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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina Valera Actualizada (RVA-2015)
Version
Deuteronomio 13-14

13 “Si se levanta en medio de ti un profeta o un soñador de sueños, y te da una señal o un prodigio, si se cumple la señal o el prodigio que él te predijo al decirte: ‘Vayamos en pos de otros dioses’ —que tú no conociste— ‘y sirvámosles’, no escuches las palabras de tal profeta ni de tal soñador de sueños; porque el SEÑOR su Dios los estará probando, para saber si aman al SEÑOR su Dios con todo su corazón y con toda su alma. En pos del SEÑOR su Dios andarán, y a él temerán. Guardarán sus mandamientos y escucharán su voz. A él servirán y a él serán fieles. Pero tal profeta o tal soñador de sueños ha de ser muerto, porque predicó la rebelión contra el SEÑOR su Dios que te sacó de la tierra de Egipto y te rescató de la casa de esclavitud. Él trató de desviarte del camino por el que el SEÑOR tu Dios te mandó andar. Así eliminarás el mal de en medio de ti.

“Si te incita tu hermano, hijo de tu madre, o tu hijo, o tu hija, o tu amada mujer, o tu íntimo amigo, diciendo en secreto: ‘Vayamos y sirvamos a otros dioses’ —que tú no conociste ni tus padres, dioses de los pueblos que están en los alrededores de ustedes, cerca de ti o lejos de ti, como está un extremo de la tierra del otro extremo de la tierra—, no lo consientas ni lo escuches. Tu ojo no le tendrá lástima ni tendrás compasión de él ni lo encubrirás. Más bien, lo matarás irremisiblemente; tu mano será la primera sobre él para matarlo y después la mano de todo el pueblo. 10 Lo apedrearás, y morirá, por cuanto procuró apartarte del SEÑOR tu Dios que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud. 11 Y todo Israel lo oirá y temerá, y no volverá a hacer semejante maldad en medio de ti.

12 “Si de alguna de tus ciudades que el SEÑOR tu Dios te da, para que habites en ella, oyes que se dice 13 que hombres impíos de en medio de ti han descarriado a los habitantes de su ciudad, diciendo: ‘Vamos y sirvamos a otros dioses’ —que ustedes no conocieron—, 14 entonces tú inquirirás, investigarás y averiguarás bien. Y he aquí que si resulta ser verdad y cosa confirmada que se ha hecho tal abominación en medio de ti, 15 irremisiblemente matarás a filo de espada a los habitantes de aquella ciudad, destruyéndola por completo con todo lo que haya en ella. También matarás sus animales a filo de espada. 16 Juntarás todo su botín en medio de su plaza, e incendiarás la ciudad y todo su botín, como una ofrenda del todo quemada al SEÑOR tu Dios. Así será convertida en ruinas perpetuas, y nunca más será edificada. 17 No se pegue a tu mano nada del anatema, para que el SEÑOR desista del furor de su ira, tenga piedad y compasión de ti, y te multiplique, como lo juró a tus padres, 18 con tal de que obedezcas la voz del SEÑOR tu Dios, guardando todos sus mandamientos que yo te mando hoy, para hacer lo recto ante los ojos del SEÑOR tu Dios.

14 “Ustedes son hijos del SEÑOR su Dios: No sajarán sus cuerpos ni raparán sus cabezas por causa de algún muerto. Porque tú eres un pueblo santo para el SEÑOR tu Dios; el SEÑOR te ha escogido de entre todos los pueblos que hay sobre la faz de la tierra, para que le seas un pueblo especial.

Animales limpios e inmundos

“No comerán ninguna cosa abominable. Estos son los animales que pueden comer: la vaca, la oveja, la cabra, el venado, la gacela, el corzo, la cabra montés, el íbice, el antílope y la gamuza. Podrán comer todo animal que tiene las pezuñas partidas, hendidas en dos mitades, y que rumia. Pero de los animales que rumian o de los que tienen la pezuña partida no comerán estos: el camello, la liebre y el conejo. Les serán inmundos porque rumian pero no tienen la pezuña partida. También les será inmundo el cerdo, porque tiene la pezuña partida pero no rumia. No comerán su carne ni tocarán sus cuerpos muertos.

“Estos podrán comer de todo animal acuático: Podrán comer todo lo que tiene aletas y escamas. 10 Pero todo lo que no tiene aletas ni escamas no lo comerán; les será inmundo.

11 “Podrán comer toda ave limpia. 12 Pero estas son las aves que no comerán: el águila, el quebrantahuesos, el azor, 13 el halcón, el milano y el buitre, según sus especies; 14 todo cuervo según su especie; 15 el avestruz, el corvejón, la gaviota y el gavilán, según sus especies; 16 la lechuza, el búho, el calamón, 17 el pelícano, el gallinazo, el somormujo, 18 la cigüeña y la garza, según sus especies; la abubilla y el murciélago.

19 “Todo insecto alado les será inmundo; no se comerá.

20 “Podrán comer toda criatura que vuela y que sea limpia.

21 “No comerán ningún animal mortecino. Lo podrás dar al forastero que está en tus ciudades, para que él lo coma; o lo venderás a un extranjero. Porque tú eres un pueblo santo para el SEÑOR tu Dios.

“No guisarás el cabrito en la leche de su madre.

Los diezmos

22 “Sin falta darás el diezmo de todo el producto de tu semilla que el campo rinda año tras año. 23 Delante del SEÑOR tu Dios, en el lugar que él haya escogido para hacer habitar allí su nombre, comerás el diezmo de tu grano, de tu vino nuevo, de tu aceite, de los primogénitos de tu ganado y de tu rebaño, a fin de que aprendas a temer al SEÑOR tu Dios, todos los días. 24 Si el camino es largo y tú no puedes transportar el diezmo, cuando el SEÑOR tu Dios te bendiga, porque está muy lejos de ti el lugar que el SEÑOR tu Dios haya escogido para poner allí su nombre, 25 entonces lo darás en dinero. Tomarás el dinero contigo e irás al lugar que el SEÑOR tu Dios haya escogido. 26 Entonces darás el dinero por todo lo que apetezcas: vacas, ovejas, vino, licor o por cualquier cosa que desees. Y comerás allí delante del SEÑOR tu Dios, y te regocijarás tú con tu familia. 27 No desampararás al levita que habite en tus ciudades, porque él no tiene parte ni heredad contigo.

28 “Al final de cada tres años, sacarás todo el diezmo de tus productos de aquel año y lo guardarás en tus ciudades. 29 Entonces vendrán el levita que no tiene parte ni heredad contigo, el forastero, el huérfano y la viuda que haya en tus ciudades. Ellos comerán y se saciarán, para que el SEÑOR tu Dios te bendiga en toda obra que hagas con tus manos.

Salmos 99-101

Reinado de Dios en Sion

99 ¡El SEÑOR reina, tiemblan los pueblos!

Él tiene su trono entre los querubines;
la tierra se estremece.
El SEÑOR es grande en Sion;
es alto sobre todos los pueblos.
Alaben su nombre grande y temible. ¡Él es santo!
Oh poderoso Rey que amas
el derecho,
tú has establecido la rectitud;
tú ejerces en Jacob el derecho
y la justicia.
¡Exalten al SEÑOR, nuestro Dios! Póstrense ante el estrado de sus pies porque[a] él es santo.
Moisés y Aarón estaban entre sus sacerdotes;
Samuel estaba entre los que invocaban su nombre.
Invocaban al SEÑOR, y él
les respondía.
En columna de nube hablaba con ellos;
y ellos guardaban sus testimonios
y el estatuto que les había dado.
Oh SEÑOR, Dios nuestro,
tú les respondías;
tú les fuiste un Dios perdonador
y castigador de sus malas obras.
¡Exalten al SEÑOR nuestro Dios! Póstrense ante su santo monte porque santo es el SEÑOR,
nuestro Dios.

Exhortación a la gratitud

100 Salmo de acción de gracias. ¡Canten alegres al SEÑOR, habitantes de[b] toda la tierra!

Sirvan al SEÑOR con alegría; vengan ante su presencia con regocijo.
Reconozcan que el SEÑOR es Dios;
él nos hizo, y no nosotros
a nosotros mismos.
Pueblo suyo somos y ovejas
de su prado.
Entren por sus puertas con acción
de gracias,
por sus atrios con alabanza. Denle gracias; bendigan su nombre
porque el SEÑOR es bueno.
Para siempre es su misericordia,
y su fidelidad por todas
las generaciones.

Votos de un gobernante

101 Salmo de David.

De la misericordia y el derecho cantaré;
a ti cantaré salmos, oh SEÑOR.
Daré atención al camino de
la integridad.
¿Cuándo vendrás a mí?
En integridad de corazón andaré
en medio de mi casa.
No pondré delante de mis ojos cosa indigna;
aborrezco la obra de los que
se desvían.
Ella no se me pegará.
El corazón perverso será apartado
de mí;
no reconoceré al malo.
Al que solapadamente difama
a su prójimo,
a ese yo lo silenciaré;
no soportaré al de ojos altaneros y
de corazón arrogante.
Mis ojos pondré en los fieles
de la tierra
para que habiten conmigo.
El que anda en camino de integridad, ese me servirá.
No habitará dentro de mi casa el que hace fraude;
el que habla mentira no se afirmará delante de mis ojos.
Por las mañanas cortaré de la tierra
a todos los impíos
para extirpar de la ciudad del SEÑOR a todos los que obran iniquidad.

Isaías 41

El Señor reitera su promesa a Israel

41 “¡Guarden silencio ante mí, oh costas; y renueven fuerzas las naciones! Acérquense y entonces hablen. Acerquémonos juntos para juicio. ¿Quién despertó del oriente al que para justicia convocó ante sus pies? Entregará delante de él las naciones, de modo que tenga dominio sobre los reyes. Los convertirá en polvo con su espada; y con su arco, en paja arrebatada. Los perseguirá y pasará en paz por una senda donde sus pies nunca habían caminado. ¿Quién ha hecho y realizado esto, llamando a las generaciones desde el principio? Yo el SEÑOR soy el primero, y yo mismo estoy con los últimos”.

Las costas han visto y temen. Los confines de la tierra tiemblan; se congregan y acuden. Cada cual ayuda a su compañero y dice a su hermano: “¡Esfuérzate!”. El escultor anima al platero, y el que alisa con martillo dice al que golpea en el yunque, con respecto a la soldadura: “¡Está bien!”. Luego lo afirma con clavos para que no se tambalee.

“Pero tú, oh Israel, eres mi siervo; tú, oh Jacob, a quien escogí, descendencia de Abraham mi amigo. Yo te tomé de los extremos de la tierra, y de sus regiones más remotas te llamé diciéndote: ‘Tú eres mi siervo; yo te he escogido y no te he desechado. 10 No temas, porque yo estoy contigo. No tengas miedo, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré, y también te ayudaré. También te sustentaré con la diestra de mi justicia’. 11 He aquí que todos los que se enardecen contra ti serán avergonzados y afrentados; los que contienden contigo serán como nada, y perecerán. 12 Buscarás a los que contienden contigo, pero no los hallarás más. Aquellos que te hacen la guerra serán como nada, y como algo que no existe. 13 Porque yo, el SEÑOR, soy tu Dios que te toma fuertemente de tu mano derecha y te dice: ‘No temas; yo te ayudo’. 14 No temas, gusanito de Jacob; ustedes, los poquitos de Israel. Yo soy tu socorro[a], dice el SEÑOR, tu Redentor, el Santo de Israel. 15 He aquí que yo te he puesto como trillo, como rastrillo nuevo lleno de dientes. Trillarás los montes y los harás polvo; y a las colinas dejarás como tamo. 16 Los aventarás, y se los llevará el viento; el torbellino los esparcirá. Pero tú te regocijarás en el SEÑOR; te gloriarás en el Santo de Israel.

17 “Los pobres y los necesitados buscan agua, y no la hay; su lengua se reseca de sed. Pero yo, el SEÑOR, les responderé; yo, el Dios de Israel, no los abandonaré. 18 Sobre las cumbres áridas abriré ríos, y manantiales en medio de los valles. Convertiré el desierto en lagunas, y la tierra reseca en fuentes de agua. 19 Haré crecer en el desierto cedros, acacias, mirtos y olivos. Pondré en la región árida cipreses, olmos y abetos, 20 para que vean y conozcan; para que juntos reflexionen y entiendan que la mano del SEÑOR ha hecho esto, y que el Santo de Israel lo ha creado.

El Señor reta a naciones y dioses

21 “Presenten su causa, dice el SEÑOR; expongan sus argumentos, dice el Rey de Jacob. 22 Que se acerquen y nos anuncien lo que ha de suceder. Declárennos las cosas que han sucedido desde el principio, y prestaremos atención. O hágannos oír de las cosas por venir, y sabremos su final.

23 “Dígannos lo que ha de venir después, para que sepamos que ustedes son dioses. Por lo menos, hagan el bien o el mal, para que nosotros tengamos miedo y también temamos. 24 He aquí que ustedes nada son, y sus obras no existen; el que los escoja es una abominación.

25 “Del norte desperté a uno, y vendrá; desde el lugar donde nace el sol, él invocará mi nombre. Y pisoteará[b] a gobernantes como a lodo, como el alfarero pisa el barro. 26 ¿Quién lo anunció desde el principio, para que lo supiéramos? ¿Quién lo dijo de antemano, para que dijéramos: ‘Él tenía razón’? Ciertamente no hay quien lo diga ni quien lo anuncie. Tampoco hay quien oiga sus palabras. 27 He aquí que yo fui el primero que declaré estas cosas a Sion, y a Jerusalén le daré un portador de buenas nuevas”.

28 Miré, y no había ninguno. Entre ellos no había consejeros a quienes les preguntara para que me dieran respuesta. 29 He aquí que todos son iniquidad, y la obra de ellos nada es. Viento y vanidad son sus imágenes de fundición.

Apocalipsis 11

Los dos testigos y la bestia

11 Entonces me fue dada una caña, semejante a una vara de medir, y se me dijo: “Levántate y mide el templo de Dios y el altar, y a los que en él adoran. Y deja aparte el atrio de afuera del templo. Y no lo midas, porque ha sido dado a los gentiles, y ellos pisotearán la ciudad santa por cuarenta y dos meses. Yo mandaré a mis dos testigos, y ellos profetizarán por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio. Ellos son los dos olivos y los dos candeleros que están delante del Dios de la tierra[a]. Si alguien les quiere dañar, fuego sale de la boca de ellos y devora a sus enemigos. Cuando alguien les quiera hacer daño, tiene que morir de esta manera. Ellos tienen poder para cerrar el cielo, de modo que no caiga lluvia durante los días de su profecía; y tienen poder sobre las aguas, para convertirlas en sangre y para herir la tierra con toda plaga, cuantas veces quieran.

Cuando hayan concluido su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, los vencerá y los matará. Y sus cadáveres estarán en la plaza de la gran ciudad que simbólicamente[b] es llamada Sodoma y Egipto, donde también fue crucificado el Señor de ellos[c]. Y por tres días y medio, la gente de los pueblos y de las razas y de las lenguas y de las naciones miran sus cadáveres; y no permiten que sus cadáveres sean puestos en sepulcros. 10 Y los habitantes de la tierra se gozan sobre ellos y se alegran. Y se enviarán regalos unos a otros, porque estos dos profetas habían sido un tormento para los habitantes de la tierra.

11 Después de los tres días y medio el aliento de vida enviado por Dios entró en ellos, y se levantaron sobre sus pies. Y un gran temor cayó sobre los que los veían. 12 Oyeron una gran voz del cielo que les decía: “¡Suban acá!”. Y subieron al cielo en la nube, y sus enemigos los vieron. 13 Y en aquella hora se produjo un gran terremoto, y cayó la décima parte de la ciudad. Murieron por el terremoto siete mil hombres, y los demás estaban aterrorizados y dieron gloria al Dios del cielo.

14 Ha pasado el segundo ay. He aquí el tercer ay viene pronto.

Séptima trompeta: el reino de Cristo

15 El séptimo ángel tocó la trompeta. Y en el cielo se oyeron grandes voces que decían:

“El reino del mundo ha venido a ser

de nuestro Señor y de su Cristo.

Él reinará por los siglos de los siglos”.

16 Y los veinticuatro ancianos, que estaban sentados en sus tronos delante de Dios, se postraron sobre sus rostros y adoraron a Dios 17 diciendo: “Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, que eres y que eras[d], porque has asumido tu gran poder y reinas. 18 Las naciones se enfurecieron, pero ha venido tu ira y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar su galardón a tus siervos los profetas y a los santos y a los que temen tu nombre, tanto a los pequeños como a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra”.

19 Y fue abierto el templo de Dios que está en el cielo, y se hizo visible el arca de su pacto en su templo. Entonces estallaron relámpagos, voces, truenos, un terremoto y una fuerte granizada.

Reina Valera Actualizada (RVA-2015)

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