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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
Version
Isaías 12

Alabanza de los rescatados

12 Aquel día dirás:

Te doy gracias, Señor. Estabas airado,
pero desviaste tu ira y me consolaste.
Pues Dios es mi salvación,
en él confío y nada temo;
Dios es mi fuerza y mi canto,
el Señor es mi salvación.
Sacarán agua gozosos
del manantial de la salvación.
Aquel día dirán:
Den gracias al Señor,
invoquen su nombre;
cuenten entre los pueblos sus gestas,
proclamen que su nombre es excelso.
Canten al Señor, porque ha hecho proezas,
difundan la noticia por toda la tierra.
Griten, vitoreen, habitantes de Sión,
que es grande entre ustedes el Santo de Israel.

Isaías 59:1-15

Descripción del pecado del pueblo

59 No es tan corta la mano del Señor
que no pueda salvar;
tampoco su oído es tan duro
que no pueda oír;
son los pecados de ustedes los que crean un abismo
entre ustedes y su Dios;
son sus delitos los que hacen
que oculte su rostro y no los oiga,
por no verlos ni oírlos.
Están sus manos repletas de crímenes,
sus dedos tintos en sangre,
sus labios hablan en falso,
su lengua musita maldades.
Nadie recurre a la justicia,
nadie pleitea con lealtad;
se basan en naderías y dicen falsedades,
se preñan de injusticia y paren maldad.
Incuban huevos de serpiente,
tejen telas de araña;
quien come de sus huevos, muere;
si los abren, sale una víbora.
Lo que tejen no sirve de vestido,
con lo que fabrican, no te puedes cubrir;
sus acciones son todas criminales,
sus manos perpetran violencia.
Sus pies caminan deprisa hacia el mal,
se apresuran a derramar sangre inocente;
sus proyectos son proyectos inicuos,
en sus sendas abundan azote y destrucción.
No conocen el camino de la paz,
carecen de derecho sus senderos;
caminan por sendas tortuosas,
quien las pisa desconoce la paz.

El pueblo reconoce su pecado

Por eso tenemos lejos el derecho,
no ha llegado a nosotros la justicia;
esperábamos luz y estamos a oscuras,
claridad, y andamos en tinieblas.
10 Palpamos como ciegos la pared,
como invidentes andamos a tientas;
trompicamos a mediodía
como si fuera de noche;
rebosamos salud y parecemos muertos.
11 Todos gruñimos como osos,
zureamos igual que palomas.
Esperábamos derecho, ¡y nada!,
salvación, y la tenemos lejos.
12 Nuestros delitos contra ti son muchos,
nuestros pecados testifican contra nosotros;
nuestros crímenes siempre nos acompañan,
y conocemos bien nuestras culpas:
13 rebelarnos y renegar del Señor,
dejar de seguir a nuestro Dios;
hablar de opresiones y revueltas,
urdir palabras engañosas.
14 Y queda marginado el derecho,
la justicia permanece alejada,
pues tropieza en las calles la lealtad,
la honradez no sabe abrirse paso.
15 La lealtad brilla por su ausencia,
quien se aparta del mal es despojado.

Intervención liberadora del Señor

El Señor ha visto disgustado
que ya no existe el derecho;

2 Tesalonicenses 1:3-12

Perseverancia en las pruebas

Hermanos, debemos dar gracias a Dios sin cesar por ustedes. Es justo que lo hagamos así porque progresan extraordinariamente en la fe y es cada vez mayor el amor mutuo que se tienen todos ustedes. Por eso, nos sentimos orgullosos de ustedes en medio de las iglesias de Dios; orgullosos de su entereza y de su fe ante el cúmulo de persecuciones y pruebas que soportan y que son una señal del justo juicio de Dios que quiere hacerlos dignos del reino por el cual ahora sufren.

I.— EL JUSTO JUICIO DE DIOS (1,6-12)

La venida del Señor, como juez justo

Dios es justo y hará que sufran quienes les están ocasionando sufrimientos; Hará también que ustedes, los que han sufrido, compartan con nosotros el descanso cuando Jesús, el Señor, se manifieste desde el cielo con sus ángeles poderosos y aparezca como una llama ardiente haciendo justicia con aquellos que no quieren conocer a Dios ni escuchar el mensaje evangélico de Jesús, nuestro Señor. Su castigo será la ruina eterna, la separación definitiva del Señor y de su glorioso poder, 10 cuando venga en aquel día y se manifieste glorioso entre sus elegidos y admirable en medio de todos los que hayan creído; porque ustedes han acogido con fe nuestro testimonio.

11 Esta es la razón por la que rogamos sin cesar por ustedes, para que nuestro Dios los haga dignos de su llamamiento y lleve a término con eficacia y plenitud no sólo todo buen propósito, sino también la obra de la fe. 12 De este modo, nuestro Señor Jesucristo será glorificado en ustedes y ustedes en él, conforme a la gracia de nuestro Dios y Señor Jesucristo.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España