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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
Version
Job 32-33

III.— INTERVENCIÓN DE ELIHÚ (32—37)

Introducción

32 Aquellos tres hombres ya no respondieron a Job, convencidos de que se consideraba inocente. Pero Elihú, hijo de Baraquel, del clan de Ram, natural de Buz, se indignó contra Job, porque pretendía tener razón frente a Dios. También se indignó contra los tres compañeros, porque, al no encontrar respuesta, habían dejado a Dios por culpable. Elihú había esperado en silencio mientras hablaban con Job, porque eran mayores que él; pero, al ver que ninguno de los tres daba una respuesta convincente, Elihú, hijo de Baraquel el buzita, intervino molesto en los siguientes términos:

Exordio

Yo soy joven, ustedes ya viejos;
por eso, intimidado, he evitado
exponerles todo lo que sé.
Yo pensaba: “Que hable la edad,
los muchos años enseñan sabiduría”.
Pero lo que hace perspicaz al ser humano,
es el espíritu que infunde el Todopoderoso;
pues los años no dan sabiduría,
ni la vejez procura discernimiento.
10 Por eso les pido que me escuchen,
pues quiero exponerles mi saber.
11 He esperado mientras hablaban,
escuchaba atento sus razones,
cómo afinaban los argumentos.
12 Me iba fijando con atención,
pero ninguno refutaba a Job,
ninguno desmentía sus cargos.
13 No digan: “¡Dimos con una sabiduría
que sólo Dios, no los humanos, puede refutar!”.
14 Como no ha argumentado contra mí,
no lo refutaré con las razones de ustedes.
15 Ahí están, perplejos, sin respuesta;
sus argumentos los han abandonado.
16 He esperado a que acabaran de hablar,
y ahí están, plantados, sin respuesta.
17 Pero quiero hacer mi aportación;
expondré mi saber, desde luego,
18 pues estoy repleto de palabras,
preñado de un aliento incontenible.
19 Mi vientre es un odre nuevo
que el vino sin escape revienta.
20 Hablaré y me quedaré tranquilo,
abriré mi boca y responderé.
21 Con nadie seré parcial,
a nadie voy a adular.
22 Primero porque no sé adular;
además mi Creador me destruiría.

Orgullo de Job

33 Escucha, Job, mis palabras;
presta oído a lo que digo:
Ya comienzo a abrir la boca;
mi lengua y mi paladar
empiezan a formar palabras.
Hablaré con corazón sincero,
mis labios dirán la pura verdad.
El soplo de Dios me formó,
el Todopoderoso me hizo vivir.
Contéstame, si eres capaz;
permanece firme frente a mí.
Para Dios, yo soy como tú;
modelado también con arcilla.
No te voy a llenar de terror,
ni pienso ensañarme contigo.
Tú declaraste ante mí
(yo mismo oí tus palabras):
“Soy puro, sin un delito;
soy inocente, sin culpa.
10 Es Dios quien busca excusas,
quien me tiene por enemigo
11 y pone cepos a mis pies
controlando todos mis pasos”.
12 Pues te digo que no tienes razón:
si es más grande Dios que el ser humano,
13 ¿por qué te atreves a acusarlo
de no responder a tus razones?
14 Dios habla de muchas formas,
aunque no sepamos verlo:
15 en sueños o visiones nocturnas,
cuando cae el sopor sobre nosotros
y el sueño nos invade en la cama.
16 Abre entonces el oído a las personas
e inculca en ellas sus advertencias:
17 para impedir que cometan maldad
y protegerlas del orgullo humano;
18 para impedirles que caigan en la fosa,
que su vida atraviese el Canal.
19 Prueba al ser humano en el dolor
con la agonía incesante de sus miembros,
20 hasta que acaba detestando la comida
y le repugna su manjar favorito.
21 Puedes ver cómo su cuerpo se consume,
sus huesos, antes ocultos, aparecen;
22 su existencia se acerca a la tumba,
su vida al lugar de los muertos.
23 Pero si tiene un ángel junto a él,
un mediador entre mil,
que pueda defender su honradez,
24 suplicará piedad en su favor:
“Líbralo de bajar a la fosa,
he encontrado quien rescate su vida”.
25 Entonces su cuerpo retoñará,
volverá a sus años lozanos.
26 Dios escuchará sus plegarias,
podrá ver su rostro con alegría,
pues le ha devuelto su integridad.
27 Luego proclamará delante de todos:
“Me equivoqué y pervertí el derecho,
pero no me ha pagado como merecía.
28 Me ha librado de bajar a la fosa,
mi existencia está abierta a la luz”.
29 Dios suele hacer todo esto
una y mil veces al ser humano,
30 para librar su vida de la fosa
e inundarlo de la luz de la vida.
31 Escucha, Job, presta atención;
calla mientras estoy hablando.
32 Si tienes argumentos, contéstame;
habla, que deseo darte la razón.
33 Pero, si no los tienes, atiende;
calla y te enseñaré sabiduría.

Hechos 14

En Iconio

14 En Iconio acudieron también a la sinagoga judía y hablaron con tal persuasión, que fueron muy numerosos tanto los judíos como los griegos que se convirtieron. Pero los judíos, reacios a dejarse convencer, soliviantaron a los no judíos, tratando de enemistarlos con los hermanos creyentes. No obstante, Pablo y Bernabé permanecieron allí por algún tiempo hablando resueltamente acerca del Señor, quien confirmaba el mensaje de bendición con las señales milagrosas y los prodigios que realizaba por medio de ellos. Así las cosas, se dividió la población en dos bandos: uno era partidario de los judíos; el otro, de los apóstoles. Pero judíos y no judíos se confabularon, en connivencia con las autoridades, para maltratar y apedrear a Pablo y Bernabé. Estos, al enterarse de lo que tramaban, huyeron a Listra y Derbe, ciudades de Licaonia, y a la región vecina, donde igualmente anunciaron la buena nueva.

En Listra

Había en Listra un tullido, cojo de nacimiento, que nunca había podido valerse de sus pies. Estaba escuchando con atención las palabras de Pablo, cuando este fijó su mirada en él y percibió que tenía bastante fe para ser sanado. 10 Le dijo entonces en voz alta:

— ¡Levántate y ponte derecho sobre tus pies!

Él dio un salto y echó a andar. 11 Cuando la gente vio lo que Pablo había hecho, comenzó a gritar en su idioma licaónico:

— ¡Los dioses han bajado a nosotros en forma humana!

12 Llamaron Zeus a Bernabé y Hermes a Pablo, por ser el portavoz. 13 En esto, el sacerdote de Zeus, cuyo templo estaba a la entrada de la ciudad, llevó ante las puertas de la ciudad toros adornados con guirnaldas y, en unión de la muchedumbre, quería ofrecerles un sacrificio. 14 Pero al darse cuenta de ello, los apóstoles Bernabé y Pablo rasgaron sus vestidos en señal de desaprobación y corrieron hacia la multitud gritando:

15 — ¿Qué van a hacer? ¡Somos hombres mortales como ustedes! Hemos venido a anunciarles la buena noticia para que dejen esas vanas prácticas y se conviertan al Dios vivo, que creó el cielo, la tierra, el mar y todo lo que contienen. 16 Él permitió en épocas pasadas que todas las naciones siguieran su propio camino; 17 aunque, en verdad, no sin dejarles muestras palpables de su bondad. Él les ha enviado desde el cielo lluvias abundantes y tiempo favorable a las cosechas, les ha saciado de alimentos y ha colmado de alegría sus corazones.

18 Estas palabras les sirvieron, aunque a duras penas, para evitar que la multitud les ofreciera un sacrificio.

19 Llegaron, sin embargo, algunos judíos de Antioquía de Pisidia y de Iconio, que lograron ganarse a la muchedumbre, hasta el punto de que apedrearon a Pablo y lo sacaron fuera de la ciudad, dándolo por muerto. 20 Pero, cuando los discípulos se juntaron en torno a él, se levantó y regresó a la ciudad. Al día siguiente marchó con Bernabé hacia Derbe.

Regreso a Antioquía de Siria

21 Después de haber anunciado la buena nueva en aquella ciudad y de haber hecho muchos discípulos, volvieron a Listra, Iconio y Antioquía de Pisidia, 22 animando de paso a los creyentes y exhortándolos a permanecer firmes en la fe: “Para entrar en el reino de Dios —les advertían— nos es necesario pasar por muchos sufrimientos”. 23 Nombraron también dirigentes en cada iglesia y, haciendo oración y ayuno, los encomendaron al Señor, en quien habían depositado su fe.

24 Atravesaron luego Pisidia y llegaron a Panfilia. 25 Anunciaron el mensaje en Perge y bajaron a Atalía. 26 Se embarcaron allí para Antioquía de Siria, donde los habían confiado a la protección de Dios para la misión que acababan de cumplir.

27 A su llegada, reunieron en asamblea a la iglesia e informaron ampliamente de todo lo que Dios había realizado por mediación de ellos y de cómo se había mostrado favorable a que también los no judíos abrazasen la fe. 28 Pablo y Bernabé pasaron allí una buena temporada con los demás discípulos

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España