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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
La Palabra (España) (BLP)
Version
1 Reyes 15

Abías de Judá (914-911) (2 Cr 13,1-2.22-23)

15 Abías comenzó a reinar en Judá en el año décimo octavo del reinado de Jeroboán, hijo de Nabat. Reinó en Jerusalén durante tres años. Su madre se llamaba Maacá y era hija de Absalón. Cometió los mismos pecados que había cometido su padre, antes que él, y no fue enteramente fiel al Señor, su Dios, como lo había sido su antepasado David. En consideración a David, el Señor, su Dios, le mantuvo una lámpara encendida en Jerusalén, concediéndole un sucesor y manteniendo a Jerusalén. Pues David había actuado correctamente ante el Señor, sin desviarse de sus preceptos en toda su vida, salvo en el asunto de Urías, el hitita. Roboán y Jeroboán estuvieron siempre en guerra. El resto de la historia de Abías y todo cuanto hizo está escrito en el libro de los Anales de los Reyes de Judá; entre Abías y Jeroboán hubo una permanente hostilidad. Cuando murió Abías, fue enterrado en la ciudad de David y su hijo Asá le sucedió como rey.

Asá de Judá (911-870) (2 Cr 14,1; 15,16-18; 16,1-6.11.14)

El rey Asá comenzó a reinar en Judá en el año vigésimo del reinado de Jeroboán de Israel. 10 Reinó en Jerusalén durante cuarenta y un años. Su abuela se llamaba Maacá y era hija de Absalón. 11 Asá agradó al Señor con su conducta, como su antepasado David. 12 Abolió la prostitución sagrada en el país y retiró todos los ídolos fabricados por sus antepasados. 13 Incluso destituyó de su título real a su abuela Maacá por haber dedicado una imagen abominable a Astarté; Asá destruyó la imagen y la quemó en el torrente Cedrón. 14 No desaparecieron los santuarios locales de los montes, pero Asá fue totalmente fiel al Señor durante toda su vida. 15 Llevó al Templo del Señor las ofrendas de su padre y las suyas propias: oro, plata y otros objetos.

16 Asá y Basá, el rey de Israel, estuvieron permanentemente en guerra. 17 Basá, el rey de Israel, atacó a Judá y fortificó Ramá, para cortar las comunicaciones a Asá, el rey de Judá. 18 Asá cogió todo el oro y la plata que quedaban en los tesoros del Templo del Señor y del palacio real y se los envió por medio de sus servidores a Benadad, hijo de Tabrimón y nieto de Jezyón, rey de Aram, que residía en Damasco, con este mensaje:

19 — Hagamos un pacto tú y yo, como lo hicieron nuestros padres. Te envío plata y oro como regalo. Rompe tu pacto con Basá, para que deje de atacarme.

20 Benadad aceptó la propuesta del rey Asá y envió a los jefes de sus ejércitos contra las ciudades de Israel, que atacaron Iyón, Dan, Abel Bet Maacá y todo la región de Kinéret hasta el territorio de Neftalí. 21 Cuando se enteró Basá, dejó de fortificar Ramá y regresó a Tirsá. 22 Entonces el rey Asá convocó a todo Judá, sin excepción, se llevaron de Ramá las piedras y la madera que Basá había empleado para fortificarla y con ellas fortificó Guibeá de Benjamín y Mispá.

23 El resto de la historia de Asá, todas sus hazañas y gestas y las ciudades que fortificó, está escrito en el libro de los Anales de los Reyes de Judá. En su vejez, Asá enfermó de gota. 24 Cuando Asá murió, fue enterrado con sus antepasados en la ciudad de David, y su hijo Josafat le sucedió como rey.

Nadab de Israel (910-909)

25 Nadab, hijo de Jeroboán, empezó a reinar en Israel en el segundo año del reinado de Asá en Judá y reinó sobre Israel durante dos años. 26 Nadab ofendió al Señor, siguió los pasos de su padre e imitó los pecados que este hizo cometer a Israel.

27 Basá, hijo de Ajías, de la tribu de Isacar, se sublevó contra él y lo mató en Guibetón, ciudad filistea que Nadab estaba sitiando con todos los israelitas. 28 Basá lo mató en el año tercero del reinado de Asá de Judá y lo suplantó como rey. 29 Cuando subió al trono mató a toda la familia de Jeroboán, hasta exterminarla completamente, tal y como el Señor había anunciado por medio de su siervo Ajías, el de Siló, 30 a causa de los pecados que Jeroboán cometió e hizo cometer a Israel, provocando con ellos la ira del Señor, Dios de Israel.

31 El resto de la historia de Nadab y todo lo que hizo está escrito en el libro de los Anales de los Reyes de Israel. 32 Asá y Basá, rey de Israel, estuvieron permanentemente en guerra.

Basá de Israel (909-885)

33 Basá, hijo de Ajías, comenzó a reinar sobre Israel en Tirsá el tercer año del reinado de Asá en Judá y reinó durante veinticuatro años. 34 Basá ofendió al Señor, siguió los pasos de Jeroboán e imitó los pecados que hizo este cometer a Israel.

Colosenses 2

Porque quiero que sepáis la dura lucha que sostengo por vosotros, por los de Laodicea y por tantos otros que no me conocen personalmente. Lo hago para que tengan buen ánimo y se mantengan unidos en el amor, de modo que lleguen a alcanzar toda la riqueza que supone el conocerlo todo plenamente y descubran el plan secreto de Dios que es Cristo, en quien se encuentran escondidos todos los tesoros del saber y de la ciencia. Os digo esto para que nadie os seduzca con palabras engañosas. Si físicamente estoy ausente, mi espíritu está con vosotros, y me llena de gozo el ver vuestra armonía y la imperturbable fe que os une a Cristo.

II.— FALSOS MAESTROS Y FALSAS DOCTRINAS (2,6-23)

Plenitud de vida en Cristo

Puesto que habéis aceptado a Cristo Jesús como Señor, comportaos ahora de manera consecuente. Que él sea cimiento y raíz de vuestra vida; manteneos firmes en la fe, según lo que aprendisteis, y vivid en incesante acción de gracias.

Estad alerta, no sea que alguien os engañe con especulaciones filosóficas o estériles disquisiciones que se apoyan en tradiciones humanas o en potencias cósmicas, en lugar de en Cristo, en cuya humanidad habita toda la plenitud de la divinidad, 10 y en el que, como cabeza de todo principado y de toda potestad, habéis alcanzado vuestra plenitud.

11 Por vuestra unión con Cristo estáis circuncidados; no en sentido físico, sino con la circuncisión de Cristo, que es la que os despoja de vuestras desordenadas apetencias humanas. 12 Por el bautismo habéis sido sepultados con Cristo y con él también vosotros habéis resucitado al creer en el poder de Dios, que lo resucitó triunfante de la muerte. 13 Y muertos estabais a causa de vuestros delitos y de vuestra condición de paganos. Pero ahora, Dios os ha vuelto a la vida con Cristo y nos ha perdonado todos nuestros pecados. 14 Ha destruido el documento acusador que contenía cargos contra nosotros y lo ha hecho desaparecer clavándolo en la cruz. 15 Ha despojado a principados y potestades y los ha convertido en público espectáculo, llevándolos cautivos en su cortejo triunfal.

Libertad en Cristo

16 Que nadie, pues, os critique por cuestiones de comida o de bebida, ni por lo que respecta a celebraciones, novilunios o días festivos en general. 17 Todo esto no es más que sombra de lo que ha de venir. La realidad es Cristo. 18 Que no os escamoteen el premio esos que hacen alarde de humildad y de dar culto a los ángeles, esos que presumen de visiones y que con sus pensamientos mundanos están inflados de vano orgullo. 19 Es gente que ha perdido el contacto con Cristo, es decir, con la cabeza por medio de la cual todo el cuerpo, a través de los ligamentos y junturas, se mantiene unido y recibe el alimento querido por Dios. 20 Si habéis muerto con Cristo y nada tenéis que ver con las potencias cósmicas, ¿por qué os dejáis imponer normas como si pertenecieseis a este mundo? 21 “Prescinde de esto; no pruebes eso; no toques aquello”. 22 Pero todas esas son cosas destinadas a gastarse con el uso, como prescripciones y enseñanzas humanas que son. 23 Tienen, ciertamente, un aire de sabiduría, con su aspecto de religiosidad, su pretendida humildad y su aparente rigor ascético. En realidad carecen de todo valor; sólo sirven para satisfacer las desordenadas apetencias humanas.

Ezequiel 45

Reparto de la tierra. La parte del Señor

45 Cuando echéis a suertes el reparto de la tierra, reservaréis como ofrenda al Señor un terreno sagrado de doce mil quinientos metros de largo por diez mil de ancho. Será sagrado en toda su extensión. De él se tomará para el santuario un cuadrado de doscientos cincuenta metros de lado, rodeado de una zona libre de veinticinco metros de ancho. De todo el terreno acotaréis también un espacio de doce mil quinientos metros de largo por cinco mil de ancho; allí se construirá el santuario, el lugar santísimo. Será el terreno sagrado del país, destinado a los sacerdotes que ofician en el santuario y que se acercan al Señor para servirle. Les servirá de solar para sus viviendas y de pasto para el ganado. Los levitas que sirven en el Templo tendrán reservado un terreno de doce mil quinientos metros de largo por cinco mil de ancho, para que tengan una propiedad donde habitar. Como área urbana fijaréis un terreno de dos mil quinientos metros de ancho por doce mil quinientos de largo, junto a la parte reservada al santuario. Será propiedad de toda la comunidad de Israel.

La parte del príncipe

Al príncipe se le asignarán territorios a ambos lados del terreno reservado al santuario y al área urbana; ocuparán el espacio que discurre a lo largo de la linde del terreno reservado al santuario y del reservado al área urbana, y llegarán hasta el mar por occidente y hasta la frontera por oriente. Desde la frontera marítima a la frontera oriental habrá una longitud igual a cada una de las partes sorteadas para las tribus. Esta será su propiedad en Israel y así mis príncipes no volverán a oprimir a mi pueblo; a los israelitas, por tribus, se les asignará el resto de la tierra. Esto dice el Señor Dios: ¡Ya está bien, príncipes de Israel! ¡Ya está bien de violencia y rapiña! Practicad el derecho y la justicia, dejad ya de expropiar a mi pueblo —oráculo del Señor Dios—. 10 Ocupaos de que las balanzas no estén trucadas y de que las pesas y las medidas sean las correctas. 11 La medida base será igual para líquidos y sólidos, a saber, de una capacidad de veintidós litros. 12 En cuanto al siclo equivaldrá a veinte gueras; veinte siclos más veinticinco siclos, más quince siclos equivaldrán a una mina.

Ofrendas y sacrificios para el culto

13 Esta será la ofrenda que haréis: por cada doscientos kilos de trigo o de cebada, ofreceréis tres kilos y medio. 14 En cuanto a la cosecha de aceite, esta será la norma: por cada doscientos veinte litros, ofreceréis dos litros y cuarto de aceite. 15 Y por cada rebaño de doscientas cabezas que pasten en los prados de Israel se reservará una oveja para hacer ofrendas, holocaustos y sacrificios de comunión, que les sirvan de expiación. 16 Toda la población presentará esta ofrenda a favor del príncipe de Israel. 17 El príncipe será responsable de los holocaustos, las ofrendas de cereales y las libaciones en las fiestas, novilunios y sábados, así como en todas las solemnidades que celebren los israelitas; también él ofrecerá el sacrificio expiatorio, la ofrenda de cereales, el holocausto y los sacrificios de comunión, que servirán para expiar los pecados de Israel.

Sacrificios y fiestas específicos

18 Esto dice el Señor Dios: El día uno del primer mes tomarás un novillo sin defecto y lo sacrificarás para purificar el santuario. 19 El sacerdote tomará parte de la sangre de la víctima y untará con ella las jambas del Templo, los cuatro ángulos del zócalo del altar y las jambas del pórtico del atrio interior. 20 Lo mismo harás el día siete de cada mes por quien haya pecado por inadvertencia o irreflexión, y así haréis la expiación del Templo. 21 El día catorce del primer mes celebraréis la fiesta de la Pascua; durante siete días comeréis pan sin levadura. 22 Ese día el príncipe ofrecerá por él y por toda la gente del pueblo un novillo como sacrificio expiatorio. 23 Durante los siete días de la fiesta ofrecerá diariamente como holocausto al Señor siete novillos y siete carneros sin defecto, y un macho cabrío diario como víctima expiatoria. 24 Como oblación de cereales ofrecerá veintidós kilos de cereal por cada novillo y otro tanto por cada carnero, más cuatro litros de aceite por cada veintidós kilos de cereal. 25 El día quince del séptimo mes, con ocasión del comienzo de la fiesta, ofrecerá lo mismo durante siete días: sacrificio expiatorio, holocausto, oblación de cereales y aceite.

Salmos 99-101

Salmo 99 (98)

Santo es el Señor

99 El Señor es rey,
que los pueblos se estremezcan;
sobre querubines tiene su trono,
que tiemble la tierra.
El Señor es grande en Sión,
sobre todos los pueblos se alza.
Que alaben tu nombre grande y temible:
¡Él es santo!
Rey poderoso que amas la justicia,
tú mismo estableciste la equidad;
la justicia y el derecho
tú instauraste en Jacob.
Alabad al Señor nuestro Dios,
postraos ante el estrado de sus pies:
¡Él es santo!
De sus sacerdotes, Moisés y Aarón;
de los que invocaban su nombre, Samuel:
ellos llamaban al Señor y él les respondía.
Desde la columna de nube hablaba con ellos;
ellos respetaban sus mandatos
y la ley que les había dado.
Señor, Dios nuestro, tú les respondías;
tú eras para ellos el Dios que perdona
y quien castiga sus maldades.
Alabad al Señor nuestro Dios,
postraos ante su santo monte,
porque santo es el Señor nuestro Dios.

Salmo 100 (99)

Acudid con gozo a su presencia

100 Salmo de acción de gracias.
Aclama al Señor, tierra entera,
servid al Señor con alegría,
acudid con gozo a su presencia.
Sabed que el Señor es Dios:
él nos ha hecho y a él pertenecemos;
somos su pueblo, el rebaño que apacienta.
Cruzad sus puertas dando gracias,
sus atrios con alabanzas;
dadle gracias y bendecid su nombre,
porque el Señor es bueno,
su bondad perdura por siempre,
su fidelidad por generaciones.

Salmo 101 (100)

Actuaré rectamente en medio de mi casa

101 Salmo de David.
Quiero cantar el amor y la justicia,
a ti, Señor, quiero cantarte;
quiero aprender la senda de los rectos,
¿cuándo vendrás a mí?
Actuaré rectamente en medio de mi casa,
en nada indigno fijaré mi ojos;
odio el proceder de los rebeldes,
no dejaré que me contagie.
Que el perverso se aleje de mí,
no quiero conocer al malvado.
Al que difama en secreto a su amigo,
voy a dejarlo callado;
al que es ambicioso y soberbio,
no voy a tolerarlo.
En los fieles del país me fijaré
para que habiten conmigo:
quien siga la senda de los rectos,
ese será quien me sirva.
No vivirá en mi casa quien engaña,
no aguantará mi mirada quien miente.
Yo haré callar cada mañana
a todos los malvados del país,
para expulsar de la ciudad del Señor
a todos los malhechores.

La Palabra (España) (BLP)

La Palabra, (versión española) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España