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Revised Common Lectionary (Complementary)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with thematically matched Old and New Testament readings.
Duration: 1245 days
Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
Job 38:1-11

El Señor desafía a Job

38 Entonces el Señor respondió a Job desde el torbellino:

«¿Quién es este que pone en duda mi sabiduría
    con palabras tan ignorantes?
Prepárate, muestra tu hombría
    porque tengo algunas preguntas para ti
    y tendrás que contestarlas.

»¿Dónde estabas tú cuando puse los cimientos de la tierra?
    Dímelo, ya que sabes tanto.
¿Quién decidió sus dimensiones
    y extendió la cinta de medir?
¿Qué sostiene sus cimientos
    y quién puso su piedra principal
mientras las estrellas de la mañana cantaban a coro
    y todos los ángeles[a] gritaban de alegría?

»¿Quién contuvo el mar dentro de sus límites
    cuando brotó del vientre
y cuando lo vestí de nubes
    y lo envolví en densa oscuridad?
10 Pues lo encerré detrás de portones con rejas
    y puse límite a sus orillas.
11 Dije: “De aquí no pasarás.
    ¡Aquí se detendrán tus orgullosas olas!”.

Salmos 107:1-3

Libro Quinto (Salmos 107–150)

107 ¡Den gracias al Señor, porque él es bueno!
    Su fiel amor perdura para siempre.
¿Los ha rescatado el Señor? ¡Entonces, hablen con libertad!
    Cuenten a otros que él los ha rescatado de sus enemigos.
Pues ha reunido a los desterrados de muchos países,
    del oriente y del occidente,
    del norte y del sur.[a]

Salmos 107:23-32

23 Algunos se hicieron a la mar en barcos
    y surcaron las rutas comerciales del mundo.
24 También observaron el poder del Señor en acción,
    sus impresionantes obras en los mares más profundos.
25 Él habló, y se desataron los vientos
    que agitaron las olas.
26 Los barcos fueron lanzados hacia los cielos
    y cayeron nuevamente a las profundidades;
    los marineros se acobardaron de terror.
27 Se tambaleaban y daban tumbos como borrachos;
    no sabían qué más hacer.
28 «¡Socorro, Señor!», clamaron en medio de su dificultad,
    y él los salvó de su aflicción.
29 Calmó la tormenta hasta convertirla en un susurro
    y aquietó las olas.
30 ¡Qué bendición fue esa quietud
    cuando los llevaba al puerto sanos y salvos!
31 Que alaben al Señor por su gran amor
    y por las obras maravillosas que ha hecho a favor de ellos.
32 Que lo exalten públicamente delante de la congregación
    y ante los líderes del pueblo.

2 Corintios 6:1-13

Como colaboradores de Dios,[a] les suplicamos que no reciban ese maravilloso regalo de la bondad de Dios y luego no le den importancia. Pues Dios dice:

«En el momento preciso, te oí.
    En el día de salvación te ayudé»[b].

Efectivamente, el «momento preciso» es ahora. Hoy es el día de salvación.

Dificultades y privaciones de Pablo

Vivimos de tal manera que nadie tropezará a causa de nosotros, y nadie encontrará ninguna falta en nuestro ministerio. En todo lo que hacemos, demostramos que somos verdaderos ministros de Dios. Con paciencia soportamos dificultades y privaciones y calamidades de toda índole. Fuimos golpeados, encarcelados, enfrentamos a turbas enfurecidas, trabajamos hasta quedar exhaustos, aguantamos noches sin dormir y pasamos hambre. Demostramos lo que somos por nuestra pureza, nuestro entendimiento, nuestra paciencia, nuestra bondad, por el Espíritu Santo que está dentro de nosotros[c] y por nuestro amor sincero. Con fidelidad predicamos la verdad. El poder de Dios actúa en nosotros. Usamos las armas de la justicia con la mano derecha para atacar y con la izquierda para defender. Servimos a Dios, ya sea que la gente nos honre o nos desprecie, sea que nos calumnie o nos elogie. Somos sinceros, pero nos llaman impostores. Nos ignoran aun cuando somos bien conocidos. Vivimos al borde de la muerte, pero aún seguimos con vida. Nos han golpeado, pero no matado. 10 Hay dolor en nuestro corazón, pero siempre tenemos alegría. Somos pobres, pero damos riquezas espirituales a otros. No poseemos nada, y sin embargo, lo tenemos todo.

11 ¡Oh, queridos amigos corintios!, les hemos hablado con toda sinceridad y nuestro corazón está abierto a ustedes. 12 No hay falta de amor de nuestra parte, pero ustedes nos han negado su amor. 13 Les pido que respondan como si fueran mis propios hijos. ¡Ábrannos su corazón!

Marcos 4:35-41

Jesús calma la tormenta

35 Al atardecer, Jesús dijo a sus discípulos: «Crucemos al otro lado del lago». 36 Así que dejaron a las multitudes y salieron con Jesús en la barca (aunque otras barcas los siguieron). 37 Pronto se desató una tormenta feroz y olas violentas entraban en la barca, la cual empezó a llenarse de agua.

38 Jesús estaba dormido en la parte posterior de la barca, con la cabeza recostada en una almohada. Los discípulos lo despertaron: «¡Maestro! ¿No te importa que nos ahoguemos?», gritaron.

39 Cuando Jesús se despertó, reprendió al viento y dijo a las olas: «¡Silencio! ¡Cálmense!». De repente, el viento se detuvo y hubo una gran calma. 40 Luego él les preguntó: «¿Por qué tienen miedo? ¿Todavía no tienen fe?».

41 Los discípulos estaban completamente aterrados. «¿Quién es este hombre?—se preguntaban unos a otros—. ¡Hasta el viento y las olas lo obedecen!».

Nueva Traducción Viviente (NTV)

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