Revised Common Lectionary (Complementary)
9 Porque al SEÑOR, que es mi refugio,
al Altísimo, has puesto como tu morada,
10 no te sobrevendrá mal
ni la plaga se acercará a tu tienda.
11 Pues a sus ángeles dará órdenes acerca de ti
para que te guarden en todos tus caminos.
12 En sus manos te llevarán
de modo que tu pie no tropiece
en piedra.
13 Sobre el león y la cobra pisarás; hollarás al leoncillo y a la serpiente.
14 “Porque en mí ha puesto su amor,
yo lo libraré;
lo pondré en alto,
por cuanto ha conocido mi nombre.
15 Él me invocará, y yo le responderé; con él estaré en la angustia.
Lo libraré y lo glorificaré;
16 lo saciaré de larga vida
y le mostraré mi salvación”.
Encuentro de Abram y Melquisedec
17 Cuando Abram volvía de derrotar a Quedarlaomer y a los reyes que estaban con él, el rey de Sodoma salió a su encuentro en el valle de Savé, que es el valle del Rey. 18 También Melquisedec, rey de Salem, quien era sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino, 19 y lo bendijo diciendo: “Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra. 20 Bendito sea el Dios Altísimo, que entregó a tus enemigos en tus manos”.
Y Abram le dio a él el diezmo de todo.
Trato de Abram con el rey de Sodoma
21 Entonces el rey de Sodoma dijo a Abram:
—Dame las personas, y toma para ti los bienes.
22 Abram respondió al rey de Sodoma:
—He hecho votos al SEÑOR, el Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra, 23 que no tomaré ni un hilo ni la correa de un calzado, nada de todo lo que es tuyo, para que no digas después: “Yo enriquecí a Abram”. 24 Yo no tomaré nada, excepto lo que han comido los jóvenes y la parte de los hombres que fueron conmigo: Aner, Escol y Mamre. Ellos sí tomarán su parte.
7 Por tanto, recíbanse unos a otros como Cristo los recibió para la gloria de Dios.
El evangelio para todas las naciones
8 Digo, pues, que Cristo fue hecho ministro de la circuncisión a favor de la verdad de Dios para confirmar las promesas hechas a los patriarcas, 9 y para que las naciones glorifiquen a Dios por la misericordia, como está escrito:
Por tanto, yo te confesaré entre las naciones, y cantaré a tu nombre[a].
10 Y otra vez dice:
Alégrense, naciones, con su pueblo[b].
11 Y otra vez:
Alaben al Señor, todas las naciones;
y ensálcenle, pueblos todos[c].
12 Y otra vez dice Isaías:
Vendrá la raíz de Isaí,
y el que se levantará
para gobernar a las naciones;
y las naciones esperarán en él[d].
13 Que el Dios de esperanza los llene de todo gozo y paz en el creer, para que abunden en la esperanza por el poder del Espíritu Santo.
Version Reina Valera Actualizada, Copyright © 2015 by Editorial Mundo Hispano