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Old/New Testament

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La Biblia de las Américas (LBLA)
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Jeremías 1-2

Llamamiento y comisión de Jeremías

Palabras de Jeremías(A), hijo de Hilcías, de los sacerdotes que habitaban en Anatot, en la tierra de Benjamín(B), a quien vino la palabra del Señor en los días de Josías(C), hijo de Amón(D), rey de Judá, en el año trece de su reinado(E). También vino a él la palabra en los días de Joacim(F), hijo de Josías, rey de Judá, hasta el fin del año once de Sedequías(G), hijo de Josías, rey de Judá, hasta el destierro de Jerusalén en el mes quinto.

Y vino a mí la palabra del Señor, diciendo:

Antes que yo te formara en el seno materno, te conocí(H),
y antes que nacieras, te consagré(I),
te puse por profeta a las naciones(J).
Entonces dije: ¡Ah, Señor Dios[a]!
He aquí, no sé hablar(K),
porque soy joven(L).
Pero el Señor me dijo:
No digas: «Soy joven»,
porque adondequiera que te envíe, irás(M),
y todo lo que te mande, dirás(N).
No tengas temor ante ellos(O),
porque contigo estoy para librarte(P) —declara el Señor.

Entonces extendió el Señor su mano y tocó mi boca(Q). Y el Señor me dijo:

He aquí, he puesto mis palabras en tu boca(R).
10 Mira, hoy te he dado autoridad sobre las naciones y sobre los reinos(S),
para arrancar y para derribar,
para destruir y para derrocar(T),
para edificar y para plantar(U).

11 Vino entonces a mí la palabra del Señor, diciendo: ¿Qué ves tú, Jeremías(V)? Y yo respondí: Veo una vara de almendro[b]. 12 Y me dijo el Señor: Bien has visto, porque yo velo[c] sobre mi palabra para cumplirla(W).

13 Por segunda vez vino a mí la palabra del Señor, diciendo: ¿Qué ves tú(X)? Y respondí: Veo una olla(Y) hirviendo que se vuelca desde el norte[d].

14 Y me dijo el Señor:
Desde el norte irrumpirá[e] el mal
sobre todos los habitantes de esta[f] tierra(Z).
15 Porque he aquí, llamo
a todas las familias de los reinos del norte(AA)
—declara el Señor
y vendrán y cada uno pondrá su trono
a la entrada de las puertas(AB) de Jerusalén,
frente a todos sus muros alrededor
y frente a todas las ciudades de Judá(AC).
16 Y yo pronunciaré[g] mis juicios contra ellos
por toda su maldad, porque me abandonaron(AD),
ofrecieron sacrificios[h] a otros dioses(AE)
y adoraron la obra de sus manos(AF).
17 Tú, pues, ciñe tus lomos(AG),
levántate y diles todo lo que yo te mande.
No temas ante ellos(AH),
no sea que yo te infunda temor delante de ellos.
18 He aquí, yo te he puesto hoy
como ciudad fortificada,
como columna de hierro y como muro[i] de bronce
contra toda esta[j] tierra:
contra los reyes de Judá, sus príncipes,
sus sacerdotes y el pueblo de la tierra.
19 Pelearán contra ti, pero no te vencerán,
porque yo estoy contigo —declara el Señor— para librarte(AI).

Apostasía de Israel

Y vino a mí la palabra del Señor, diciendo: Ve y clama a los oídos de Jerusalén, diciendo: «Así dice el Señor(AJ):

“De ti recuerdo el cariño[k] de tu juventud(AK),
el amor de tu desposorio,
de cuando me seguías en el desierto,
por tierra no sembrada(AL).
Santo era Israel para el Señor(AM),
primicias(AN) de su cosecha[l];
todos los que comían de ella se hacían culpables(AO);
el mal venía sobre ellos” —declara el Señor».

Oíd la palabra del Señor, casa de Jacob, y todas las familias de la casa de Israel. Así dice el Señor:

¿Qué injusticia hallaron en mí vuestros padres(AP),
para que se alejaran de mí
y anduvieran tras lo vano y se hicieran vanos(AQ)?
Tampoco dijeron: ¿Dónde está el Señor
que nos hizo subir de la tierra de Egipto(AR),
que nos condujo por el desierto(AS),
por una tierra de yermos y de barrancos,
por una tierra seca y tenebrosa[m],
una tierra por la que nadie pasó
y donde ningún hombre habitó?
Yo os traje a una tierra fértil,
para que comierais de su fruto y de sus delicias[n](AT);
pero vinisteis y contaminasteis mi tierra,
y de mi heredad hicisteis abominación(AU).
Los sacerdotes no dijeron: «¿Dónde está el Señor(AV)?».
Los que se ocupaban de la ley no me conocieron(AW),
los gobernantes[o] se rebelaron contra mí,
y los profetas profetizaban por Baal(AX),
y andaban tras cosas que no aprovechan(AY).

Por tanto, aún contenderé con vosotros(AZ) —declara el Señor
y con los hijos de vuestros hijos contenderé.
10 Pasad, pues, a las islas de Quitim[p](BA) y ved,
enviad gente a Cedar(BB) y observad atentamente,
y ved si ha habido cosa semejante:
11 ¿Ha cambiado alguna nación sus dioses,
aunque esos no son dioses(BC)?
Pues mi pueblo ha cambiado su gloria(BD)
por lo que no aprovecha.
12 Espantaos, oh cielos(BE), por esto,
y temblad, quedad en extremo desolados —declara el Señor.
13 Porque dos males ha hecho mi pueblo:
me han abandonado a mí,
fuente de aguas vivas(BF),
y han cavado[q] para sí cisternas,
cisternas agrietadas que no retienen el agua(BG).

14 ¿Es un esclavo Israel o un siervo nacido en casa(BH)?
¿Por qué se ha convertido en presa?
15 Contra él rugieron los leoncillos(BI),
rugieron fuertemente[r],
y han hecho de su tierra una desolación;
sus ciudades están quemadas, sin habitantes(BJ).
16 Incluso los hombres[s] de Menfis y de Tafnes(BK)
te han afeitado[t] la coronilla(BL).
17 ¿No te ha sucedido[u] esto(BM)
por haber dejado al Señor tu Dios,
cuando Él te guiaba por el camino?
18 Y ahora, ¿qué haces en el camino a Egipto(BN)
para beber las aguas del Nilo[v](BO)?
¿O qué haces en el camino a Asiria
para beber las aguas del Eufrates[w]?
19 Te castigará tu propia maldad(BP),
y tus apostasías te condenarán(BQ).
Reconoce, pues, y ve que es malo y amargo(BR)
el dejar al Señor tu Dios,
y no tener temor de mí[x](BS) —declara el Señor, Dios[y] de los ejércitos.

20 Porque desde hace tiempo rompí[z] tu yugo(BT)
y arranqué[aa] tus coyundas;
pero dijiste: «No serviré».
Porque sobre toda colina alta
y bajo todo árbol frondoso
te echabas como ramera(BU).
21 Pero yo te planté como vid escogida(BV),
toda ella de simiente genuina.
¿Cómo, pues, te has vuelto delante de mí
sarmiento degenerado de una vid extraña(BW)?
22 Aunque te laves(BX) con soda[ab]
y uses mucho[ac] jabón,
la mancha de tu iniquidad está aún delante de mí(BY) —declara el Señor Dios[ad].
23 ¿Cómo puedes decir: «No estoy manchada(BZ),
no he ido tras los baales(CA)»?
Mira tu proceder en el valle(CB),
reconoce lo que has hecho.
Eres una camella joven y liviana que enreda sus pasos(CC),
24 asna montés acostumbrada al desierto,
que en su ardor olfatea el viento(CD).
En la época de su celo ¿quién la puede refrenar[ae]?
Todos los que la busquen, no se tienen que fatigar,
en su mes la hallarán.
25 Guarda tus pies de andar descalzos
y tu garganta de la sed.
Mas dijiste: «Es en vano[af](CE).
¡No! Porque amo a los extraños,
y tras ellos andaré(CF)».
26 Como se avergüenza el ladrón cuando es descubierto,
así se ha avergonzado la casa de Israel(CG):
ellos, sus reyes, sus príncipes,
sus sacerdotes y sus profetas;
27 los que dicen al leño: «Mi padre eres tú»,
y a la piedra: «Tú me engendraste».
Porque ellos me han vuelto las espaldas,
y no el rostro(CH);
pero en el tiempo de su calamidad[ag](CI) dirán:
«Levántate y sálvanos».
28 Mas ¿dónde están tus dioses,
los que hiciste para ti(CJ)?
Que se levanten, a ver si pueden salvarte
en el tiempo de tu calamidad[ah](CK);
porque según el número de tus ciudades
son tus dioses, oh Judá(CL).

29 ¿Por qué contendéis conmigo?
Todos vosotros os habéis rebelado contra mí(CM) —declara el Señor.
30 En vano he herido a vuestros hijos,
no han aceptado corrección(CN).
Vuestra espada ha devorado a vuestros profetas(CO)
como león destructor.
31 ¡Oh generación, atended a la palabra del Señor!
¿He sido yo un desierto para Israel,
o una tierra de densa oscuridad(CP)?
¿Por qué dice mi pueblo: «Vaguemos libremente;
no vendremos más a ti(CQ)»?
32 ¿Se olvida una virgen de sus adornos,
o una novia de su atavío[ai]?
Pues mi pueblo me ha olvidado(CR)
por innumerables días.
33 ¡Qué bien preparas tu camino
para buscar amor!
Por eso aun a las malvadas[aj]
has enseñado tus caminos.
34 También en tus faldas se halla
sangre de la vida de pobres inocentes(CS);
no los encontraste forzando la entrada(CT).
Pero a pesar de todo esto,
35 aún dices: «Soy inocente,
ciertamente su ira se ha apartado de mí».
He aquí, entraré en juicio contigo(CU)
porque dices: «No he pecado(CV)».
36 ¿Por qué das tantas vueltas[ak]
cambiando tu camino(CW)?
También por Egipto serás avergonzada(CX)
como fuiste avergonzada por Asiria(CY).
37 También de allí[al] saldrás
con las manos en la cabeza(CZ);
porque el Señor ha desechado a aquellos en quienes confías,
y no prosperarás con ellos(DA).

1 Timoteo 3

Requisitos para los obispos

Palabra fiel es esta(A): Si alguno aspira al cargo de obispo[a](B), buena obra desea hacer. Un[b] obispo(C) debe ser, pues, irreprochable, marido de una sola mujer(D), sobrio(E), prudente, de conducta decorosa, hospitalario(F), apto para enseñar(G), no dado a la bebida[c](H), no pendenciero, sino amable, no contencioso, no avaricioso(I). Que gobierne bien su casa(J), teniendo a sus hijos sujetos con toda dignidad (pues si un hombre no sabe cómo gobernar su propia casa, ¿cómo podrá cuidar de la iglesia de Dios(K)?); no un recién convertido, no sea que se envanezca(L) y caiga en la condenación en que cayó el[d] diablo(M). Debe gozar también de[e] una buena reputación(N) entre los de afuera de la iglesia(O), para que no caiga en descrédito y en el lazo del diablo(P).

Requisitos para los diáconos

De la misma manera, también los diáconos(Q) deben ser dignos, de una sola palabra[f], no dados al mucho vino(R), ni amantes de ganancias deshonestas(S), sino guardando el misterio de la fe(T) con limpia conciencia. 10 Que también estos sean sometidos a prueba primero(U), y si son irreprensibles, que entonces sirvan como diáconos. 11 De igual manera, las mujeres[g] deben ser dignas, no calumniadoras(V), sino sobrias(W), fieles en todo. 12 Que los diáconos(X) sean maridos(Y) de una sola mujer, y que gobiernen bien[h](Z) sus hijos y sus propias casas. 13 Pues los que han servido bien como diáconos(AA) obtienen para sí una posición honrosa[i] y gran confianza en la fe que es en Cristo Jesús.

El misterio de la piedad

14 Te escribo estas cosas, esperando ir a ti pronto, 15 pero en caso que me tarde[j], te escribo para que sepas cómo debe conducirse uno[k] en la casa de Dios(AB), que es la iglesia(AC) del Dios vivo(AD), columna(AE) y sostén de la verdad. 16 E indiscutiblemente[l], grande es el misterio(AF) de la piedad:

Él[m] fue manifestado en la carne(AG),
vindicado[n](AH) en[o] el Espíritu,
contemplado por ángeles(AI),
proclamado entre las naciones(AJ),
creído en el mundo(AK),
recibido arriba en gloria(AL).

La Biblia de las Américas (LBLA)

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