Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Salmo 114 (113a)
Cuando Israel salió de Egipto
114 Cuando Israel salió de Egipto,
la casa de Jacob de un pueblo extranjero,
2 Judá se convirtió en su santuario,
Israel en sus dominios.
3 Lo vio el mar y salió huyendo,
el Jordán retrocedió.
4 Como carneros saltaron los montes,
como corderillos las colinas.
5 ¿Qué tienes tú, mar, que huyes
y tú, Jordán, que retrocedes?
6 Montes, ¿por qué saltan como carneros
y ustedes, colinas, como corderillos?
7 Tiembla, oh tierra, ante el Señor,
delante del Dios de Jacob,
8 que la roca torna en estanque,
la peña en un manantial.
Salida de Egipto
17 Una vez que el faraón dejó marchar al pueblo, Dios no los condujo por la ruta de los filisteos, aunque era el camino más corto, pues se dijo: “Si esta gente es atacada y tiene que luchar, se acobardará y regresará a Egipto”. 18 Por eso Dios hizo que el pueblo diera un rodeo por el camino del desierto hacia el mar de las Cañas.
Los israelitas salieron de Egipto bien aprovisionados. 19 Moisés llevó consigo los restos de José, pues este se lo había hecho prometer a los israelitas. Les había dicho: “Sin duda, Dios vendrá a socorrerlos, y cuando eso ocurra, se llevarán de aquí mis restos”.
20 Partieron de Sucot y acamparon en Etán, donde comienza el desierto. 21 El Señor caminaba delante de ellos: durante el día en una columna de nube para señalarles el camino; y por la noche, en una columna de fuego para alumbrarlos; así podían caminar de día y de noche. 22 Nunca se apartaban del pueblo las columnas: la de nube durante el día, y la de fuego durante la noche.
El amor fraterno
11 Desde el principio han escuchado ustedes el anuncio de amarse unos a otros. 12 No como Caín, quien, por ser del maligno, asesinó a su hermano. Y ¿por qué lo asesinó? Pues porque sus acciones eran malas, y las de su hermano, en cambio, eran buenas.
13 No se extrañen, hermanos, si el mundo los aborrece. 14 Sabemos que por amar a nuestros hermanos hemos pasado de la muerte a la vida, mientras que quien no ama sigue muerto. 15 Odiar al hermano es como darle muerte, y deben saber que ningún asesino tiene dentro de sí vida eterna. 16 Nosotros hemos conocido lo que es el amor en que Cristo dio su vida por nosotros; demos también nosotros la vida por los hermanos.
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España