es vanidad el ser humano, [ Pausa]
una sombra fugaz que deambula,
que en vano se angustia
acumulando riquezas
que no sabe para quién serán.
Dios mío, ¿qué puedo esperar yo?
Sólo tú eres mi esperanza.
Líbrame de todos mis pecados,
no me conviertas en burla del necio.
10 Guardo silencio, no abro mi boca,
porque eres tú quien lo ha hecho.
11 Aparta de mí tus golpes,
que por la ira de tu mano muero.
12 Corriges a los seres humanos
castigando sus culpas;
como la polilla destruyes sus encantos,
pues sólo es vanidad el ser humano. [ Pausa]
13 Señor, escucha mi oración,
presta oído a mi grito;
no seas sordo a mi llanto
pues soy un huésped que habita contigo,
un forastero como mis antepasados.
14 Concédeme poder serenarme
antes de que me vaya y deje de existir.

Job 28:12-29:10

12 ¿Pero de dónde se saca la Sabiduría
o dónde está el yacimiento de la Inteligencia?
13 El ser humano ignora su camino,
no se halla en el mundo de los vivos.
14 Dice el Abismo: “No está en mí”;
responde el Mar: “No está conmigo”.
15 No puede comprarse con oro
ni pagarse a peso de plata;
16 no se adquiere con oro de Ofir,
con ónices preciosos o zafiros;
17 no la igualan el oro ni el vidrio,
ni se paga con vasos de oro fino;
18 nada valen el cristal y los corales,
la Sabiduría es más cara que las perlas;
19 no la iguala el topacio de Etiopía,
ni se cambia por el oro más puro.
20 ¿Pero de dónde proviene la Sabiduría
o dónde está el yacimiento de la Inteligencia?
21 Se oculta a los ojos de las fieras
y se esconde de las aves del cielo.
22 Muerte y Abismo confiesan:
“Conocemos su fama de oídas”.
23 Sólo Dios encontró su camino,
sólo él descubrió su morada,
24 pues contempla los límites del orbe
y observa cuanto hay bajo el cielo.
25 Cuando señalaba su peso al viento
y definía la medida de las aguas,
26 cuando imponía su ley a la lluvia
y su ruta al relámpago y al trueno,
27 entonces la vio y la calculó,
la penetró y examinó a fondo.
28 Después dijo al ser humano:
“Venerar al Señor es sabiduría,
apartarse del mal, prudencia”.

Final del diálogo (29—31)

Quejas y autodefensa de Job: el pasado

29 Job continuó así su discurso:

¡Si pudiera revivir el pasado,
cuando Dios se ocupaba de mí,
cuando su lámpara
brillaba sobre mi cabeza
y su luz iluminaba mis tinieblas!
¡Aquellos días de mi otoño,
cuando Dios era un íntimo en mi tienda,
cuando sentía al Todopoderoso conmigo
y todos mis hijos me rodeaban!
Cuando lavaba mis pies en leche
y la roca me daba arroyos de aceite.
Cuando iba a la puerta de la ciudad
y, al tomar asiento en la plaza,
los jóvenes se escondían al verme,
los ancianos se ponían de pie;
la gente principal callaba,
tapándose la boca con la mano;
10 enmudecía la voz de los notables,
se les pegaba la lengua al paladar.

Apocalipsis 8:1-5

El séptimo sello

Cuando, finalmente, el Cordero rompió el séptimo sello, se hizo en el cielo un silencio como de media hora.

III.— LAS SIETE TROMPETAS (8,2—14,20)

El ángel con el incensario de oro

Vi entonces cómo se entregaban siete trompetas a los siete ángeles que estaban en pie delante de Dios, mientras otro ángel se colocaba junto al altar con un incensario de oro. Recibió perfumes en abundancia para ofrecerlos, junto con las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que se levanta delante del trono de Dios. Y el aroma de los perfumes, junto con las oraciones de los santos, subió de la mano del ángel hasta la presencia de Dios. Entonces, el ángel tomó el incensario, lo llenó con las brasas del altar y lo arrojó sobre la tierra. Y retumbaron los truenos, los relámpagos cruzaron el cielo y se produjo un terremoto.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España