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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Biblia del Jubileo (JBS)
Version
Salmos 20-22

Al Vencedor: Salmo de David.

El SEÑOR te oiga en el día de la angustia; te ensalce el nombre del Dios de Jacob.

Te envíe ayuda desde el santuario, y desde Sion te sustente.

Tenga memoria de todos tus presentes, y reduzca a ceniza tu holocausto. (Selah.)

Te dé conforme a tu corazón, y cumpla todo tu consejo.

Nosotros nos alegraremos con tu salud, y portaremos la bandera en el nombre de nuestro Dios; cumpla el SEÑOR todas tus peticiones.

¶ Ahora he conocido que el SEÑOR ha guardado a su ungido; lo oirá desde los cielos de su santidad con las valentías de la salud de su diestra.

Estos confían en carros, y aquéllos en caballos; mas nosotros del nombre del SEÑOR nuestro Dios tendremos memoria.

Ellos se arrodillaron, y cayeron; mas nosotros nos levantamos, y nos enhestamos.

El SEÑOR salva al Rey; que El nos oiga el día que lo invocáremos.

Al Vencedor: Salmo de David.

SEÑOR, en tu fortaleza se alegrará el Rey y en tu salud se gozará mucho.

El deseo de su corazón le diste, y no le negaste lo que sus labios pronunciaron. (Selah.)

Por tanto le adelantarás en bendiciones de bien; corona de oro fino has puesto sobre su cabeza.

Vida te demandó, y le diste largura de días por siglos y siglos.

Grande es su gloria en tu salud; honra y hermosura has puesto sobre él.

Porque lo has bendecido para siempre; lo llenaste de alegría con tu rostro.

¶ Por cuanto el Rey confía en el SEÑOR, y en la misericordia del Altísimo, no será conmovido.

Alcanzará tu mano a todos tus enemigos; tu diestra alcanzará a los que te aborrecen.

Los pondrás como horno de fuego en el tiempo de tu ira; el SEÑOR los deshará en su furor, y fuego los consumirá.

10 Su fruto aniquilarás de la tierra, y su simiente de entre los hijos de los hombres.

11 Porque tendieron mal contra ti; fraguaron maquinaciones, mas no prevalecieron.

12 Por tanto tú los pondrás aparte; con tu arco apuntarás a sus rostros.

13 Ensálzate, oh SEÑOR, con tu fortaleza; cantaremos y alabaremos tu valentía.

Al Vencedor, sobre Ajelet-sahar el lucero de la mañana. Salmo de David.

Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has dejado? ¿Por qué estás lejos de mi salud, y de las palabras de mi clamor?

Dios mío, clamo de día, y no oyes; y de noche, y no puedo estar en silencio.

empero eres santo, tú que habitas entre las alabanzas de Israel.

En ti esperaron nuestros padres; esperaron, y tú los salvaste.

Clamaron a ti, y fueron librados; esperaron en ti, y no se avergonzaron.

Mas yo soy gusano, y no varón; oprobio de los hombres, y desecho del pueblo.

Todos los que me ven, escarnecen de mí; estiran los labios, menean la cabeza, diciendo:

Remítese al SEÑOR, líbrelo; sálvele él, puesto que en él se complacía.

Pero tú eres el que me sacó del vientre, el que me haces esperar en ti desde que estaba a los pechos de mi madre.

10 Sobre ti fui echado desde la matriz; desde el vientre de mi madre, tú eres mi Dios.

11 ¶ No te alejes de mí, porque la angustia está cerca; porque no hay quien ayude.

12 Me han rodeado muchos toros; fuertes toros de Basán me han cercado.

13 Abrieron sobre mí su boca, como león rampante y rugiente.

14 Heme escurrido como aguas, y todos mis huesos se descoyuntaron; mi corazón fue como cera, desliéndose en medio de mis entrañas.

15 Como un tiesto se secó mi vigor, y mi lengua se pegó a mi paladar; y me has puesto en el polvo de la muerte.

16 Porque perros me han rodeado, me ha cercado cuadrilla de malignos; horadaron mis manos y mis pies.

17 Contar puedo todos mis huesos; ellos miran, me consideran.

18 Partieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes.

19 Mas tú, SEÑOR, no te alejes; fortaleza mía, apresúrate para mi ayuda.

20 Libra de la espada mi alma; del poder del perro mi vida.

21 Sálvame de la boca del león, y de los cuernos de los unicornios líbrame.

22 ¶ Anunciaré tu nombre a mis hermanos; en medio de la congregación te alabaré.

23 Los que teméis al SEÑOR, alabadle; toda la simiente de Jacob glorificadle; y temed de él, toda la simiente de Israel.

24 Porque no menospreció ni abominó la aflicción del pobre en espíritu, ni de él escondió su rostro; y cuando clamó a él, le oyó.

25 De ti será mi alabanza en la grande congregación; mis votos pagaré delante de los que le temen.

26 Comerán los humildes, y serán saciados; alabarán al SEÑOR los que le buscan; vivirá vuestro corazón para siempre.

27 Se acordarán, y se volverán al SEÑOR todos los términos de la tierra; y se humillarán delante de ti todas las familias de los gentiles.

28 Porque del SEÑOR es el reino; y él se enseñoreará de los gentiles.

29 Comerán y adorarán todos los gruesos de la tierra; delante de él se arrodillarán todos los que descienden al polvo, y ninguno puede vivificar su propia alma.

30 La simiente le servirá; será contada al SEÑOR por generación.

31 Vendrán, y anunciarán al pueblo que naciere, su justicia que él hizo.

Hechos 21:1-17

21 ¶ Y habiendo partido de ellos, navegamos y vinimos camino derecho a Cos, y al día siguiente a Rodas, y de allí a Pátara.

Y hallando un barco que pasaba a Fenicia, nos embarcamos, y partimos.

Y como avistamos a Chipre, dejándola a mano izquierda, navegamos a Siria, y vinimos a Tiro, porque el barco había de descargar allí su carga.

Y nos quedamos allí siete días, hallados los discípulos, los cuales decían a Pablo por el Espíritu, que no subiera a Jerusalén.

Y cumplidos aquellos días, salimos acompañándonos todos, con sus mujeres e hijos, hasta fuera de la ciudad; y puestos de rodillas en la ribera, oramos.

Y abrazándonos los unos a los otros, subimos al barco, y ellos se volvieron a sus casas.

Y nosotros, cumplida la navegación, vinimos de Tiro a Tolemaida; y habiendo saludado a los hermanos, nos quedamos con ellos un día.

¶ Al otro día, saliendo Pablo y los que con él estábamos, vinimos a Cesarea; y entrando en casa de Felipe el evangelista, el cual era uno de los siete, posamos con él.

Y éste tenía cuatro hijas, doncellas, que profetizaban.

10 y parando nosotros allí por muchos días, descendió de Judea un profeta, llamado Agabo;

11 Y venido a nosotros, tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al varón de quien es este cinto, y le entregarán en manos de los gentiles.

12 Lo cual como oímos, le rogamos nosotros y los de aquel lugar, que no subiera a Jerusalén.

13 Entonces Pablo respondió: ¿Qué hacéis llorando y afligiéndome el corazón? Porque yo no sólo estoy presto a ser atado, mas aun a morir en Jerusalén por el Nombre del Señor Jesús.

14 Y como no le pudimos persuadir, desistimos, diciendo: Hágase la voluntad del Señor.

15 ¶ Y después de estos días, apercibidos, subimos a Jerusalén.

16 Y vinieron también con nosotros de Cesarea algunos de los discípulos, trayendo consigo a un Mnasón, cipriano, discípulo antiguo, con el cual posáremos.

17 Y cuando llegamos a Jerusalén, los hermanos nos recibieron de buena voluntad.

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