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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
La Palabra (España) (BLP)
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Génesis 10-12

Las naciones de la tierra (1 Cr 1,5-23)

10 Estos son los descendientes que les nacieron a Sem, Cam y Jafet, hijos de Noé, después del diluvio.

Descendientes de Jafet: Gómer, Magog, Maday, Jabán, Túbal, Mosol y Tirás. Descendientes de Gómer: Asquenaz, Rifat y Togarmá. Descendientes de Jabán: Elisá y Tarsis, Quitín y Dodanín. Estos fueron los descendientes de Jafet que poblaron las costas, según sus clanes e idiomas, territorios y naciones.

Descendientes de Cam: Cus, Egipto, Put y Canaán. Descendientes de Cus: Sebá, Javilá, Sabta, Ramá y Sabtecá. Descendientes de Ramá: Sebá y Dedán. Cus fue el padre de Nemrod, que fue el primero en enseñorearse en el país; fue ante el Señor un intrépido cazador, y de ahí el dicho: “Igual a Nemrod que ante el Señor fue un intrépido cazador”. 10 Las principales ciudades de su reino fueron: Babel, Erec, Acad y Calné, en la región de Senaar. 11 Desde esa región Nemrod salió hacia Asur donde construyó las ciudades de Nínive, Rejobot Ir, Calaj 12 y Resen, la gran ciudad que está entre Nínive y Calaj.

13 De Egipto descienden los ludíes, los anamíes, los leabíes, los naftujíes, 14 los petusíes, los caslujíes y los caftoríes, de quienes proceden los filisteos.

15 De Canaán descienden Sidón, su primogénito, y Jet, 16 así como los jebuseos, amorreos, guirgaseos, 17 jeveos, araqueos, sineos, 18 arvadeos, semareos y jamateos. Más tarde, los clanes cananeos se dispersaron, 19 y su territorio se extendió desde Sidón hasta Guerar y Gaza, en dirección a Sodoma, Gomorra, Adamá, Seboín y Lesa. 20 Estos fueron los descendientes de Cam, según sus clanes e idiomas, territorios y naciones.

21 También Sem, hermano mayor de Jafet, tuvo descendencia; de él proceden Éber y todos sus descendientes. 22 Descendientes de Sem: Elam, Asur, Arfaxad, Lud y Aram. 23 Descendientes de Aram: Jus, Jul, Gueter y Mas. 24 Arfaxad engendró a Sélaj, y Sélaj a Éber. 25 Éber tuvo dos hijos: el primero se llamó Péleg, porque en su tiempo la [población de la] tierra se dividió. Su hermano, de nombre Joctán, 26 engendró a Almodad, Salef, Jasarmávet, Jarat, 27 Adorán, Uzal, Diclá, 28 Obal, Abimael, Sebá, 29 Ofir, Javilá y Jobab; todos estos fueron hijos de Joctán, 30 y vivieron en el territorio que se extiende desde Mesá hasta Safar, en la región montañosa del oriente. 31 Estos fueron los descendientes de Sem, según sus clanes e idiomas, territorios y naciones.

32 Estos son los clanes de los descendientes de Noé, según sus genealogías y naciones. A partir de estos clanes, las naciones se extendieron sobre la tierra después del diluvio.

La torre de Babel

11 El mundo entero hablaba una misma lengua y usaba las mismas palabras. Y sucedió que al emigrar desde oriente, encontraron una llanura en la región de Senaar y allí se asentaron. Entonces se dijeron unos a otros:

— Vamos a hacer ladrillos y a cocerlos al fuego.

(Así fue como usaron ladrillos en lugar de piedra, y alquitrán en lugar de mortero). Y siguieron diciendo:

— Vamos a edificar una ciudad y una torre que llegue hasta el cielo, para hacernos famosos y para no dispersarnos por toda la tierra.

El Señor bajó a ver la ciudad y la torre que los seres humanos estaban construyendo y pensó: “Si esto es sólo el comienzo de su actividad, nada de lo que se propongan hacer les resultará imposible, mientras formen un solo pueblo y tengan una misma lengua. Será mejor que bajemos a confundir su lengua para que no se entiendan entre ellos mismos”.

Y así fue como el Señor los dispersó desde aquel lugar por toda la superficie de la tierra, y dejaron de construir la ciudad. Por eso aquella ciudad se llamó Babel porque allí confundió el Señor la lengua de todos los habitantes de la tierra y los dispersó por todo el mundo.

Descendientes de Sem (1 Cr 1,24-27)

10 Estos son los descendientes de Sem:

Sem tenía cien años cuando engendró a Arfaxad, dos años después del diluvio. 11 Después de engendrar a Arfaxad, vivió Sem quinientos años más, y tuvo otros hijos e hijas.

12 Arfaxad tenía treinta y cinco años cuando engendró a Sélaj. 13 Después de engendrar a Sélaj, vivió Arfaxad cuatrocientos tres años más, y tuvo otros hijos e hijas.

14 Sélaj tenía treinta años cuando engendró a Éber. 15 Después de engendrar a Éber, vivió Sélaj cuatrocientos tres años más, y tuvo otros hijos e hijas.

16 Éber tenía treinta y cuatro años cuando engendró a Péleg. 17 Después de engendrar a Péleg, vivió Éber cuatrocientos treinta años más, y tuvo otros hijos e hijas.

18 Péleg tenía treinta años cuando engendró a Reú. 19 Después de engendrar a Reú, vivió Péleg doscientos nueve años más, y tuvo otros hijos e hijas.

20 Reú tenía treinta y dos años cuando engendró a Sarug. 21 Después de engendrar a Sarug, vivió Reú doscientos siete años más, y tuvo otros hijos e hijas.

22 Sarug tenía treinta años cuando engendró a Najor. 23 Después de engendrar a Najor, vivió Sarug doscientos años más, y tuvo otros hijos e hijas.

24 Najor tenía veintinueve años cuando engendró a Téraj. 25 Después de engendrar a Téraj, vivió Najor ciento diecinueve años más, y tuvo otros hijos e hijas.

26 Téraj tenía setenta años cuando engendró a Abrán, Najor y Aram.

Descendientes de Téraj

27 Estos son los descendientes de Téraj: Téraj engendró a Abrán, Najor y Aram. Aram engendró a Lot, 28 y murió en su país natal, en Ur de los caldeos, antes que su padre Téraj.

29 Abrán y Najor se casaron: la mujer de Abrán se llamaba Saray y la de Najor Milcá, que era hija de Aram y hermana de Jiscá. 30 Saray era estéril y no tenía hijos.

31 Téraj tomó a su hijo Abrán, a su nieto Lot, el hijo de Aram, y a su nuera Saray, y salieron todos juntos de Ur de los caldeos para ir al país de Canaán. Sin embargo, al llegar a Jarán, se quedaron allí a vivir. 32 Téraj vivió doscientos cinco años y murió en Jarán.

II.— HISTORIAS PATRIARCALES (12—50)

Ciclo de Abrahán (12,1—25,18)

Dios llama a Abrán

12 El Señor dijo a Abrán:

— Deja tu tierra natal y la casa de tu padre, y dirígete a la tierra que yo te mostraré. Te convertiré en una gran nación, te bendeciré y haré famoso tu nombre, y servirás de bendición para otros. Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan. ¡En ti serán benditas todas las familias de la tierra!

Abrán partió, como le había ordenado el Señor, y con él marchó también Lot. Tenía Abrán setenta y cinco años cuando salió de Jarán. Abrán llevó consigo a Saray, su mujer, y a su sobrino Lot, junto con todos los bienes que poseían y con todos los esclavos que habían adquirido en Jarán, y se encaminaron hacia la tierra de Canaán.

Cuando llegaron, Abrán atravesó toda la región hasta Siquén, llegando hasta la encina de Moré. (Por aquel entonces los cananeos habitaban en el país).

El Señor se apareció a Abrán y le dijo:

— Yo daré esta tierra a tu descendencia.

Entonces Abrán erigió allí un altar al Señor, porque se le había aparecido. De allí se dirigió a la zona montañosa, al este de Betel, y allí montó su tienda, teniendo Betel al oeste y Ay al este. En aquel lugar erigió un altar al Señor e invocó allí su nombre. Después, por etapas, Abrán continuó avanzando hacia el Négueb.

Abrán en Egipto

10 Pero sobrevino una hambruna en aquella región y, como el hambre apretaba, Abrán bajó a Egipto para establecerse allí. 11 Cuando ya estaba llegando a Egipto, Abrán dijo a Saray, su mujer:

— Es evidente que eres una mujer muy bella; 12 cuando te vean los egipcios, dirán: “Es su mujer”, por lo que a mí me matarán y a ti te dejarán con vida. 13 Di, por favor, que eres mi hermana; de este modo me tratarán bien por consideración a ti, y podré salvar la vida.

14 Cuando Abrán llegó a Egipto, los egipcios descubrieron, en efecto, lo hermosa que era Saray. 15 También la vieron algunos oficiales del faraón y se la ponderaron tanto al faraón que la mujer fue llevada a su palacio.

16 Por consideración a ella, Abrán recibió un excelente trato, además de ovejas, vacas y asnos, siervos y siervas, asnas y camellos. 17 Pero el Señor castigó al faraón y a su corte con grandes plagas por lo de Saray, la mujer de Abrán. 18 Así que el faraón llamó a Abrán y le dijo:

— ¿Qué me has hecho? ¿Por qué no me dijiste que era tu mujer? 19 ¿Por qué dijiste que era tu hermana, dando lugar a que yo la tomara por esposa? Ahí tienes a tu mujer; tómala y márchate.

20 Acto seguido el faraón ordenó a los suyos que expulsaran a aquel hombre junto con su mujer y sus posesiones.

Mateo 4

Jesús puesto a prueba en el desierto

Después de esto, el Espíritu llevó a Jesús al desierto para que el diablo lo pusiera a prueba. Jesús ayunó cuarenta días y cuarenta noches, y al final sintió hambre. Entonces se le acercó el diablo y le dijo:

— Si de veras eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.

Jesús le contestó:

— Las Escrituras dicen: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra pronunciada por Dios.

El diablo lo llevó luego a la ciudad santa, lo subió al alero del Templo y le dijo:

— Si de veras eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque dicen las Escrituras: Dios ordenará a sus ángeles que cuiden de ti y te tomen en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra.

Jesús le contestó:

— También dicen las Escrituras: No pondrás a prueba al Señor tu Dios.

De nuevo el diablo lo llevó a un monte muy alto y, mostrándole todas las naciones del mundo y su esplendor, le dijo:

— Yo te daré todo esto si te arrodillas ante mí y me adoras.

10 Pero Jesús le replicó:

— Vete de aquí, Satanás, pues dicen las Escrituras: Al Señor tu Dios adorarás y sólo a él darás culto.

11 El diablo se apartó entonces de Jesús, y llegaron los ángeles para servirle.

III.— ANUNCIO DEL REINO EN GALILEA (4,12—18,35)

Primera actividad de Jesús (4,12-25)

Jesús inicia su actividad (Mc 1,14-15; Lc 4,1-13)

12 Al enterarse Jesús de que Juan había sido encarcelado, se retiró a Galilea. 13 Pero no fue a Nazaret sino que fijó su residencia en Cafarnaún, junto al lago, en los términos de Zabulón y Neftalí, 14 en cumplimiento de lo dicho por medio del profeta Isaías:

15 ¡Tierra de Zabulón y Neftalí,
camino del mar, al oriente del Jordán,
Galilea de los paganos!
16 El pueblo sumido en las tinieblas
vio una luz resplandeciente;
a los que vivían en país de sombra de muerte,
una luz los alumbró.

17 A partir de aquel momento, Jesús comenzó a predicar diciendo:

— Convertíos, porque ya está cerca el reino de los cielos.

Llamamiento de los primeros discípulos (Mc 1,16-20; Lc 5,1.10-11)

18 Iba Jesús paseando por la orilla del lago de Galilea, cuando vio a dos hermanos: Simón, también llamado Pedro, y su hermano Andrés. Eran pescadores, y estaban echando la red en el lago. 19 Jesús les dijo:

— Venid conmigo y os haré pescadores de hombres.

20 Ellos dejaron de inmediato sus redes y se fueron con él. 21 Más adelante vio a otros dos hermanos: Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, que estaban en la barca con su padre, reparando las redes. Los llamó, 22 y ellos, dejando en seguida la barca y a su padre, lo siguieron.

Jesús enseña y cura

23 Jesús recorría toda Galilea enseñando en las sinagogas judías. Anunciaba la buena noticia del Reino y curaba toda clase de enfermedades y dolencias de la gente. 24 Su fama se extendió por toda Siria, y le traían a todos los que padecían algún mal: a los que sufrían diferentes enfermedades y dolores, y también a endemoniados, lunáticos y paralíticos. Y Jesús los curaba. 25 Así que lo seguía una enorme muchedumbre procedente de Galilea, de la Decápolis, de Jerusalén, de Judea y de la orilla oriental del Jordán.

La Palabra (España) (BLP)

La Palabra, (versión española) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España