Old/New Testament
Salmo 126 (125)
El Señor ha hecho maravillas por nosotros
126 Cántico de peregrinación.
Cuando el Señor hizo renacer a Sión,
creíamos estar soñando.
2 Entonces nuestra boca se llenó de sonrisas,
nuestra lengua de canciones.
Los otros pueblos decían:
“El Señor ha hecho maravillas por ellos”.
3 El Señor ha hecho maravillas por nosotros
y estamos alegres.
4 Señor, haznos renacer
como a torrentes del Négueb.
5 Los que siembran entre lágrimas,
cosecharán entre cánticos.
6 Al ir, va llorando
el que lleva las semillas;
pero volverá entre cantos
trayendo sus gavillas.
Salmo 127 (126)
En vano se afanan
127 Cántico de peregrinación. De Salomón.
Si el Señor no construye la casa,
en vano se afanan sus constructores;
si el Señor no protege la ciudad,
en vano vigila el centinela.
2 En vano se levantan de madrugada,
en vano se van tarde a descansar
y comen pan ganado con esfuerzo:
¡El Señor lo da a su amigo mientras duerme!
3 Son los hijos herencia que da el Señor,
son los descendientes una recompensa.
4 Como flechas en la mano del guerrero,
son los hijos que en la juventud se tienen.
5 ¡Feliz quien llena con ellas su aljaba!
No será humillado si se enfrenta
al adversario en la puerta de la ciudad.
Salmo 128 (127)
Que el Señor te bendiga
128 Cántico de peregrinación.
Feliz quien venera al Señor,
quien marcha por sus caminos.
2 Comerás del trabajo de tus manos,
serás feliz y te irá bien.
3 Será tu esposa como parra fecunda
en la intimidad de tu casa;
serán tus hijos como ramas de olivo
en torno a tu mesa.
4 Así será bendecido
todo el que venera al Señor:
5 “Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la dicha de Jerusalén
todos los días de tu vida,
6 que veas a los hijos de tus hijos.
¡Que reine la paz en Israel!”.
19 No quiero decir con ello que esas víctimas sacrificadas a los ídolos tengan algún valor o que los ídolos signifiquen algo. 20 Lo que quiero decir es que esas víctimas se ofrecen a los demonios y no a Dios; y yo no quiero que ustedes entren en comunión con los demonios. 21 No pueden beber de la copa del Señor y de la copa de los demonios; no pueden comer de la mesa del Señor y de la mesa de los demonios. 22 A no ser que pretendamos provocar la ira del Señor. ¿Nos creemos acaso más fuertes que él?
Nueva llamada a la condescendencia
23 “Todo está permitido” —dicen algunos—. Sí, pero no todo es conveniente. Y aunque “todo esté permitido”, no todo ayuda al provecho espiritual de los demás. 24 Que nadie busque su propio interés, sino el del prójimo.
25 Pueden comer de todo cuanto se vende en el mercado, sin plantearse problemas de conciencia, 26 porque del Señor es la tierra y todo lo que existe en ella. 27 Si los invita un no cristiano y aceptan su invitación, coman lo que les ponga y no se planteen problema alguno de conciencia. 28 Pero si alguien les indica: “Eso es carne sacrificada a los ídolos”, entonces, en atención a quien se lo ha indicado y por razones de conciencia, no lo coman. 29 Naturalmente, me refiero no a la conciencia de ustedes, sino a la de quien les ha hecho la indicación. Y ¿por qué —dirás— va a quedar coartada mi libertad por la conciencia de otro? 30 Si, cuando participo en un banquete, doy gracias a Dios por ello, ¿qué razón hay para que se me critique por algo que hago dando gracias a Dios?
31 En cualquier caso, tanto si comen como si beben o hacen cualquier otra cosa, háganlo todo para gloria de Dios. 32 Pero no sean ocasión de pecado para nadie, ya se trate de judíos, de paganos o de miembros de la Iglesia de Dios. 33 Ya ven que yo procuro dar completa satisfacción a todos, y no busco mi propio provecho, sino el de todos los demás, a fin de que se salven.
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España