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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Cantares 1-3

El cantar de los cantares, el cual es de Salomón.

La amadaa

¡Oh, que él me besara
con los besos de su boca!
Mejor que el vino es tu amor.
Tu nombre es como perfume derramado; por el olor de tu suave perfume
las jóvenes se enamoran de ti.
Atráeme en pos de ti. ¡Corramos!
El rey me ha llevado a sus habitaciones.

El cortejo nupcial

Nos gozaremos y nos alegraremos contigo.
Nos acordaremos de tu amor más que del vino.
Con razón te aman.

La amada

Soy morena y bella,
oh hijas de Jerusalén.
Soy como las tiendas en Quedar
o como los pabellones de Salomón.
No se fijen en que soy morena,
pues el sol me bronceó.
Los hijos de mi madre se enojaron contra mí
y me pusieron a cuidar viñas.
¡Y mi propia viña no cuidé!
Hazme saber, oh amado de mi alma, dónde pastorearás;
dónde harás recostar el rebaño
al mediodía,
para que yo no ande errante[a]
tras los rebaños de tus compañeros.

El amado

Si no lo sabes,
oh la más hermosa de las mujeres, sigue las huellas del rebaño
y apacienta tus cabritas
cerca de las cabañas de los pastores.
A mi yegua, entre los carros del faraón,
te he comparado, oh amada mía.
10 ¡Qué bellas son tus mejillas entre tus aretes
y tu cuello entre los collares!
11 Te haremos aretes de oro
con engastes de plata.

La amada

12 Cuando el rey estaba en su diván,
mi nardo liberó su fragancia.
13 Mi amado se parece a un manojito
de mirra
que duerme entre mis pechos.
14 Mi amado se parece
a un racimo de flores de alheña
de las viñas de En-guedi.

El amado

15 ¡Qué bella eres, oh amada mía! ¡Qué bella eres!
Tus ojos son como de palomas[b].

La amada

16 ¡Qué bello y dulce eres tú,
oh amado mío!
Nuestra cama es frondosa,
17 las vigas de nuestra casa son los cedros, y nuestros artesonados son los cipreses.

Yo soy la rosa de Sarón

y el lirio de los valles.

El amado

Como un lirio entre los cardos
es mi amada entre las jóvenes.

La amada

Como un manzano entre los árboles del bosque
es mi amado entre los jóvenes. Me agrada sentarme bajo su sombra;
su fruto es dulce a mi paladar.
Él me lleva a la sala del banquete,
y su bandera sobre mí es el amor.
¡Oh, agasájenme con pasas,
refrésquenme con manzanas, porque estoy enferma de amor!
Su brazo izquierdo está debajo
de mi cabeza
y su derecho me abraza.
¡Júrenme, oh hijas de Jerusalén,
por las ciervas
y por las gacelas del campo,
que no despertarán
ni provocarán el amor
hasta que quiera!
¡La voz de mi amado!
Él viene saltando sobre los montes, brincando sobre las colinas.
Mi amado es como un venado
o un cervatillo.
¡Miren! Está detrás de nuestra cerca mirando por las ventanas,
atisbando por las celosías.
10 Mi amado habló y me dijo:
“¡Levántate, oh amada mía!
¡Oh hermosa mía, sal!
11 Ya ha pasado el invierno,
la estación de la lluvia se ha ido.
12 Han brotado las flores en la tierra.
El tiempo de la canción ha llegado,
y de nuevo se escucha la tórtola en nuestra tierra.
13 La higuera ha echado higos
y despiden fragancia las vides en flor. ¡Levántate, oh amada mía!
¡Oh hermosa mía, ven!”.

El amado

14 Palomita mía que te escondes
en las hendijas de la peña
y en los sitios secretos de las terrazas: Déjame ver tu figura;
hazme oír tu voz.
Porque dulce es tu voz
y preciosa tu figura.

La amada

15 Atrápennos las zorras,
las zorras pequeñas
que echan a perder las viñas,
pues nuestras viñas están en flor.
16 ¡Mi amado es mío, y yo soy suya!
Él apacienta entre los lirios
17 hasta que raye el alba
y huyan las sombras.
¡Vuelve, oh amado mío!
Sé semejante al venado o al cervatillo sobre los montes de las especias[c].

De noche, sobre mi cama

buscaba al que ama mi alma.
Lo busqué, pero no lo hallé.
Pensé: “Me levantaré e iré por la ciudad, por las calles y las plazas,
buscando al que ama mi alma”. Lo busqué, pero no lo hallé.
Me encontré con los guardias que rondan la ciudad y les pregunté: “¿Han visto al que ama mi alma?”.
Tan pronto como pasé de allí, hallé al que ama mi alma.
Me prendí de él y no lo solté
hasta que lo traje a la casa de mi madre, a la habitación de la que me concibió.
¡Júrenme, oh hijas de Jerusalén, por las ciervas
y por las gacelas del campo,
que no despertarán
ni provocarán el amor
hasta que quiera!

El cortejo nupcial

¿Quién es aquella
que viene del desierto
como columna de humo,
perfumada con mirra, incienso
y todo polvo de mercader?
¡Miren! Es la litera de Salomón. Sesenta valientes la rodean,
de los más fuertes de Israel.
Todos ellos ciñen espadas
y son diestros en la guerra.
Cada uno lleva espada al cinto
por causa de los temores de la noche.
El rey Salomón se hizo una carroza
de madera del Líbano.
10 Sus columnas eran de plata,
su respaldo de oro,
su asiento de púrpura;
y su interior fue decorado con amor por las hijas de Jerusalén.
11 Salgan, oh hijas de Sion,
y vean al rey Salomón con la diadema con que lo ciñó su madre
en el día de sus bodas, el día en que se regocijó su corazón.

Gálatas 2

Luego, después de catorce años, subí otra vez a Jerusalén, junto con Bernabé, y llevé conmigo también a Tito. Pero subí de acuerdo con una revelación y les expuse el evangelio que estoy proclamando entre los gentiles. Esto lo hice en privado ante los de alta reputación, para asegurarme de que no corro ni he corrido en vano. Sin embargo, ni siquiera Tito, quien estaba conmigo, siendo griego fue obligado a circuncidarse, a pesar de los falsos hermanos quienes se infiltraron secretamente para espiar nuestra libertad que tenemos en Cristo Jesús a fin de reducirnos a esclavitud. Ni por un momento cedimos en sumisión a ellos para que la verdad del evangelio permaneciera a favor de ustedes.

Sin embargo, aquellos que tenían reputación de ser importantes —quiénes hayan sido en otro tiempo, a mí nada me importa; Dios no hace distinción de personas— a mí, a la verdad, los de alta reputación no me añadieron nada nuevo. Más bien, al contrario, cuando vieron que me había sido confiado el evangelio para la incircuncisión igual que a Pedro para la circuncisión —porque el que actuó en Pedro para hacerlo apóstol de la circuncisión actuó también en mí para hacerme apóstol a favor de los gentiles—, y cuando percibieron la gracia que me había sido dada, Jacobo, Pedro y Juan, quienes tenían reputación de ser columnas, nos dieron a Bernabé y a mí la mano derecha en señal de compañerismo, para que nosotros fuéramos a los gentiles y ellos a los de la circuncisión. 10 Solamente nos pidieron que nos acordáramos de los pobres, cosa que procuré hacer con esmero.

Pablo y Pedro en Antioquía

11 Pero cuando Pedro vino a Antioquía, yo me opuse a él frente a frente porque era reprensible. 12 Pues antes que vinieran ciertas personas de parte de Jacobo, él comía con los gentiles; pero cuando llegaron, se retraía y apartaba temiendo a los de la circuncisión. 13 Y los otros judíos participaban con él en su simulación, de tal manera que aun Bernabé fue arrastrado por la hipocresía de ellos. 14 En cambio, cuando vi que no andaban rectamente ante la verdad del evangelio, le dije a Pedro delante de todos: “Si tú, que eres judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a hacerse judíos?”.

Toda persona es justificada por la fe

15 Nosotros somos judíos de nacimiento y no pecadores de entre los gentiles; 16 pero sabiendo que ningún hombre es justificado por las obras de la ley sino por medio de la fe en Jesucristo, hemos creído nosotros también en Cristo Jesús, para que seamos justificados por la fe en Cristo y no por las obras de la ley. Porque por las obras de la ley nadie será justificado.

17 Pero si es que nosotros, procurando ser justificados en Cristo, también hemos sido hallados pecadores, ¿será por eso Cristo servidor del pecado? ¡De ninguna manera! 18 Pues cuando edifico de nuevo las mismas cosas que derribé, demuestro que soy transgresor. 19 Porque mediante la ley he muerto a la ley, a fin de vivir para Dios.

20 Con Cristo he sido juntamente crucificado; y ya no vivo yo sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en la carne, lo vivo por la fe en el Hijo de Dios quien me amó y se entregó a sí mismo por mí. 21 No desecho la gracia de Dios; porque si la justicia fuera por medio de la ley, entonces por demás murió Cristo.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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