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Old/New Testament

Each day includes a passage from both the Old Testament and New Testament.
Duration: 365 days
Nueva Biblia Viva (NBV)
Version
Salmos 70-71

Al director musical. Petición de David.

70 ¡Líbrame, oh Dios! ¡Señor, apresúrate, acude en mi auxilio! Que sean humillados y confundidos los que procuran matarme. Que retrocedan avergonzados los que desean mi mal. Que se horroricen de vergüenza por haberse burlado de mí. Pero a los seguidores de Dios, llénalos de gozo. Exclamen quienes aman su salvación: «¡Qué admirable Dios!». Pero yo soy pobre y estoy necesitado. Apresúrate a socorrerme, pues sólo tú puedes ayudarme y salvarme. Oh Señor, no tardes.

71 ¡Señor, tú eres mi refugio: jamás me dejes quedar en vergüenza! ¡No me abandones! Sálvame de mis enemigos, porque tú eres justo. ¡Líbrame! Inclina tu oído, escucha mi plegaria y sálvame. Sé tú mi roca protectora, que siempre me acoge. Ordena que me salven, porque tú eres mi roca y mi fortaleza. Rescátame, Dios mío, del poder de los malvados, de manos de los crueles. Oh Señor, sólo tú eres mi esperanza; en ti he confiado desde mi niñez. Sí, tú me has acompañado desde que nací; desde el vientre de mi madre me has cuidado. ¡Razón tengo para estar alabándote siempre! Mi vida es un ejemplo para muchos, porque tú has sido mi fuerza y mi protección. Por eso no puedo dejar de alabarte; todo el día te alabaré y te honraré.

Y ahora, en mi vejez, no me eches a un lado. No me abandones ahora que las fuerzas me faltan. 10 Mis enemigos murmuran contra mí; todos ellos se juntan y hacen planes para matarme. 11 «Y dicen: ¡Dios lo ha abandonado! Ahora le echaremos mano. No hay quien lo ayude». 12 ¡Oh Dios, no te quedes lejos! ¡Ven pronto! ¡Ayúdame! 13 Destruye y avergüenza a todos los que me acusan. Que se cubran de humillación y deshonra todos aquellos que quieren hacerme daño. 14 Seguiré esperando que me ayudes. Te alabo más y más. 15 A todos les contaré de tu justicia, y todo el día les hablaré de tu poder salvador. Aunque has hecho tanto por mí que no lo puedo entender. 16 Soberano Señor, alabaré tus poderosas obras. A todos les contaré que sólo tú eres justo y bueno. 17 Oh Dios, tú me has enseñado desde mi más tierna niñez, y yo constantemente he dado a otros testimonio de las maravillosas obras que haces. 18 Y ahora que estoy viejo y canoso, no me abandones, oh Dios. Déjame contarle a esta nueva generación, y a los que vienen después de mí, de todos tus poderosos milagros. 19 Oh Dios, tú has hecho grandes cosas, tu justicia llega a la alturas. ¿Quién como tú, oh Dios? 20 Me has dejado pasar por muchos problemas. Pero me traerás de nuevo a la vida, sacándome de las profundidades de la tierra. 21 Me darás más honra que antes, y nuevamente te volverás y me consolarás.

22 Te alabaré con música de arpa, contando de tu fidelidad en cumplir cuanto prometes, oh Dios. Te cantaré con lira, oh Santo de Israel. 23 Con gritos de júbilo y cánticos te alabaré por haberme redimido. 24 Todo el día contaré de tus obras de justicia, pues cuantos procuraron dañarme han sido humillados y deshonrados.

Romanos 8:22-39

22 Sabemos que toda la creación gime como si fuera a dar a luz. 23 Y no sólo gime ella, sino que también nosotros, que tenemos los primeros frutos del Espíritu, gemimos en nuestro interior mientras esperamos ansiosamente el día de nuestra adopción, es decir, el día cuando nuestros cuerpos sean liberados.

24 Esa es la esperanza por la cual fuimos salvos. Esperar lo que se puede ver no es esperanza. Si uno ya tiene lo que espera, no tiene que esperarlo más. 25 Pero mantenernos esperando de Dios lo que todavía no se ha manifestado nos enseña a tener paciencia.

Más que vencedores

26 De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestras debilidades. Es cierto que no sabemos qué debemos pedir, pero el Espíritu ora por nosotros con gemidos tales que no se pueden expresar con palabras. 27 Y Dios, que conoce los corazones, entiende lo que el Espíritu dice, porque pide por nosotros de acuerdo con la voluntad de Dios.

28 Además, sabemos que si amamos a Dios, él hace que todo lo que nos suceda sea para nuestro bien. Él nos ha llamado de acuerdo con su propósito. 29 A quienes Dios conoció de antemano, los destinó desde un principio para que sean como su Hijo, para que él sea el mayor entre muchos hermanos. 30 Y a los que predestinó, también los llamó; y a los que llamó, también los hizo justos; y a los que hizo justos, los glorificó.

31 ¿Qué más se puede decir? Si Dios está de parte nuestra, ¿quién podrá estar contra nosotros? 32 Si Dios no dudó al entregar a su Hijo por nosotros, ¿no nos dará también, junto con él, todas las cosas?

33 Si somos los escogidos de Dios ¿quién se atreverá a acusarnos? Dios mismo es quien nos ha declarado justos. 34 ¿Quién nos condenará? Cristo fue el que murió y volvió a la vida, el que está en el lugar de honor junto a Dios, intercediendo por nosotros.

35 ¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo? ¿El sufrimiento, la angustia, la persecución, el hambre, la pobreza, el peligro, las amenazas de muerte?

36 Las Escrituras dicen:

«Por tu causa nos amenazan de muerte todo el tiempo, nos tratan como a ovejas de matadero».

37 A pesar de todo, nuestra victoria es absoluta, gracias a Cristo que nos amó.

38 Estoy convencido de que nada podrá apartarnos de su amor; ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni los demonios, ni lo presente, ni lo que está por venir, ni los poderes, 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni cosa alguna de toda la creación. ¡Nada podrá separarnos del amor que Dios nos ha demostrado en Cristo Jesús, nuestro Señor!

Nueva Biblia Viva (NBV)

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