Old/New Testament
Las naciones de la tierra (1 Cr 1,5-23)
10 Estos son los descendientes que les nacieron a Sem, Cam y Jafet, hijos de Noé, después del diluvio.
2 Descendientes de Jafet: Gómer, Magog, Maday, Jabán, Túbal, Mosol y Tirás. 3 Descendientes de Gómer: Asquenaz, Rifat y Togarmá. 4 Descendientes de Jabán: Elisá y Tarsis, Quitín y Dodanín. 5 Estos fueron los descendientes de Jafet que poblaron las costas, según sus clanes e idiomas, territorios y naciones.
6 Descendientes de Cam: Cus, Egipto, Put y Canaán. 7 Descendientes de Cus: Sebá, Javilá, Sabta, Ramá y Sabtecá. Descendientes de Ramá: Sebá y Dedán. 8 Cus fue el padre de Nemrod, que fue el primero en enseñorearse en el país; 9 fue ante el Señor un intrépido cazador, y de ahí el dicho: “Igual a Nemrod que ante el Señor fue un intrépido cazador”. 10 Las principales ciudades de su reino fueron: Babel, Erec, Acad y Calné, en la región de Senaar. 11 Desde esa región Nemrod salió hacia Asur donde construyó las ciudades de Nínive, Rejobot Ir, Calaj 12 y Resen, la gran ciudad que está entre Nínive y Calaj.
13 De Egipto descienden los ludíes, los anamíes, los leabíes, los naftujíes, 14 los petusíes, los caslujíes y los caftoríes, de quienes proceden los filisteos.
15 De Canaán descienden Sidón, su primogénito, y Jet, 16 así como los jebuseos, amorreos, guirgaseos, 17 jeveos, araqueos, sineos, 18 arvadeos, semareos y jamateos. Más tarde, los clanes cananeos se dispersaron, 19 y su territorio se extendió desde Sidón hasta Guerar y Gaza, en dirección a Sodoma, Gomorra, Adamá, Seboín y Lesa. 20 Estos fueron los descendientes de Cam, según sus clanes e idiomas, territorios y naciones.
21 También Sem, hermano mayor de Jafet, tuvo descendencia; de él proceden Éber y todos sus descendientes. 22 Descendientes de Sem: Elam, Asur, Arfaxad, Lud y Aram. 23 Descendientes de Aram: Jus, Jul, Gueter y Mas. 24 Arfaxad engendró a Sélaj, y Sélaj a Éber. 25 Éber tuvo dos hijos: el primero se llamó Péleg, porque en su tiempo la [población de la] tierra se dividió. Su hermano, de nombre Joctán, 26 engendró a Almodad, Salef, Jasarmávet, Jarat, 27 Adorán, Uzal, Diclá, 28 Obal, Abimael, Sebá, 29 Ofir, Javilá y Jobab; todos estos fueron hijos de Joctán, 30 y vivieron en el territorio que se extiende desde Mesá hasta Safar, en la región montañosa del oriente. 31 Estos fueron los descendientes de Sem, según sus clanes e idiomas, territorios y naciones.
32 Estos son los clanes de los descendientes de Noé, según sus genealogías y naciones. A partir de estos clanes, las naciones se extendieron sobre la tierra después del diluvio.
La torre de Babel
11 El mundo entero hablaba una misma lengua y usaba las mismas palabras. 2 Y sucedió que al emigrar desde oriente, encontraron una llanura en la región de Senaar y allí se asentaron. 3 Entonces se dijeron unos a otros:
— Vamos a hacer ladrillos y a cocerlos al fuego.
(Así fue como usaron ladrillos en lugar de piedra, y alquitrán en lugar de mortero). 4 Y siguieron diciendo:
— Vamos a edificar una ciudad y una torre que llegue hasta el cielo, para hacernos famosos y para no dispersarnos por toda la tierra.
5 El Señor bajó a ver la ciudad y la torre que los seres humanos estaban construyendo 6 y pensó: “Si esto es sólo el comienzo de su actividad, nada de lo que se propongan hacer les resultará imposible, mientras formen un solo pueblo y tengan una misma lengua. 7 Será mejor que bajemos a confundir su lengua para que no se entiendan entre ellos mismos”.
8 Y así fue como el Señor los dispersó desde aquel lugar por toda la superficie de la tierra, y dejaron de construir la ciudad. 9 Por eso aquella ciudad se llamó Babel porque allí confundió el Señor la lengua de todos los habitantes de la tierra y los dispersó por todo el mundo.
Descendientes de Sem (1 Cr 1,24-27)
10 Estos son los descendientes de Sem:
Sem tenía cien años cuando engendró a Arfaxad, dos años después del diluvio. 11 Después de engendrar a Arfaxad, vivió Sem quinientos años más, y tuvo otros hijos e hijas.
12 Arfaxad tenía treinta y cinco años cuando engendró a Sélaj. 13 Después de engendrar a Sélaj, vivió Arfaxad cuatrocientos tres años más, y tuvo otros hijos e hijas.
14 Sélaj tenía treinta años cuando engendró a Éber. 15 Después de engendrar a Éber, vivió Sélaj cuatrocientos tres años más, y tuvo otros hijos e hijas.
16 Éber tenía treinta y cuatro años cuando engendró a Péleg. 17 Después de engendrar a Péleg, vivió Éber cuatrocientos treinta años más, y tuvo otros hijos e hijas.
18 Péleg tenía treinta años cuando engendró a Reú. 19 Después de engendrar a Reú, vivió Péleg doscientos nueve años más, y tuvo otros hijos e hijas.
20 Reú tenía treinta y dos años cuando engendró a Sarug. 21 Después de engendrar a Sarug, vivió Reú doscientos siete años más, y tuvo otros hijos e hijas.
22 Sarug tenía treinta años cuando engendró a Najor. 23 Después de engendrar a Najor, vivió Sarug doscientos años más, y tuvo otros hijos e hijas.
24 Najor tenía veintinueve años cuando engendró a Téraj. 25 Después de engendrar a Téraj, vivió Najor ciento diecinueve años más, y tuvo otros hijos e hijas.
26 Téraj tenía setenta años cuando engendró a Abrán, Najor y Aram.
Descendientes de Téraj
27 Estos son los descendientes de Téraj: Téraj engendró a Abrán, Najor y Aram. Aram engendró a Lot, 28 y murió en su país natal, en Ur de los caldeos, antes que su padre Téraj.
29 Abrán y Najor se casaron: la mujer de Abrán se llamaba Saray y la de Najor Milcá, que era hija de Aram y hermana de Jiscá. 30 Saray era estéril y no tenía hijos.
31 Téraj tomó a su hijo Abrán, a su nieto Lot, el hijo de Aram, y a su nuera Saray, y salieron todos juntos de Ur de los caldeos para ir al país de Canaán. Sin embargo, al llegar a Jarán, se quedaron allí a vivir. 32 Téraj vivió doscientos cinco años y murió en Jarán.
II.— HISTORIAS PATRIARCALES (12—50)
Ciclo de Abrahán (12,1—25,18)
Dios llama a Abrán
12 El Señor dijo a Abrán:
— Deja tu tierra natal y la casa de tu padre, y dirígete a la tierra que yo te mostraré. 2 Te convertiré en una gran nación, te bendeciré y haré famoso tu nombre, y servirás de bendición para otros. 3 Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan. ¡En ti serán benditas todas las familias de la tierra!
4 Abrán partió, como le había ordenado el Señor, y con él marchó también Lot. Tenía Abrán setenta y cinco años cuando salió de Jarán. 5 Abrán llevó consigo a Saray, su mujer, y a su sobrino Lot, junto con todos los bienes que poseían y con todos los esclavos que habían adquirido en Jarán, y se encaminaron hacia la tierra de Canaán.
Cuando llegaron, 6 Abrán atravesó toda la región hasta Siquén, llegando hasta la encina de Moré. (Por aquel entonces los cananeos habitaban en el país).
7 El Señor se apareció a Abrán y le dijo:
— Yo daré esta tierra a tu descendencia.
Entonces Abrán erigió allí un altar al Señor, porque se le había aparecido. 8 De allí se dirigió a la zona montañosa, al este de Betel, y allí montó su tienda, teniendo Betel al oeste y Ay al este. En aquel lugar erigió un altar al Señor e invocó allí su nombre. 9 Después, por etapas, Abrán continuó avanzando hacia el Négueb.
Abrán en Egipto
10 Pero sobrevino una hambruna en aquella región y, como el hambre apretaba, Abrán bajó a Egipto para establecerse allí. 11 Cuando ya estaba llegando a Egipto, Abrán dijo a Saray, su mujer:
— Es evidente que eres una mujer muy bella; 12 cuando te vean los egipcios, dirán: “Es su mujer”, por lo que a mí me matarán y a ti te dejarán con vida. 13 Di, por favor, que eres mi hermana; de este modo me tratarán bien por consideración a ti, y podré salvar la vida.
14 Cuando Abrán llegó a Egipto, los egipcios descubrieron, en efecto, lo hermosa que era Saray. 15 También la vieron algunos oficiales del faraón y se la ponderaron tanto al faraón que la mujer fue llevada a su palacio.
16 Por consideración a ella, Abrán recibió un excelente trato, además de ovejas, vacas y asnos, siervos y siervas, asnas y camellos. 17 Pero el Señor castigó al faraón y a su corte con grandes plagas por lo de Saray, la mujer de Abrán. 18 Así que el faraón llamó a Abrán y le dijo:
— ¿Qué me has hecho? ¿Por qué no me dijiste que era tu mujer? 19 ¿Por qué dijiste que era tu hermana, dando lugar a que yo la tomara por esposa? Ahí tienes a tu mujer; tómala y márchate.
20 Acto seguido el faraón ordenó a los suyos que expulsaran a aquel hombre junto con su mujer y sus posesiones.
Jesús puesto a prueba en el desierto
4 Después de esto, el Espíritu llevó a Jesús al desierto para que el diablo lo pusiera a prueba. 2 Jesús ayunó cuarenta días y cuarenta noches, y al final sintió hambre. 3 Entonces se le acercó el diablo y le dijo:
— Si de veras eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.
4 Jesús le contestó:
— Las Escrituras dicen: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra pronunciada por Dios.
5 El diablo lo llevó luego a la ciudad santa, lo subió al alero del Templo 6 y le dijo:
— Si de veras eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque dicen las Escrituras: Dios ordenará a sus ángeles que cuiden de ti y te tomen en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra.
7 Jesús le contestó:
— También dicen las Escrituras: No pondrás a prueba al Señor tu Dios.
8 De nuevo el diablo lo llevó a un monte muy alto y, mostrándole todas las naciones del mundo y su esplendor, 9 le dijo:
— Yo te daré todo esto si te arrodillas ante mí y me adoras.
10 Pero Jesús le replicó:
— Vete de aquí, Satanás, pues dicen las Escrituras: Al Señor tu Dios adorarás y sólo a él darás culto.
11 El diablo se apartó entonces de Jesús, y llegaron los ángeles para servirle.
III.— ANUNCIO DEL REINO EN GALILEA (4,12—18,35)
Primera actividad de Jesús (4,12-25)
Jesús inicia su actividad (Mc 1,14-15; Lc 4,1-13)
12 Al enterarse Jesús de que Juan había sido encarcelado, se retiró a Galilea. 13 Pero no fue a Nazaret sino que fijó su residencia en Cafarnaún, junto al lago, en los términos de Zabulón y Neftalí, 14 en cumplimiento de lo dicho por medio del profeta Isaías:
15 ¡Tierra de Zabulón y Neftalí,
camino del mar, al oriente del Jordán,
Galilea de los paganos!
16 El pueblo sumido en las tinieblas
vio una luz resplandeciente;
a los que vivían en país de sombra de muerte,
una luz los alumbró.
17 A partir de aquel momento, Jesús comenzó a predicar diciendo:
— Convertíos, porque ya está cerca el reino de los cielos.
Llamamiento de los primeros discípulos (Mc 1,16-20; Lc 5,1.10-11)
18 Iba Jesús paseando por la orilla del lago de Galilea, cuando vio a dos hermanos: Simón, también llamado Pedro, y su hermano Andrés. Eran pescadores, y estaban echando la red en el lago. 19 Jesús les dijo:
— Venid conmigo y os haré pescadores de hombres.
20 Ellos dejaron de inmediato sus redes y se fueron con él. 21 Más adelante vio a otros dos hermanos: Santiago y Juan, los hijos de Zebedeo, que estaban en la barca con su padre, reparando las redes. Los llamó, 22 y ellos, dejando en seguida la barca y a su padre, lo siguieron.
Jesús enseña y cura
23 Jesús recorría toda Galilea enseñando en las sinagogas judías. Anunciaba la buena noticia del Reino y curaba toda clase de enfermedades y dolencias de la gente. 24 Su fama se extendió por toda Siria, y le traían a todos los que padecían algún mal: a los que sufrían diferentes enfermedades y dolores, y también a endemoniados, lunáticos y paralíticos. Y Jesús los curaba. 25 Así que lo seguía una enorme muchedumbre procedente de Galilea, de la Decápolis, de Jerusalén, de Judea y de la orilla oriental del Jordán.
La Palabra, (versión española) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España