Revised Common Lectionary (Complementary)
10 Ellos odian en la puerta[a](A) al que reprende,
y aborrecen al que habla con integridad(B).
11 Por tanto, ya que imponéis fuertes impuestos sobre el[b] pobre
y exigís de él tributo de grano,
las casas de piedra labrada que habéis edificado,
no las habitaréis(C);
habéis plantado viñas escogidas, pero no beberéis su vino(D).
12 Pues yo sé que muchas son vuestras transgresiones y graves vuestros pecados:
oprimís al justo, aceptáis[c] soborno
y rechazáis[d] a los pobres en la puerta(E).
13 Por tanto, el prudente se calla en ese tiempo(F), pues es tiempo malo.
13 Vuelve(C), Señor; ¿hasta cuándo(D)?
y compadécete de[b] tus siervos(E).
14 Sácianos(F) por la mañana con tu misericordia,
y cantaremos con gozo(G) y nos alegraremos todos nuestros días.
15 Alégranos(H) conforme a los días que[c] nos afligiste,
y a los años en que vimos adversidad[d](I).
16 Manifiéstese tu obra a tus siervos(J),
y tu majestad a[e] sus hijos(K),
17 y sea la gracia del Señor(L) nuestro Dios sobre nosotros.
Confirma[f], pues, sobre nosotros la obra de nuestras manos(M);
sí, la obra de nuestras manos confirma[g].
Poder de la palabra de Dios
12 Porque la palabra de Dios(A) es viva(B) y eficaz(C), y más cortante que cualquier espada de dos filos(D); penetra hasta la división del alma y del espíritu(E), de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir[a] los pensamientos y las intenciones del corazón(F). 13 Y no hay cosa creada oculta a su vista[b](G), sino que todas las cosas están al descubierto[c] y desnudas(H) ante los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.
Jesús, el gran Sumo Sacerdote
14 Teniendo, pues, un gran Sumo Sacerdote(I) que trascendió[d](J) los cielos, Jesús, el Hijo de Dios(K), retengamos nuestra fe[e](L). 15 Porque no tenemos un sumo sacerdote(M) que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino uno que ha sido tentado en todo como nosotros(N), pero sin pecado(O). 16 Por tanto, acerquémonos(P) con confianza(Q) al trono de la gracia para que recibamos misericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna.
El joven rico
17 (A)Cuando salía para seguir su camino, vino uno corriendo, y arrodillándose delante de Él(B), le preguntó[a]: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna(C)? 18 Y Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino solo uno, Dios. 19 Tú sabes los mandamientos: «No mates, no cometas adulterio, no hurtes, no des falso testimonio, no defraudes, honra a tu padre y a tu madre(D)». 20 Y él le dijo: Maestro, todo esto lo he guardado(E) desde mi juventud. 21 Jesús, mirándolo, lo amó y le dijo: Una cosa te falta: ve y vende cuanto tienes y da a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo(F); y ven, sígueme. 22 Pero él, afligido por estas palabras, se fue triste, porque era dueño de muchos bienes.
Peligro de las riquezas
23 Jesús, mirando en derredor, dijo* a sus discípulos: ¡Qué difícil será para los que tienen riquezas entrar en el reino de Dios(G)! 24 Y los discípulos se asombraron(H) de sus palabras. Pero Jesús respondiendo de nuevo, les dijo*: Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios[b]! 25 Es más fácil que un camello pase por el ojo de una[c] aguja, que el que un rico entre en el reino de Dios(I). 26 Ellos se asombraron aún más, diciendo entre sí[d]: ¿Y quién podrá salvarse? 27 Mirándolos Jesús, dijo*: Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque todas las cosas son posibles para Dios(J). 28 Entonces Pedro comenzó a decirle: He aquí, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido(K). 29 Jesús dijo: En verdad os digo: No hay nadie que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o madre, o padre, o hijos o tierras por causa de mí y por causa del evangelio(L), 30 que no reciba cien veces más ahora en este tiempo: casas, y hermanos, y hermanas, y madres, e hijos, y tierras junto con persecuciones; y en el siglo venidero(M), la vida eterna. 31 Pero muchos primeros serán últimos, y los últimos, primeros(N).
Copyright © 1986, 1995, 1997 by The Lockman Foundation