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Revised Common Lectionary (Complementary)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with thematically matched Old and New Testament readings.
Duration: 1245 days
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
Version
Isaías 35:4-7

Decid a los de corazón apocado:
«¡Esforzaos, no temáis!
He aquí que vuestro Dios viene
con retribución, con pago;
Dios mismo vendrá y os salvará.»
Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos
y destapados los oídos de los sordos.
Entonces el cojo saltará como un ciervo
y cantará la lengua del mudo,
porque aguas serán cavadas en el desierto
y torrentes en la estepa.
El lugar seco se convertirá en estanque
y el sequedal en manaderos de aguas.
La guarida de los chacales, donde ellos se refugian,
será lugar de cañas y juncos.

Salmos 146

Alabanza por la justicia de Dios

¡Aleluya!

146 ¡Alaba, alma mía, a Jehová!
Alabaré a Jehová en mi vida;
cantaré salmos a mi Dios mientras viva.

No confiéis en los príncipes
ni en hijo de hombre, porque no hay en él salvación,
pues sale su aliento y vuelve a la tierra;
en ese mismo día perecen sus pensamientos.

Bienaventurado aquel cuyo ayudador es el Dios de Jacob,
cuya esperanza está en Jehová su Dios,
el cual hizo los cielos y la tierra,
el mar, y todo lo que en ellos hay;
que guarda la verdad para siempre,
que hace justicia a los agraviados,
que da pan a los hambrientos.

Jehová liberta a los cautivos;
Jehová abre los ojos a los ciegos;
Jehová levanta a los caídos;
Jehová ama a los justos.
Jehová guarda a los extranjeros;
al huérfano y a la viuda sostiene,
y el camino de los impíos trastorna.

10 Reinará Jehová para siempre;
tu Dios, Sión, de generación en generación.

¡Aleluya!

Santiago 2:1-10

Amonestación contra la parcialidad

Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas. Si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y ropa espléndida, y también entra un pobre con vestido andrajoso, y miráis con agrado al que trae la ropa espléndida y le decís: «Siéntate tú aquí, en buen lugar», y decís al pobre: «Quédate tú allí de pie», o «Siéntate aquí en el suelo», ¿no hacéis distinciones entre vosotros mismos y venís a ser jueces con malos pensamientos?

Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que lo aman? Pero vosotros habéis afrentado al pobre. ¿No os oprimen los ricos y no son ellos los mismos que os arrastran a los tribunales? ¿No blasfeman ellos el buen nombre que fue invocado sobre vosotros?

Si en verdad cumplís la Ley suprema, conforme a la Escritura: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo», bien hacéis; pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado y quedáis convictos por la Ley como transgresores, 10 porque cualquiera que guarde toda la Ley, pero ofenda en un punto, se hace culpable de todos,

Santiago 2:11-13

11 pues el que dijo: «No cometerás adulterio», también ha dicho: «No matarás». Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la Ley. 12 Así hablad y así haced, como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad, 13 porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no haga misericordia; y la misericordia triunfa sobre el juicio.

Santiago 2:14-17

La fe sin obras está muerta

14 Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarlo? 15 Y si un hermano o una hermana están desnudos y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, 16 y alguno de vosotros les dice: «Id en paz, calentaos y saciaos», pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? 17 Así también la fe, si no tiene obras, está completamente muerta.

Marcos 7:24-37

La fe de la mujer sirofenicia(A)

24 Levantándose de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón. Entró en una casa, y no quería que nadie lo supiera; pero no pudo esconderse. 25 Una mujer, cuya hija tenía un espíritu impuro, luego que oyó de él vino y se postró a sus pies. 26 La mujer era griega, sirofenicia de origen, y le rogaba que echara fuera de su hija al demonio. 27 Pero Jesús le dijo:

—Deja primero que se sacien los hijos, porque no está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perros.

28 Respondió ella y le dijo:

—Sí, Señor; pero aun los perros, debajo de la mesa, comen de las migajas de los hijos.

29 Entonces le dijo:

—Por causa de esta palabra, vete; el demonio ha salido de tu hija. 30 Cuando la mujer llegó a su casa, halló a la hija acostada en la cama, y que el demonio había salido de ella.

Jesús sana a un sordomudo

31 Volviendo a salir de la región de Tiro, vino por Sidón al Mar de Galilea, pasando por la región de Decápolis. 32 Le trajeron un sordo y tartamudo, y le rogaron que pusiera la mano sobre él. 33 Entonces, apartándolo de la gente, le metió los dedos en los oídos, escupió y tocó su lengua. 34 Luego, levantando los ojos al cielo, gimió y le dijo:

—¡Efata! (que quiere decir: “Sé abierto.”)

35 Al momento fueron abiertos sus oídos, se desató la ligadura de su lengua y hablaba bien. 36 Y les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más les mandaba, tanto más y más lo divulgaban. 37 Y en gran manera se maravillaban, diciendo:

—Bien lo ha hecho todo; hace a los sordos oír y a los mudos hablar.

Reina-Valera 1995 (RVR1995)

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