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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Reina Valera Revisada (RVR1977)
Version
Números 23-25

23 Y Balaam dijo a Balac: Edifícame aquí siete altares, y prepárame aquí siete becerros y siete carneros.

Balac hizo como le dijo Balaam; y ofrecieron Balac y Balaam un becerro y un carnero en cada altar.

Y Balaam dijo a Balac: Ponte junto a tu holocausto, y yo iré; quizá Jehová me vendrá al encuentro, y cualquier cosa que me muestre, te avisaré. Y se fue a un monte descubierto.

Oráculos de Balaam

Y vino Dios al encuentro de Balaam, y éste le dijo: Siete altares he ordenado, y en cada altar he ofrecido un becerro y un carnero.

Y Jehová puso palabra en la boca de Balaam, y le dijo: Vuelve a Balac, y dile así.

Y volvió a él, y he aquí estaba él junto a su holocausto, él y todos los príncipes de Moab.

Y él tomó su parábola, y dijo:
De Aram me trajo Balac,
Rey de Moab, de los montes del oriente;
Ven, maldíceme a Jacob,
Y ven, execra a Israel.
¿Por qué maldeciré yo al que Dios no maldijo?
¿Y por qué he de execrar al que Jehová no ha execrado?
Porque de la cumbre de las peñas lo veré,
Y desde los collados lo miraré;
He aquí un pueblo que habitará confiado,
Y no será contado entre las naciones.
10 ¿Quién contará el polvo de Jacob,
O el número de la cuarta parte de Israel?
Muera yo la muerte de los rectos,
Y mi postrimería sea como la suya.

11 Entonces Balac dijo a Balaam: ¿Qué me has hecho? Te he traído para que maldigas a mis enemigos, y he aquí has proferido bendiciones.

12 Él respondió y dijo: ¿No cuidaré de decir lo que Jehová ponga en mi boca?

13 Y dijo Balac: Te ruego que vengas conmigo a otro lugar desde el cual los veas; solamente los más cercanos verás, y no los verás todos; y desde allí me los maldecirás.

14 Y lo llevó al campo de Zofim, a la cumbre del Pisgá, y edificó siete altares, y ofreció un becerro y un carnero en cada altar.

15 Entonces él dijo a Balac: Ponte aquí junto a tu holocausto, y yo iré a encontrar a Dios allí.

16 Y Jehová salió al encuentro de Balaam, y puso palabra en su boca, y le dijo: Vuelve a Balac, y dile así.

17 Y vino a él, y he aquí que él estaba junto a su holocausto, y con él los príncipes de Moab; y le dijo Balac: ¿Qué ha dicho Jehová?

18 Entonces él tomó su parábola, y dijo:
Balac, levántate y oye;
Escucha mis palabras, hijo de Zipor:
19 Dios no es hombre, para que mienta,
Ni hijo de hombre, para que se arrepienta.
Él dijo, ¿y no hará?
Habló, ¿y no lo ejecutará?
20 He aquí, he recibido orden de bendecir;
Él dio bendición, y no podré revocarla.
21 No ha notado iniquidad en Jacob,
Ni ha visto perversidad en Israel.
Jehová su Dios está con él,
Y es aclamado como rey.
22 Dios los ha sacado de Egipto;
Y tiene fuerzas como de búfalo,
23 Porque contra Jacob no hay agüero,
Ni adivinación contra Israel.
Como ahora será dicho de Jacob y de Israel:
¡Lo que ha hecho Dios!
24 He aquí un pueblo que se levanta como leona,
Y como león se erguirá;
No se echará hasta que devore la presa,
Y beba la sangre de sus víctimas.

25 Entonces Balac dijo a Balaam: Ya que no lo maldices, tampoco lo bendigas.

26 Balaam respondió y dijo a Balac: ¿No te he dicho que todo lo que Jehová me diga, eso tengo que hacer?

27 Y dijo Balac a Balaam: Te ruego que vengas, te llevaré a otro lugar; por ventura parecerá bien a Dios que desde allí me lo maldigas.

28 Y Balac llevó a Balaam a la cumbre de Peor, que mira hacia el desierto.

29 Entonces Balaam dijo a Balac: Edifícame aquí siete altares, y prepárame aquí siete becerros y siete carneros.

30 Y Balac hizo como Balaam le dijo; y ofreció un becerro y un carnero en cada altar.

24 Cuando vio Balaam que parecía bien a Jehová que él bendijese a Israel, no fue, como la primera y segunda vez, en busca de augurios, sino que puso su rostro hacia el desierto;

y alzando sus ojos, vio a Israel alojado por sus tribus; y el Espíritu de Dios vino sobre él.

Entonces tomó su parábola, y dijo:
Dijo Balaam hijo de Beor,
Y dijo el varón de ojos abiertos;
Dijo el que oyó los dichos de Dios,
El que vio la visión del Omnipotente;
Caído, pero abiertos los ojos:
¡Cuán hermosas son tus tiendas, oh Jacob,
Tus habitaciones, oh Israel!
Como arroyos están extendidas,
Como huertos junto al río,
Como áloes plantados por Jehová,
Como cedros junto a las aguas.
De sus cubos desbordan aguas,
Y su descendencia se extenderá como las muchas aguas,
Enaltecerá su rey más que Agag,
Y su reino será engrandecido.
Dios lo sacó de Egipto;
Tiene fuerzas como de búfalo.
Devorará a las naciones enemigas,
Desmenuzará sus huesos,
Y las traspasará con sus saetas.
Se encorvará para echarse como león,
Y como leona; ¿quién lo despertará?
Benditos los que te bendigan,
Y malditos los que te maldigan.

Profecía de Balaam

10 Entonces se encendió la ira de Balac contra Balaam, y batiendo sus manos le dijo: Para maldecir a mis enemigos te he llamado, y he aquí los has bendecido ya tres veces.

11 Ahora huye a tu lugar; yo dije que te honraría, mas he aquí que Jehová te ha privado de honra.

12 Y Balaam le respondió: ¿No lo declaré yo también a tus mensajeros que me enviaste, diciendo:

13 Si Balac me diese su casa llena de plata y oro, yo no podré traspasar el dicho de Jehová para hacer cosa buena ni mala de mi arbitrio, mas lo que hable Jehová, eso diré yo?

14 He aquí, yo me voy ahora a mi pueblo; por tanto, ven, te indicaré lo que este pueblo ha de hacer a tu pueblo en los postreros días.

15 Y tomó su parábola, y dijo:
Dijo Balaam hijo de Beor,
Dijo el varón de ojos abiertos;
16 Dijo el que oyó los dichos de Jehová,
Y el que sabe la ciencia del Altísimo,
El que vio la visión del Omnipotente;
Caído, pero abiertos los ojos:
17 Lo veré, mas no ahora;
Lo miraré, mas no de cerca;
Saldrá ESTRELLA de Jacob,
Y se levantará cetro de Israel,
Y herirá las sienes de Moab,
Y destruirá a todos los hijos de Set.
18 Será tomada Edom,
Será también tomada Seír por sus enemigos,
E Israel se portará varonilmente.
19 De Jacob saldrá el dominador,
Y destruirá lo que quede de la ciudad.
20 Y viendo a Amalec, tomó su parábola y dijo:
Amalec, cabeza de naciones;
Mas al fin perecerá para siempre.

21 Y viendo al ceneo, tomó su parábola y dijo:

Fuerte es tu habitación;
Pon en la peña tu nido;
22 Porque el ceneo será echado,
Cuando Asiria te llevará cautivo.
23 Tomó su parábola otra vez, y dijo:
¡Ay!, ¿quién vivirá cuando haga Dios estas cosas?
24 Vendrá gente en galeras de la costa de Quitim,
Y afligirán a Asiria, afligirán también a los hebreos;
Mas ella también perecerá para siempre.

25 Entonces se levantó Balaam y se fue, y volvió a su lugar; y también Balac se fue por su camino.

Israel invoca a Baal-peor

25 Moraba Israel en Sitim; y el pueblo empezó a fornicar con las hijas de Moab,

las cuales invitaban al pueblo a los sacrificios de sus dioses; y el pueblo comió, y se inclinó a sus dioses.

Así acudió el pueblo a Baal-peor; y el furor de Jehová se encendió contra Israel.

Y Jehová dijo a Moisés: Toma a todos los príncipes del pueblo, y ahórcalos ante Jehová delante del sol, y el ardor de la ira de Jehová se apartará de Israel.

Entonces Moisés dijo a los jueces de Israel: Matad cada uno a aquellos de los vuestros que se han juntado con Baal-peor.

Y he aquí un varón de los hijos de Israel vino y trajo una madianita a sus hermanos, a ojos de Moisés y de toda la congregación de los hijos de Israel, mientras lloraban ellos a la puerta del tabernáculo de reunión.

Y lo vio Fineés hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, y se levantó de en medio de la congregación, y tomó una lanza en su mano;

y fue tras el varón de Israel a la tienda, y los alanceó a ambos, al varón de Israel, y a la mujer por su vientre. Y cesó la mortandad de los hijos de Israel.

Y murieron de aquella mortandad veinticuatro mil.

10 Entonces Jehová habló a Moisés, diciendo:

11 Fineés hijo de Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, ha hecho apartar mi furor de los hijos de Israel, llevado de celo entre ellos; por lo cual yo no he consumido en mi celo a los hijos de Israel.

12 Por tanto diles: He aquí yo establezco mi pacto de paz con él;

13 y tendrá él, y su descendencia después de él, el pacto del sacerdocio perpetuo, por cuanto tuvo celo por su Dios e hizo expiación por los hijos de Israel.

14 Y el nombre del varón que fue muerto con la madianita era Zimrí hijo de Salú, jefe de una familia de la tribu de Simeón.

15 Y el nombre de la mujer madianita muerta era Cozbí hija de Zur, príncipe de pueblos, padre de familia en Madián.

16 Y Jehová habló a Moisés, diciendo:

17 Hostigad a los madianitas, y heridlos,

18 por cuanto ellos os afligieron a vosotros con sus ardides con que os han engañado en lo tocante a Baal-peor, y en lo tocante a Cozbí hija del príncipe de Madián, su hermana, la cual fue muerta el día de la mortandad por causa de Baal-peor.

Marcos 7:14-37

14 Y llamando de nuevo a la multitud, les decía: Escuchadme todos y entended:

15 No hay nada fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle; sino que lo que sale del hombre es lo que contamina al hombre.

16 [Si alguien tiene oídos para oír, que oiga.][a]

17 Y cuando entró en casa, después de dejar a la multitud, le preguntaban sus discípulos acerca de la parábola.

18 Y les dice él: ¿También vosotros estáis tan faltos de entendimiento? ¿No os dais cuenta de que todo lo que de fuera entra en el hombre, no puede contaminarle,

19 porque no entra en su corazón, sino en su vientre, y sale a la cloaca, purificando todos los alimentos?

20 Y decía: Lo que sale del hombre, eso contamina al hombre.

21 Porque de adentro, del corazón de los hombres salen las maquinaciones perversas, las fornicaciones, hurtos, asesinatos,

22 adulterios, avaricias, maldades, el engaño, la desvergüenza, envidia, maledicencia, arrogancia, estupidez;

23 todas estas maldades salen de adentro y contaminan al hombre.

La fe de la mujer sirofenicia

24 Se levantó de allí y marchó a las cercanías de Tiro. Entró en una casa, y deseaba que nadie lo supiese, pero no pudo quedar oculto,

25 sino que, en seguida, una mujer que había oído hablar de él, y cuya hijita estaba poseída de un espíritu inmundo, vino y se postró a sus pies.

26 Y la mujer era griega, de raza sirofenicia. Y le rogaba que arrojase de su hija al demonio.

27 Pero él le decía: Deja primero que se sacien los hijos; pues no está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos.

28 Ella le respondió y le dijo: Cierto, Señor; pero también los perrillos debajo de la mesa comen las migajas de los hijos.

29 Él, entonces, le dijo: Por lo que has dicho, vete; el demonio ha salido de tu hija.

30 Ella se marchó a su casa y encontró a la niña echada en la cama, y que el demonio había salido.

Jesús sana a un sordomudo

31 Volvió a salir de los términos de Tiro y se dirigió a través de Sidón al mar de Galilea, por en medio de la región de la Decápolis.

32 Y le traen un sordo que, además, hablaba con dificultad, y le suplican que ponga la mano sobre él.

33 Él lo tomó a solas, apartado de la multitud, metió sus dedos en los oídos de él, y escupiendo le tocó la lengua.

34 Luego alzó los ojos al cielo, lanzó un hondo suspiro y le dijo: Efatá, es decir, ábrete.

35 Y se abrieron sus oídos, se le soltó la atadura de la lengua, y comenzó a hablar correctamente.

36 Y les ordenó que no lo dijesen a nadie; pero cuanto más se lo ordenaba, tanto más ampliamente lo proclamaban ellos.

37 Estaban sumamente atónitos y decían: Todo lo ha hecho bien; lo mismo hace oír a los sordos que hablar a los mudos.

Reina Valera Revisada (RVR1977)

Texto bíblico tomado de La Santa Biblia, Reina Valera Revisada® RVR® Copyright © 2017 por HarperCollins Christian Publishing® Usado con permiso. Reservados todos los derechos en todo el mundo.