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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Version
Números 14

Los israelitas se rebelan contra Jehová

14 Entonces toda la congregación gritó y dio voces; y el pueblo lloró aquella noche. Todos los hijos de Israel se quejaron contra Moisés y contra Aarón, y toda la multitud les dijo: «¡Ojalá hubiéramos muerto en la tierra de Egipto! ¡Ojalá muriéramos en este desierto! ¿Por qué nos trae Jehová a esta tierra para morir a espada, y para que nuestras mujeres y nuestros niños se conviertan en botín de guerra? ¿No nos sería mejor regresar a Egipto?» Y se decían unos a otros: «Designemos un capitán y volvamos a Egipto.»

Moisés y Aarón se postraron sobre sus rostros delante de toda la multitud de la congregación de los hijos de Israel. Y Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone, que eran de los que habían reconocido la tierra, rompieron sus vestidos y dijeron a toda la congregación de los hijos de Israel:

—La tierra que recorrimos y exploramos es tierra muy buena. Si Jehová se agrada de nosotros, él nos llevará a esta tierra y nos la entregará; es una tierra que fluye leche y miel. Por tanto, no seáis rebeldes contra Jehová ni temáis al pueblo de esta tierra, pues vosotros los comeréis como pan. Su amparo se ha apartado de ellos y Jehová está con nosotros: no los temáis.

10 Entonces toda la multitud propuso apedrearlos. Pero la gloria de Jehová se mostró en el Tabernáculo de reunión a todos los hijos de Israel. 11 Y Jehová dijo a Moisés:

—¿Hasta cuándo me ha de irritar este pueblo? ¿Hasta cuándo no me creerán, con todas las señales que he hecho en medio de ellos? 12 Yo los heriré de mortandad y los destruiré, y a ti te pondré sobre gente más grande y más fuerte que ellos.

13 Pero Moisés respondió a Jehová:

—Lo oirán luego los egipcios, porque de en medio de ellos sacaste a este pueblo con tu poder, 14 y se lo dirán a los habitantes de esta tierra, los cuales han oído que tú, Jehová, estabas en medio de este pueblo, que cara a cara aparecías tú, Jehová, y que tu nube estaba sobre ellos, que de día ibas delante de ellos en una columna de nube, y de noche en una columna de fuego. 15 Si haces morir a este pueblo como a un solo hombre, las gentes que hayan oído tu fama dirán: 16 “Por cuanto no pudo Jehová introducir a este pueblo en la tierra que había jurado darle, los ha matado en el desierto.” 17 Ahora, pues, yo te ruego que sea magnificado el poder del Señor, como lo prometiste al decir: 18 “Jehová es tardo para la ira y grande en misericordia, perdona la maldad y la rebelión, aunque de ningún modo tendrá por inocente al culpable, pues castiga el pecado de los padres sobre los hijos hasta la tercera y la cuarta generación.” 19 Perdona ahora la maldad de este pueblo según la grandeza de tu misericordia, como has perdonado a este pueblo desde Egipto hasta aquí.

Jehová castiga a Israel(A)

20 Entonces Jehová dijo:

—Yo lo he perdonado, conforme a tu dicho. 21 Pero tan ciertamente como vivo yo y mi gloria llena toda la tierra, 22 que ninguno de los que vieron mi gloria y las señales que he hecho en Egipto y en el desierto, los que me han tentado ya diez veces y no han oído mi voz, 23 verá la tierra que juré dar a sus padres; no, ninguno de los que me han irritado la verá. 24 Pero a mi siervo Caleb, por cuanto lo ha animado otro espíritu y decidió ir detrás de mí, yo lo haré entrar en la tierra donde estuvo, y su descendencia la tendrá en posesión. 25 Ahora bien, el amalecita y el cananeo habitan en el valle; volveos mañana y salid al desierto, camino del Mar Rojo.

26 Jehová habló a Moisés y a Aarón, y les dijo:

27 —¿Hasta cuándo soportaré a esta depravada multitud que murmura contra mí? Ya he oído las querellas de los hijos de Israel que de mí se quejan. 28 Diles: Vivo yo, dice Jehová, que según habéis hablado a mis oídos, así haré yo con vosotros. 29 En este desierto caerán vuestros cuerpos, todo el número de los que fueron contados de entre vosotros, de veinte años para arriba, los cuales han murmurado contra mí. 30 A excepción de Caleb hijo de Jefone y Josué hijo de Nun, ninguno de vosotros entrará en la tierra por la cual alcé mi mano y juré que os haría habitar en ella. 31 Pero a vuestros niños, de los cuales dijisteis que se convertirían en botín de guerra, yo los introduciré, y ellos conocerán la tierra que vosotros despreciasteis. 32 En cuanto a vosotros, vuestros cuerpos caerán en este desierto. 33 Vuestros hijos andarán pastoreando en el desierto cuarenta años, y cargarán con vuestras rebeldías, hasta que vuestros cuerpos sean consumidos en el desierto. 34 Conforme al número de los días, de los cuarenta días que empleasteis en reconocer la tierra, cargaréis con vuestras iniquidades: cuarenta años, un año por cada día. Así conoceréis mi castigo. 35 Yo, Jehová, he hablado. Así haré a toda esta multitud perversa que se ha juntado contra mí. En este desierto serán consumidos, y ahí morirán.

36 Los hombres que Moisés envió a reconocer la tierra, y que al volver habían hecho murmurar contra él a toda la congregación, desacreditando aquel país, 37 aquellos hombres que habían hablado mal de la tierra, murieron de plaga delante de Jehová. 38 Pero Josué hijo de Nun y Caleb hijo de Jefone quedaron con vida de entre aquellos hombres que habían ido a reconocer la tierra.

La derrota en Horma(B)

39 Moisés dijo estas cosas a todos los hijos de Israel, y el pueblo se enlutó mucho. 40 Se levantaron muy de mañana y subieron a la cumbre del monte, diciendo:

—Aquí estamos para subir al lugar del cual ha hablado Jehová, porque hemos pecado.

41 Moisés les respondió:

—¿Por qué quebrantáis el mandamiento de Jehová? Esto tampoco os saldrá bien. 42 No subáis, pues Jehová no está en medio de vosotros: no seáis heridos delante de vuestros enemigos. 43 Porque el amalecita y el cananeo están allí delante de vosotros, y caeréis bajo su espada, pues Jehová no estará con vosotros, por cuanto os habéis negado a seguirlo.

44 Ellos, sin embargo, se obstinaron en subir a la cima del monte; pero ni el Arca del pacto de Jehová ni Moisés se apartaron de en medio del campamento. 45 Entonces descendieron el amalecita y el cananeo que habitaban en aquel monte, los hirieron, los derrotaron y los persiguieron hasta Horma.

Salmos 50

Dios juzgará al mundo

Salmo de Asaf

50 El Dios de dioses, Jehová, ha hablado y ha convocado la tierra
desde el nacimiento del sol hasta donde se pone.
Desde Sión, perfección de hermosura,
Dios ha resplandecido.

Vendrá nuestro Dios y no callará;
fuego consumirá delante de él
y tempestad poderosa lo rodeará.
Convocará a los cielos de arriba
y a la tierra, para juzgar a su pueblo.
«Juntadme a mis santos,
a los que hicieron conmigo pacto con sacrificio.»
¡Los cielos declararán su justicia,
porque Dios es el juez! Selah

«Oye, pueblo mío, y hablaré;
escucha, Israel, y testificaré contra ti:
Yo soy Dios, el Dios tuyo.
No te reprenderé por tus sacrificios
ni por tus holocaustos, que están continuamente delante de mí.
No tomaré de tu casa becerros
ni machos cabríos de tus apriscos,
10 porque mía es toda bestia del bosque
y los millares de animales en los collados.
11 Conozco todas las aves de los montes,
y todo lo que se mueve en los campos me pertenece.
12 Si yo tuviera hambre, no te lo diría a ti,
porque mío es el mundo y su plenitud.
13 ¿He de comer yo carne de toros
o beber sangre de machos cabríos?
14 Sacrifica a Dios alabanza
y paga tus votos al Altísimo.
15 Invócame en el día de la angustia;
te libraré y tú me honrarás.»

16 Pero al malo dijo Dios:
«¿Qué tienes tú que hablar de mis leyes
y tomar mi pacto en tu boca?,
17 pues tú aborreces la corrección
y echas a tu espalda mis palabras.
18 Si veías al ladrón, tú corrías con él,
y con los adúlteros era tu parte.
19 Tu boca metías en mal
y tu lengua componía engaño.
20 Tomabas asiento y hablabas contra tu hermano;
contra el hijo de tu madre ponías infamia.
21 Estas cosas hiciste y yo he callado;
pensabas que de cierto sería yo como tú;
¡pero te reprenderé
y las pondré delante de tus ojos!
22 Entended ahora esto, los que os olvidáis de Dios,
no sea que os despedace y no haya quien os libre.
23 El que ofrece sacrificios de alabanza me honrará,
y al que ordene su camino,
le mostraré la salvación de Dios.»

Isaías 3-4

Juicio de Jehová contra Judá y Jerusalén

Porque el Señor, Jehová de los ejércitos,
quita de Jerusalén y de Judá
al sustentador y al fuerte,
toda provisión de pan y toda provisión de agua;
al valiente y al hombre de guerra,
al juez y al profeta,
al adivino y al anciano;
al capitán de cincuenta y al hombre respetable,
al consejero, al artífice excelente y al hábil orador.
Y les pondré jóvenes por gobernantes:
muchachos serán sus señores.
Entre el pueblo brotará la violencia de unos contra otros,
cada cual contra su vecino;
el joven se levantará contra el anciano,
y el plebeyo contra el noble.
Cuando alguno tome de la mano a su hermano,
de la familia de su padre, y le diga:
«Tú tienes vestido, tú serás nuestro gobernante»
y «Toma en tus manos esta ruina»,
él jurará aquel día, diciendo:
«¡No tomaré yo ese cuidado,
pues en mi casa no hay pan ni qué vestir!
¡No me hagáis gobernante del pueblo!»
Porque arruinada está Jerusalén
y Judá ha caído;
pues la lengua de ellos y sus obras han sido contra Jehová
para desafiar la faz de su gloria.
La apariencia de sus rostros testifica contra ellos,
porque, como Sodoma, publican su pecado. ¡No lo disimulan!
¡Ay de sus vidas!,
porque amontonaron mal para sí.
10 Decid al justo que le irá bien,
porque comerá de los frutos de sus manos.
11 ¡Ay del malvado! Mal le irá,
porque según las obras de sus manos le será pagado.
12 Los opresores de mi pueblo son muchachos,
y mujeres se enseñorearon de él.
¡Pueblo mío, los que te guían te engañan
y tuercen el curso de tus caminos!
13 Jehová está en pie para litigar
y para juzgar a su pueblo.
14 Jehová vendrá a juicio
contra los ancianos de su pueblo y contra sus gobernantes.
Porque vosotros habéis devorado la viña
y el despojo del pobre está en vuestras casas.
15 ¿Qué pensáis vosotros que trituráis a mi pueblo
y moléis las caras de los pobres?

dice el Señor, Jehová de los ejércitos.

Juicio contra las hijas de Sión

16 Asimismo dice Jehová:

«Por cuanto las hijas de Sión se ensoberbecen
y andan con el cuello erguido
y ojos desvergonzados;
que caminan como si danzaran, haciendo sonar los adornos de sus pies;
17 por eso, el Señor rapará la cabeza de las hijas de Sión,
y Jehová descubrirá sus vergüenzas.»
18 Aquel día quitará el Señor el adorno del calzado,
las redecillas, las lunetas,
19 los collares, los pendientes y los brazaletes,
20 los turbantes, los adornos de las piernas,
los partidores del pelo, los pomitos de olor y los zarcillos,
21 los anillos y los joyeles de las narices,
22 las ropas de gala, los mantoncillos, los velos, las bolsas,
23 los espejos, el lino fino,
los turbantes y los tocados.
24 En lugar de los perfumes aromáticos vendrá hediondez,
soga en lugar de cinturón,
y cabeza rapada en lugar de rizos del cabello;
en lugar de vestidos de gala, ceñimiento de ropas ásperas,
y cicatriz de fuego en vez de hermosura.

25 Tus varones caerán a espada
y tu fuerza en la guerra.
26 Sus puertas se entristecerán y enlutarán,
y ella, desamparada, se sentará en tierra.

En aquel tiempo, siete mujeres echarán mano de un hombre, diciendo:
«Nosotras comeremos de nuestro pan
y nos vestiremos de nuestras ropas.
Solamente permítenos llevar tu nombre.
¡Quita nuestra deshonra!»

Futuro glorioso de Jerusalén

En aquel tiempo el renuevo de Jehová
será para hermosura y gloria,
y el fruto del país para grandeza y honra,
a los sobrevivientes de Israel.

Y acontecerá que el que quede en Sión, el que sea dejado en Jerusalén, será llamado santo: todos los que en Jerusalén estén registrados entre los vivientes cuando el Señor lave la inmundicia de las hijas de Sión y limpie a Jerusalén de la sangre derramada en medio de ella, con espíritu de juicio y con espíritu de devastación. Y creará Jehová sobre toda la morada del monte Sión y sobre los lugares de sus asambleas, nube y oscuridad de día, y de noche resplandor de llamas de fuego. Y sobre todo, la gloria del Señor, como un dosel; y habrá un resguardo de sombra contra el calor del día, y un refugio y escondedero contra la tempestad y el aguacero.

Hebreos 11

La fe

11 Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos.

Por la fe comprendemos que el universo fue hecho por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.

Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella.

Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuera traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios. Pero sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe y que recompensa a los que lo buscan.

Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvaría; y por esa fe condenó al mundo y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe.

Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba. Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, habitando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa, 10 porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.

11 Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido. 12 Por lo cual también, de uno, y ése ya casi muerto, salieron como las estrellas del cielo en multitud, como la arena innumerable que está a la orilla del mar.

13 En la fe murieron todos estos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, creyéndolo y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. 14 Los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria, 15 pues si hubieran estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver. 16 Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos, porque les ha preparado una ciudad.

17 Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac: el que había recibido las promesas, ofrecía su unigénito, 18 habiéndosele dicho: «En Isaac te será llamada descendencia», 19 porque pensaba que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también lo volvió a recibir.

20 Por la fe bendijo Isaac a Jacob y a Esaú respecto a cosas venideras.

21 Por la fe Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los hijos de José y adoró apoyado sobre el extremo de su bastón.

22 Por la fe José, al morir, mencionó la salida de los hijos de Israel y dio mandamiento acerca de sus huesos.

23 Por la fe Moisés, cuando nació, fue escondido por sus padres por tres meses, porque lo vieron niño hermoso y no temieron el decreto del rey. 24 Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija del faraón, 25 prefiriendo ser maltratado con el pueblo de Dios, antes que gozar de los deleites temporales del pecado, 26 teniendo por mayores riquezas el oprobio de Cristo que los tesoros de los egipcios, porque tenía puesta la mirada en la recompensa. 27 Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey, porque se sostuvo como viendo al Invisible. 28 Por la fe celebró la Pascua y la aspersión de la sangre, para que el que destruía a los primogénitos no los tocara a ellos.

29 Por la fe pasaron el Mar Rojo como por tierra seca; e intentando los egipcios hacer lo mismo, fueron ahogados.

30 Por la fe cayeron los muros de Jericó después de rodearlos siete días. 31 Por la fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los desobedientes, porque recibió a los espías en paz.

32 ¿Y qué más digo? El tiempo me faltaría para hablar de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas. 33 Todos ellos, por fe, conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, 34 apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros. 35 Hubo mujeres que recobraron con vida a sus muertos; pero otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección. 36 Otros experimentaron oprobios, azotes y, a más de esto, prisiones y cárceles. 37 Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada. Anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados. 38 Estos hombres, de los cuales el mundo no era digno, anduvieron errantes por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra.

39 Pero ninguno de ellos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, recibió lo prometido, 40 porque Dios tenía reservado algo mejor para nosotros, para que no fueran ellos perfeccionados aparte de nosotros.

Reina-Valera 1995 (RVR1995)

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