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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Deuteronomio 27:1-28:19

Moisés inicia su tercer discurso

27 Moisés, con los ancianos de Israel, mandó al pueblo diciendo: “Guardarán todos los mandamientos que yo te mando hoy. Y sucederá el día que crucen el Jordán hacia la tierra que les da el SEÑOR tu Dios, que se levantarán piedras grandes, las cuales recubrirán con cal. Sobre ellas escribirán todas las palabras de esta ley, cuando hayas cruzado para entrar en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da, tierra que fluye leche y miel, como te ha prometido el SEÑOR, Dios de tus padres. Cuando hayan cruzado el Jordán, levantarán estas piedras en el monte Ebal[a], como yo les mando hoy, y las recubrirán con cal. Allí edificarán un altar al SEÑOR tu Dios, un altar de piedras. No alzarán sobre ellas herramientas de hierro. Edificarán el altar del SEÑOR tu Dios de piedras sin labrar. Sobre él ofrecerás holocaustos al SEÑOR tu Dios, y harás sacrificios de paz. Allí comerás y te regocijarás delante del SEÑOR tu Dios, y escribirás en las piedras todas las palabras de esta ley, con toda claridad”.

Luego Moisés y los sacerdotes levitas hablaron a todo Israel diciendo: “Oh Israel, guarda silencio y escucha: Hoy has venido a ser pueblo del SEÑOR tu Dios. 10 Escucharás, pues, la voz del SEÑOR tu Dios, y cumplirás sus mandamientos y sus leyes que yo te mando hoy”.

Proclamación de las maldiciones

11 Aquel día Moisés mandó al pueblo diciendo: 12 “Después de haber cruzado el Jordán, estos estarán sobre el monte Gerizim para bendecir al pueblo: Simeón, Leví, Judá, Isacar, José y Benjamín. 13 Y estos estarán en el monte Ebal para pronunciar la maldición: Rubén, Gad, Aser, Zabulón, Dan y Neftalí.

14 “Los levitas hablarán y dirán a todo hombre de Israel en alta voz:

15 “‘¡Maldito el hombre que haga una imagen tallada o una imagen de fundición, obra de mano de escultor (lo cual es abominación al SEÑOR), y la guarde en oculto!’. Y todo el pueblo responderá y dirá: ‘¡Amén!’.

16 “‘¡Maldito el que trate con desprecio a su padre o a su madre!’. Y todo el pueblo dirá: ‘¡Amén!’.

17 “‘¡Maldito el que cambie de lugar los linderos de su prójimo!’. Y todo el pueblo dirá: ‘¡Amén!’.

18 “‘¡Maldito el que haga errar al ciego en el camino!’. Y todo el pueblo dirá: ‘¡Amén!’.

19 “‘¡Maldito el que pervierta el derecho del forastero, del huérfano y de la viuda!’. Y todo el pueblo dirá: ‘¡Amén!’.

20 “‘¡Maldito el que se acueste con la mujer de su padre, porque descubre el manto[b] de su padre!’. Y todo el pueblo dirá: ‘¡Amén!’.

21 “‘¡Maldito el que tenga cópula con cualquier animal!’. Y todo el pueblo dirá: ‘¡Amén!’.

22 “‘¡Maldito el que se acueste con su hermana, hija de su padre o hija de su madre!’. Y todo el pueblo dirá: ‘¡Amén!’.

23 “‘¡Maldito el que se acueste con su suegra!’. Y todo el pueblo dirá: ‘¡Amén!’.

24 “‘¡Maldito el que hiera de muerte a su prójimo en secreto!’. Y todo el pueblo dirá: ‘¡Amén!’.

25 “‘¡Maldito el que acepte soborno para matar a un inocente!’. Y todo el pueblo dirá: ‘¡Amén!’.

26 “‘¡Maldito el que no cumpla las palabras de esta ley, poniéndolas por obra!’. Y todo el pueblo dirá: ‘¡Amén!’.

Las bendiciones de la obediencia

28 “Y sucederá que si escuchas diligentemente la voz del SEÑOR tu Dios, procurando poner por obra todos sus mandamientos que yo te mando hoy, también el SEÑOR tu Dios te enaltecerá sobre todas las naciones de la tierra. Cuando obedezcas la voz del SEÑOR tu Dios, vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán:

“Bendito serás en la ciudad, y bendito en el campo.

“Benditos serán el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra y el fruto de tu ganado, la cría de tus vacas y el aumento de tus ovejas.

“Benditas serán tu canasta y tu artesa de amasar.

“Bendito serás al entrar, y bendito al salir.

“El SEÑOR hará que tus enemigos que se levanten contra ti sean derrotados delante de ti. Por un camino saldrán hacia ti, y por siete caminos huirán de ti.

“El SEÑOR mandará bendición a tus graneros y a todo lo que emprenda tu mano. Él te bendecirá en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da. Si guardas los mandamientos del SEÑOR tu Dios y andas en sus caminos, el SEÑOR te confirmará como pueblo santo suyo, como te ha jurado. 10 Todos los pueblos de la tierra verán que eres llamado por el nombre del SEÑOR, y te temerán.

11 “El SEÑOR hará que sobreabundes en bienes, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tus animales y en el fruto de tu campo, en la tierra que el SEÑOR juró a tus padres que te daría. 12 Él te abrirá su buen tesoro, los cielos, para dar lluvia a tu tierra en su tiempo y para bendecir toda la obra de tus manos. Tú darás prestado a muchas naciones, pero tú no pedirás prestado.

13 “Si obedeces los mandamientos del SEÑOR tu Dios que yo te mando hoy para que los guardes y cumplas, el SEÑOR te pondrá como cabeza y no como cola. Estarás encima, nunca debajo.

14 “No se aparten de todas las palabras que yo les mando hoy ni a la derecha ni a la izquierda, para ir tras otros dioses a fin de rendirles culto.

Maldiciones de la desobediencia

15 “Pero si no escuchas la voz del SEÑOR tu Dios a fin de procurar poner por obra todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te mando hoy, todas estas maldiciones vendrán sobre ti y te alcanzarán:

16 “Maldito serás en la ciudad, y maldito en el campo.

17 “Malditas serán tu canasta y tu artesa de amasar.

18 “Malditos serán el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, la cría de tus vacas y el aumento de tus ovejas.

19 “Maldito serás al entrar, y maldito al salir.

Salmos 119:1-24

Elogio de la Palabra de Dios[a]

א Álef

119 Bienaventurados los íntegros

de camino,
los que andan según la ley
del SEÑOR.
Bienaventurados los que guardan sus testimonios
y con todo el corazón le buscan.
Pues no hacen iniquidad
los que andan en sus caminos.
Tú mandaste que tus ordenanzas
fuesen muy guardadas.
¡Ojalá fuesen estables mis caminos
para guardar tus leyes!
Entonces yo no sería avergonzado
al observar todos tus mandamientos.
Te alabaré con rectitud de corazón cuando aprenda tus justos juicios.
Tus leyes guardaré;
no me abandones por completo.

ב Bet

¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra[b]
10 Con todo mi corazón te he buscado;
no dejes que me desvíe de
tus mandamientos.
11 En mi corazón he guardado tus dichos para no pecar contra ti.
12 ¡Bendito seas tú, oh SEÑOR!
Enséñame tus leyes.
13 Con mis labios he contado
todos los juicios de tu boca.
14 Me he gozado en el camino
de tus testimonios
más que sobre toda riqueza.
15 En tus ordenanzas meditaré;
consideraré tus caminos.
16 Me deleitaré en tus estatutos;
no me olvidaré de tus palabras.

ג Guímel

17 Haz bien a tu siervo
para que viva y guarde tu palabra.
18 Abre mis ojos,
y miraré las maravillas de tu ley.
19 Peregrino soy yo en la tierra;
no encubras de mí tus mandamientos.
20 Se consume mi alma por anhelar
tus preceptos en todo tiempo.
21 Increpaste a los arrogantes;
malditos los que se desvían
de tus mandamientos.
22 Aparta de mí el oprobio y el desprecio porque he guardado tus testimonios.
23 Aunque los gobernantes se sienten
y hablen contra mí,
tu siervo meditará en tus leyes.
24 Tus testimonios son mi delicia
y también mis consejeros.

Isaías 54

Sion bajo el pacto restaurado

54 “¡Alégrate, oh estéril que nunca has dado a luz! Prorrumpe en cánticos y grita de júbilo, tú que nunca tuviste dolores de parto. Porque más son los hijos de la desolada que los de la desposada”, ha dicho el SEÑOR.

“Ensancha el sitio de tu tienda, y sean extendidos los tapices de tus moradas. No te limites; alarga tus cuerdas y afirma tus estacas. Porque vas a extenderte a la derecha y a la izquierda; tus descendientes heredarán naciones y habitarán las ciudades desoladas.

“No temas, porque no serás avergonzada; no seas confundida, porque no serás afrentada. Pues te olvidarás de la vergüenza de tu juventud, y de la afrenta de tu viudez no tendrás más memoria. Porque tu marido es tu Hacedor; el SEÑOR de los Ejércitos es su nombre. Tu Redentor, el Santo de Israel, será llamado Dios de toda la tierra. Porque el SEÑOR te ha llamado como a una mujer abandonada y triste de espíritu, como a la esposa de la juventud que ha sido repudiada, dice tu Dios. Por un breve momento te dejé, pero con gran compasión te recogeré. Al desbordarse mi ira, escondí de ti mi rostro por un momento; pero con misericordia eterna me compadeceré de ti, dice tu Redentor el SEÑOR. Esto será para mí como en los días de Noé[a]: Como juré que las aguas de Noé nunca más pasarían sobre la tierra[b], así he jurado que no me enojaré contra ti ni te reprenderé. 10 Aunque los montes se debiliten y las colinas se derrumben, mi misericordia no se apartará de ti. Mi pacto de paz será inconmovible, ha dicho el SEÑOR, quien tiene compasión de ti.

11 “¡Pobrecita, fatigada por la tempestad y sin consuelo! He aquí que yo asentaré tus piedras sobre turquesas[c] y pondré tus cimientos sobre zafiros. 12 Haré tus almenas de rubíes y tus puertas de berilo; y todo tu muro alrededor, de piedras preciosas.

13 “Todos tus hijos serán enseñados por el SEÑOR, y grande será la paz de tus hijos. 14 En justicia estarás afirmada. Estarás apartada de la opresión, la cual no temerás; y lejos del terror, el cual no se acercará a ti. 15 Si alguno te ataca ferozmente, no será de mi parte; quien te ataque caerá ante ti. 16 He aquí, yo he creado al herrero que sopla los carbones en el fuego y que saca una herramienta para su trabajo; también yo he creado al destructor para destruir. 17 No prosperará ninguna herramienta que sea fabricada contra ti. Tú condenarás toda lengua que se levante contra ti en el juicio. Esta es la heredad de los siervos del SEÑOR, y su vindicación de parte mía”, dice el SEÑOR.

Mateo 2

La adoración de los magos

Jesús nació en Belén de Judea, en días del rey Herodes. Y he aquí unos magos vinieron del oriente a Jerusalén preguntando:

—¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque hemos visto su estrella en el oriente y hemos venido para adorarle.

Cuando el rey Herodes oyó esto, se turbó, y toda Jerusalén con él. Y habiendo convocado a todos los principales sacerdotes y a los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo. Ellos le dijeron:

—En Belén de Judea, porque así está escrito por el profeta:

Y tú, Belén, en la tierra de Judá,

de ninguna manera eres la más pequeña entre los gobernadores de Judá;

porque de ti saldrá un gobernante que pastoreará a mi pueblo Israel[a].

Entonces Herodes llamó en secreto a los magos e indagó de ellos el tiempo de la aparición de la estrella. Y enviándolos a Belén, les dijo:

—Vayan y averigüen con cuidado acerca del niño. Tan pronto lo hallen, háganmelo saber, para que yo también vaya y lo adore.

Ellos, después de oír al rey, se fueron. Y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo sobre donde estaba el niño. 10 Al ver la estrella, se regocijaron con gran alegría. 11 Cuando entraron en la casa, vieron al niño con María su madre, y postrándose lo adoraron. Entonces abrieron sus tesoros y le ofrecieron presentes de oro, incienso y mirra. 12 Pero, advertidos por revelación en sueños que no volvieran a Herodes, regresaron a su país por otro camino.

La huida a Egipto

13 Después que ellos partieron, he aquí un ángel del Señor se le apareció en sueños a José diciendo: “Levántate; toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allá hasta que yo te diga, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”.

14 Entonces José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto. 15 Y estuvo allí hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que habló el Señor por medio del profeta, diciendo: De Egipto llamé a mi hijo[b].

La masacre de los niños

16 Entonces Herodes, al verse burlado por los magos, se enojó sobremanera y mandó matar a todos los niños varones en Belén y en todos sus alrededores, de dos años de edad para abajo, conforme al tiempo que había averiguado de los magos. 17 Entonces se cumplió lo dicho por medio del profeta Jeremías, diciendo:

18 Voz fue oída en Ramá;

grande llanto[c] y lamentación.

Raquel lloraba por sus hijos,

y no quería ser consolada,

porque perecieron[d].

El regreso de Egipto

19 Cuando hubo muerto Herodes, he aquí un ángel del Señor se le apareció en sueños a José en Egipto 20 diciendo: “Levántate, toma al niño y a su madre, y ve a la tierra de Israel, porque han muerto los que procuraban quitar la vida al niño”.

21 Entonces él se levantó, tomó al niño y a su madre, y entró en la tierra de Israel. 22 Pero, al oír que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allá y, advertido por revelación en sueños, fue a las regiones de Galilea. 23 Habiendo llegado, habitó en la ciudad que se llama Nazaret. Así se cumplió lo dicho por medio de los profetas, que había de ser llamado nazareno.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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