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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
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Éxodo 34-35

Las segundas losas del testimonio

34 El Señor dijo a Moisés:

— Talla dos losas de piedra iguales a las primeras: Yo escribiré en ellas lo mismo que había en las otras, las que tú hiciste añicos. Prepárate para mañana, pues al amanecer subirás al monte Sinaí, y allí, en la cima del monte, me esperarás. Que nadie suba contigo. No dejes que nadie esté por los alrededores del monte; ni siquiera ovejas o vacas pastando por las cercanías.

Moisés talló dos losas de piedra iguales a las primeras. Se levantó muy temprano y subió al monte Sinaí portando las dos losas de piedra, tal como el Señor se lo había ordenado. Entonces el Señor descendió en una nube, y se quedó allí, al lado de Moisés, el cual pronunció el nombre del Señor.

El Señor pasó delante de él proclamando:

— ¡El Señor! ¡El Señor! ¡Dios compasivo y benévolo, lento en airarse y rico en amor y fidelidad, que mantiene su amor a lo largo de mil generaciones y perdona la desobediencia, la rebeldía y los pecados, aunque no los deja impunes, sino que castiga la culpa de los padres en los hijos y en los nietos, en los biznietos y en los tataranietos!

Inmediatamente Moisés se postró en el suelo y lo adoró diciendo:

— Señor, si de verdad gozo de tu favor, ven con nosotros, aunque seamos un pueblo testarudo. Perdónanos nuestras desobediencias y pecados, y acéptanos como propiedad tuya.

Alianza renovada

10 El Señor le respondió:

— Mira, voy a sellar una alianza. A la vista de todo el pueblo realizaré maravillas como no se han hecho en ningún país ni en ninguna nación. El pueblo que está contigo verá la obra del Señor, porque yo haré cosas impresionantes contigo.

11 Cumple lo que te ordeno hoy y expulsaré de tu presencia a amorreos, cananeos, hititas, fereceos, heveos y jebuseos. 12 Guárdate mucho de pactar con los habitantes del país donde vas a entrar porque serían una trampa para ti. 13 Al contrario, derriben sus altares, destruyan sus piedras votivas y talen sus árboles sagrados.

14 No adores a dioses extranjeros porque yo, el Señor, llevo el nombre de “Celoso” y soy un Dios celoso.

15 No hagas ninguna alianza con los habitantes de aquel país, no sea que cuando ellos rindan culto a sus dioses y les ofrezcan sacrificios, te inviten también a ti y tengas que comer de las víctimas sacrificadas. 16 No tomes a sus hijas como esposas para tus hijos, pues puede que cuando ellas rindan culto a sus dioses, induzcan también a los hijos de ustedes a rendir culto a esos mismos dioses.

17 No te fabriques dioses de metal fundido.

Las fiestas anuales

18 Observa la fiesta de los Panes sin levadura: durante siete días y según te mandé, comerás panes sin levadura en la fecha señalada del mes de Abib, porque en ese mes saliste de Egipto.

19 Todos los primogénitos me pertenecen, incluidas las primeras crías de tu ganado tanto vacuno como ovino, siempre que sean machos. 20 Puedes rescatar a la primera cría del asno sustituyéndola por un cordero, pero si no la rescatas, tendrás que desnucarla. A tus hijos primogénitos los rescatarás. Nadie se presentará ante mí con las manos vacías.

21 Durante seis días trabajarás y el séptimo descansarás, incluso en tiempo de siembra o siega.

22 Celebra la fiesta de las Semanas, al comienzo de la siega del trigo; y también la fiesta de la Recolección, al final del año agrícola.

23 Tres veces al año se presentarán todos los varones ante el Señor, Dios de Israel. 24 Cuando yo haya alejado de ti a las demás naciones y haya ampliado tus fronteras, nadie intentará invadir tu territorio aprovechando que subes tres veces al año a presentarte ante el Señor tu Dios.

25 No ofrezcas nada fermentado junto con la sangre de la víctima sacrificada en mi honor, ni conserves para el día siguiente lo que sobre del animal sacrificado en la Pascua.

26 Lleva a la casa del Señor tu Dios las primicias de los frutos de tu tierra. No cuezas el cabrito en la leche de su madre.

27 Después el Señor ordenó a Moisés:

— Pon por escrito todos estos mandatos, porque ellos son las cláusulas de la alianza que yo sello contigo y con los israelitas.

28 Y allí permaneció Moisés con el Señor durante cuarenta días y cuarenta noches, sin comer ni beber. Y escribió sobre las losas las cláusulas de la alianza, es decir, las Diez Palabras.

El rostro radiante de Moisés

29 Al bajar Moisés del monte Sinaí, traía consigo las dos losas del testimonio y no se dio cuenta de que su rostro irradiaba luminosidad porque había hablado con el Señor. 30 Aarón y los israelitas, al ver el rostro radiante de Moisés, temieron acercarse a él. 31 Pero Moisés los llamó y, cuando Aarón y los jefes de la comunidad se le acercaron, conversó con ellos. 32 Se acercaron después a él todos los israelitas, y Moisés les comunicó las órdenes que el Señor le había dado en el monte Sinaí. 33 Cuando terminó de hablar con ellos, se cubrió la cara con un velo.

34 Cada vez que Moisés se presentaba ante el Señor para hablar con él, se quitaba el velo y permanecía así hasta que salía y comunicaba a los israelitas las órdenes que había recibido del Señor. 35 Los israelitas contemplaban cómo el rostro de Moisés irradiaba luminosidad; luego Moisés volvía a ponerse el velo en el rostro y se lo dejaba puesto hasta que entraba de nuevo a hablar con el Señor.

Ejecución de las instrucciones (35—40)

Normas para el sábado

35 Moisés convocó a la comunidad de los israelitas y les dijo: Esto es lo que el Señor les manda hacer: Durante seis días pueden trabajar, pero el séptimo día es sábado, día de descanso consagrado al Señor. Si alguien trabaja durante ese día, será castigado con la muerte. Durante el sábado está prohibido encender fuego en cualquier lugar donde estén.

Las ofrendas para el santuario (Ex 25,1-7)

Moisés dijo a toda la comunidad de los israelitas: Esto es lo que ordena el Señor: Recojan entre ustedes una ofrenda para el Señor. El que quiera ser generoso que traiga para el Señor oro, plata, bronce; lana teñida de púrpura violeta, escarlata y carmesí, lino fino y pelo de cabra; pieles de carnero curtidas, pieles de marsopa, madera de acacia; aceite para la lámpara, especias para el aceite de la unción y para el incienso aromático; piedras de ónice y piedras de engaste para el efod y el pectoral.

Los utensilios del santuario (Ex 39,32-41)

10 Todo aquel que tenga habilidades especiales, que las ponga al servicio del Señor para hacer lo que él ha mandado: 11 la Morada, su Tienda y lo que la recubre, sus ganchos, sus tablones, sus varales, sus columnas y sus basas; 12 el Arca y sus varales, su cubierta y el velo que sirve de separación; 13 la mesa con sus varales y todos sus utensilios junto con los panes de la ofrenda; 14 el candelabro, con sus accesorios y sus lámparas y el aceite para el alumbrado; 15 el altar del incienso y sus varales, el aceite de la unción, el incienso aromático y la cortina para la entrada de la Morada; 16 el altar de los holocaustos con su enrejado de bronce, sus varales y todos sus utensilios; la pila con su base; 17 las cortinas del atrio, con sus columnas y basas, la cortina que hace las veces de puerta del atrio; 18 los tableros de la Morada y del atrio, con sus cuerdas; 19 las vestiduras de ceremonia para oficiar en el santuario, las vestiduras sagradas del sacerdote Aarón y las vestiduras que usarán sus hijos cuando oficien como sacerdotes.

Las ofrendas de los israelitas

20 Entonces, la comunidad de los israelitas se retiró de la presencia de Moisés; 21 todos los que se sintieron movidos por un impulso de generosidad volvieron con ofrendas al Señor para que se construyera la Tienda del encuentro, para todo su servicio y para las vestiduras sagradas. 22 Y vinieron hombres y mujeres trayendo de corazón broches, pendientes, anillos, brazaletes, y toda clase de alhajas de oro; y cada uno presentaba ritualmente ante el Señor su ofrenda de oro. 23 Los que tenían púrpura violeta, escarlata o carmesí, o lino fino o pelo de cabra, o pieles de carnero curtidas o pieles de marsopa, lo traían. 24 Los que podían ofrendar objetos de plata o bronce, los donaban voluntariamente como ofrenda al Señor; y los que disponían de madera de acacia, útil para cualquier trabajo manual, también la traían. 25 Las mujeres con habilidad para tejer traían sus tejidos hechos a mano de color violeta, escarlata o carmesí y también lino fino; 26 y otras mujeres, que conocían bien el oficio, se ofrecieron voluntariamente a tejer el pelo de cabra. 27 Los principales del pueblo aportaron piedras de ónice y otras piedras preciosas para el engaste del efod y el pectoral; 28 aportaron también especias, aceite para las lámparas y para la unción e incienso aromático.

29 Tanto los hombres como las mujeres que sintieron el impulso de ayudar libremente en la obra que el Señor había ordenado a Moisés, trajeron su ofrenda voluntariamente al Señor.

Los artesanos Besalel y Oholiab (Ex 31,1-6)

30 Moisés les dijo a los israelitas:

— Miren, el Señor ha escogido a Besalel, hijo de Urí y nieto de Jur, de la tribu de Judá, 31 y lo ha dotado de habilidades extraordinarias, de destreza, talento y pericia en toda clase de trabajos, 32 para idear proyectos y realizarlos en oro, plata y bronce, 33 para tallar y engastar piedras preciosas, para trabajar la madera y realizar cualquier otra labor de artesanía. 34 También lo ha dotado de talento para trasmitir sus enseñanzas a otros. A él y a Oholiab, hijo de Ajisamac, de la tribu de Dan, 35 el Señor los ha dotado de manos habilidosas para realizar toda clase de trabajos: de tallado y de diseño, de recamado de telas de púrpura violeta, escarlata o carmesí y de lino fino. Sabrán diseñar proyectos artísticos y ejecutarlos.

Mateo 22:23-46

La cuestión de la resurrección (Mc 12,18-27; Lc 20,27-40)

23 Aquel mismo día se acercaron a Jesús unos saduceos que, al no creer en la resurrección, le hicieron esta pregunta:

24 — Maestro, Moisés mandó: Si un hombre casado muere sin haber tenido hijos, su hermano deberá casarse con la viuda para dar descendencia al hermano difunto. 25 Pues bien, entre nosotros hubo una vez siete hermanos; el primero de ellos, que estaba casado, murió sin haber tenido descendencia, por lo cual su viuda se casó con el hermano siguiente. 26 Pero lo mismo le sucedió al segundo, y luego al tercero, y así hasta los siete. 27 La última en morir fue la mujer. 28 Así pues, en la resurrección, ¿de cuál de los siete hermanos será esposa, si todos estuvieron casados con ella?

29 Jesús les contestó:

— Están muy equivocados, porque ustedes ni conocen las Escrituras ni tienen idea del poder de Dios. 30 En la resurrección ya no habrá matrimonios, sino que todos serán como los ángeles que están en el cielo. 31 En cuanto a la resurrección de los muertos, ¿no han leído ustedes que Dios dijo: 32 Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? Pues bien, él es Dios de vivos y no de muertos.

33 Escuchando a Jesús, la gente se quedaba admirada de su enseñanza.

El mandamiento más importante (Mc 12,28-34, Lc 10,25-28)

34 Cuando los fariseos oyeron que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron en torno a él 35 y uno de ellos, doctor en la ley, le preguntó con intención de tenderle una trampa:

36 — Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la ley?

37 Jesús le contestó:

Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu inteligencia. 38 Este es el primer mandamiento y el más importante. 39 Pero hay un segundo mandamiento que es parecido a este: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. 40 En estos dos mandamientos se resume toda la ley de Moisés y la enseñanza de los profetas.

¿De quién es hijo el Mesías? (Mc 12,35-37; Lc 20,41-44)

41 Jesús abordó a los fariseos cuando se hallaban reunidos, y les preguntó:

42 — ¿Qué piensan ustedes acerca del Mesías? ¿De quién es hijo?

Le contestaron:

— De David.

43 Jesús les replicó:

— Entonces, ¿cómo es que David, inspirado por el Espíritu, lo llama Señor, cuando dice:

44 Dijo el Señor a mi Señor:
“Siéntate a mi derecha
hasta que yo ponga a tus enemigos
debajo de tus pies”?

45 Pues si David lo llama Señor, ¿cómo puede el Mesías ser hijo suyo?

46 A esto nadie supo qué contestar. A partir de aquel día, ninguno se atrevió ya a plantearle más preguntas.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España