Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
93 ¡El Señor es rey! Se viste de majestad.
Ciertamente el Señor se viste de majestad y está armado con fuerza.
El mundo permanece firme
y no puede ser sacudido.
2 Tu trono, oh Señor, permanece desde tiempos inmemoriales;
tú mismo existes desde el pasado eterno.
3 Las aguas crecieron, oh Señor.
Los diluvios han rugido como truenos;
las inundaciones elevaron sus impetuosas olas.
4 Pero más poderoso que el estruendo de los mares enfurecidos,
más potente que las rompientes olas en la orilla,
el Señor, quien está en lo alto, es más poderoso que estos.
5 Tus leyes soberanas no pueden ser modificadas;
tu reino, oh Señor, es santo por siempre y para siempre.
22 »El Señor les dirigió esas palabras a todos ustedes cuando estaban reunidos al pie del monte. Habló con voz fuerte desde en medio del fuego, envuelto en nubes y una densa oscuridad. Eso fue todo lo que dijo en ese momento y escribió sus palabras en dos tablas de piedra y me las dio.
23 »Sin embargo, cuando ustedes escucharon la voz que salía de en medio de la oscuridad mientras el monte ardía en llamas, todos los ancianos y los jefes de las tribus se acercaron 24 y me dijeron: “Mira, el Señor nuestro Dios nos ha mostrado su gloria y su grandeza, y hemos oído su voz salir de en medio del fuego. Hoy comprobamos que Dios puede hablar con los seres humanos, ¡pero aun así seguimos con vida! 25 Sin embargo, ¿para qué arriesgarnos otra vez a morir? Si el Señor nuestro Dios vuelve a hablarnos, seguramente moriremos y seremos consumidos por ese imponente fuego. 26 ¿Puede algún ser vivo oír la voz del Dios viviente que sale de en medio del fuego—como la oímos nosotros—y seguir con vida? 27 Ve tú y escucha lo que dice el Señor nuestro Dios. Luego ven a contarnos todo lo que él te diga, y nosotros escucharemos y obedeceremos”.
28 »El Señor oyó la petición que me hicieron y dijo: “He oído todo lo que los israelitas te dijeron, y tienen razón. 29 ¡Oh, si siempre tuvieran un corazón así, si estuvieran dispuestos a temerme y a obedecer todos mis mandatos! Entonces siempre les iría bien a ellos y a sus descendientes. 30 Ve y diles: ‘Regresen a sus carpas’. 31 Pero tú quédate aquí conmigo, para que te dé todos mis mandatos, decretos y ordenanzas. Enséñaselos al pueblo, para que los obedezcan en la tierra que les doy como posesión”».
32 Así que Moisés le dijo al pueblo: «Asegúrense de obedecer todos los mandatos del Señor su Dios y de seguir sus instrucciones al pie de la letra. 33 Manténganse en el camino que el Señor su Dios les ordenó que siguieran. Entonces tendrán una vida larga y les irá bien en la tierra donde están a punto de entrar y que van a poseer.
A todos los cristianos
8 Por último, todos deben ser de un mismo parecer. Tengan compasión unos de otros. Ámense como hermanos y hermanas.[a] Sean de buen corazón y mantengan una actitud humilde. 9 No paguen mal por mal. No respondan con insultos cuando la gente los insulte. Por el contrario, contesten con una bendición. A esto los ha llamado Dios, y él les concederá su bendición. 10 Pues las Escrituras dicen:
«Si quieres disfrutar de la vida
y ver muchos días felices,
refrena tu lengua de hablar el mal
y tus labios de decir mentiras.
11 Apártate del mal y haz el bien.
Busca la paz y esfuérzate por mantenerla.
12 Los ojos del Señor están sobre los que hacen lo bueno,
y sus oídos están abiertos a sus oraciones.
Pero el Señor aparta su rostro
de los que hacen lo malo»[b].
La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados.