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Chronological

Read the Bible in the chronological order in which its stories and events occurred.
Duration: 365 days
Nueva Biblia de las Américas (NBLA)
Version
Jeremías 38-40

Jeremías en la cisterna

38 Y Sefatías, hijo de Matán, Gedalías, hijo de Pasur, Jucal, hijo de Selemías, y Pasur, hijo de Malquías, oyeron las palabras que Jeremías(A) hablaba a todo el pueblo(B): «Así dice el Señor: “El que se quede en esta ciudad morirá a espada, de hambre o de pestilencia(C), pero el que se pase a los caldeos, vivirá y tendrá su vida por botín y seguirá viviendo(D)”. Así dice el Señor: “Ciertamente esta ciudad será entregada en manos del ejército del rey de Babilonia, y él la tomará(E)”». Entonces dijeron los oficiales al rey: «Den muerte ahora a este hombre(F), porque él desanima a[a] los hombres de guerra que quedan en esta ciudad y a[b] todo el pueblo diciéndoles tales palabras(G). Este hombre no busca el bien de este pueblo, sino el mal(H)».

El rey Sedequías dijo: «Él está en sus manos; pues el rey nada puede hacer contra ustedes(I)». Entonces ellos tomaron a Jeremías, y bajándolo con cuerdas lo echaron en la cisterna de Malaquías, hijo del rey, que había en el patio de la guardia(J). En la cisterna no había agua, sino lodo, así que Jeremías se hundió en el lodo(K). Ebed Melec el etíope(L), eunuco[c] del palacio[d] del rey(M), oyó que habían echado a Jeremías en la cisterna. Estando el rey sentado a la puerta de Benjamín(N), salió Ebed Melec del palacio real y habló al rey y le dijo: «Oh rey, mi señor, estos hombres han obrado mal en todo lo que han hecho al profeta Jeremías echándolo en la cisterna. Él morirá[e] donde está a causa del hambre, porque no hay más pan en la ciudad(O)».

10 Entonces el rey ordenó al etíope Ebed Melec: «Toma bajo tu mando[f] tres[g] hombres de aquí, y saca al profeta Jeremías de la cisterna antes que muera». 11 Ebed Melec tomó a los hombres bajo su mando[h], entró en el palacio del rey al lugar debajo del cuarto del tesoro[i] y tomó de allí ropas raídas y trapos viejos, y con sogas los bajó a Jeremías en la cisterna. 12 Y el etíope Ebed Melec dijo a Jeremías: «Ponte ahora estas ropas raídas y trapos bajo tus brazos, debajo de las sogas»; y así lo hizo Jeremías. 13 Tiraron de Jeremías con las sogas y lo subieron de la cisterna. Y Jeremías se quedó en el patio de la guardia(P).

El rey consulta a Jeremías

14 Entonces el rey Sedequías mandó que le trajeran al profeta Jeremías a la entrada tercera que había en la casa del Señor; y el rey le dijo a Jeremías: «Voy a preguntarte una cosa(Q); no me ocultes nada(R)». 15 Y Jeremías dijo a Sedequías: «Si se la hago saber a usted, ¿no es cierto que me matará? Además, si le doy un consejo, no me escuchará(S)». 16 Pero el rey Sedequías le juró en secreto a Jeremías(T): «Vive el Señor, que nos dio esta vida[j](U), que ciertamente no te mataré ni te entregaré en manos de esos hombres que buscan tu vida[k](V)».

17 Entonces Jeremías dijo a Sedequías: «Así dice el Señor, Dios de los ejércitos(W), el Dios de Israel(X): “Si en verdad usted se pasa[l] a los oficiales del rey de Babilonia, entonces vivirá[m], y esta ciudad no será incendiada(Y), y usted y su casa vivirán. 18 Pero si usted no se pasa[n] a los oficiales del rey de Babilonia(Z), entonces esta ciudad será entregada en manos de los caldeos; y ellos la incendiarán(AA) y usted no escapará de su mano(AB)”».

19 Entonces el rey Sedequías respondió a Jeremías: «Tengo temor(AC) de los judíos que se han pasado a[o](AD) los caldeos, no sea que me entreguen en sus manos y me maltraten(AE)». 20 Pero Jeremías dijo: «No lo entregarán. Le ruego que escuche la voz del Señor en lo que le digo(AF), y le irá bien(AG) y vivirá[p](AH). 21 Pero si sigue usted rehusando pasarse, esta es la palabra que el Señor me ha mostrado: 22 “Todas las mujeres que quedan en el palacio del rey de Judá, serán llevadas a los oficiales[q] del rey de Babilonia, y ellas dirán:

‘Te han engañado(AI) y han prevalecido contra ti;
Tus buenos amigos[r],
Mientras tus pies estaban hundidos en el lodo,
Se volvieron atrás’.

23 Todas sus mujeres y sus hijos serán llevados a los caldeos. Tampoco usted escapará de sus manos, sino que será apresado por la mano del rey de Babilonia(AJ), y esta ciudad será incendiada(AK)”».

24 Entonces Sedequías dijo a Jeremías: «Que nadie sepa de estas palabras, y no morirás. 25 Pero si los oficiales se enteran de que he hablado contigo, y vienen a ti y te dicen: “Dinos ahora lo que dijiste al rey y lo que el rey te dijo, no nos lo ocultes, y no te mataremos(AL)”, 26 tú les dirás: “Presentaba al rey mi súplica de que no me hiciera volver a la casa de Jonatán, a morir allí(AM)”». 27 Luego vinieron todos los oficiales a Jeremías y lo interrogaron. Y él les informó conforme a todas estas palabras que el rey le había ordenado; y no volvieron a preguntarle, ya que de la conversación nadie había oído nada. 28 Así Jeremías quedó en el patio de la guardia(AN) hasta el día en que Jerusalén fue tomada.

Caída de Jerusalén

39 [s](AO) Y aconteció que Jerusalén al fin fue tomada [t]en el año noveno de Sedequías, rey de Judá, en el décimo mes, cuando vino Nabucodonosor, rey de Babilonia, con todo su ejército contra Jerusalén, y la sitiaron. En el año undécimo de Sedequías, en el mes cuarto, a los nueve días del mes, se abrió una brecha en el muro de la ciudad(AP). Entonces todos los oficiales del rey de Babilonia(AQ) entraron y se sentaron en la puerta Central: Nergal Sarezer, Samgar Nebo, Sarse Quim el Rabsaris[u], Nergal Sarezer el Rabmag[v] y todos los demás oficiales del rey de Babilonia(AR).

Cuando los vieron Sedequías, rey de Judá, y todos los hombres de guerra, huyeron y salieron de noche de la ciudad por el camino del jardín del rey, por la puerta entre los dos muros(AS), y se fueron[w] por el camino del Arabá[x](AT). Pero el ejército de los caldeos los persiguió, y alcanzaron a Sedequías en los llanos[y] de Jericó(AU); lo apresaron y lo llevaron a Ribla en la tierra de Hamat, donde Nabucodonosor, rey de Babilonia(AV), dictó sentencia contra él(AW). Entonces el rey de Babilonia degolló a los hijos de Sedequías ante sus ojos(AX) en Ribla; también el rey de Babilonia degolló a todos los nobles de Judá(AY). Después le sacó los ojos a Sedequías y lo ató(AZ) con grillos de bronce para llevarlo a Babilonia(BA).

Los caldeos prendieron fuego al palacio[z] del rey y a las casas del pueblo(BB) y derribaron los muros de Jerusalén(BC). En cuanto al resto del pueblo que quedaba en la ciudad, a los desertores que se habían pasado[aa] a él, y los demás del pueblo(BD) que quedaban(BE), Nabuzaradán, capitán de la guardia(BF), los llevó cautivos a Babilonia(BG). 10 Pero a algunos de los más pobres del pueblo que no tenían nada, Nabuzaradán, capitán de la guardia, los dejó en la tierra de Judá, y aquel día les dio viñas y campos(BH).

11 Y Nabucodonosor, rey de Babilonia(BI), dio órdenes a[ab] Nabuzaradán, capitán de la guardia, respecto a Jeremías, diciéndole: 12 «Tómalo y vela por él[ac], y no le hagas daño alguno(BJ); sino que harás con él conforme a lo que él mismo te diga». 13 Entonces dio[ad] órdenes Nabuzaradán, capitán de la guardia, junto con Nebusazbán el Rabsaris[ae], y Nergal Sarezer el Rabmag[af], y todos los oficiales principales del rey de Babilonia; 14 y enviaron a sacar a Jeremías del patio de la guardia y lo pusieron al cuidado de Gedalías, hijo de Ahicam, hijo de Safán(BK), para que lo llevara a casa. Y Jeremías se quedó en medio del pueblo(BL).

15 La palabra del Señor había venido a Jeremías mientras estaba detenido en el patio de la guardia(BM), diciéndole: 16 «Ve y dile al etíope Ebed Melec(BN): “Así dice el Señor de los ejércitos, el Dios de Israel: ‘Ciertamente, traigo Mis palabras sobre esta ciudad para mal y no para bien(BO); y se cumplirán delante de ti(BP) en aquel día. 17 Pero Yo te libraré en aquel día’, declara el Señor, ‘y no serás entregado en manos de los hombres que temes(BQ). 18 Porque ciertamente te libraré, y no caerás a espada; antes bien, tendrás tu vida por botín(BR), porque confiaste en Mí(BS)’, declara el Señor”».

Jeremías y el gobernador Gedalías

40 La palabra que vino a Jeremías de parte del Señor después que Nabuzaradán, capitán de la guardia, lo había dejado libre en Ramá(BT), cuando lo había tomado estando él encadenado(BU) entre todos los desterrados de Jerusalén y Judá que iban deportados a Babilonia(BV). Tomó, pues, el capitán de la guardia a Jeremías, y le dijo: «El Señor tu Dios decretó esta calamidad contra este lugar(BW), y el Señor la ha traído y hecho tal como había dicho. Porque ustedes pecaron contra el Señor y no escucharon su voz, por tanto les ha sucedido esto(BX). Pero ahora, hoy te libro de las cadenas que están en tus manos(BY). Si te parece bien[ag] venir conmigo a Babilonia, ven, y yo te cuidaré[ah]; pero si te parece mal[ai] venir conmigo a Babilonia, no te preocupes[aj]. Mira, toda la tierra está delante de ti; ve adonde mejor y más conveniente te parezca ir(BZ)». Como Jeremías aún no se volvía, le dijo: «Vuelve a Gedalías(CA), hijo de Ahicam, hijo de Safán, a quien el rey de Babilonia ha puesto para gobernar sobre las ciudades de Judá, y quédate con él en medio del pueblo(CB); y si no, ve adonde te parezca más conveniente ir». Entonces el capitán de la guardia le dio una ración de alimentos(CC) y un regalo, y lo dejó ir(CD). Jeremías fue entonces a Gedalías, hijo de Ahicam, en Mizpa(CE), y se quedó con él en medio del pueblo(CF) que había quedado en la tierra.

(CG)Y todos los jefes[ak] de las tropas que estaban en el campo, ellos y sus hombres, oyeron que el rey de Babilonia había puesto a Gedalías, hijo de Ahicam, para gobernar la tierra, y que le había encomendado los hombres, mujeres y niños y los más pobres de la tierra(CH) que no habían sido deportados a Babilonia. Fueron, pues, a Gedalías en Mizpa, junto con Ismael, hijo de Netanías(CI), y Johanán y Jonatán, hijos de Carea(CJ), y Seraías, hijo de Tanhumet, y los hijos de Efai el netofatita(CK), y Jezanías(CL), hijo de un maacateo, ellos y sus hombres(CM). Entonces Gedalías, hijo de Ahicam, hijo de Safán, les juró a ellos y a sus hombres: «No teman servir a los caldeos; quédense en la tierra y sirvan al rey de Babilonia, y les irá bien(CN). 10 Así que(CO), por mi parte, yo me quedaré en Mizpa para estar en lugar de ustedes(CP) delante de los caldeos que vengan a nosotros. Pero en cuanto a ustedes, recojan vino y frutos(CQ) de verano y aceite, y guárdenlos[al] en sus vasijas, y habiten en las ciudades que han tomado».

11 También todos los judíos que estaban en Moab(CR), Amón(CS), y Edom(CT), y los que estaban en todos los demás países, oyeron que el rey de Babilonia había dejado un remanente en Judá y que había puesto para gobernar sobre ellos a Gedalías, hijo de Ahicam, hijo de Safán. 12 Entonces todos los judíos regresaron de todos los lugares donde habían sido dispersados, y vinieron a la tierra de Judá(CU), a Gedalías en Mizpa, y recogieron vino y frutos de verano en gran abundancia.

13 Johanán, hijo de Carea, y todos los jefes de las tropas que estaban en el campo vinieron a Gedalías en Mizpa, 14 y le dijeron: «¿Sabes que Baalis, rey de los amonitas, ha enviado a Ismael, hijo de Netanías, para quitarte la vida?». Pero Gedalías, hijo de Ahicam(CV), no les creyó. 15 Entonces Johanán, hijo de Carea, le dijo en secreto a Gedalías en Mizpa: «Déjame(CW) ir a matar a Ismael, hijo de Netanías, y nadie lo sabrá. ¿Por qué te ha de quitar la vida(CX) y se dispersen así todos los judíos que se han reunido alrededor de ti, y perezca el remanente(CY) de Judá?». 16 Pero Gedalías, hijo de Ahicam, dijo a Johanán, hijo de Carea: «No hagas eso(CZ), porque es mentira lo que dices de Ismael».

Salmos 74

Salmo 74

Plegaria en medio de la destrucción

Masquil de Asaf.

74 Oh Dios, ¿por qué nos has rechazado para siempre(A)?
¿Por qué se enciende Tu ira(B) contra las ovejas de Tu prado(C)?
Acuérdate de Tu congregación, la que adquiriste desde los tiempos antiguos(D),
La que redimiste(E) para que fuera la tribu de Tu heredad(F),
Y de este monte Sión donde has habitado(G).
Dirige Tus pasos hacia las ruinas eternas(H);
Todo lo que hay en el santuario lo ha dañado el enemigo(I).
Tus adversarios han rugido en medio de Tu lugar de reunión(J);
Han puesto sus estandartes(K) por señales(L).
Parece como si alguien hubiera levantado
El hacha(M) en espeso bosque.
Y ahora, toda su obra de talla(N)
Hacen pedazos con hachas y martillos.
Han quemado Tu santuario(O) hasta los cimientos;
Han profanado(P) la morada de Tu nombre.
Dijeron en su corazón: «Arrasémoslos por completo(Q)».
Han quemado todos los santuarios de Dios en la tierra.
No vemos nuestras señales(R);
Ya no queda profeta(S),
Ni hay entre nosotros quien sepa hasta cuándo(T).
10 ¿Hasta cuándo, oh Dios, blasfemará el adversario(U)?
¿Despreciará el enemigo Tu nombre para siempre(V)?
11 ¿Por qué retiras Tu mano, Tu diestra(W)?
¡Sácala de dentro de Tu seno, destrúyelos(X)!
12 ¶Con todo, Dios es mi rey desde la antigüedad(Y),
El que hace obras de salvación en medio de la tierra.
13 Tú dividiste el mar(Z) con Tu poder;
Quebraste las cabezas(AA) de los monstruos(AB) en las aguas.
14 Tú aplastaste las cabezas de Leviatán(AC);
Lo diste por comida a los moradores del desierto(AD).
15 Tú abriste fuentes y torrentes(AE);
Tú secaste ríos inagotables(AF).
16 Tuyo es el día, Tuya es también la noche;
Tú has preparado la lumbrera y el sol(AG).
17 Tú has establecido todos los términos de la tierra(AH);
Tú has hecho el verano y el invierno(AI).
18 ¶Acuérdate de esto, Señor: que el enemigo ha blasfemado(AJ),
Y que un pueblo insensato(AK) ha despreciado Tu nombre.
19 No entregues a las fieras el alma de Tu tórtola(AL);
No olvides para siempre la vida de Tus afligidos(AM).
20 Mira el pacto(AN), Señor,
Porque los lugares tenebrosos de la tierra(AO) están llenos de moradas de violencia.
21 No vuelva avergonzado(AP) el oprimido;
Alaben Tu nombre el afligido y el necesitado(AQ).
22 ¶Levántate, oh Dios, defiende Tu causa(AR);
Acuérdate de cómo el necio te injuria(AS) todo el día.
23 No te olvides del vocerío de Tus adversarios(AT),
Del tumulto de los que se levantan contra Ti(AU), que sube continuamente.

Salmos 79

Salmo 79

Lamento por la destrucción de Jerusalén

Salmo de Asaf.

79 Oh Dios, las naciones han invadido(A) Tu heredad(B);
Han profanado Tu santo templo(C);
Han dejado a Jerusalén en ruinas(D).
Han dado los cadáveres de Tus siervos por comida a las aves del cielo,
La carne de Tus santos a las fieras de la tierra(E).
Como agua han derramado su sangre alrededor de Jerusalén;
Y no hubo quien les diera sepultura(F).
Hemos sido el oprobio de nuestros vecinos,
Escarnio y burla de los que nos rodean(G).
¿Hasta cuándo, Señor? ¿Estarás enojado para siempre(H)?
¿Arderán como fuego Tus celos(I)?
Derrama Tu furor(J) sobre las naciones que no te conocen(K),
Y sobre los reinos que no invocan Tu nombre(L).
Pues han devorado a Jacob(M)
Y han asolado su morada(N).
¶No recuerdes contra nosotros las iniquidades de nuestros antepasados(O);
Venga pronto a nuestro encuentro Tu compasión(P),
Porque estamos muy abatidos(Q).
Ayúdanos, oh Dios de nuestra salvación(R),
Por la gloria de Tu nombre(S);
Líbranos y perdona nuestros pecados(T) por amor de Tu nombre(U).
10 ¿Por qué han de decir las naciones: «¿Dónde está su Dios(V)?».
Sea notoria entre las naciones, a nuestra vista,
La venganza por la sangre derramada de Tus siervos(W).
11 Llegue a Tu presencia el gemido del cautivo(X);
Conforme a la grandeza de Tu poder[a] preserva a los condenados a muerte(Y).
12 Y devuelve a nuestros vecinos siete veces(Z) en su seno(AA)
La afrenta con que te han ofendido(AB), Señor.
13 Y nosotros, pueblo Tuyo y ovejas de Tu prado(AC),
Te daremos gracias para siempre(AD);
A todas las generaciones hablaremos de Tu alabanza(AE).

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