Revised Common Lectionary (Complementary)
El SEÑOR: el Rey de gloria
24 Salmo de David.
Del SEÑOR es la tierra y todo lo que hay en ella;
el mundo y los que lo habitan.
2 Porque él la fundó sobre los mares
y la afirmó sobre los ríos.
3 ¿Quién subirá al monte del SEÑOR? ¿Quién permanecerá en su lugar santo?
4 El limpio de manos y puro de corazón que no ha elevado su alma a la vanidad ni ha jurado con engaño.
5 Él recibirá la bendición del SEÑOR
y la justicia del Dios de su salvación.
6 Tal es la generación de los que
le buscan,
de los que buscan tu rostro,
oh Dios de Jacob. Selah[a]
7 ¡Levanten, oh puertas, su cabeza! Levántense, oh puertas eternas,
y entrará el Rey de gloria.
8 ¿Quién es este Rey de gloria? ¡El SEÑOR, el fuerte y poderoso! ¡El SEÑOR, el poderoso en la batalla!
9 ¡Levanten, oh puertas, su cabeza! Levántense, oh puertas eternas,
y entrará el Rey de gloria.
10 ¿Quién es este Rey de gloria? ¡El SEÑOR de los Ejércitos!
¡Él es el Rey de gloria! Selah[b]
18 “Vivo yo, dice el Rey, cuyo nombre es el SEÑOR de los Ejércitos, que como el Tabor entre los montes y como el Carmelo junto al mar, así vendrá. 19 Prepara tu equipaje para la cautividad, oh moradora hija de Egipto, porque Menfis será convertida en ruinas; será devastada hasta no quedar habitantes. 20 Una vaquilla hermosísima es Egipto, pero del norte ciertamente vendrá el moscardón. 21 También sus mercenarios, en medio de ella, son como terneros engordados. También ellos se volverán y a una huirán, sin detenerse. Porque sobre ellos ha venido el día de su calamidad, el tiempo de su castigo. 22 Su sonido es como el de una serpiente que se va. Ciertamente avanzan con un ejército; vienen a ella con hachas, como leñadores. 23 Cortarán su bosque, dice el SEÑOR, aunque sea impenetrable; porque son más que las langostas; son innumerables. 24 La hija de Egipto es avergonzada; es entregada en manos del pueblo del norte”. 25 El SEÑOR de los Ejércitos, Dios de Israel, ha dicho: “He aquí que yo castigo a Amón en Tebas; al faraón, a Egipto, a sus dioses y a sus reyes; al faraón y a los que en él confían. 26 Y los entregaré en mano de los que buscan sus vidas; en mano de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y en mano de sus servidores. Pero después Egipto será habitada como en los días pasados, dice el SEÑOR.
27 “Pero tú no temas, oh siervo mío Jacob, ni desmayes, oh Israel. Porque he aquí, yo soy el que te salva desde lejos; y a tu descendencia, de la tierra de su cautividad. Jacob volverá y estará tranquilo; estará confiado, y no habrá quien lo atemorice.
28 “Tú no temas, oh siervo mío Jacob, porque yo estoy contigo, dice el SEÑOR. Ciertamente haré exterminio en todas las naciones a las cuales te he expulsado; pero en ti no haré exterminio, sino que te castigaré con justicia. De ninguna manera te daré por inocente”.
5 El que estaba sentado en el trono dijo: “He aquí yo hago nuevas todas las cosas”. Y dijo: “Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas”. 6 Me dijo también: “¡Está hecho! Yo soy el Alfa y la Omega[a], el principio y el fin. Al que tenga sed, yo le daré gratuitamente de la fuente de agua de vida”.
7 “El que venza heredará estas cosas; y yo seré su Dios y él será mi hijo. 8 Pero, para los cobardes e incrédulos, para los abominables y homicidas, para los fornicarios y hechiceros, para los idólatras y todos los mentirosos, su herencia será el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda”.
La nueva Jerusalén
9 Vino uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete últimas plagas, y habló conmigo diciendo: “Ven acá. Yo te mostraré la novia, la esposa del Cordero”. 10 Me llevó en el Espíritu[b] sobre un monte grande y alto, y me mostró la santa ciudad de Jerusalén, que descendía del cielo de parte de Dios. 11 Tenía la gloria de Dios, y su resplandor era semejante a la piedra más preciosa, como piedra de jaspe, resplandeciente como cristal. 12 Tenía un muro grande y alto. Tenía doce puertas, y a las puertas había doce ángeles, y nombres inscritos que son los nombres de las doce tribus de los hijos de Israel. 13 Tres puertas daban al este, tres puertas al norte, tres puertas al sur y tres puertas al oeste. 14 El muro de la ciudad tenía doce fundamentos, y sobre ellos los doce nombres de los apóstoles del Cordero.
15 El que hablaba conmigo tenía una caña de medir, de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro. 16 La ciudad está dispuesta en forma cuadrangular. Su largo es igual a su ancho. Él midió la ciudad con la caña, y tenía dos mil doscientos kilómetros. El largo, el ancho y el alto son iguales. 17 Midió su muro, setenta metros según medida de hombre, que es la del ángel. 18 El material del muro era jaspe, y la ciudad era de oro puro semejante al vidrio limpio. 19 Los cimientos del muro de la ciudad estaban adornados con toda piedra preciosa. El primer cimiento era de jaspe, el segundo de zafiro, el tercero de ágata, el cuarto de esmeralda, 20 el quinto de ónice, el sexto de cornalina, el séptimo de crisólito, el octavo de berilo, el noveno de topacio, el décimo de crisoprasa, el undécimo de jacinto, el duodécimo de amatista. 21 Las doce puertas eran doce perlas; cada puerta fue hecha de una sola perla. La plaza era de oro puro como vidrio transparente.
22 No vi en ella templo, porque el Señor Dios Todopoderoso, y el Cordero, es el templo de ella. 23 La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna, para que resplandezcan en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lámpara. 24 Las naciones andarán a la luz de ella, y los reyes de la tierra llevan a ella su gloria. 25 Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche. 26 Y llevarán a ella la gloria y la honra de las naciones. 27 Jamás entrará en ella cosa impura o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero.
Version Reina Valera Actualizada, Copyright © 2015 by Editorial Mundo Hispano