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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Palabra de Dios para Todos (PDT)
Version
Éxodo 39

La ropa de los sacerdotes

(Éx 28:1-43)

39 La ropa para uso de los sacerdotes en el santuario se hizo con tela azul, morada y roja. Además hicieron también la ropa que Aarón usaría en el santuario. Todo se hizo tal como el SEÑOR le había dicho a Moisés que hiciera.

El efod

(Éx 28:6-14)

Usaron hilos de oro, lino fino y tela azul, morada y roja, para hacer el efod. Martillaron el oro hasta formar placas y las cortaron para formar hilos largos. Después cosieron en forma artística los hilos a la tela azul, morada y roja y al lino fino. Hicieron dos hombreras unidas a sus dos extremos. Bordaron el cinturón y lo aseguraron al efod. Lo hicieron de la misma manera como hicieron el efod; usaron hilos de oro, lino fino y tela azul, morada y roja. Todo se hizo tal como el SEÑOR le había dicho a Moisés.

Colocaron las piedras de ónice en engastes de oro y grabaron sobre ellas los nombres de los hijos de Israel, de la manera como se graba un sello. Luego las colocaron en las hombreras del efod como piedras recordatorias de los hijos de Israel. Todo se hizo tal como el SEÑOR le había dicho a Moisés que hiciera.

El pectoral

(Éx 28:15-30)

Hicieron el pectoral de una manera muy hábil, tal como se hizo el efod. Para hacerlo utilizaron hilos de oro, lino fino y tela azul, morada y roja. El pectoral era doble y cuadrado y medía 22 centímetros de largo y 22 centímetros de ancho. 10 Le pusieron cuatro hileras de piedras preciosas. La primera hilera tenía un rubí, un topacio y un berilo. 11 La segunda hilera tenía una turquesa, un zafiro y una esmeralda. 12 La tercera tenía un jacinto, un ágata y una amatista. 13 La cuarta tenía un crisólito, un ónice y un jaspe. Las piedras estaban montadas en engastes de oro. 14 Eran doce piedras porque doce son los nombres de los hijos de Israel. Cada piedra tenía grabado el nombre de un hijo de Israel, como si fuera un sello.

15 Trenzaron cadenas de oro puro a manera de cordones para usarse en el pectoral. 16 Hicieron dos engastes de oro y dos argollas de oro. Las argollas las colocaron en las esquinas del pectoral. 17 Metieron las dos cadenas en las argollas que estaban en los extremos del pectoral, 18 aseguraron los otros extremos de las cadenas a los engastes y, por la parte delantera, a las correas del efod.

19 Hicieron otras dos argollas de oro y las aseguraron en las otras esquinas del pectoral. Estas quedaban en el borde interior al lado del efod. 20 Hicieron otras dos argollas de oro más y las colocaron en las hombreras del efod por la parte inferior delantera, cerca de la costura por encima del cinturón del efod. 21 Aseguraron con un cordón de tela azul las argollas del pectoral a las del efod para que no se corriera, así el pectoral quedaba cerca del cinturón del efod. Todo se hizo tal como el SEÑOR le había dicho a Moisés que hiciera.

Otra ropa de los sacerdotes

(Éx 28:31-43)

22 Toda la capa del efod la hicieron bordada con tela azul. 23 Tenía una abertura en el centro para meter la cabeza. Todo el borde de la abertura estaba bordado para evitar que se rasgara. 24 En el borde de la capa hicieron granadas de tela azul, morada y roja y lino fino. 25 Hicieron también campanitas de oro puro y las colgaron en el borde de la capa entre las granadas. 26 Había una campanita de oro y luego una granada, otra campanita de oro y luego otra granada y así sucesivamente por todo el borde de la capa tal como el SEÑOR le ordenó a Moisés.

27 Bordaron capas de lino fino para Aarón y sus hijos. 28 Además hicieron de lino fino el turbante, las bandas de la cabeza y la ropa interior. 29 Luego hicieron el cinturón de lino fino y tela azul, morada y roja y le cosieron diseños. Todo se hizo tal como el SEÑOR le había dicho a Moisés que hiciera.

30 Luego hicieron la placa de oro puro para la corona sagrada, le escribieron el sello Dedicado al Señor 31 y aseguraron la placa al turbante con una cinta azul. Todo se hizo tal como el SEÑOR le había dicho a Moisés que hiciera.

Moisés revisa la Carpa Sagrada

(Éx 35:10-19)

32 Terminaron entonces la construcción de la Carpa Sagrada, o sea la carpa de reunión. Los israelitas hicieron todo tal como el SEÑOR le había dicho a Moisés que hiciera. 33 Luego le mostraron a Moisés la Carpa Sagrada y todos sus accesorios. Le mostraron sus ganchos, sus marcos, sus barras, sus columnas y sus bases; 34 los cueros de carnero teñidos, los cueros finos, el velo para cubrir el cofre; 35 el cofre del pacto, sus varas y su tapa; 36 la mesa, sus utensilios y el pan de la presencia; 37 el candelabro de oro puro, sus utensilios y sus lámparas acomodadas en una fila; el aceite para iluminar, 38 el altar de oro, el aceite de consagrar, el incienso aromático, la cortina de la entrada de la carpa; 39 el altar de bronce, su rejilla de bronce, sus varas y sus utensilios; el lavamanos con su base; 40 las cortinas del patio con sus columnas y sus bases; la cortina que cubre la entrada del patio, las cuerdas y estacas y todos los utensilios que se iban a utilizar en la Carpa Sagrada, o sea la carpa del encuentro. 41 También le mostraron toda la ropa que habían hecho para que los sacerdotes oficiaran en el santuario; la ropa del sacerdote Aarón y la ropa para sus hijos cuando oficien como sacerdotes.

42 El pueblo de Israel hizo todo tal como el SEÑOR le había dicho a Moisés que hiciera. 43 Cuando Moisés examinó la labor de los trabajadores, los bendijo porque vio que ellos habían hecho exactamente lo que el SEÑOR había ordenado.

Juan 18

Arresto de Jesús

(Mt 26:47-56; Mr 14:43-50; Lc 22:47-53)

18 Cuando Jesús terminó de orar, salió con sus seguidores, y cruzaron el arroyo del Cedrón. Allí había un huerto a donde entró con sus seguidores. Judas, el que traicionó a Jesús, ya conocía ese lugar, porque Jesús se reunía con frecuencia allí con sus seguidores. Él fue allí con un grupo de soldados romanos y guardias del templo, enviados por los jefes de los sacerdotes y los fariseos. Llevaban lámparas, antorchas y armas.

Entonces Jesús, como ya sabía lo que le iba a suceder, salió y les dijo:

—¿A quién buscan?

Ellos le respondieron:

—A Jesús de Nazaret.

Él les dijo:

—Yo soy.[a]

El traidor Judas ya estaba con ellos. Cuando les dijo: «Yo soy», se echaron para atrás y se cayeron. Entonces de nuevo Jesús les preguntó:

—¿A quién están buscando?

Dijeron:

—A Jesús de Nazaret.

Jesús contestó:

—Ya les dije que yo soy. Así que si me están buscando, dejen ir a estos hombres.

Él dijo esto para que se cumpliera lo que había dicho: «No he perdido a ninguno de los que me diste». 10 Entonces Simón Pedro sacó la espada que tenía y le cortó la oreja derecha al siervo del sumo sacerdote, uno llamado Malco. 11 Jesús le dijo a Pedro:

—Coloca la espada en su lugar. ¿Acaso no debo beber de la copa[b] que el Padre me dio?

Llevan a Jesús ante Anás

(Mt 26:57-58; Mr 14:53-54; Lc 22:54)

12 Entonces el grupo de soldados, el comandante y los guardias judíos arrestaron a Jesús y lo ataron. 13 Lo llevaron primero a Anás, quien era el suegro de Caifás, el sumo sacerdote de ese año. 14 Caifás era el que les había dicho a los líderes judíos que era mejor que un hombre muriera por todo el pueblo.

La negación de Pedro

(Mt 26:69-70; Mr 14:66-68; Lc 22:55-57)

15 Simón Pedro y otro seguidor iban detrás de Jesús. El otro seguidor era conocido del sumo sacerdote, así que entró con Jesús al patio de la casa del sumo sacerdote, 16 pero Pedro se quedó afuera, cerca de la puerta. Luego el otro seguidor, el que era conocido del sumo sacerdote, salió para hablar con la muchacha que cuidaba la puerta, e hizo entrar a Pedro. 17 Entonces la muchacha le dijo a Pedro:

—¿No eres tú uno de los seguidores de ese hombre?

Pedro respondió:

—¡No, yo no!

18 Los siervos y los guardias habían hecho una hoguera con carbón porque hacía mucho frío y se estaban calentando. Pedro también estaba con ellos y se calentaba.

Jesús ante el sumo sacerdote

(Mt 26:59-66; Mr 14:55-64; Lc 22:66-71)

19 Entonces el sumo sacerdote le preguntó a Jesús acerca de sus seguidores y sus enseñanzas. 20 Jesús le contestó:

—Yo siempre hablé abiertamente a todo el mundo. Siempre enseñé en las sinagogas y en el área del templo donde todos los judíos se reúnen. Nunca dije nada en secreto. 21 ¿Por qué me haces esas preguntas? Pregúntales a los que me han oído. ¡Seguro que ellos saben lo que les dije!

22 Cuando dijo esto, uno de los guardias del templo que estaba parado cerca de Jesús le dio una bofetada y le dijo:

—¿Cómo te atreves a responderle así al sumo sacerdote?

23 Jesús le contestó.

—Si dije algo malo, diles a todos qué fue lo malo que dije, pero si lo que dije es cierto, ¿por qué me pegas?

24 Después Anás envió a Jesús atado a donde estaba Caifás, el sumo sacerdote.

Pedro niega conocer a Jesús

(Mt 26:71-75; Mr 14:69-72; Lc 22:58-62)

25 Simón Pedro estaba de pie calentándose, y le preguntaron:

—¿No eres tú uno de los seguidores de ese hombre?

Pero él lo negó diciendo:

—¡No, yo no!

26 Uno de los siervos del sumo sacerdote, que era familiar del hombre al que Pedro le había cortado una oreja, dijo:

—Yo te vi en el huerto con él, ¿o no?

27 Entonces Pedro lo negó otra vez, y en ese momento cantó el gallo.

Llevan a Jesús ante Pilato

(Mt 27:1-2, 11-31; Mr 15:1-20; Lc 23:1-25)

28 Después salieron con Jesús de la casa de Caifás hasta el palacio del gobernador. Era bien temprano en la mañana, pero ellos no querían entrar al palacio del gobernador para no quedar impuros[c], pues eso les impediría comer la comida de la Pascua. 29 Entonces Pilato salió a verlos y les dijo:

—¿De qué acusan a este hombre?

30 Ellos le contestaron:

—Si este hombre no fuera un criminal, no lo hubiéramos traído ante ti.

31 Pilato les dijo:

—Llévenselo ustedes y júzguenlo según su ley.

Los líderes judíos le dijeron:

—No estamos autorizados para condenar a muerte a nadie.

32 Esto sucedió para que se cumpliera lo que había dicho Jesús sobre la muerte que iba a sufrir.

33 Entonces Pilato regresó al palacio, llamó a Jesús y le dijo:

—¿Eres tú el rey de los judíos?

34 Jesús contestó:

—¿Estás diciendo esto por ti mismo o ya otros te han hablado de mí?

35 Pilato respondió:

—¿Tú crees que soy un judío? Tu gente y los jefes de los sacerdotes fueron los que te trajeron a mí. ¿Qué hiciste?

36 Jesús respondió:

—Mi reino no pertenece a este mundo. Si así fuera, mis siervos pelearían para que no estuviera en manos de los judíos. Pero, de hecho, mi reino no es de acá.

37 Entonces Pilato le dijo:

—¿Así que eres un rey?

Jesús respondió:

—Tú dices que soy un rey. Nací para serlo y vine al mundo para ser testigo de la verdad. Todo el que sea de la verdad, escucha mi voz.

38 Pilato le preguntó:

—¿Qué es la verdad?

Después de decir esto, salió otra vez a hablar con los judíos y les dijo:

—No lo encuentro culpable de nada. 39 Pero ustedes tienen la costumbre de que yo les ponga en libertad a alguien durante la Pascua. ¿Quieren que les ponga en libertad al “rey de los judíos”?

40 Gritaron de nuevo:

—¡A él no, a Barrabás!

Y Barrabás era un bandido.

Proverbios 15

15 La respuesta amable calma los ánimos,
    pero la respuesta áspera aumenta el enojo.
La gente escucha con gusto a los sabios,
    pero los brutos dicen tonterías a torrentes.
Los ojos del SEÑOR están en todas partes,
    observando a los buenos y a los malos.
La palabra amable es árbol de vida;
    la palabra perversa destruye el espíritu.

El insensato rechaza la corrección del papá;
    pero el que la acepta, demuestra inteligencia.
En la casa del justo hay de todo en abundancia,
    pero las ganancias del perverso sólo le traen problemas.
Los labios de los sabios difunden el conocimiento,
    pero no vale la pena escuchar lo que dicen los brutos.
El SEÑOR detesta las ofrendas de los perversos,
    pero le agradan las oraciones de los justos.
El SEÑOR odia la forma de vida de los perversos,
    pero ama a los que buscan la justicia.
10 El que se encamina por la mala vida será castigado,
    y el que odia que lo corrijan será destruido.
11 La muerte y el sepulcro están a la vista del SEÑOR,
    ¡con mayor razón todo lo que la gente está pensando!
12 El burlón no ama a quien lo corrige,
    ni busca el consejo de los sabios.

13 Corazón contento, rostro alegre;
    corazón triste, ánimo decaído.
14 El sabio trata de ganar más conocimiento,
    el bruto sólo quiere saber tonterías.
15 Para el afligido, todo el tiempo es tristeza,
    pero para el alegre, la vida es una fiesta.
16 Es mejor ser pobre y respetar al SEÑOR,
    que ser rico y llenarse de preocupaciones.
17 Es mejor comer poco donde hay amor,
    que comer mucho donde hay odio.

18 El que se enoja fácilmente arma líos;
    el que es paciente los calma.
19 La vida del perezoso está plagada de dificultades,
    pero al justo se le facilita la vida.

20 El hijo sabio hace feliz al papá,
    pero el bruto menosprecia a la mamá.
21 El torpe es feliz haciendo tonterías,
    pero el sabio se ocupa de lo que tiene valor.
22 Los planes fracasan cuando no se consultan,
    pero tienen éxito cuando se pide consejo a los que saben.
23 Qué bueno es dar la respuesta adecuada,
    y mejor aun dar un consejo a tiempo.

24 El camino de la vida es hacia arriba para el hombre sabio,
    y así evita tener que ir hacia abajo, al sepulcro.

25 El SEÑOR acaba con las posesiones del orgulloso,
    pero protege las posesiones de la viuda.
26 El SEÑOR detesta los malos pensamientos,
    pero se alegra con las palabras amables.
27 El que se da a la estafa trae problemas a su familia,
    pero el que rechaza el soborno vivirá.
28 El justo piensa antes de responder,
    pero el perverso escupe maldad por la boca.
29 El SEÑOR se aleja de los perversos,
    pero está atento a las oraciones de los justos.

30 Una mirada bondadosa alegra el corazón,
    y las buenas noticias reaniman.
31 El que hace caso a la disciplina de la vida
    ocupará un lugar entre los sabios.
32 El que desprecia la corrección se desprecia a sí mismo;
    el que hace caso a la corrección se llena de entendimiento.
33 Respetar al SEÑOR es una enseñanza sabia;
    se requiere humildad para recibir honores.

Filipenses 2

¿Lo que les escribo los anima en Cristo? ¿Quieren consolarme mostrándome cuánto me aman? ¿Compartimos el mismo Espíritu? ¿Me tienen verdadero afecto y compasión? Entonces voy a pedirles algo que me haría completamente feliz: tengan la misma manera de pensar, el mismo amor y las mismas metas. No hagan nada por rivalidad ni orgullo. Sean humildes y cada uno considere a los demás como más importantes que sí mismo. Que cada uno no busque su propio bien, sino el de los demás.

Humillación y grandeza de Cristo

Piensen y actúen como Jesucristo. Esa es la «misma manera de pensar» que les estoy pidiendo que tengan.

Él era como Dios en todo sentido,
    pero no se aprovechó de ser igual a Dios.
Al contrario, él se quitó ese honor,
    aceptó hacerse un siervo
    y nacer como un ser humano.
Al vivir como hombre,
    se humilló a sí mismo
    y fue obediente hasta el extremo de morir en la cruz.
Por eso, Dios le dio el más alto honor
    y el nombre que está por sobre todos los nombres,
10 para que se arrodillen ante Jesús
    todos los que están en el cielo,
    en la tierra y debajo de la tierra,
11 y para que todos reconozcan que Jesucristo es el Señor,
    dando así honra a Dios Padre.

Cómo se debe vivir

12 Así pues, estimados hermanos, ustedes siempre han obedecido lo que se les enseñó. Entonces tal como lo hacían mientras estaba con ustedes, es aun más importante que obedezcan ahora que no estoy con ustedes. Procuren la salvación de todos ustedes, y háganlo con temor y respeto hacia Dios. 13 Dios está obrando entre ustedes. Él despierta en ustedes el deseo de hacer lo que a él le agrada y les da el poder para hacerlo.

14 Hagan todo sin quejarse y sin discutir. 15 Así serán hijos de Dios, sin culpa y sin falta viviendo entre una generación perversa y mala. De esa forma brillarán entre ellos como estrellas en un mundo de oscuridad. 16 Ustedes les están ofreciendo un mensaje de vida. Así, cuando Cristo regrese, tendré el gusto de hablar bien de ustedes y podré decir que mi lucha y trabajo por ustedes valió la pena. 17 Y aunque es posible que tenga que dar mi vida para completar el sacrificio que ustedes hacen por su fe, lo haré con alegría y compartiré esa alegría con todos ustedes. 18 Alégrense también conmigo y compartan mi alegría.

Noticias de Timoteo y Epafrodito

19 Espero, si es la voluntad del Señor Jesús, enviarles pronto a Timoteo, pues me hará feliz saber cómo están. 20 No hay otro como Timoteo, él realmente se preocupa por ustedes y por su bienestar. 21 Todos se preocupan sólo por conseguir su propio bien y no por seguir a Jesucristo. 22 Pero ustedes ya conocen los méritos de Timoteo, él me ha ayudado a anunciar la buena noticia de salvación como un hijo que sirve a su padre. 23 Así que espero poder enviárselo tan pronto sepa lo que va a pasar conmigo; 24 y confío en el Señor que yo mismo podré ir pronto a visitarles.

25 Considero necesario que vuelva a ustedes Epafrodito, mi hermano en Cristo, buen colaborador y compañero de lucha. Aprecio que me lo hayan enviado como su representante para rendir un servicio sacrificial en beneficio mío ayudándome en mi necesidad. 26 Lo envío porque tiene muchas ganas de verlos y está preocupado porque ustedes supieron que estuvo enfermo. 27 En realidad sí estuvo muy enfermo, a punto de morir; sin embargo, Dios tuvo compasión de él y también la tuvo de mí para que yo no tuviera tristeza sobre tristeza. 28 Por eso se lo envío pronto para que cuando lo vean se sientan otra vez muy felices y yo esté menos triste. 29 Recíbanlo llenos de alegría como creyente en el Señor. Aprecien mucho a los que son como Epafrodito 30 porque él puso en peligro su vida por servir a Cristo. Arriesgó su vida al prestarme el servicio que ustedes no me podían prestar personalmente.

Palabra de Dios para Todos (PDT)

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