Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Salmo 85 (84)
El Señor habla de paz
85 Al maestro del coro. Salmo de los hijos de Coré.
2 Señor, has sido misericordioso con tu tierra,
has cambiado la suerte de Jacob;
8 Señor, muéstranos tu amor,
danos tu salvación.
9 Voy a escuchar lo que Dios dice:
el Señor habla de paz
a su pueblo y a sus fieles,
¡que no vuelvan a ser necios!
10 Su salvación está cerca de quien lo venera,
la gloria va a morar en nuestra tierra.
11 El amor y la verdad se han encontrado,
la justicia y la paz se abrazan.
12 La verdad brota de la tierra,
la justicia surge del cielo.
13 El Señor traerá prosperidad
y nuestra tierra dará su cosecha.
I.— ORÁCULOS CONTRA JUDÁ Y SUS MONARCAS (1—25)
Vocación y primeras visiones y oráculos
4 Me llegó la palabra del Señor en estos términos:
5 — Antes de formarte yo en el vientre, ya te conocía; antes de que salieras de las entrañas maternas, te consagré profeta y te destiné a las naciones.
6 Respondí:
— Ay, Señor mi Dios. ¡Pero si no sé ni hablar; soy muy joven!
7 Me contestó el Señor:
— No digas que eres joven. Irás a todos los sitios adonde yo te envíe y dirás todo lo que te ordene. 8 No les tengas miedo, pues estoy contigo para defenderte —oráculo del Señor—.
9 El Señor alargó su brazo, me tocó en la boca y me dijo:
— He puesto mis palabras en tu boca. 10 Mira, hoy mismo te doy poder sobre naciones y reinos, para arrancar y arrasar, para destruir y demoler, para construir y plantar.
La iglesia de Antioquía
19 Los creyentes que se habían dispersado a raíz de la persecución desencadenada en el caso de Esteban, llegaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, anunciando el mensaje únicamente a los judíos. 20 Pero algunos creyentes de Chipre y Cirene viajaron a Antioquía y anunciaron también a los griegos la buena nueva de Jesús, el Señor. 21 El Señor estaba con ellos, y un buen número de personas abrazaron la fe y se convirtieron al Señor. 22 Cuando esta noticia llegó a oídos de la iglesia de Jerusalén, enviaron a Bernabé a Antioquía. 23 Al llegar este y ver el resultado de la gracia de Dios, se llenó de alegría, y animaba a todos a permanecer en constante fidelidad al Señor. 24 No en vano Bernabé era hombre cabal, de fe acendrada y lleno del Espíritu Santo. Y fueron muchos los que allí se unieron al Señor.
25 Bernabé marchó después a Tarso en busca de Saulo. 26 Cuando lo encontró, lo llevó consigo a Antioquía. Y a lo largo de todo un año trabajaron los dos juntos en aquella iglesia, instruyendo en la fe a un buen número de personas. Fue precisamente en Antioquía donde por primera vez se llamó “cristianos” a los discípulos [de Jesús].
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España