Revised Common Lectionary (Complementary)
Tau
169 Llegue mi clamor delante de ti, Jehová;
dame entendimiento conforme a tu palabra.
170 Llegue mi oración delante de ti;
líbrame conforme a tu dicho.
171 Mis labios rebosarán de alabanza
cuando me enseñes tus estatutos.
172 Hablará mi lengua tus dichos,
porque todos tus mandamientos son justicia.
173 Esté tu mano pronta para socorrerme,
porque tus mandamientos he escogido.
174 He deseado tu salvación, Jehová,
y tu Ley es mi delicia.
175 ¡Viva mi alma y te alabe,
y tus juicios me ayuden!
176 Yo anduve errante como una oveja extraviada;
¡busca a tu siervo,
porque no me he olvidado de tus mandamientos!
11 Vivía entonces en Bet-el un viejo profeta. Vino su hijo y le contó todo lo que el hombre de Dios había hecho aquel día en Bet-el; le contaron también a su padre las palabras que había dicho al rey. 12 Su padre les dijo:
—¿Por qué camino se fue?
Sus hijos le mostraron el camino por donde había regresado el hombre de Dios que había venido de Judá. 13 Y él les dijo:
—Ensilladme el asno.
Ellos le ensillaron el asno y él lo montó. 14 Se fue tras el hombre de Dios y lo halló sentado debajo de una encina.
—¿Eres tú el hombre de Dios que vino de Judá? —le preguntó.
—Yo soy —le respondió él.
15 —Ven conmigo a casa y come algo —le dijo entonces.
16 Pero él respondió:
—No podré volver contigo, ni iré contigo, ni tampoco comeré pan ni beberé agua contigo en este lugar. 17 Porque por mandato de Dios me ha sido dicho: “No comas pan ni bebas agua allí, ni regreses por el mismo camino.”
18 El otro le dijo, mintiéndole:
—Yo también soy profeta como tú, y un ángel me ha hablado por mandato de Jehová, diciendo: “Tráele contigo a tu casa para que coma pan y beba agua.”
19 Entonces regresó con él y comió pan y bebió agua en su casa.
20 Cuando estaban sentados a la mesa, aconteció que Jehová habló al profeta que lo había hecho volver, 21 el cual clamó al hombre de Dios que había venido de Judá diciendo: «Así dijo Jehová: Por cuanto has sido rebelde al mandato de Jehová, y no guardaste el mandamiento que Jehová, tu Dios, te había prescrito, 22 sino que volviste y comiste pan y bebiste agua en el lugar donde Jehová te había dicho que no comieras pan ni bebieras agua, no entrará tu cuerpo en el sepulcro de tus padres.»
23 Después de haber comido pan y bebido, el que le había hecho volver le ensilló el asno. 24 Al partir, lo encontró un león en el camino y lo mató. Su cuerpo quedó tirado en el camino, y el asno y el león permanecieron junto al cuerpo. 25 Unos que pasaban vieron el cuerpo que estaba echado en el camino, y al león que permanecía junto al cuerpo, y fueron a contarlo a la ciudad donde vivía el viejo profeta.
3 Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. 2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra, 3 porque habéis muerto y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. 4 Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.
La vida antigua y la nueva
5 Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría. 6 Por estas cosas la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia, 7 en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas. 8 Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. 9 No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos 10 y revestido del nuevo. Éste, conforme a la imagen del que lo creó, se va renovando hasta el conocimiento pleno, 11 donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni extranjero, esclavo ni libre, sino que Cristo es el todo y en todos.
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