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Read the Bible in the chronological order in which its stories and events occurred.
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Nueva Biblia de las Américas (NBLA)
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Jeremías 41-45

Gedalías asesinado

41 En[a] el mes séptimo fue Ismael, hijo de Netanías, hijo de Elisama, de la familia[b] real, y uno de los oficiales principales del rey, junto con diez hombres, adonde estaba Gedalías(A), hijo de Ahicam(B), en Mizpa(C). Y mientras comían juntos(D) allí en Mizpa, se levantó Ismael, hijo de Netanías, y los diez hombres que estaban con él, e hirieron a espada a Gedalías(E), hijo de Ahicam, hijo de Safán, y mataron al que el rey de Babilonia había puesto para gobernar sobre la tierra(F). Ismael mató también a todos los judíos que estaban con él, es decir, con Gedalías, en Mizpa, y a los hombres de guerra caldeos que se encontraban allí.

Y al día siguiente[c] del asesinato de Gedalías, cuando nadie lo sabía aún, ochenta hombres vinieron(G) de Siquem(H), de Silo(I) y de Samaria(J), con las barbas rapadas(K), las vestiduras rasgadas(L) y cubiertos de incisiones[d], y con ofrendas de cereal e incienso en sus manos, para llevarlos a la casa del Señor(M). Entonces Ismael, hijo de Netanías, salió a su encuentro desde Mizpa, iba llorando; y cuando los encontró, les dijo: «Vengan(N) a Gedalías, hijo de Ahicam».

Cuando entraron en[e] la ciudad, Ismael, hijo de Netanías, y los hombres que con él estaban, los degollaron(O) y los echaron en la cisterna. Pero diez hombres que se encontraban entre ellos, dijeron a Ismael: «No nos mates; pues tenemos escondidos(P) en el campo, depósitos de trigo, cebada, aceite y miel». Y él se contuvo y no los mató como a sus compañeros. Y la cisterna(Q) donde Ismael había echado todos los cadáveres de los hombres que él había matado por causa[f] de Gedalías, era la que el rey Asa había hecho por causa de Baasa, rey de Israel(R); Ismael, hijo de Netanías, la llenó de muertos. 10 Después Ismael tomó cautivo a todo el resto del pueblo que estaba en Mizpa, a las hijas del rey y a todo el pueblo que había quedado en Mizpa, a los cuales Nabuzaradán, capitán de la guardia, había puesto bajo el mando de Gedalías, hijo de Ahicam(S). Los tomó, pues, cautivos Ismael, hijo de Netanías(T), y fue a pasarse a los amonitas.

11 Y oyó Johanán, hijo de Carea, y todos los jefes de las tropas que estaban con él de todo el mal que había hecho Ismael, hijo de Netanías(U). 12 Entonces tomaron a todos sus hombres y fueron a pelear(V) contra Ismael, hijo de Netanías, y lo encontraron junto al gran estanque[g] que está en Gabaón(W). 13 Cuando todo el pueblo que estaba con Ismael vio a Johanán, hijo de Carea, y a los jefes de las tropas que estaban con él, se alegraron. 14 Y todo el pueblo que Ismael llevaba cautivo a Mizpa dio la vuelta y regresó y se fue con Johanán, hijo de Carea. 15 Pero Ismael, hijo de Netanías, escapó(X) de Johanán con ocho hombres y se fue con los amonitas.

16 Entonces Johanán, hijo de Carea, y todos los jefes de las tropas que estaban con él, tomaron de Mizpa a todo el resto del pueblo que él había recobrado[h] de Ismael, hijo de Netanías, después que este había matado a Gedalías, hijo de Ahicam(Y), es decir, a los hombres de guerra, las mujeres, los niños y los eunucos, que había traído de Gabaón. 17 Y fueron y se quedaron en Gerut Quimam[i](Z), que está junto a Belén, a fin de ir y entrar en Egipto(AA), 18 a causa de los caldeos, porque les temían, ya que Ismael, hijo de Netanías, había matado a Gedalías, hijo de Ahicam, a quien el rey de Babilonia(AB) había puesto para gobernar el país(AC).

Jeremías se opone a la huida a Egipto

42 Entonces se acercaron todos los jefes[j] de las tropas, Johanán, hijo de Carea, Jezanías(AD), hijo de Osaías, y todo el pueblo desde el menor hasta el mayor(AE), y dijeron al profeta Jeremías: «Llegue[k] ahora ante ti nuestra súplica(AF), y ruega al Señor tu Dios por nosotros(AG), por todo este remanente, porque quedamos pocos de muchos que éramos(AH), como pueden ver tus ojos, para que el Señor tu Dios nos indique el camino por donde debemos ir(AI) y lo que debemos hacer».

Entonces el profeta Jeremías les dijo: «Los he oído. Voy a orar al Señor su Dios conforme a sus palabras(AJ), y todas las palabras que el Señor les responda, yo se las declararé(AK). No les ocultaré palabra alguna(AL)». Y ellos dijeron a Jeremías: «Que el Señor sea un testigo(AM) veraz y fiel contra nosotros si no obramos conforme a toda palabra que el Señor tu Dios te mande para nosotros. Sea buena o mala, escucharemos la voz del Señor nuestro Dios(AN) a quien te enviamos, para que nos vaya bien cuando escuchemos la voz del Señor nuestro Dios(AO)».

Después de diez días, vino la palabra del Señor(AP) a Jeremías. Entonces llamó a Johanán, hijo de Carea, y a todos los jefes[l] de las tropas que estaban con él, y a todo el pueblo desde el menor hasta el mayor, y Jeremías les dijo: «Así dice el Señor, Dios de Israel, a quien me enviaron(AQ) para presentar delante de Él la súplica de ustedes: 10 “Si se quedan en esta tierra, entonces los edificaré y no los derribaré, los plantaré y no los arrancaré(AR), porque estoy arrepentido del[m] mal que les he hecho(AS). 11 No teman al rey de Babilonia(AT), a quien temen; no le teman”, declara el Señor, “porque Yo estoy con ustedes para salvarlos y librarlos de su mano(AU).

12 ”También tendré compasión de ustedes(AV), para que él les tenga compasión y los restaure a la tierra de ustedes. 13 Pero si dicen: ‘No nos quedaremos en esta tierra’, no obedeciendo así la voz del Señor su Dios(AW), 14 y dicen: ‘No, sino que iremos a la tierra de Egipto(AX), donde no veremos guerra, ni oiremos el sonido de la trompeta, ni tendremos hambre de pan(AY), y allí nos quedaremos’; 15 en este caso, oigan la palabra del Señor, remanente de Judá. Así dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: ‘Si se obstinan en[n] entrar en Egipto, y entran para residir allí(AZ), 16 entonces sucederá que la espada que ustedes temen los alcanzará allí en la tierra de Egipto, y el hambre que les preocupa(BA) les seguirá de cerca allí en Egipto, y allí morirán. 17 Así pues, todos los hombres que se obstinen en[o] ir a Egipto para residir allí, morirán a espada, de hambre y de pestilencia(BB). No les quedará sobreviviente(BC) ni quien escape del mal que voy a traer sobre ellos’”».

18 Porque así dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: «Como se derramó Mi ira y Mi furor sobre los habitantes de Jerusalén(BD), así se derramará Mi furor sobre ustedes cuando entren en Egipto. Y serán motivo de maldición, de horror, de imprecación y de oprobio(BE), y no verán más este lugar(BF)». 19 El Señor les ha hablado(BG), remanente de Judá: «No entren en Egipto». Sépanlo bien(BH), que hoy lo he declarado contra ustedes(BI). 20 Porque se engañan a sí mismos[p], pues ustedes fueron los que me enviaron al Señor su Dios, diciendo(BJ): «Ruega por nosotros al Señor nuestro Dios, y lo que el Señor nuestro Dios diga, nos lo haces saber y lo haremos». 21 Y hoy se lo he declarado, pero no han escuchado la voz del Señor su Dios(BK), ni en cosa alguna de lo que Él me ha enviado a decirles(BL). 22 Ahora pues, sépanlo bien, que morirán(BM) a espada, de hambre y de pestilencia(BN) en el lugar adonde desean ir a residir.

Huida del pueblo a Egipto

43 Pero tan pronto como Jeremías terminó de hablar a todo el pueblo todas las palabras del Señor su Dios, es decir, todas estas palabras con las cuales el Señor(BO) su Dios le había enviado, Azarías, hijo de Osaías, y Johanán, hijo de Carea(BP), y todos los hombres arrogantes dijeron a Jeremías: «Es mentira lo que dices(BQ). El Señor nuestro Dios no te ha enviado a decir: “No deben entrar en Egipto para residir allí”; sino que Baruc, hijo de Nerías(BR), te provoca contra nosotros para entregarnos en mano de los caldeos, a fin de que nos maten o nos deporten a Babilonia».

Así que Johanán, hijo de Carea, ni ninguno de los jefes[q] de las tropas, ni nadie del pueblo(BS), obedecieron la voz del Señor(BT), de quedarse en la tierra(BU) de Judá, sino que Johanán, hijo de Carea, y todos los jefes[r] de las tropas, tomaron a todo el remanente de Judá(BV) que había vuelto de todas las naciones a las cuales habían sido dispersados, para residir en la tierra de Judá: a hombres, mujeres y niños, a las hijas del rey y a toda persona que Nabuzaradán, capitán de la guardia, había dejado con Gedalías, hijo de Ahicam(BW) y nieto[s] de Safán, y también al profeta Jeremías(BX) y a Baruc, hijo de Nerías, y entraron en la tierra de Egipto (pues no escucharon la voz del Señor) y llegaron hasta Tafnes(BY).

Entonces vino la palabra del Señor a Jeremías en Tafnes(BZ): «Toma en tus manos[t] piedras grandes y escóndelas en la mezcla en la terraza de ladrillo[u] que está a la entrada del palacio[v] de Faraón en Tafnes, a vista de los[w] judíos, 10 y diles: “Así dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: ‘Voy a enviar que traigan a Nabucodonosor, rey de Babilonia, siervo Mío(CA), y pondré su trono sobre estas piedras que he escondido(CB), y él extenderá su pabellón sobre ellas. 11 Vendrá y herirá la tierra de Egipto; los que sean para la muerte, a la muerte, los que para el cautiverio, al cautiverio, y los que para la espada(CC), a la espada(CD). 12 Prenderá[x] fuego a los templos[y] de los dioses de Egipto(CE), los quemará y se[z] llevará cautivos a sus ídolos. Y se envolverá de la tierra de Egipto como el pastor se envuelve con su capa(CF), y saldrá de allí en paz. 13 También quebrará los obeliscos[aa] de Heliópolis[ab], que está en la tierra de Egipto, y prenderá fuego a los templos[ac] de los dioses de Egipto’”».

Profecía de Jeremías a los judíos en Egipto

44 La palabra que vino a Jeremías para todos los judíos que moraban en la tierra de Egipto, los que moraban en Migdol, en Tafnes(CG), en Menfis[ad](CH) y en la tierra de Patros(CI): «Así dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: “Ustedes han visto toda la calamidad que he traído sobre Jerusalén y sobre todas las ciudades de Judá, y que hoy están en ruinas y que en ellas no hay morador(CJ) alguno, a causa de la maldad que ellos cometieron(CK) para provocarme a ira(CL), quemando constantemente sacrificios[ae] y sirviendo a otros dioses que no habían conocido, ni ellos, ni ustedes, ni sus padres(CM). Con todo, les envié a todos Mis siervos los profetas repetidas veces[af](CN), diciéndoles: ‘No hagan ahora esta cosa abominable que Yo aborrezco(CO)’. Pero no escucharon ni prestaron atención para apartarse de su maldad, para dejar de quemar sacrificios a otros dioses(CP). Por tanto, se derramó Mi ira y Mi furor y ardió en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén(CQ), que fueron convertidas en ruinas y en desolación(CR), como lo están hoy.

”Ahora pues, así dice el Señor Dios de los ejércitos, el Dios de Israel: ‘¿Por qué ustedes se hacen un daño tan grande a sí mismos(CS) cortando de entre ustedes a hombre y mujer, niño(CT) y lactante de en medio de Judá, sin que les quede remanente, provocándome a ira con la obra de sus manos, quemando sacrificios a otros dioses(CU) en la tierra de Egipto(CV), adonde han entrado a residir, de modo que sean exterminados y vengan a ser maldición y oprobio entre todas las naciones de la tierra(CW)? ¿Han olvidado las maldades de sus padres, las maldades de los reyes de Judá y las maldades de sus mujeres, las propias maldades de ustedes y las maldades de sus mujeres, que cometieron en la tierra de Judá y en las calles de Jerusalén(CX)? 10 Pero hasta hoy no se han humillado[ag](CY), ni han temido, ni han andado en Mi ley ni en Mis estatutos que puse delante de ustedes(CZ) y delante de sus padres’”.

11 »Por tanto, así dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: “Yo volveré el rostro contra ustedes para mal(DA), y para destruir a todo Judá. 12 Quitaré el remanente de Judá que ha decidido[ah] entrar en la tierra de Egipto para residir allí, y serán acabados en la tierra de Egipto; caerán a espada, por el hambre serán acabados(DB). Tanto el pequeño como el grande morirán a espada y de hambre(DC). Serán motivo de maldición, de horror, de imprecación y de oprobio(DD). 13 Castigaré a los que moran en la tierra de Egipto, como he castigado a Jerusalén, con espada, con hambre(DE) y con pestilencia. 14 Así que no quedará quien escape ni quien sobreviva del remanente de Judá que ha entrado en la tierra de Egipto(DF) para residir allí, para luego volver a la tierra de Judá a la cual anhelan volver[ai] a fin de morar allí(DG), porque ninguno volverá(DH), excepto unos pocos fugitivos”».

15 Entonces todos los hombres que sabían que sus mujeres quemaban sacrificios a otros dioses, junto con todas las mujeres que estaban presentes, una gran multitud, y todo el pueblo(DI) que moraba en la tierra de Egipto, en Patros, respondieron a Jeremías: 16 «En cuanto al mensaje[aj](DJ) que nos has hablado en el nombre del Señor, no vamos a escucharte(DK), 17 sino que ciertamente cumpliremos toda palabra que ha salido de nuestra boca(DL), y quemaremos[ak] sacrificios a la reina del cielo(DM), derramándole libaciones, como hacíamos nosotros, nuestros padres, nuestros reyes y nuestros príncipes en las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén(DN). Entonces teníamos bastante alimento[al](DO), prosperábamos y no veíamos mal alguno. 18 Pero desde que dejamos de quemar sacrificios a la reina del cielo y de derramarle libaciones, carecemos de todo(DP), y por la espada y por el hambre hemos sido acabados». 19 Y las mujeres dijeron: «Cuando nosotras quemábamos sacrificios a la reina del cielo(DQ) y le derramábamos libaciones, ¿acaso no sabían nuestros maridos(DR) que le hacíamos tortas con su imagen[am] y le derramábamos libaciones?».

20 Entonces Jeremías habló a todo el pueblo, a hombres y a mujeres, a todo el pueblo que así le respondía: 21 «En cuanto a los sacrificios que han quemado en las ciudades(DS) de Judá y en las calles de Jerusalén(DT), ustedes y sus padres, sus reyes y sus príncipes y el pueblo de la tierra, ¿no se ha acordado el Señor de ellos, y no ha venido esto a Su mente[an](DU)? 22 El Señor no pudo soportar más, a causa de la maldad de las obras(DV) de ustedes y a causa de las abominaciones que habían cometido(DW). Por eso su tierra fue convertida en ruinas, en objeto de horror y maldición, sin habitantes(DX), como está hoy. 23 Porque ustedes quemaron sacrificios y pecaron contra el Señor y no obedecieron la voz del Señor ni anduvieron en Su ley(DY), ni en Sus estatutos, ni en Sus testimonios, por tanto, les ha sobrevenido esta calamidad(DZ), como sucede hoy(EA)».

24 Entonces Jeremías dijo a todo el pueblo y a todas las mujeres: «Oigan la palabra del Señor(EB), todo Judá, los que están en la tierra de Egipto(EC): 25 Así dice el Señor(ED) de los ejércitos, el Dios de Israel[ao]: “Ustedes y sus mujeres han hablado con su boca y lo han realizado con sus manos, diciendo: ‘Ciertamente cumpliremos los votos que hemos hecho de quemar sacrificios a la reina del cielo y de derramarle libaciones(EE)’. ¡Vayan a cumplir[ap] sus votos! ¡Pongan por obra sus votos!”.

26 »Pero[aq] oigan la palabra del Señor, todo Judá, los que habitan en la tierra de Egipto: “He jurado por Mi gran nombre”, dice el Señor(EF), “que nunca más será invocado Mi nombre(EG) en toda la tierra de Egipto por boca de ningún hombre de Judá, diciendo: ‘Vive el Señor Dios[ar](EH)’. 27 Pues Yo velo sobre ellos para mal y no para bien(EI), y serán acabados todos los hombres de Judá que están en la tierra de Egipto por la espada y por el hambre hasta que sean totalmente exterminados[as](EJ). 28 Y los que escapen de la espada, pocos en número[at], volverán de la tierra de Egipto a la tierra de Judá(EK). Entonces sabrá todo el remanente de Judá que ha ido a la tierra de Egipto(EL) para residir allí, qué palabra ha de permanecer, si la Mía(EM) o la de ellos. 29 Y esta será la señal para ustedes”, declara el Señor(EN), “de que los voy a castigar en este lugar, para que sepan que ciertamente Mis palabras permanecerán(EO) para mal contra ustedes”. 30 Así dice el Señor: “Voy a entregar a Faraón Hofra, rey de Egipto, en manos de sus enemigos, en manos de los que buscan su vida, así como entregué a Sedequías, rey de Judá, en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia(EP), su enemigo, que buscaba su vida(EQ)”».

Mensaje a Baruc

45 Este es el mensaje que el profeta Jeremías dio a Baruc, hijo de Nerías(ER), cuando este escribió estas palabras en un libro al dictado[au] de Jeremías, en el año cuarto de Joacim, hijo de Josías, rey de Judá(ES), diciéndole(ET): «Así dice el Señor, Dios de Israel, acerca de ti, oh Baruc: “Tú dijiste: ‘¡Ay, infeliz de mí!, porque el Señor ha añadido tristeza a mi dolor. Cansado estoy de gemir y no he hallado reposo(EU)’”. Así le dirás: “Así dice el Señor: ‘Lo que he edificado, lo derribo, y lo que he plantado, lo arranco, es decir, toda esta[av] tierra(EV)’. Pero tú, ¿buscas para ti grandes cosas(EW)? No las busques; porque voy a traer calamidad sobre toda carne(EX)”, declara el Señor, “pero a ti te daré tu vida por botín en todos los lugares adonde vayas(EY)”».

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