Revised Common Lectionary (Complementary)
Acción de gracias por haber sido librado de la muerte
116 Amo a Jehová,
pues ha oído mi voz y mis súplicas,
2 porque ha inclinado a mí su oído;
por tanto, lo invocaré en todos mis días.
3 Me rodearon ligaduras de muerte,
me encontraron las angustias del seol;
angustia y dolor había yo hallado.
4 Entonces invoqué el nombre de Jehová, diciendo:
«¡Jehová, libra ahora mi alma!»
5 Clemente es Jehová, y justo;
sí, misericordioso es nuestro Dios.
6 Jehová guarda a los sencillos;
estaba yo postrado, y me salvó.
7 ¡Vuelve, alma mía, a tu reposo,
porque Jehová te ha hecho bien!,
8 pues tú has librado mi alma de la muerte,
mis ojos de lágrimas
y mis pies de resbalar.
9 Andaré delante de Jehová
en la tierra de los vivientes.
15 Entonces ella los hizo descender con una cuerda por la ventana, pues su casa estaba en el muro de la ciudad y ella vivía en el muro. 16 Les dijo:
—Marchaos al monte, para que los que fueron tras vosotros no os encuentren. Estad escondidos allí tres días, hasta que vuelvan los que os siguen; después os iréis por vuestro camino.
17 Ellos le dijeron:
—Nosotros quedaremos libres de este juramento que te hemos hecho. 18 Cuando nosotros entremos en la tierra, tú atarás este cordón de grana a la ventana por la cual nos descolgaste, y reunirás en tu casa a tu padre y a tu madre, a tus hermanos y a toda la familia de tu padre. 19 Cualquiera que salga fuera de las puertas de tu casa, su sangre caerá sobre su cabeza y nosotros seremos sin culpa. Pero cualquiera que esté en la casa contigo, su sangre caerá sobre nuestra cabeza, si alguna mano lo toca. 20 Y si tú denuncias este nuestro asunto, nosotros quedaremos libres de este juramento que te hemos hecho.
21 —Sea así como habéis dicho —respondió ella.
Luego los despidió; ellos se fueron y ella ató el cordón de grana a la ventana.
22 Marcharon ellos, llegaron al monte y se quedaron allí tres días, hasta que volvieron los que los perseguían, quienes los habían buscado por todo el camino, sin hallarlos. 23 Entonces volvieron los dos hombres a descender del monte, pasaron, y cuando llegaron adonde estaba Josué hijo de Nun, le contaron todas las cosas que les habían acontecido. 24 Dijeron a Josué: «Jehová ha entregado toda la tierra en nuestras manos; todos los habitantes del país tiemblan ante nosotros.»
17 Así también la fe, si no tiene obras, está completamente muerta.
18 Pero alguno dirá: «Tú tienes fe y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras y yo te mostraré mi fe por mis obras.» 19 Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. 20 ¿Pero quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras está muerta? 21 ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? 22 ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras y que la fe se perfeccionó por las obras? 23 Y se cumplió la Escritura que dice: «Abraham creyó a Dios y le fue contado por justicia», y fue llamado amigo de Dios.
24 Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras y no solamente por la fe. 25 Asimismo, Rahab, la ramera, ¿no fue acaso justificada por obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino? 26 Así como el cuerpo sin espíritu está muerto, también la fe sin obras está muerta.
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