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Chronological

Read the Bible in the chronological order in which its stories and events occurred.
Duration: 365 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
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Isaías 13-17

Profecía acerca de Babilonia

13 Profecía acerca de Babilonia, que Isaías hijo de Amoz recibió en visión: “Levanten bandera sobre un monte desnudo. Alcen a ellos la voz; agiten la mano para que entren por las puertas de los nobles. Yo he dado órdenes a mis consagrados; asimismo, he llamado a mis valientes, a los que se regocijan en mi triunfo, para que ejecuten mi ira”.

Un murmullo de multitud se oye sobre los montes, como de mucho pueblo, un rumor de reinos y de naciones congregadas. El SEÑOR de los Ejércitos pasa revista al ejército para la batalla. El SEÑOR y los instrumentos de su ira vienen de una tierra lejana, del extremo de los cielos, para destruir toda la tierra. Lamenten, porque cercano está el día del SEÑOR; vendrá como destrucción de parte del Todopoderoso. Por tanto, todas las manos se debilitarán, y todo corazón humano desfallecerá. Se llenarán de terror; convulsiones y dolores se apoderarán de ellos. Tendrán dolores como de mujer que da a luz. Cada cual mirará con asombro a su compañero; sus caras son como llamaradas.

He aquí que viene el día del SEÑOR, implacable, lleno de indignación y de ardiente ira, para convertir la tierra en desolación y para destruir en ella a sus pecadores. 10 Porque las estrellas de los cielos y sus constelaciones no irradiarán su luz. El sol se oscurecerá al salir, y la luna no dará su luz.

11 “Castigaré al mundo por su maldad, y a los impíos por su iniquidad. Haré que cese la arrogancia de los soberbios, y humillaré la altivez de los tiranos. 12 Haré al ser humano más preciado que el oro fino, y al hombre más que el oro de Ofir[a]. 13 Por eso haré estremecer los cielos, y la tierra será removida de su lugar, a causa de la indignación del SEÑOR de los Ejércitos en el día de su ardiente ira. 14 “Como gacela acosada y como rebaño que no tiene quien lo junte, cada cual mirará hacia su propio pueblo, y cada cual huirá a su propio país. 15 Todo el que sea hallado será atravesado, y todo el que sea tomado caerá a espada. 16 Sus niños serán estrellados ante sus ojos; sus casas serán saqueadas, y sus mujeres violadas.

17 “He aquí que yo incito contra ellos a los medos, que no estiman la plata ni desean el oro. 18 Sus arcos desbaratarán a los jóvenes; no tendrán misericordia del fruto del vientre ni sus ojos tendrán lástima de los hijos. 19 Y Babilonia, el más hermoso de los reinos, la gloria y el orgullo de los caldeos, será como cuando Dios trastornó a Sodoma y a Gomorra[b]. 20 Nunca más será habitada ni será poblada de generación en generación. El árabe no pondrá allí su tienda ni los pastores harán recostar allí sus rebaños. 21 Pero allí se recostarán las fieras del desierto, y sus casas se llenarán de búhos. Allí habitarán los avestruces, y allí danzarán las cabras monteses. 22 En sus palacios aullarán las hienas, y los chacales en las lujosas mansiones. Su tiempo está cercano para llegar, y sus días no se prolongarán”.

14 Ciertamente el SEÑOR tendrá misericordia de Jacob y volverá a escoger a Israel. Él los hará reposar en su propia tierra, y a ellos se unirán extranjeros, los cuales se adherirán a la familia de Jacob. Los pueblos los tomarán y los llevarán a su lugar, y la casa de Israel tomará posesión de ellos en la tierra del SEÑOR, como siervos y criadas. Así tomarán cautivos a los que los habían tomado cautivos, y se enseñorearán de sus opresores.

Y sucederá que el día en que el SEÑOR te dé tregua de tu dolor, de tu desesperación y de la dura servidumbre a la que fuiste sometido, pronunciarás esta sentencia contra el rey de Babilonia, y dirás: “¡Cómo ha cesado el opresor; cómo ha cesado la prepotencia[c]! El SEÑOR ha roto la vara de los impíos, el cetro de los gobernantes, que con indignación golpeaba sin tregua a los pueblos y se enseñoreaba de las naciones con furor, persiguiéndolas sin contenerse. Toda la tierra se ha sosegado y está tranquila; han prorrumpido en cánticos. Aun los cipreses y los cedros del Líbano se alegraron a causa de ti, diciendo: ‘Desde que tú pereciste, no ha subido contra nosotros el talador’.

“El Seol abajo se estremeció a causa de ti, y despertó a los muertos, para que en tu venida fueran a tu encuentro. Hizo levantar de sus tronos a todos los caudillos de la tierra, a todos los reyes de las naciones. 10 Todos ellos responderán y te dirán: ‘¿También tú te has debilitado como nosotros y has llegado a ser como nosotros?’.

11 “Tu ostentación y el sonido de tus liras han sido derribados hasta el Seol. Los gusanos serán tu cama debajo de ti, y las larvas tus cobertores. 12 ¡Cómo has caído del cielo, oh lucero, hijo de la mañana! Has sido derribado al suelo, tú que debilitabas a las naciones. 13 Tú has dicho en tu corazón: ‘Subiré al cielo en lo alto; hasta las estrellas de Dios levantaré mi trono y me sentaré en el monte de la asamblea, en las regiones más distantes del norte. 14 Subiré sobre las alturas de las nubes y seré semejante al Altísimo’. 15 Pero has sido derribado al Seol, a lo más profundo de la fosa. 16 Los que te vean te contemplarán; reflexionarán ante ti diciendo: ‘¿Es este aquel hombre que hacía temblar la tierra, que sacudía los reinos, 17 que convirtió el mundo en un desierto, que destruía sus ciudades y que a sus prisioneros nunca les abrió la cárcel?’.

18 “Todos los reyes de las naciones, todos ellos yacen con honra, cada uno en su morada. 19 Pero tú has sido echado de tu sepulcro como vástago abominable, como ropa de muertos atravesados a espada, los cuales han descendido a las losas de la fosa como cadáver pisoteado. 20 No serás unido con ellos en el sepelio, porque destruiste tu propia tierra y mataste a tu propio pueblo. La descendencia de los malhechores jamás será nombrada.

21 “Preparen el matadero para sus hijos, a causa de la maldad de sus padres. No sea que se levanten y posean la tierra, y llenen la faz del mundo con ciudades. 22 ‘Entonces yo me levantaré contra ellos, dice el SEÑOR de los Ejércitos, y raeré de Babilonia el nombre y los sobrevivientes, los descendientes y la posterioridad, dice el SEÑOR. 23 La convertiré en posesión de erizos y en pantanos. La barreré con la escoba de la destrucción’”, dice el SEÑOR de los Ejércitos.

Profecía acerca de Asiria

24 El SEÑOR de los Ejércitos ha jurado diciendo: “Ciertamente será como lo he pensado, y se realizará como lo he decidido, 25 para quebrantar al asirio en mi tierra; sobre mis montes lo pisotearé. Entonces se quitará de ellos su yugo, y será quitada de sus hombros su carga”. 26 Este es el plan que está decidido contra toda la tierra; esta es la mano extendida contra todas las naciones. 27 Porque el SEÑOR de los Ejércitos lo ha decidido; ¿quién lo invalidará? Su mano está extendida; ¿quién la hará volver atrás?

Profecía acerca de Filistea

28 En el año que murió el rey Acaz[d] vino esta profecía: 29 “No te alegres tú, toda Filistea, por haberse roto la vara que te hiere; porque de la raíz de la culebra saldrá la víbora, y su fruto será una serpiente voladora. 30 Entonces pacerán los primogénitos de los pobres, y los necesitados descansarán confiadamente. Pero a tu descendencia haré morir de hambre y mataré[e] a tus sobrevivientes. 31 ¡Gime, oh puerta; clama, oh ciudad! Tú te derrites, toda Filistea, porque del norte viene humo, y no hay nadie en sus filas que quede rezagado”.

32 ¿Y qué se responderá a los mensajeros de las naciones? Que el SEÑOR ha cimentado a Sion, y que en ella se refugiarán los afligidos de su pueblo.

Profecía acerca de Moab

15 Profecía acerca de Moab: “Ciertamente en una noche fue destruida y silenciada Ar-moab. Ciertamente en una noche fue destruida y silenciada Quir-moab. La hijac de Dibón ha subido a los lugares altos para llorar. Moab gime por Nebo y por Medeba. Toda cabeza ha sido rapada, y toda barba rasurada. En sus calles se ciñen de cilicio; todos lamentan en sus azoteas y en sus plazas, deshechos en llanto. Claman Hesbón y Eleale; hasta Jahaz se oye su voz. Por eso gritan los hombres armados de Moab; el alma de cada uno desmaya.

“Mi corazón da gritos por Moab. Sus fugitivos se extienden hasta Zoar, hasta Eglat-selisiyá[f]. Por la cuesta de Lujit suben con llanto; por el camino de Horonaim levantan clamor de quebranto. Pues las aguas de Nimrim quedan desoladas. Ciertamente se seca la hierba; se extingue el pasto; no hay verdor. Por eso, las riquezas que han adquirido y las que han almacenado, las llevan al torrente de los sauces. Porque el griterío ha rodeado las fronteras de Moab; hasta Eglaim ha llegado su gemido, y hasta Beer-elim su clamor. Ciertamente las aguas de Dibón[g] se llenan de sangre; pero yo aún traeré sobre Dibón[h] otras cosas: leones contra los fugitivos de Moab, y contra los sobrevivientes de la tierra.

16 “Envíen corderosf al gobernante del país, desde Sela en el desierto hasta el monte de la hija de Sion. Y sucederá que las hijas de Moab serán como pájaros espantados, o como nidada dispersa, en los vados del Arnón.

“Den consejo; tomen decisión. Haz tu sombra como noche, en pleno mediodía. Esconde a los desterrados; no entregues a los que andan errantes. Moren en ti los desterrados[i] de Moab. Sé para ellos refugio a causa del destructor. Porque la opresión ha llegado a su fin; ha cesado la destrucción. Ha desaparecido el que pisoteaba la tierra. Entonces en misericordia será establecido un trono, y sobre él se sentará firmemente en el tabernáculo de David el que juzga, busca el derecho y apresura la justicia”.

Hemos oído de la soberbia de Moab, que es muy soberbio; de su arrogancia, de su soberbia y de su insolencia. Pero vano es aquello de que se jacta. Por tanto, Moab lamentará; todo Moab lamentará. Por las tortas de pasas de Quir-jaréset, giman abatidos en gran manera. Como las terrazas de Hesbón, se ha marchitado la viña de Sibma. Los dueños de las naciones han pisoteado sus mejores vides, cuyas ramas llegaban hasta Jazer y se desviaban al desierto; se extendían y pasaban las aguas. Por eso lloraré amargamente por Jazer y por la viña de Sibma. Te regaré con mis lágrimas, oh Hesbón y Eleale, porque sobre tus frutos de verano y sobre tu siega ha caído el grito de guerra. 10 La alegría y el regocijo han sido quitados del campo fértil. No se cantará en las viñas ni habrá griterío. En los lagares el pisador no pisará el vino; he hecho cesar el grito de júbilo. 11 Por tanto, mis entrañas gimen como un arpa por Moab; y mi interior, por Quir-jaréset[j]. 12 Y sucederá que cuando Moab aparezca exhausto sobre el lugar alto y cuando entre a su santuario a orar, de nada le servirá.

13 Esta es la palabra que el SEÑOR ha pronunciado desde la antigüedad acerca de Moab. 14 Pero ahora el SEÑOR ha hablado diciendo: “Dentro de tres años, como años de jornalero, será abatida la gloria de Moab, con toda su gran multitud. Los sobrevivientes serán pocos, pequeños y sin fuerzas”.

Profecía acerca de Damasco

17 Profecía acerca de Damasco: “He aquí que Damasco ha dejado de ser ciudad y será un montón de ruinas. Las ciudades de Aroer están abandonadas y serán para los rebaños; allí se recuestan, y no hay quien los espante. Ha cesado la fortificación de Efraín y el reino de Damasco. El remanente de los sirios será como la gloria de los hijos de Israel”, dice el SEÑOR de los Ejércitos.

Profecía acerca de Israel

“Sucederá en aquel día que la gloria de Jacob será disminuida, y enflaquecerá la gordura de su carne. Será como cuando el segador recoge la mies y con su brazo siega las espigas. Será como el que recoge espigas en el valle de Refaím. Quedan en él rebuscos, como cuando se varea al olivo: dos o tres olivas en el extremo de una rama, cuatro o cinco en sus ramas más fructíferas”, dice el SEÑOR Dios de Israel.

En aquel día mirará el hombre a su Hacedor, y sus ojos contemplarán al Santo de Israel. No mirará los altares que hicieron sus manos; no mirará lo que hicieron sus dedos ni los árboles rituales de Asera ni los altares de incienso.

En aquel día sus ciudades fortificadas quedarán como los lugares abandonados de los horeos y de los amorreos[k], los cuales ellos abandonaron ante los hijos de Israel; y habrá desolación. 10 Porque te olvidaste del Dios de tu salvación, y no te acordaste de la Roca de tu fortaleza. Por eso, aunque siembras plantas deleitosas y plantas vides importadas, 11 y en el día que las plantas las haces crecer y haces que su semilla florezca a la mañana siguiente; sin embargo, la cosecha se esfumará en el día de la enfermedad y del dolor incurable.

12 ¡Ay del tumulto de los muchos pueblos que rugen como el rugido del mar! El bullicio de las naciones resuena como el bullicio de las aguas impetuosas. 13 Las naciones hacen bullicio como las muchas aguas; pero Dios las reprenderá, y ellas huirán lejos ahuyentadas como el tamo de las colinas ante el viento y como el remolino de hojas ante el torbellino. 14 Al atardecer he aquí el terror repentino, y antes del amanecer ya no existirán. Esta es la porción de los que nos despojan, el destino de los que nos saquean.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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