Print Page Options
Previous Prev Day Next DayNext

Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
Version
Eclesiastés 10-12

Sabios y necios

10 Una mosca muerta pudre un perfume;
un poco de necedad cuenta más que sabiduría y honor.
El sabio tiene la mente en su sitio,
el necio la tiene trastocada.
El necio, falto de seso,
llama tonto a todo el que encuentra.
Si el jefe se enfurece contra ti,
no abandones tu puesto,
porque la mesura evita errores graves.
He observado otra desgracia bajo el sol,
un desacierto propio de la autoridad:
la necedad encumbrada en altos puestos,
mientras los que valen se sientan abajo.
He visto esclavos a caballo
y príncipes que iban a pie, como esclavos.
El que cava una fosa, cae en ella;
al que derriba un muro, le muerde una serpiente.
El que saca piedras, se lastima con ellas;
el que corta leña, puede hacerse daño.
10 Si se embota el hacha
y no se afilan sus caras,
hay que redoblar esfuerzos.
El éxito está en usar la sabiduría.
11 Si la serpiente muerde
porque no ha sido encantada,
no hay ganancia para el encantador.
12 Las palabras del sabio provocan la estima,
las del necio causan su ruina.
13 El comienzo de su discurso es necedad;
su conclusión, fatal desvarío.
14 El necio habla demasiado
y como nadie conoce el futuro,
nadie le anunciará lo que ha de suceder.
15 El trabajo hastía tanto al necio,
que ni siquiera sabe cómo ir a la ciudad.

Sabiduría cortesana

16 ¡Ay del país donde reina un muchacho,
y cuyos nobles banquetean de madrugada!
17 ¡Dichoso el país donde reina un noble
y cuyos príncipes comen a su hora,
para recobrar fuerzas y no para emborracharse!
18 Al perezoso se le hunde el techo,
al ocioso se le llena la casa de goteras.
19 Para divertirse se celebran banquetes,
el vino alegra la vida
y el dinero todo lo arregla.
20 Ni en tu fuero interno maldigas al rey,
ni en tu propia alcoba maldigas al rico;
porque un pájaro del cielo correrá la voz
y un ser alado contará el asunto.

La inseguridad del futuro

11 Echa tu pan a navegar
y al cabo del tiempo lo reencontrarás.
Reparte entre siete o entre ocho,
porque no sabes qué desgracia vendrá sobre la tierra.
Cuando las nubes van cargadas,
vierten lluvia sobre la tierra;
cuando el árbol cae al sur o al norte,
en el lugar donde cae, allí se queda.
El que sólo observa el viento, no siembra;
el que sólo mira a las nubes, no siega.

Igual que no conoces cuál es la dirección del aliento vital que traspasa los huesos dentro del vientre de la preñada, tampoco conoces la obra de Dios que lo hace todo.

Por la mañana siembra tu semilla,
y por la tarde repite la tarea;
pues no sabes cuál de las dos dará resultado,
o si son igualmente buenas.

Conclusión: luces y sombras de la vida

Dulce es la luz
y un placer para los ojos ver el sol.
Por muchos años que viva el ser humano,
que los disfrute todos,
y tenga en cuenta que los días oscuros
aún han de ser muchos:
todo lo que se avecina es ilusión.
Disfruta, joven, en tu adolescencia
y sé feliz en tus días de juventud;
sigue los sentimientos de tu corazón
y lo que es atractivo a tus ojos;
pero debes saber que por todo esto
Dios te pedirá cuentas.
10 Aleja las penas de tu corazón
y aparta el sufrimiento de tu cuerpo,
porque efímera es la juventud.

12 Ten en cuenta a tu creador
en tus días de juventud,
antes de que lleguen los días malos
y se acerquen los años en que digas:
“no siento ningún placer”;
antes de que se oscurezca el sol,
y no den luz la luna y las estrellas,
y retornen las nubes tras la lluvia;
cuando tiemblen los guardianes de la casa
y se encorven los valientes;
cuando se paren las que muelen, por ser pocas,
y queden a oscuras las que miran por las ventanas;
cuando se cierren las puertas de la calle
y se apague el ruido del molino;
cuando se extinga el canto del pájaro
y enmudezcan todas las canciones;
cuando den miedo las alturas
y haya sobresaltos en el camino;
cuando no se aprecie el almendro,
se haga pesada la langosta
y sea ineficaz la alcaparra;
porque va el ser humano a su morada eterna
y merodean por la calle las plañideras.
Antes de que se rompa el hilo de plata,
y se quiebre la copa de oro;
antes de que se haga añicos el cántaro en la fuente
y se precipite la polea en el pozo;
antes de que vuelva el polvo a la tierra, a lo que era,
y el espíritu vuelva a Dios, que lo dio.

¡Pura ilusión! —dice Cohélet— ¡Todo es ilusión!

Epílogo sobre la obra de Cohélet

Cohélet, además de ser un sabio, también instruyó al pueblo; investigó, estudió y compuso muchos proverbios. 10 Cohélet procuró encontrar palabras adecuadas para escribir con acierto sentencias veraces.

11 Las palabras de los sabios son como aguijones
y, reunidas en colecciones,
son como estacas bien clavadas,
regalos de un mismo pastor.

12 Aparte de esto, hijo mío, ten cuidado: escribir muchos libros es tarea sin fin y excesivo estudio perjudica la salud. 13 Conclusión del discurso: todo está dicho. Respeta a Dios y guarda sus mandamientos, pues en eso consiste ser persona. 14 Porque Dios juzgará toda acción, incluso las ocultas, sean buenas o malas.

Gálatas 1

Introducción (1,1-10)

Saludo

Pablo, apóstol no por disposición ni intervención humana alguna, sino por encargo de Jesucristo y de Dios Padre que lo resucitó triunfante de la muerte, junto con todos los hermanos que están conmigo, a las iglesias de Galacia. Que Dios Padre y Jesucristo, el Señor, les concedan gracia y paz. Jesucristo, que ha entregado su vida por nuestros pecados y nos ha liberado de esta era infestada de maldad, conforme a lo dispuesto por Dios nuestro Padre, a quien pertenece la gloria por siempre. Amén.

Sólo hay un mensaje de salvación

¡No salgo de mi asombro! ¡Hay que ver con qué rapidez ustedes han desertado de aquel que los llamó mediante la gracia de Cristo y se han pasado a otro mensaje! ¿Qué digo otro? Lo que pasa es que algunos los desconciertan intentando deformar el mensaje evangélico de Cristo. Pero sea quien sea —yo mismo o incluso un ángel venido del cielo— el que les anuncie un mensaje diferente del que yo les anuncié, ¡caiga sobre él la maldición! Se lo dije a ustedes en otra ocasión y lo repito ahora: si alguien les anuncia un mensaje distinto al que han recibido, ¡caiga sobre él la maldición! 10 ¿A quién pretendo yo ahora ganarme? ¿A quién busco agradar? ¿A Dios o a personas humanas? Si todavía tratase de seguir agradando a personas humanas, no sería siervo de Cristo.

I.— AUTORIDAD APOSTÓLICA DE PABLO (1,11—2,21)

La vocación de Pablo

11 Hermanos, quiero dejar bien claro que el mensaje proclamado por mí no es ninguna invención humana. 12 Ni lo recibí ni lo aprendí de persona humana alguna. Es Jesucristo mismo quien me lo ha revelado. 13 Ya conocen mi antigua conducta, cuando aún militaba en las filas del judaísmo: con qué saña perseguía a la Iglesia de Dios intentando aniquilarla. 14 Incluso sobresalí dentro del judaísmo por encima de muchos de mis compatriotas como fanático defensor de las tradiciones de mis antepasados. 15 Pero Dios, que me había elegido ya desde antes de mi nacimiento, me llamó por pura benevolencia 16 para revelarme a su Hijo y darme el encargo de anunciar su mensaje evangélico a los que no son judíos. No solicité entonces ningún consejo humano; 17 ni siquiera fui a Jerusalén para hablar con quienes eran apóstoles antes que yo, sino que me fui a la región de Arabia, de donde volví otra vez a Damasco. 18 Tres años más tarde, fui a Jerusalén para conocer a Pedro y estuve con él quince días. 19 A ningún otro apóstol vi, aparte de Santiago, el hermano del Señor. 20 Dios es testigo de que no miento en nada de lo que les escribo. 21 Después fui a las regiones de Siria y Cilicia. 22 A todo esto, las iglesias cristianas de Judea seguían sin conocerme en persona. 23 Únicamente habían oído decir: “El que en otro tiempo nos perseguía, ahora anuncia la fe que antes pretendía aniquilar”. 24 Y alababan a Dios por causa mía.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España