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Revised Common Lectionary (Complementary)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with thematically matched Old and New Testament readings.
Duration: 1245 days
Nueva Biblia Viva (NBV)
Version
Salmos 8

Al director musical. Sígase la tonada de «La canción del lagar». Salmo de David.

Oh Señor, soberano nuestro, ¡qué imponente es tu nombre en toda la tierra! ¡Has puesto tu gloria sobre los cielos! Has enseñado a los pequeños y a los niños de pecho a rendirte perfecta alabanza. ¡Que su ejemplo avergüence a tus enemigos!

Cuando alzo la vista al cielo nocturno y contemplo la obra de tus manos, la luna y las estrellas que tú hiciste, no logro comprender por qué te ocupas de nosotros, simples mortales. Nos hiciste apenas un poco inferior a un dios, y nos coronaste de gloria y de honra.

Pusiste a nuestro cuidado todo cuanto has hecho; todo ha sido puesto bajo nuestra autoridad: las ovejas, bueyes, los animales salvajes, las aves, los peces y todos los seres del mar. ¡Oh Señor nuestro, la majestad y gloria de tu nombre llenan la tierra!

Génesis 21:22-34

Pacto entre Abraham y Abimélec

22 Por este tiempo, el rey Abimélec, acompañado de Ficol, el comandante de sus tropas, fue a donde estaba Abraham y le dijo:

―Es evidente que Dios te bendice y te ayuda en todo lo que emprendes. 23 Júrame, por Dios, ahora mismo, que no nos harás daño ni a mí ni a mis hijos ni a mis descendientes. Júrame que, tanto a mí como a los habitantes de este país donde vives como extranjero, nos tratarás con la misma bondad con que yo te he tratado.

24 Abraham contestó:

―¡Te lo juro!

25 Luego, Abraham le hizo el reclamo a Abimélec acerca de un pozo que los siervos de este le habían quitado.

26 ―Sólo hasta ahora me entero de esto —exclamó el rey—, y no sé quién tenga la culpa. ¿Por qué no me lo dijiste antes?

27 Entonces Abraham le dio ovejas y vacas a Abimélec; y los dos hicieron un pacto.

28 Abraham puso aparte siete corderas del rebaño. 29 Entonces Abimélec le preguntó:

―¿Para qué son esas siete corderas que has separado?

30 Abraham contestó:

―Es un regalo que te hago como confirmación pública de que este pozo es mío.

31 Desde ese momento el pozo fue llamado Berseba (pozo del juramento), porque allí los dos hicieron un juramento.

32 Después de haber hecho este pacto en Berseba, el rey Abimélec y Ficol, el comandante de su ejército, volvieron al país de los filisteos. 33 Y Abraham plantó un árbol tamarisco allí en Berseba, e invocó el nombre del Señor, el Dios eterno. 34 Y vivió Abraham en Filistea durante mucho tiempo.

Romanos 8:1-11

Vida mediante el Espíritu

Así que a los que están unidos a Jesucristo ya no les espera ninguna condenación, porque el poder vivificador del Espíritu, poder que reciben a través de Jesucristo, los libera del poder del pecado y de la muerte.

La ley no pudo liberarnos porque nuestra naturaleza pecaminosa anuló su poder. Pero Dios envió a su propio Hijo con un cuerpo humano igual en todo al nuestro para entregarlo en sacrificio por nuestros pecados, y así destruyó el dominio del pecado sobre nosotros.

Por eso, si vivimos según el Espíritu Santo y negamos obediencia a nuestra vieja naturaleza pecaminosa, podemos obedecer las justas demandas de la ley de Dios.

Los que se dejan dominar por su naturaleza pecaminosa viven sólo para complacer sus deseos; pero los que viven de acuerdo con el Espíritu, se preocupan de las cosas del Espíritu.

Los que ocupan su mente en las cosas del Espíritu tienen vida y paz; pero el ocuparse de las cosas de la naturaleza pecaminosa produce muerte, porque la naturaleza pecaminosa siempre se rebela contra Dios, nunca ha obedecido la ley de Dios y nunca podrá obedecerla.

Por eso, los que viven de acuerdo con su naturaleza pecaminosa jamás podrán agradar a Dios.

Pero ustedes no son así. Ustedes viven según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en ustedes. No es cristiano quien no tenga el Espíritu de Cristo. 10 Y como Cristo vive en ustedes, sus cuerpos están muertos a consecuencia del pecado, pero sus espíritus viven porque Cristo los ha hecho justos.

11 Y si el Espíritu de Dios que levantó a Jesús de entre los muertos vive en ustedes, él mismo les dará vida a sus cuerpos mortales.

Nueva Biblia Viva (NBV)

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