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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
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Levítico 17-18

IV.— CÓDIGO DE SANTIDAD (17—26)

Inmolación de animales (17,1-16)

Matanza no sacrificial

17 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

— Habla a Aarón, a sus hijos y a todos los israelitas y diles: Esto es lo que ha ordenado el Señor: Cualquier israelita que mate un toro, un cordero, o una cabra, en el campamento o fuera de él, y no lo lleve a la entrada de la Tienda del encuentro para presentarlo como ofrenda al Señor ante su morada, será considerado culpable de derramamiento de sangre y, por haber derramado sangre, será extirpado de su pueblo. Esto se prescribe para que los israelitas traigan al Señor los animales que maten en medio del campo y los presenten al sacerdote ante el Señor a la entrada de la Tienda del encuentro, ofreciéndolos al Señor como sacrificios de comunión. El sacerdote derramará la sangre sobre el altar del Señor, a la entrada de la Tienda del encuentro, y quemará la grasa en olor grato al Señor. De este modo nunca más inmolarán sus víctimas a los demonios a los que han rendido culto. Esta será una norma perpetua para las futuras generaciones.

Asimismo les dirás: Cualquier israelita o extranjero residente entre ustedes que ofrezca un holocausto o un sacrificio, y no lo traiga para ofrecerlo al Señor a la entrada de la Tienda del encuentro, será igualmente extirpado de su pueblo.

Normas sobre la sangre

10 Si un israelita o uno de los extranjeros residentes entre ellos, come cualquier clase de sangre, yo —el Señor— me enemistaré contra él y lo excluiré de su pueblo. 11 Porque la vida de la carne está en la sangre, y yo les he dado la sangre para hacer expiación sobre el altar por sus vidas; pues la sangre hace expiación por la persona. 12 Por tanto, he dicho a los israelitas: Ninguno de ustedes comerá sangre, ni tampoco lo hará el extranjero residente entre ustedes.

13 Y si un israelita, o uno de los extranjeros residentes entre ellos, caza un animal o ave que sea comestible, deberá derramar su sangre y cubrirla con tierra, 14 porque la vida de toda carne está en su sangre. Por tanto, digo a los israelitas: No comerán la sangre de ninguna carne, porque la vida de toda carne está en su sangre; quien la coma, será extirpado.

Consumo de carne de animales hallados muertos

15 Y cualquier persona, sea nacida en el país o sea extranjera residente entre ustedes, que coma carne de un animal hallado muerto o despedazado por las fieras, deberá lavar sus ropas y bañarse, pero quedará impura hasta la noche; luego recuperará su estado de pureza. 16 Si no lava sus ropas ni se baña, cargará con las consecuencias de su culpa.

Prácticas sexuales no permitidas (18,1-30)

Exhortación inicial

18 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

— Habla a los israelitas y diles: Yo soy el Señor, su Dios. No harán como se hace en Egipto donde habitaron; ni harán como se hace en Canaán adonde yo les conduzco; ni seguirán sus costumbres. Cumplan mis normas y guarden mis leyes comportándose de acuerdo con ellas. Yo soy el Señor, su Dios. Por lo tanto, cumplirán mis leyes y mis normas; quien las cumpla, vivirá gracias a ellas. Yo soy el Señor.

Prohibiciones concretas

Ninguno entre ustedes tendrá relaciones sexuales con una familiar cercana. Yo soy el Señor. No tendrás relaciones sexuales con la mujer de tu padre; es tu madre y no deberás tener relaciones sexuales con ella. No tendrás relaciones sexuales con otra esposa de tu padre, pues es esposa de tu padre. No tendrás relaciones sexuales con tu hermana, sea hija de tu padre o de tu madre, haya nacido en casa o fuera. 10 No tendrás relaciones sexuales con tus nietas, pues es como deshonrarte a ti mismo. 11 No tendrás relaciones sexuales con la hija que tu padre haya engendrado de otra esposa; es tu hermana y no deberás tener relaciones sexuales con ella. 12 No tendrás relaciones sexuales con tu tía paterna, pues es como deshonrar a tu padre. 13 No tendrás relaciones sexuales con tu tía materna, pues es como deshonrar a tu madre.

14 No ofenderás a tu tío paterno, teniendo relaciones sexuales con su mujer, pues es la esposa del hermano de tu padre. 15 No tendrás relaciones sexuales con tu nuera; es la mujer de tu hijo y no deberás tener relaciones sexuales con ella. 16 No tendrás relaciones sexuales con tu cuñada, pues es como deshonrar a tu hermano.

17 No tendrás relaciones sexuales con una mujer y con su hija; ni las tendrás con sus nietas, pues es como deshonrar a esa mujer, y es algo aborrecible. 18 Mientras viva tu primera mujer, no tomarás como esposa a una hermana suya teniendo relaciones sexuales con ella y haciéndola así su rival. 19 Tampoco tendrás relaciones sexuales con una mujer durante el tiempo de su impureza menstrual. 20 No te acostarás con la mujer de tu prójimo, contaminándote con ella. 21 No permitirás que ninguno de tus hijos sea sacrificado a Moloc, profanando así el nombre de tu Dios. Yo soy el Señor. 22 No te acostarás con un hombre como se hace con una mujer; es una cosa aborrecible. 23 No tendrás relaciones carnales con ningún animal contaminándote con él, ni tampoco las tendrá mujer alguna con él; es una perversión.

Exhortación conclusiva

24 No se contaminen con ninguna de estas prácticas con las que se han corrompido las naciones que yo voy a expulsar ante ustedes. 25 El país, en efecto, se ha contaminado; así que yo he decidido castigar su iniquidad de forma que tenga que vomitar a sus habitantes. 26 Cumplan mis normas y guarden mis leyes; no hagan ninguna de estas abominaciones, ni el nativo ni el extranjero residente entre ustedes. 27 Los que habitaron esta tierra hicieron todas estas cosas horrendas y la tierra quedó contaminada. 28 ¡Que no los vomite también a ustedes por haberla contaminado, como vomitó a los pueblos que la habitaron antes de ustedes! 29 Porque cualquiera que haga alguna de todas estas cosas horrendas será extirpado de su pueblo. 30 Cumplan, pues, mis mandamientos y no sigan las costumbres detestables que se practicaban antes de que llegaran ustedes, ni se contaminen con ellas. Yo soy el Señor, su Dios.

Mateo 27:27-50

Los soldados se burlan de Jesús (Mc 15,16-20; Jn 19,2-3)

27 Acto seguido, los soldados del gobernador introdujeron a Jesús en el palacio y, después de reunir toda la tropa a su alrededor, 28 le quitaron sus ropas y le echaron un manto de color rojo sobre los hombros; 29 le pusieron en la cabeza una corona de espinas y una caña en su mano derecha. Después, hincándose de rodillas delante de él, le hacían burla, gritando:

— ¡Viva el rey de los judíos!

30 Y lo escupían y lo golpeaban con la caña en la cabeza. 31 Después de haberse burlado de él, le quitaron la túnica, lo vistieron con sus propias ropas y se lo llevaron para crucificarlo.

Jesús es crucificado (Mc 15,21-32; Lc 23,26-43; Jn 19.17-27)

32 Cuando salían, encontraron a un tal Simón, natural de Cirene, y lo obligaron a cargar con la cruz de Jesús. 33 Llegados al lugar llamado Gólgota (o sea, lugar de la Calavera), 34 ofrecieron a Jesús vino mezclado con hiel; pero él, después de probarlo, no quiso beberlo.

35 Los que lo habían crucificado se repartieron sus ropas echándolas a suertes, 36 y se quedaron allí sentados para vigilarlo. 37 Por encima de la cabeza de Jesús fijaron un letrero con la causa de su condena; decía: “Este es Jesús, el rey de los judíos”. 38 Al mismo tiempo que a Jesús, crucificaron a dos ladrones, uno a su derecha y el otro a su izquierda. 39 Los que pasaban lo insultaban 40 y, meneando la cabeza, decían:

— ¡Tú que derribas el Templo y en tres días vuelves a edificarlo, sálvate a ti mismo! ¡Baja de la cruz si eres el Hijo de Dios!

41 De igual manera, los jefes de los sacerdotes, los maestros de la ley y los ancianos se burlaban de él diciendo:

42 — Ha salvado a otros, pero no puede salvarse a sí mismo. Que baje ahora mismo de la cruz ese rey de Israel y creeremos en él. 43 Puesto que ha confiado en Dios, que Dios lo salve ahora, si es que de verdad lo ama. ¿Acaso no afirmaba que es el Hijo de Dios?

44 Hasta los ladrones que estaban crucificados junto a él lo llenaban de insultos.

Muerte de Jesús (Mc 15,33-41; Lc 23,44-49; Jn 19,28-30)

45 Desde el mediodía, toda la tierra quedó sumida en oscuridad hasta las tres de la tarde. 46 Hacia esa hora Jesús gritó con fuerza:

Elí, Elí, ¿lemá sabaqtaní?, es decir: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”.

47 Lo oyeron algunos de los que estaban allí y comentaron:

— Está llamando a Elías.

48 Al punto, uno de ellos fue corriendo a buscar una esponja, la empapó en vinagre y sirviéndose de una caña se la acercó a Jesús para que bebiera. 49 Pero los otros le decían:

— Deja, veamos si viene Elías a salvarlo.

50 Jesús, entonces, lanzando otra vez un fuerte gritó, expiró.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España