Revised Common Lectionary (Complementary)
6 ¶»Así dice el Señor, el Rey(A) de Israel,
Y su Redentor(B), el Señor de los ejércitos:
“Yo soy el primero y Yo soy el último(C),
Y fuera de Mí no hay Dios(D).
7 -”¿Y quién como Yo? Que lo proclame y lo declare.
Sí, que en orden lo relate ante[a] Mí,
Desde que establecí la antigua nación[b].
Que les anuncien las cosas venideras
Y lo que va a acontecer(E).
8 -”No tiemblen ni teman;
¿No se[c] lo he hecho oír y lo he anunciado desde hace tiempo(F)?
Ustedes son Mis testigos(G).
¿Hay otro dios fuera de Mí(H),
O hay otra Roca(I)?
No conozco ninguna”».
11 ¶Enséñame, oh Señor, Tu camino(A);
Andaré en Tu verdad;
Unifica mi corazón para que tema Tu nombre(B).
12 Te daré gracias, Señor mi Dios, con todo mi corazón(C),
Y glorificaré Tu nombre para siempre.
13 Porque grande es Tu misericordia para conmigo,
Y has librado mi alma de las profundidades del Seol(D).
14 ¶Oh Dios, los arrogantes se han levantado contra mí(E),
Y una banda de violentos ha buscado mi vida,
Y no te han tenido en cuenta.
15 Pero Tú, Señor, eres un Dios compasivo y lleno de piedad(F),
Lento para la ira y abundante en misericordia y fidelidad[a].
16 Vuélvete hacia mí, y tenme piedad(G);
Da Tu poder a Tu siervo(H),
Y salva al hijo de Tu sierva(I).
17 Muéstrame una señal de bondad(J),
Para que la vean(K) los que me aborrecen y se avergüencen,
Porque Tú, oh Señor, me has ayudado y consolado(L).
12 Así que, hermanos, somos deudores, no a la carne, para vivir conforme a la carne. 13 Porque si ustedes viven conforme a la carne, habrán de[a] morir; pero si por el Espíritu hacen morir las obras de la carne[b](A), vivirán(B). 14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios(C), los tales son hijos de Dios(D).
15 Pues ustedes no han recibido un espíritu de esclavitud para volver otra vez al temor[c](E), sino que han recibido un espíritu[d] de adopción(F) como hijos, por el cual clamamos: «¡Abba, Padre(G)!». 16 El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu(H) de que somos hijos de Dios(I). 17 Y si somos hijos, somos también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo(J), si en verdad padecemos con Él a fin de que también seamos glorificados con Él(K).
La gloria futura
18 Pues considero que los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria que nos ha de ser revelada(L). 19 Porque el anhelo profundo(M) de la creación es aguardar ansiosamente la revelación de los hijos de Dios(N). 20 Porque la creación fue sometida a vanidad(O), no de su propia voluntad, sino por causa de Aquel(P) que la sometió, en la esperanza 21 de que la creación[e] misma será también liberada de la esclavitud de la corrupción a la libertad de la gloria de los hijos de Dios(Q).
22 Pues sabemos que la creación entera gime y sufre(R) hasta ahora dolores de parto. 23 Y no solo ella(S), sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu(T), aun nosotros mismos gemimos en nuestro interior, aguardando ansiosamente(U) la adopción como hijos, la redención de nuestro cuerpo(V). 24 Porque en esperanza hemos sido salvados(W), pero la esperanza que se ve no es esperanza, pues, ¿por qué esperar lo que uno ve?[f](X) 25 Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia[g] lo aguardamos(Y).
Parábola del trigo y la cizaña
24 Jesús les contó otra parábola: «El reino de los cielos(A)puede compararse a[a]un hombre que sembró buena semilla en su campo. 25 Pero mientras los hombres dormían, vino su enemigo y sembró cizaña[b]entre el trigo, y se fue. 26 Cuando el trigo[c]brotó y produjo grano, entonces apareció también la cizaña. 27 Y los siervos del dueño fueron y le dijeron: “Señor, ¿no sembró usted buena semilla en su campo? ¿Cómo[d], pues, tiene cizaña?”. 28 Él les dijo: “Un enemigo[e]ha hecho esto”. Y los siervos le dijeron*: “¿Quiere, usted, que vayamos y la recojamos?”. 29 Pero él dijo*: “No, no sea que al recoger la cizaña, arranquen el trigo junto con ella. 30 Dejen que ambos crezcan juntos hasta la cosecha; y al tiempo de la cosecha diré a los segadores: ‘Recojan primero la cizaña y átenla en manojos para quemarla, pero el trigo recójanlo en mi granero(B)’”».
Explicación de la parábola del trigo y la cizaña
36 Entonces Jesús dejó a la multitud y entró en la casa(A). Y se acercaron Sus discípulos, diciendo: «Explícanos la parábola de la cizaña del campo(B)». 37 Jesús les respondió: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre(C), 38 y el campo es el mundo; la buena semilla son[a]los hijos del reino(D), y la cizaña son los hijos(E)del maligno(F); 39 el enemigo que la sembró es el diablo, la siega es el fin[b]del mundo[c](G), y los segadores son los ángeles. 40 Por tanto, así como la cizaña se recoge y se quema en el fuego, de la misma manera será en el fin[d]del mundo[e](H).
41 »El Hijo del Hombre(I) enviará a Sus ángeles(J) , y recogerán de Su reino a todos los que son piedra de tropiezo[f] y a los que hacen iniquidad(K) ; 42 y los echarán en el horno de fuego(L); allí será el llanto y el crujir de dientes(M). 43 Entonces los justos resplandecerán como el sol(N)en el reino de su Padre. El que tiene oídos[g], que oiga(O).
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