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Book of Common Prayer

Daily Old and New Testament readings based on the Book of Common Prayer.
Duration: 861 days
Nueva Biblia Viva (NBV)
Version
Salmos 2

¿Por qué se unen las naciones en contra del Señor y en vano conspiran? Los reyes de la tierra se preparan para la batalla; los gobernantes se asocian contra el Señor y contra su ungido. «Vamos, rompamos sus cadenas», dicen, «liberémonos de la esclavitud de Dios».

¡Pero el Señor de los cielos se ríe! Se burla de ellos. Y luego, con ardiente furia los reprende y los llena de espanto. El Señor declara: «Este es el rey que he elegido. Lo he puesto en el trono de Jerusalén, mi santo monte».

Su elegido responde: «Yo revelaré los eternos propósitos de Dios, pues el Señor me ha dicho: “Tú eres mi hijo. Hoy mismo te he concebido. Pídeme, y te daré como herencia todas las naciones del mundo. ¡Tuyos serán los confines de la tierra! ¡Gobiérnalas con vara de hierro; rómpelas como vasijas de barro!”».

10 Ustedes, los reyes, obren sabiamente. 11 Sirvan al Señor con temor reverente; con temblor ríndale alabanza. 12 Bésenle los pies, antes que se encienda su ira y perezcan en el camino, pues su ira se inflama de repente. ¡Dichosos los que en él buscan el refugio!

Salmos 26

Salmo de David.

26 Retira toda acusación en contra mía, Señor; pues he procurado cumplir tus leyes y sin vacilación he confiado en ti. Sométeme a examen, Señor, y compruébalo; prueba también mis razones y sentimientos. Porque tengo presente tu gran amor y he vivido conforme a tu verdad. No me junto con los mentirosos, ni ando con los hipócritas. Detesto las reuniones de los malvados y me niego a unirme a los perversos. En prueba de mi inocencia me lavo las manos y me pongo ante tu altar, y entono un cántico de gratitud y proclamo tus milagros.

Señor, amo tu santuario en donde mora tu gloria.

No me dejes sufrir la misma suerte de los pecadores; no me condenes junto con los asesinos. 10 Sus manos están llenas de artimañas y constantemente reciben sobornos.

11 No, no soy así, Señor; hago lo que es correcto; sálvame, pues, por piedad.

12 En público alabo al Señor que me libra de resbalar y caer.

Isaías 49:13-23

13 ¡Canta jubiloso, oh cielo; clama, oh tierra; prorrumpan en canciones, oh montes; porque el Señor ha consolado a su pueblo y tendrá compasión de su dolor!

14 Pero ellos dicen: «Mi Señor nos ha abandonado, nos ha olvidado».

15 ¡Jamás! ¿Podrá la madre olvidar a su criaturita y no amar a su propio hijo? Pues aunque eso fuera posible, yo no los olvidaré. 16 Miren, en la palma de mi mano he grabado su nombre y ante mí tengo perpetuamente el cuadro de las derribadas murallas de Jerusalén. 17 Pronto vendrán sus reedificadores y echarán a cuantos las están destruyendo.

18 Miren, pongan atención, pues el Señor ha jurado que todos sus enemigos vendrán y serán esclavos suyos. Serán como joyas de exhibición, como adornos de recién casada.

19 Hasta los más desolados rincones de su tierra pronto estarán llenos de su pueblo y sus enemigos que los esclavizaban estarán lejos. 20 Las generaciones que nacieron en el exilio volverán y dirán: «¡Necesitamos más espacio! ¡Estamos muy amontonados!». 21 Entonces ustedes se dirán: «¿Quién nos ha dado a todos estos? Porque la mayoría de nuestros hijos fueron muertos y el resto fue llevado cautivo, dejándonos solos aquí. ¿Quién dio a luz a todos estos? ¿De dónde vinieron?».

22 El Señor, el dueño de ustedes dice: Miren, daré señal a los gentiles y ellos les traerán en brazos a sus hijos y en sus hombros a sus hijas. 23 Reyes y reinas les servirán, atenderán a todas sus necesidades. Ante ustedes se inclinarán hasta el suelo y lamerán el polvo de sus pies; entonces sabrán que yo soy el Señor. Los que en mí esperan no serán avergonzados jamás.

Mateo 18:1-14

El más importante en el reino de los cielos

18 En aquella ocasión, los discípulos le preguntaron a Jesús cuál de ellos ocuparía el cargo más importante en el reino de los cielos.

Jesús llamó a un niño de los que andaban por allí y lo sentó en medio de ellos. Entonces les dijo:

«Si no se vuelven a Dios, arrepentidos de sus pecados y con sencillez de niños, no podrán entrar en el reino de los cielos. En otras palabras, el que esté libre de altivez como este niño tendrá un puesto importante en el reino de los cielos. El que reciba en mi nombre a una persona así, a mí me recibe. Pero al que haga que uno de mis creyentes humildes pierda la fe, mejor le sería que le ataran una roca al cuello y lo arrojaran al mar. ¡Ay del mundo y sus maldades! La tentación es, ciertamente, inevitable, pero ¡ay de la persona que tienta! Por lo tanto, si tu mano o tu pie te hace pecar, córtatelo y échalo de ti, porque es mejor entrar al reino de los cielos mutilado que ir a parar al infierno con las dos manos y los dos pies. Y si tu ojo te hace pecar, sácatelo y échalo a la basura. Mejor te es entrar tuerto al reino de los cielos que ir al infierno con los dos ojos.

Parábola de la oveja perdida

10 »Nunca menosprecien al creyente humilde, porque su ángel tiene en el cielo constante acceso al Padre. 11 Además, yo, el Hijo del hombre, vine a salvar a los perdidos. 12 Si un hombre tiene cien ovejas y una se le extravía, ¿qué hará? ¿No deja las noventa y nueve sanas y salvas y se va a las montañas a buscar la perdida? 13 Ah, ¡y si la encuentra, se regocija más por aquélla que por las noventa y nueve que dejó en el corral! 14 Asimismo, mi Padre no quiere que ninguno de estos pequeños se pierda.

Salmos 19

Al director musical. Salmo de David.

19 Los cielos cuentan la gloria de Dios, el firmamento proclama la obra de sus manos. Un día se lo dice a otro día; una noche a otra hace que lo conozcan. Hablan sin sonido ni palabra, su voz es silenciosa en los cielos; su mensaje se extiende por todo el mundo, hasta los confines de la tierra. El sol, a quien Dios le puso su hogar en el cielo, recorre el espacio tan resplandeciente como el novio que viene de su boda, tan alegre como el atleta que espera participar en una carrera. Cruza los cielos de un extremo al otro y nada escapa a su calor.

La ley del Señor es perfecta: infunde nuevo aliento. Sus mandamientos son fieles: dan sabiduría a los sencillos.

Las normas del Señor son justas: traen alegría al corazón. Los mandamientos del Señor son claros: dan luz a los ojos.

El temor del Señor es puro: permanece para siempre. Los decretos del Señor son verdaderos y justos. 10 Son más deseables que el oro, más que el oro refinado. Son más dulces que la miel que destiló del panal. 11 Porque ellos advierten al que los oye y hacen triunfar a quienes los obedecen.

12 Pero, ¿cómo podré yo saber qué pecados acechan en mi corazón? 13 Purifícame de esas faltas que me son ocultas, y líbrame de cometer maldades voluntariamente; ayúdame para que ellas no me dominen. Sólo así podré estar libre de culpa y de multiplicar mis pecados.

14 Que mis palabras y mis más íntimos pensamientos sean agradables a ti; Señor, roca mía y redentor mío.

Salmos 126

Cántico de los peregrinos.

126 Cuando el Señor hizo volver a Sion a los cautivos, ¡fue como un sueño! ¡Cómo reímos y cantamos de júbilo! y las demás naciones decían: «¡El Señor ha hecho grandes cosas por ellos!».

Sí, el Señor ha hecho cosas maravillosas por nosotros, ¡qué alegría! Haz volver a nuestros cautivos como haces volver los arroyos al desierto. Los que siembran con lágrimas cosecharán con alegría. Plantarán llorando sus semillas, y regresarán cantando, trayendo su cosecha.

Marcos 10:13-16

Jesús y los niños

13 También le llevaban niños para que los tocara, pero los discípulos reprendieron a quienes los llevaban. 14 Cuando Jesús se dio cuenta, se disgustó con los discípulos.

―Dejen que los niños vengan a mí —les dijo—, porque de quienes son como ellos es el reino de los cielos. ¡No se lo impidan! 15 Les aseguro que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no podrá entrar en él.

16 Entonces tomó a los niños en los brazos, puso las manos sobre ellos y los bendijo.

Nueva Biblia Viva (NBV)

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