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M’Cheyne Bible Reading Plan

The classic M'Cheyne plan--read the Old Testament, New Testament, and Psalms or Gospels every day.
Duration: 365 days
La Biblia de las Américas (LBLA)
Version
Génesis 21

Nacimiento de Isaac

21 Entonces el Señor visitó a Sara como había dicho(A), e hizo el Señor por Sara como había prometido[a]. Y Sara concibió y dio a luz un hijo a Abraham(B) en su vejez, en el tiempo señalado que Dios le había dicho(C). Y Abraham le puso el nombre de Isaac(D) al hijo que le nació, que le dio a luz Sara. Y circuncidó Abraham a su hijo Isaac a los ocho días, como Dios le había mandado(E). Abraham tenía cien años cuando le nació su hijo Isaac(F). Y dijo Sara: Dios me ha hecho reír[b](G); cualquiera que lo oiga se reirá conmigo[c]. Y añadió: ¿Quién le hubiera dicho a Abraham que Sara amamantaría hijos? Pues bien, le he dado a luz un hijo en su vejez(H).

Agar e Ismael expulsados

Y el niño creció y fue destetado, y Abraham hizo un gran banquete el día que Isaac fue destetado. Y Sara vio al hijo que Agar la egipcia(I) le había dado a luz a Abraham burlándose de[d] su hijo Isaac[e](J), 10 y dijo a Abraham: Echa fuera a esta sierva y a su hijo, porque el hijo de esta sierva no ha de ser heredero juntamente con mi hijo Isaac[f](K). 11 Y el asunto angustió a Abraham en gran manera[g](L) por tratarse de su hijo. 12 Mas Dios dijo a Abraham: No te angusties[h] por el muchacho ni por tu sierva; presta atención a[i] todo lo que Sara te diga, porque por Isaac será llamada tu descendencia[j](M). 13 Y también del hijo de la sierva haré una nación(N), por ser tu descendiente[k]. 14 Se levantó, pues, Abraham muy de mañana, tomó pan y un odre de agua y los dio a Agar poniéndoselos sobre el hombro, y le dio el muchacho y la despidió. Y ella se fue y anduvo errante por el desierto de Beerseba. 15 Y el agua en el odre se acabó, y ella dejó[l] al muchacho debajo de uno de los arbustos, 16 y ella fue y se sentó enfrente, como a un tiro de arco de distancia, porque dijo: Que no vea yo morir al[m] niño. Y se sentó enfrente y alzó su voz y lloró(O). 17 Y oyó Dios la voz del muchacho que lloraba(P); y el ángel de Dios llamó a Agar desde el cielo, y le dijo: ¿Qué tienes, Agar? No temas(Q), porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está. 18 Levántate, alza al muchacho y sostenlo con tu mano; porque yo haré de él una gran nación(R). 19 Entonces Dios abrió los ojos de ella(S), y vio un pozo de agua(T); y fue y llenó el odre de agua y dio de beber al muchacho. 20 Y Dios estaba con el muchacho(U), que creció y habitó en el desierto y se hizo arquero. 21 Y habitó en el desierto de Parán(V), y su madre tomó para él una mujer de la tierra de Egipto.

Pacto entre Abraham y Abimelec

22 Aconteció por aquel tiempo que Abimelec, con[n] Ficol, comandante de su ejército(W), habló a Abraham, diciendo: Dios está contigo(X) en todo lo que haces; 23 ahora pues, júrame aquí por Dios que no obrarás falsamente conmigo, ni con mi descendencia, ni con mi posteridad(Y), sino que conforme a la bondad que te he mostrado, así me mostrarás a mí y a la tierra en la cual has residido. 24 Y Abraham dijo: Yo lo juro. 25 Pero Abraham se quejó[o] a Abimelec a causa de un pozo de agua del cual los siervos de Abimelec se habían apoderado(Z). 26 Y Abimelec dijo: No sé quién haya hecho esto, ni tú me lo habías hecho saber, ni yo lo había oído hasta[p] hoy. 27 Y Abraham tomó ovejas y vacas y se los dio a Abimelec. Y los dos hicieron un pacto(AA). 28 Entonces Abraham puso aparte siete corderas del rebaño. 29 Y Abimelec dijo a Abraham: ¿Qué significan estas siete corderas que has puesto aparte? 30 Y él respondió: Tomarás estas siete corderas de mi mano para que esto me sirva de testimonio(AB) de que yo cavé este pozo. 31 Por lo cual llamó aquel lugar Beerseba[q](AC), porque allí juraron los dos. 32 Hicieron, pues, un pacto en Beerseba; y se levantó Abimelec con Ficol, comandante de su ejército, y regresaron a la tierra de los filisteos. 33 Y Abraham plantó un tamarisco en Beerseba, y allí invocó el nombre del Señor(AD), el Dios eterno(AE). 34 Y peregrinó Abraham en la tierra de los filisteos por muchos días(AF).

Mateo 20

Parábola de los obreros de la viña

20 Porque el reino de los cielos(A) es semejante a un hacendado[a] que salió muy de mañana para contratar obreros para su viña(B). Y habiendo convenido con los obreros en un denario[b] al día, los envió a su viña. Y salió como a la hora tercera[c], y vio parados en la plaza a otros que estaban sin trabajo; y a estos les dijo: «Id también vosotros a la viña, y os daré lo que sea justo». Y ellos fueron. Volvió a salir como a la hora sexta y a la novena[d], e hizo lo mismo. Y saliendo como a la hora undécima[e], encontró a otros parados, y les dijo*: «¿Por qué habéis estado aquí parados todo el día sin trabajar?». Ellos le dijeron*: «Porque nadie nos contrató». Él les dijo*: «Id también vosotros a la viña». Y al atardecer(C), el señor de la viña dijo* a su mayordomo(D): «Llama a los obreros y págales su jornal, comenzando por los últimos hasta los primeros». Cuando llegaron los que habían sido contratados como a la hora undécima, cada uno recibió un denario. 10 Y cuando llegaron los que fueron contratados primero, pensaban que recibirían más; pero ellos también recibieron un denario cada uno. 11 Y al recibirlo, murmuraban contra el hacendado[f], 12 diciendo: «Estos últimos han trabajado solo una hora, pero los has hecho iguales a nosotros que hemos soportado el peso y el calor abrasador del día(E)». 13 Pero respondiendo él, dijo a uno de ellos: «Amigo(F), no te hago ninguna injusticia; ¿no conviniste conmigo en un denario? 14 Toma lo que es tuyo, y vete; pero yo quiero darle a este último lo mismo que a ti. 15 ¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo que es mío? ¿O es tu ojo malo(G) porque yo soy bueno?». 16 Así, los últimos serán primeros, y los primeros, últimos(H).

Jesús anuncia su muerte por tercera vez

17 (I)Cuando Jesús iba subiendo a Jerusalén, tomó aparte a los doce discípulos, y por el camino les dijo: 18 He aquí, subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado(J) a los principales sacerdotes y escribas, y le condenarán a muerte; 19 y le entregarán a los gentiles(K) para burlarse de Él, azotarle y crucificarle, y al tercer día resucitará(L).

Petición de los hijos de Zebedeo

20 (M)Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo(N) con sus hijos, postrándose ante Él(O) y pidiéndole algo. 21 Y Él le dijo: ¿Qué deseas? Ella le dijo*: Ordena que en tu reino estos dos hijos míos se sienten(P) uno a tu derecha y el otro a tu izquierda. 22 Pero respondiendo Jesús, dijo: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa(Q) que yo voy a beber? Ellos le dijeron*: Podemos. 23 Él les dijo*: Mi copa ciertamente beberéis(R), pero sentarse a mi derecha y a mi izquierda no es mío el concederlo, sino que es para quienes(S) ha sido preparado por mi Padre(T). 24 Al oír esto, los diez se indignaron contra los dos hermanos. 25 (U)Pero Jesús, llamándolos junto a sí, dijo: Sabéis que los gobernantes de los gentiles se enseñorean de ellos, y que los grandes ejercen autoridad sobre ellos. 26 No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera entre vosotros llegar a ser grande, será vuestro servidor(V), 27 y el que quiera entre vosotros ser el primero, será vuestro siervo; 28 así como el Hijo del Hombre(W) no vino para ser servido(X), sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos.

Curación de dos ciegos de Jericó

29 (Y)Al salir de Jericó, le siguió una gran multitud. 30 Y he aquí, dos ciegos que estaban sentados junto al camino, al oír que Jesús pasaba, gritaron, diciendo: ¡Señor, Hijo de David(Z), ten misericordia de nosotros(AA)! 31 Y la gente los reprendía para que se callaran, pero ellos gritaban más aún, diciendo: ¡Señor, Hijo de David(AB), ten misericordia de nosotros! 32 Deteniéndose Jesús, los llamó, y dijo: ¿Qué queréis que yo haga por vosotros? 33 Ellos le dijeron*: Señor, deseamos que nuestros ojos sean abiertos. 34 Entonces Jesús, movido a compasión, tocó los ojos de ellos, y al instante recobraron la vista, y le siguieron.

Nehemías 10

Pacto del pueblo

10 [a]En el documento sellado(A) estaban los nombres de Nehemías el gobernador[b], hijo de Hacalías, y Sedequías, Seraías, Azarías, Jeremías, Pasur, Amarías, Malquías, Hatús, Sebanías, Maluc, Harim, Meremot, Obadías, Daniel, Ginetón, Baruc, Mesulam, Abías, Mijamín, Maazías, Bilgaí y Semaías. Estos eran los sacerdotes. Y los levitas: Jesúa, hijo de Azanías, Binúi, de los hijos de Henadad, Cadmiel; 10 también sus hermanos Sebanías, Hodías, Kelita, Pelaías, Hanán, 11 Micaía, Rehob, Hasabías, 12 Zacur, Serebías, Sebanías, 13 Hodías, Bani y Beninu. 14 Los jefes del pueblo: Paros, Pahat-moab, Elam, Zatu, Bani, 15 Buni, Azgad, Bebai, 16 Adonías, Bigvai, Adín, 17 Ater, Ezequías, Azur, 18 Hodías, Hasum, Bezai, 19 Harif, Anatot, Nebai, 20 Magpías, Mesulam, Hezir, 21 Mesezabeel, Sadoc, Jadúa, 22 Pelatías, Hanán, Anaías, 23 Oseas, Hananías, Hasub, 24 Halohes, Pilha, Sobec, 25 Rehum, Hasabna, Maasías, 26 Ahías, Hanán, Anán, 27 Maluc, Harim y Baana.

28 Y el resto del pueblo, los sacerdotes, los levitas, los porteros, los cantores, los sirvientes del templo(B), y todos los que se han apartado de los pueblos de las tierras(C) a la ley de Dios, sus mujeres, sus hijos y sus hijas, todos los que tienen conocimiento y entendimiento, 29 se adhieren a sus parientes[c], sus nobles, y toman sobre sí[d] un voto y un juramento(D) de andar en la ley de Dios que fue dada por medio[e] de Moisés, siervo de Dios, y de guardar y cumplir todos los mandamientos de Dios[f] nuestro Señor, y sus ordenanzas y sus estatutos; 30 y que no daremos nuestras hijas a los pueblos de la tierra ni tomaremos sus hijas para nuestros hijos(E). 31 En cuanto a los pueblos de la tierra que traigan mercancías o cualquier clase de grano para vender en el día de reposo, no compraremos de ellos en día de reposo ni en día santo(F); y renunciaremos a las cosechas del año séptimo(G) y a la exigencia de toda deuda(H).

32 También nos imponemos la obligación[g] de contribuir con un tercio de un siclo[h] al año para el servicio de la casa de nuestro Dios(I): 33 para el pan de la proposición y la ofrenda continua de cereal; para el holocausto continuo, los días de reposo, las lunas nuevas y las fiestas señaladas; para las cosas sagradas, para las ofrendas por el pecado para hacer expiación por Israel y para toda la obra de la casa de nuestro Dios(J).

34 Asimismo echamos suertes(K) para la provisión de madera entre los sacerdotes, los levitas y el pueblo para que la traigan a la casa de nuestro Dios, conforme a nuestras casas paternas, en los tiempos fijados cada año(L), para quemar sobre el altar del Señor nuestro Dios, como está escrito en la ley; 35 y para traer cada año los primeros frutos de nuestra tierra y los primeros frutos de todo árbol[i] a la casa del Señor(M), 36 y traer a la casa de nuestro Dios los primogénitos de nuestros hijos y de nuestros ganados como está escrito en la ley(N); los primogénitos de nuestras vacas y de nuestras ovejas son para los sacerdotes que ministran en la casa de nuestro Dios. 37 También traeremos las primicias de nuestra harina[j](O) y nuestras ofrendas del fruto de todo árbol, del mosto y del aceite para los sacerdotes a las cámaras de la casa de nuestro Dios(P), y el diezmo de nuestro suelo a los levitas(Q), porque los levitas son los que reciben los diezmos en todas las ciudades donde trabajamos. 38 Y un sacerdote, hijo de Aarón, estará con los levitas cuando los levitas reciban los diezmos, y los levitas llevarán la décima parte de los diezmos a la casa de nuestro Dios(R), a las cámaras del almacén(S); 39 pues los hijos de Israel y los hijos de Leví llevan la contribución(T) del cereal, del mosto y del aceite a las cámaras; allí están los utensilios del santuario, los sacerdotes que ministran, los porteros y los cantores. Así no descuidaremos[k] la casa de nuestro Dios(U).

Hechos 20

Viaje de Pablo por Macedonia y Grecia

20 Después que cesó el alboroto, Pablo mandó llamar a los discípulos(A), y habiéndolos exhortado, despidiéndose, partió para ir(B) a Macedonia(C). Y después de recorrer aquellas regiones y de haberlos exhortado mucho, llegó a Grecia. Pasó allí tres meses, y habiéndose tramado una conjura en su contra de parte de los judíos(D) cuando estaba por embarcarse para Siria(E), tomó la decisión de regresar por Macedonia(F). Y lo acompañaban Sópater de Berea(G), hijo de Pirro; Aristarco(H) y Segundo de los tesalonicenses(I); Gayo(J) de Derbe(K), y Timoteo(L); Tíquico(M) y Trófimo(N) de Asia[a](O). Pero estos se habían adelantado y nos(P) esperaban en Troas(Q). Nos embarcamos(R) en Filipos(S) después de los días de los panes sin levadura[b](T), y en cinco días llegamos adonde ellos estaban en Troas(U); y allí nos quedamos siete días.

Despedida de Pablo en Troas

Y el primer día de la semana(V), cuando estábamos reunidos(W) para partir el pan(X), Pablo les hablaba, pensando partir al día siguiente, y prolongó su discurso[c] hasta la medianoche. Había muchas lámparas(Y) en el aposento alto(Z) donde estábamos reunidos; y estaba sentado en la ventana un joven llamado Eutico; y como Pablo continuaba hablando, Eutico fue cayendo en un profundo sueño hasta que, vencido por el sueño, cayó desde el tercer piso y lo levantaron muerto. 10 Pero Pablo bajó y se tendió sobre él(AA), y después de abrazarlo, dijo: No os alarméis[d], porque está vivo[e](AB). 11 Y volviendo arriba, después de partir el pan(AC) y de comer[f], conversó largamente con ellos hasta el amanecer, y entonces se marchó. 12 Y se llevaron vivo al muchacho, y quedaron grandemente[g] consolados.

Viaje de Troas a Mileto

13 Entonces nosotros(AD), adelantándonos a tomar la nave, zarpamos para Asón, con el propósito de recoger allí a Pablo, pues así lo había decidido, deseando ir por tierra[h] hasta Asón. 14 Cuando nos encontró en Asón, lo recibimos a bordo y nos dirigimos a Mitilene. 15 Y zarpando de allí, al día siguiente llegamos frente a Quío; y al otro día atracamos en Samos; habiendo hecho escala en Trogilio[i], al día siguiente llegamos a Mileto(AE). 16 Porque Pablo había decidido dejar a un lado a Efeso(AF) para no detenerse en Asia[j](AG), pues se apresuraba para estar, si le era posible, el día de Pentecostés(AH) en Jerusalén(AI).

17 Y desde Mileto mandó mensaje a Efeso(AJ) y llamó a los ancianos(AK) de la iglesia.

Despedida en Mileto

18 Cuando vinieron a él, les dijo:

Vosotros bien sabéis cómo he sido con vosotros todo el tiempo, desde el primer día que estuve[k] en Asia[l](AL), 19 sirviendo al Señor con toda humildad, y con lágrimas y con pruebas que vinieron sobre mí por causa de las intrigas de los judíos(AM); 20 cómo no rehuí declarar a vosotros(AN) nada que fuera útil, y de enseñaros públicamente y de casa en casa[m], 21 testificando(AO) solemnemente, tanto a judíos como a griegos, del arrepentimiento(AP) para con Dios y de la fe en nuestro Señor Jesucristo(AQ). 22 Y ahora, he aquí que yo, atado en espíritu[n], voy a Jerusalén(AR) sin saber lo que allá me sucederá, 23 salvo que el Espíritu Santo(AS) solemnemente me da testimonio(AT) en cada ciudad, diciendo que me esperan cadenas y aflicciones(AU). 24 Pero en ninguna manera estimo(AV) mi vida como valiosa para mí mismo, a fin de poder terminar mi carrera[o](AW) y el ministerio(AX) que recibí del Señor Jesús(AY), para dar testimonio(AZ) solemnemente del evangelio de la gracia de Dios(BA). 25 Y ahora, he aquí, yo sé que ninguno de vosotros, entre quienes anduve predicando el reino(BB), volverá a ver mi rostro. 26 Por tanto, os doy testimonio[p] en este día de que soy inocente[q](BC) de la sangre de todos, 27 pues no rehuí declarar a vosotros(BD) todo el propósito[r] de Dios(BE). 28 Tened cuidado de vosotros y de toda la grey(BF), en medio de la cual el Espíritu Santo os ha hecho obispos[s] para pastorear la iglesia de Dios[t](BG), la cual Él compró[u] con su propia sangre(BH). 29 Sé que después de mi partida, vendrán lobos feroces(BI) entre vosotros que no perdonarán el rebaño(BJ), 30 y que de entre vosotros mismos se levantarán algunos[v] hablando cosas perversas para arrastrar a los discípulos(BK) tras ellos. 31 Por tanto, estad alerta, recordando que por tres años(BL), de noche y de día, no cesé de amonestar a cada uno con lágrimas(BM). 32 Ahora os encomiendo a Dios[w](BN) y a la palabra de su gracia(BO), que es poderosa para edificaros(BP) y daros la herencia entre todos los santificados(BQ). 33 Ni la plata, ni el oro, ni la ropa de nadie he codiciado(BR). 34 Vosotros sabéis que estas manos(BS) me sirvieron para mis propias necesidades y las de los que estaban conmigo(BT). 35 En todo os mostré que así, trabajando, debéis ayudar a los débiles, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: «Más bienaventurado es dar que recibir».

36 Cuando terminó de hablar[x], se arrodilló y oró(BU) con todos ellos. 37 Y comenzaron a llorar desconsoladamente[y], y abrazando a[z] Pablo, lo besaban(BV), 38 afligidos[aa] especialmente por la palabra que había dicho de que ya no volverían a ver su rostro(BW). Y lo acompañaron(BX) hasta el barco.

La Biblia de las Américas (LBLA)

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