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La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
Version
Proverbios 1-3

Título y programa

Proverbios de Salomón, hijo de David y rey de Israel.

Han sido reunidos para conocer sabiduría y educación,
para entender expresiones inteligentes,
para adquirir la educación adecuada:
justicia, derecho y honradez;
para enseñar agudeza a los ignorantes,
conocimiento y discreción a los jóvenes;
—el sabio atiende y aprende más,
el inteligente adquiere maestría—;
para entender proverbios y refranes,
los dichos y enigmas de los sabios.
Respetar al Señor es el principio del saber,
pero los necios desprecian la sabiduría y la educación.

I.— PRIMERA COLECCIÓN SALOMÓNICA (1,8—9,18)

Sobre las malas compañías

Hijo mío, atiende a la educación paterna
y no olvides la enseñanza materna,
pues serán corona preciosa en tu cabeza,
collar alrededor de tu cuello.
10 Hijo mío, no consientas
cuando los malvados intenten seducirte.
11 Tal vez te digan: “Acompáñanos
a poner trampas mortales
asaltando a inocentes por diversión.
12 Nos los tragaremos vivos como el abismo,
enteros como los que caen al hoyo.
13 Conseguiremos un montón de riquezas
y llenaremos nuestras casas de despojos.
14 Comparte tu suerte con nosotros
y haremos un fondo común”.
15 Hijo mío, no sigas sus caminos
y aleja tus pasos de sus sendas,
16 porque corren disparados hacia el mal
y van decididos a derramar sangre.
17 ¿No ves que es inútil poner trampas
a la vista de los pájaros?
18 Se ponen emboscadas a sí mismos,
atentan contra su propia vida.
19 Ese es el destino de la avaricia:
quienes la practican no viven.

Primer pregón de la sabiduría

20 La sabiduría pregona por las calles,
alza su voz en las plazas;
21 grita por encima del tumulto,
ante las puertas de la ciudad anuncia su pregón:
22 “¿Hasta cuándo los ingenuos amarán la ingenuidad,
los insolentes disfrutarán con la insolencia,
los necios odiarán el saber?
23 Atiendan a mis advertencias:
les transmitiré mi espíritu
y les explicaré mis dichos.
24 Los llamé y no hicieron caso,
les tendí la mano y nadie atendió;
25 despreciaron todos mis consejos
y rechazaron mis advertencias.
26 También yo me reiré de su desgracia,
me burlaré cuando los invada el pavor;
27 cuando les llegue como huracán el terror,
cuando les sobrevenga la desgracia como vendaval,
cuando les lleguen los problemas y la angustia.
28 Entonces me llamarán y no responderé,
me buscarán y no me encontrarán.
29 Porque odiaron el saber
y no quisieron respetar al Señor;
30 porque no aceptaron mis consejos
y despreciaron mis advertencias,
31 se comerán los frutos de su conducta
y quedarán hartos de sus planes.
32 Su propia rebeldía matará a los ingenuos
y la autosatisfacción perderá a los insensatos.
33 Pero el que me preste atención vivirá seguro”.

La sabiduría, búsqueda y don

Hijo mío, si aceptas mis palabras
y guardas cual tesoro mis mandatos,
prestando atención a la sabiduría
y abriendo tu mente a la prudencia;
si invocas a la inteligencia
y llamas a la prudencia;
si la persigues como al dinero
y la rastreas como a un tesoro,
entonces comprenderás lo que es respetar al Señor
y encontrarás el conocimiento de Dios.
Porque el Señor concede la sabiduría
y de su boca salen el saber y la prudencia;
otorga el éxito a los honrados
y es escudo de conductas íntegras;
protege al que se comporta rectamente
y custodia el camino de sus fieles.
Entonces comprenderás la justicia,
el derecho y la honradez:
todos los caminos del bien.
10 Pues la sabiduría entrará en tu mente
y el saber se te hará atractivo;
11 la sensatez cuidará de ti
y la prudencia te protegerá;
12 te apartará del mal camino
y de quienes hablan con maldad;
13 de los que abandonan los senderos rectos
y andan por caminos sombríos;
14 de los que disfrutan haciendo el mal
y gozan con la perversión;
15 de los que siguen senderos tortuosos
y caminos extraviados.
16 Te librará de la mujer ajena,
de la extraña de palabras seductoras,
17 la que abandona al compañero de su juventud
y olvida la alianza de su Dios;
18 su casa se precipita en la muerte
y sus sendas en el reino de las sombras.
19 Los que allí entran no regresan,
ni reencuentran los senderos de la vida.
20 Tú, en cambio, sigue el camino de los buenos
y mantén el sendero de los justos.
21 Porque los honrados habitarán la tierra
y los rectos permanecerán en ella;
22 pero los malvados serán arrancados de la tierra,
los perversos serán extirpados de ella.

Hijo mío, no olvides mi enseñanza
y guarda en tu memoria mis mandatos,
pues te prolongarán los días
y tendrás años de vida y bienestar.
Que el amor y la verdad
no se separen de ti:
átalos a tu cuello,
grábalos en tu corazón;
así obtendrás estima y favor
ante Dios y ante los hombres.
Confía plenamente en el Señor
y no te fíes de tu inteligencia.
Cuenta con él en todos tus caminos
y él dirigirá tus senderos.
No presumas de sabio,
respeta al Señor y evita el mal;
ello dará salud a tu cuerpo
y fortaleza a tus huesos.
Honra al Señor con tus riquezas,
con las primicias de todas tus cosechas:
10 tus graneros se llenarán de trigo
y tus bodegas rebosarán de vino.
11 Hijo mío, no rechaces la corrección del Señor
ni te disguste su reprensión,
12 porque el Señor reprende a quien ama,
como un padre al hijo preferido.

Felicidad del sabio

13 Feliz quien encuentra sabiduría,
la persona que adquiere inteligencia:
14 es de más valor que la plata,
y más rentable que el oro;
15 es más valiosa que las joyas,
ningún placer se le puede comparar.
16 Con su derecha ofrece larga vida,
con su izquierda, fama y riqueza.
17 Sus caminos son una delicia,
apacibles todas sus sendas.
18 Es árbol de vida para quienes la consiguen,
los que la mantienen son felices.
19 El Señor fundó la tierra con sabiduría,
fijó los cielos con inteligencia;
20 por su saber las aguas abismales se separan
y las nubes gotean rocío.

Virtudes sapienciales

21 Hijo mío, mantén la discreción y el buen juicio
y jamás los pierdas de vista,
22 pues serán fuente de vida para ti
y te adornarán como un collar.
23 Así caminarás tranquilo
y tus pies no tropezarán.
24 Cuando te acuestes no tendrás miedo
y, acostado, tendrás dulces sueños.
25 No temerás el terror imprevisto
ni la ruina que sobreviene a los malvados,
26 porque el Señor estará a tu lado
y pondrá tus pies a salvo de las trampas.
27 No niegues un favor a quien lo necesita,
si está en tu mano el concederlo.
28 Si ahora tienes, no digas a tu prójimo:
“Vete y vuelve, mañana te daré”.
29 No planees daños contra tu prójimo
mientras vive confiado junto a ti.
30 No pleitees contra cualquiera sin motivo,
si no te ha hecho ningún daño.
31 No envidies a la persona violenta,
ni trates de imitar su proceder;
32 porque el Señor aborrece al desalmado
y brinda su confianza a los honrados.
33 El Señor maldice la casa del malvado
y bendice el hogar de los justos;
34 se burla de los burlones
y concede su favor a los humildes.
35 Los sabios heredan honores,
los necios cargan con la deshonra.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España