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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Job 8-10

Primera intervención de Bildad

Entonces intervino Bildad el sujita y dijo:

—¿Hasta cuándo hablarás tales cosas, y las palabras de tu boca serán viento impetuoso?
¿Acaso pervertirá Dios el derecho? ¿El Todopoderoso pervertirá la justicia?
Si tus hijos pecaron contra él,
él los entregó en mano de su transgresión.
Si con diligencia buscaras a Dios
e imploraras la gracia del Todopoderoso,
si fueras limpio y recto,
ciertamente ahora él velaría por ti
y te restauraría la morada que
en justicia mereces.
Aunque tu comienzo haya sido
insignificante,
tu porvenir se engrandecerá en gran manera.

»Pues indaga, por favor, en las generaciones del pasado;
investiga lo que sus padres han descubierto.
Pues nosotros somos tan solo de ayer y nada sabemos;
nuestros días sobre la tierra
son una sombra.
10 ¿No te enseñarán ellos y te hablarán,
y de su corazón sacarán palabras?

11 »¿Crece el papiro donde no hay pantano? ¿Crece el junco sin agua?
12 Y estando aún en su tallo sin ser cortado, se seca antes que toda hierba.

13 Así son las sendas de todos
los que se olvidan de Dios,
y la esperanza del impío perecerá.
14 El objeto de su confianza es como tul de verano,
y aquello en que confía es como tela de araña:
15 Si se apoya sobre su tela no le sostendrá; si se agarra de ella no le resistirá.

16 »Así es el impío: Lleno de savia delante del sol,
sus retoños sobresalen del huerto.
17 Sus raíces se entretejen
sobre un montón de piedras,
y vive entre[a] los pedregales.
18 Si lo arrancan de su lugar
este le niega diciendo:
“¡Nunca te he visto!”.

19 »He aquí, así es el gozo de su camino,
y otros brotarán del polvo.
20 He aquí, Dios no rechaza al íntegro
ni sostiene la mano de los malhechores.
21 Aún llenará tu boca de risa,
y tus labios con grito de júbilo.
22 Los que te aborrecen se vestirán de vergüenza,
y la morada de los impíos desaparecerá.

Job responde a Bildad

Entonces respondió Job y dijo:

—Ciertamente yo sé que es así.
¿Y cómo se ha de justificar
un hombre ante Dios?
Si uno quisiera contender con él,
no le podría responder una sola cosa entre mil.
Él es sabio de corazón y poderoso
en fuerza.
¿Quién se ha endurecido contra él
y ha salido ileso?
Él arranca las montañas de su lugar,
y ellas no saben que, en su furor, las trastorna.
Él sacude la tierra en su lugar
y estremece sus columnas.
Él manda al sol, y este no brilla;
y pone un sello a las estrellas.

Por sí solo extiende los cielos
y camina sobre las ondas del mar.
Él hizo la Osa Mayor, el Orión, las Pléyades
y las constelaciones del sur.
10 Él hace cosas tan grandes que son
inescrutables,
y maravillas que no se pueden enumerar.
11 Si él cruza junto a mí yo no lo veo;
él pasa sin que yo lo perciba.
12 Si él arrebata, ¿quién lo hará desistir? ¿Quién le dirá: “¿Qué haces?”?
13 Dios no detendrá su ira;
bajo él se postran los que
ayudan a Rahab[b].
14 »¿Cómo, pues, podré responderle? ¿Podré yo escoger mis palabras para con él?
15 Aun siendo justo, no podría responderle; más bien, pediría clemencia en mi causa.
16 Si yo le invocara y él me respondiese, yo no podría creer que escuchara mi voz.
17 Porque me aplasta con tormenta,
y aumenta mis heridas sin causa.
18 No me deja cobrar aliento
sino que me colma de amarguras.
19 Si se trata de fuerzas,
¡he aquí que es poderoso!
Si se trata de juicio,
¿quién lo[c] convocará?
20 Si me declaro justo
mi boca me condena;
si íntegro, él me declara culpable.
21 ¿Soy íntegro? Ni yo mismo me conozco. ¡Desprecio mi vida!
22 Da lo mismo, por lo cual digo: “Al íntegro y al impío, él los consume”.
23 Si el azote mata de repente
él se ríe de la desesperación de los inocentes.
24 La tierra es entregada en manos de los impíos,
y él cubre el rostro de sus jueces.
Si no es él, entonces, ¿quién es?
25 Mis días son más veloces que un corredor;
huyen sin lograr ver el bien.
26 Pasan como embarcaciones de junco, como un águila que se lanza
sobre su presa.
27 »Si digo: “Olvidaré mi queja;
cambiaré mi semblante y estaré alegre”,
28 entonces me turban todos mis dolores;
sé que no me tendrás por inocente.
29 Yo he sido declarado culpable; entonces, ¿para qué fatigarme en vano?
30 Aunque me bañe con jabón
y limpie mis manos con lejía,
31 aun así me hundirás en el hoyo,
y me abominarán mis vestiduras.
32 »Porque él no es hombre como yo para que le responda
y para que juntos vengamos a juicio.
33 No hay entre nosotros un árbitro
que ponga su mano sobre ambos.
34 ¡Que quite de sobre mí su vara,
y que no me espante su terror!
35 Entonces yo hablaré y no le temeré;
de otro modo, yo no soy
dueño de mí mismo.

10 »Mi alma está hastiada de mi vida. Daré rienda suelta a mi queja;

hablaré en la amargura de mi alma.
Diré a Dios: No me condenes; hazme entender por qué contiendes conmigo.
¿Te parece bueno oprimir
y desechar la obra de tus manos
mientras favoreces el consejo de los impíos?
¿Acaso tus ojos son humanos? ¿Acaso ves como ve un hombre?
¿Son tus días como los días
de un hombre,
o tus años como los días de un mortal,
para que indagues mi iniquidad
e inquieras por mi pecado?
Tú sabes que no soy culpable
y que no hay quien libre de tu mano.
»Tus manos me formaron y me hicieron, ¿y después, cambias[d] y me destruyes?
Acuérdate, por favor,
de que tú me formaste como al barro
y que me harás volver al polvo.
10 ¿Acaso no me vertiste como a la leche,
y me cuajaste como al queso?
11 De piel y de carne me vestiste,
y me entretejiste con huesos y tendones.
12 Vida y misericordia me concediste,
y tu cuidado guardó mi espíritu.
13 Estas cosas tenías escondidas en tu corazón;
yo sé que esto estaba en tu mente.
14 Si peco, entonces me vigilas
y no me declaras inocente
de mi iniquidad.
15 Si soy culpable, ¡ay de mí!
Pero aun siendo justo,
no levanto mi cabeza
pues estoy harto de ignominia y
de ver mi aflicción.
16 Si me levanto[e], me cazas
como a león
y vuelves a mostrar en mí tus proezas.
17 Traes de nuevo tus testigos contra mí,
y aumentas contra mí tu ira
con tropas de relevo en mi contra.
18 »¿Por qué, pues, me sacaste de la matriz? Hubiera yo expirado y ningún ojo me habría visto.
19 Habría sido como si nunca hubiera existido,
conducido desde el vientre hasta
la tumba.
20 ¿Acaso no son pocos los días de mi existencia?
Apártate[f] de mí, de modo que me alivie un poco
21 antes que me vaya, para no volver,
a la tierra de oscuridad y de tinieblas:
22 tierra lóbrega como la oscuridad,
de densas tinieblas y desorden, donde lo que brilla es como la oscuridad.

Hechos 8:26-40

Felipe evangeliza al etíope

26 Un ángel del Señor habló a Felipe diciendo: “Levántate y ve hacia el sur por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto”. 27 Él se levantó y fue. Y he aquí un eunuco etíope, un alto funcionario de Candace, la reina de Etiopía, quien estaba a cargo de todos sus tesoros y que había venido a Jerusalén para adorar, 28 regresaba sentado en su carro leyendo el profeta Isaías. 29 El Espíritu dijo a Felipe: “Acércate y júntate a ese carro”. 30 Y Felipe corriendo le alcanzó y le oyó que leía el profeta Isaías. Entonces le dijo:

—¿Acaso entiendes lo que lees?

31 Y él le dijo:

—¿Pues cómo podré yo, a menos que alguien me guíe?

Y rogó a Felipe que subiera y se sentara junto a él. 32 La porción de las Escrituras que leía era esta:

Como oveja, al matadero fue llevado,

y como cordero mudo delante del que lo trasquila, así no abrió su boca.

33 En su humillación, se le negó justicia; pero su generación, ¿quién la contará? Porque su vida es quitada de la tierra[a].

34 Respondió el eunuco a Felipe y dijo:

—Te ruego, ¿de quién dice esto el profeta? ¿Lo dice de sí mismo o de algún otro?

35 Entonces Felipe abrió su boca, y comenzando desde esta Escritura, le anunció el evangelio de Jesús. 36 Mientras iban por el camino, llegaron a donde había agua, y el eunuco dijo:

—He aquí hay agua. ¿Qué impide que yo sea bautizado?

37 [b], 38 Y mandó parar el carro. Felipe y el eunuco descendieron ambos al agua, y él le bautizó. 39 Cuando subieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe. Y el eunuco no le vio más, pues seguía su camino gozoso.

40 Pero Felipe se encontró en Azoto, y pasando por allí, anunciaba el evangelio en todas las ciudades, hasta que llegó a Cesarea.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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